miércoles, 6 de marzo de 2013

Cuando Hugo no esté


Por:  

Cuando Chávez no esté, se convertirá en millones, cuando Chávez no esté, el corazón de un pueblo seguirá palpitando al clamor de un ¡Por ahora!, de un "me resteo con las bases",de un "Estado Comunal". Algunos temblarán y otros frotarán sus manos, pero lo que ha sembrado en el pueblo jamás será controlado.

Se escucharán las dianas al paso de las milicias bolivarianas, y escucharemos la consigna: "yo soy un pueblo", carajo. Cuando Chávez no esté con nosotros, retumbará el Catatumbo, se desbordará el Orinoco,y los niños de la Patria le devolverán en conjunto ese saludo eterno que siempre Hugo les dió.

Cuando Chávez no esté, estará un pueblo maduro, estará un pueblo de Dios, dado a seguir luchando. Cuando el hermano Hugo no esté, estará tanto en nosotros, que no habrá más nunca retorno,ya que estaremos siempre a su lado.

nicmerevans@gmail.com

MATARON A UN INDIO...

Qué mano despiada cegó tu vida?
casique mio,
casique de tribus enteras...
casique de luchas de un pueblo,
casique de mis tierras!!!

Por defender tu suelo,
te dejaron en él tendido,
tu honor fué tu bandera

pisotearon tu pueblo
y en el corazón,
apagaron tu estrella

Mataron a un indio!!!
gritaron a lo lejos....
quien sabe quien era?

Sabino Romero,
Casique Revolucionario
ná más y ná menos...
reclama la selva, 
el suelo y la montaña,
la sierra, y el río revuelto,
los dueños de la tierra,
los espíritus y los ancestros

Reclaman tu sangre,
con aullidos, con lamentos,
que estremecen mi Patria Toda
y cada nuevo vientre
de India se vuelca y grita
Mataron a un indio de mi tierra!!!
malaya esa mano
maldita esa descendencia,
asesinos de lo nuestro,
asesinos de inocencia

Vive Sabino Romero!
Vive....en mi Patria
que no habrá clemencia...
quien hizo esto por las buenas o por las malas,
pagará por la impotencia, 
por la injusticia, siempre sabia
sabia jueza.... implacable señora,
de cada tribu, de cada indio,
mujeres, hombres,niñas, niños, 
los mismos, Dueños de La tierra!!!


Isaías Rodríguez: Me enseñaste a luchar y a vencer

Por: Agencia Venezolana de Noticias (AVN)


EL EMBAJADOR DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA EN ITALIA, ISAÍAS RODRÍGUEZ


6 de marzo de 2013.- El ex Fiscal General de la República, Isaías Rodríguez, difundió este miércoles una carta para el Comandante Hugo Chávez en la que expresa su admiración por el líder de la Revolución Bolivariana.

En su emotiva misiva, Rodríguez agradece a Hugo Chávez el haberle enseñado a "luchar y a vencer. Y a entender esto de la Segunda Independencia", considerándolo así como padre: "Me llamabas tu hermano y podías ser mi padre. Eres el padre de todo".

Rodríguez fue compañero de lucha del presidente Hugo Chávez y ha ocupado importantes cargos en el Estado. En el 2000 fue designado como vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela; en noviembre de ese mismo año fue nombrado Fiscal General de la República; luego en 2009, asume las funciones de Embajador de Venezuela en España y en 2011 es designado como Embajador en Italia.

Durante el golpe de Estado de abril de 2002, Rodríguez convocó una rueda de prensa con el pretexto de anunciar su renuncia como Fiscal General de la República; pero, contrariamente a lo esperado por los empresarios de la información, partícipes del golpe, el ex Fiscal denuncia ante el mundo, en vivo y directo, al gobierno de facto de Pedro Carmona Estanga.

A continuación carta íntegra:

¿Quién iba a creer que algún día te saludaría desde el libro de condolencias?

Me enseñaste a luchar y a vencer. Y a entender esto de la Segunda Independencia.

Me llamabas tu hermano y podías ser mi padre. Eres el padre de todo. Es cierto, las revoluciones las hacen los pueblos y la historia. Pero en algún momento fuiste el padre de todo. Así, como eres el hijo de todo, del pueblo y de la historia.

¡Mi querido Comandante! ¡Mi querido Hugo! Te voy a extrañar. Te vamos a extrañar. No te vamos a esconder, diremos siempre ¡Presente! Cuando nos convoques desde cualquier lugar. Y te seremos leales.

Contigo, la lealtad es una palabra nueva. La creaste con otro nombre. Ahora se llama "Soberanía" y es una palabra fuertemente femenina. Como la Constitución y la vida.

El cáncer y el dolor son masculinos. Tu parte masculina, aprendió de la fortaleza femenina, como pueden construirse símbolos con la muerte.

¡Hasta la victoria siempre! ¡Moriremos y venceremos!

La stevia:

 La stevia: También es llamada hoja dulce por su sabor y es precisamente por esta razón que de esta hoja se extrae una sustancia mucho más dulce que el azúcar la cual es una aliada de las dietas y de los diabéticos. La stevia en Japón y en varios países de Europa y su popularidad esta creciendo en Latinoamérica. En USA por asuntos de intereses económicos se le considera un suplemento alimenticio (como las vitaminas) y esto la ha hecho un poco mas cara pero la situación esta cambiando y cada día es más accesible y más barata. 


Beneficios de la stevia

1- Tiene cero calorías.  Los siguientes beneficios se obtienen al usar stevia sin refinar (en hoja o polvo. La stevia sin procesar no es blanca ni concentrada): 

2- Regula los niveles de glucosa en la sangre lo que es un gran beneficio para los diabéticos. 

3- Reduce la ansiedad por la comida o sea que es un aliado idóneo para perder peso. Al regula la insulina el cuerpo almacena menos grasa.

4- Mejora las funciones gastrointestinales.

5- Se cree que ayuda a bajar la tensión arterial.

6- Puede tener efectos diuréticos.

7- Es un aliado de los dientes contra la placa bacteriana ya que es usada como enjuague bucal, o también se puede agregar gotas a nuestra pasta de dientes, retarda la aparición de la placa.

8- Se cree que reduce el deseo por el tabaco y el alcohol.

9- Contrarresta la fatiga.

10- También se le ha usado como tratamiento contra manchas y granos.

11- Contrario al azúcar que causa inflamación la stevia reduce la inflamación 


Usos de la stevia

Se puede utilizar en todo como endulzante, en galletas, horneados, refrescos y en la preparación de cualquier alimento. 

Una taza de azúcar equivale a 1.5 o 2 cucharadas de la hierba fresca o un cuarto de cucharadita de polvo en extracto.

Efectos secundarios
No se conocen efectos secundarios. Hay un estudio que se ha usado en USA por los fabricantes de otros endulzantes artificiales en contra de la stevia. Según la presentación de este grupo en un estudio en Brasil se comprobó que la stevia podía tener efectos negativos en la fecundidad. El profesor universitario de Brasil que realizo el estudio es el primero en decir que su estudio se esta tomando fuera de contexto y que no demuestra ningún efecto negativo de la stevia. 

Presentaciones

La stevia la podemos encontrar en varias presentaciones

1- En hoja, en bolsitas como la de té o mezclada con otras hiervas como endulzante. Esta es la mejor forma para obtener todos los beneficios. 

2- En polvo: endulza 30 veces más que el azúcar.

3- En gotas: dos gotitas son suficientes para endulzar. En esta presentación acuosa es 70 veces más dulce que el azúcar normal.

Desventajas

El sabor de la stevia es diferente al del azúcar y de la misma forma que toma tiempo acostumbrarse a usar sacarina y otros toma tiempo también acostumbrarse al sabor de la stevia.

Cepal expresa condolencias por muerte del presidente venezolano Hugo Chávez



El mandatario falleció el martes 5 de marzo. (Foto: correodelorinoco.gob.ve)
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) expresó este miércoles sus condolencias por la muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, quien falleció la víspera en el Hospital Militar de Caracas tras luchar por casi dos años contra el cáncer.
La secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, manifestó su profunda tristeza y recordó que Chávez fue un militante decidido de la hermandad latinoamericana.
A través de una carta enviada al vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, apuntó que Hugo Chávez “irrumpe en la memoria donde habitan los hombres y mujeres grandes que han imprimido su huella en la historia de nuestro continente”.
"Con profunda tristeza le hago llegar, a usted (Nicolás Maduro), al Gobierno y pueblo de nuestra querida República Bolivariana de Venezuela, las condolencias de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe", añadió la economista mexicana.
Señaló que desde la Cepal siguieron con preocupación y esperanza la batalla que el líder de la Revolución Bolivariana venía enfrentando por su salud desde 2011 y “nos animaba la convicción que, como tantas veces a lo largo de su biografía, lograría sortear los amagues a su salud”.
Bárcena resaltó el liderazgo de Hugo Chávez en la integración de Latinoamérica con la creación de mecanismos como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Agregó que el rostro de la región es otro desde “que él (Chávez) irrumpiera en la escena, y es mejor, porque demostró que cuando la voluntad de cambios justicieros no es expresión iluminismos personales, sino síntesis de la aspiración de las mayorías, estos son indetenibles”.
El mandatario Hugo Chávez falleció a las 04H25 (20H55 GMT) del martes 5 de marzo, tras haber batallado casi dos años contra el cáncer que lo aquejaba. Este miércoles sus restos son trasladados a la Academia Militar de Caracas (capital).
Está previsto que el viernes se realice la ceremonia oficial de Estado, a la cual asistirán los jefes de Estado, presidentes y representantes de Gobierno de distintas naciones que han comenzado a llegar a Venezuela.
teleSUR-Afp-Informe21/sa - FC

VEA A UN CHÁVEZ QUE LUCHÓ POR LA PATRIA GRANDE, CON DIFERENTES LÍDERES DEL MUNDO (+FOTOS)



A decenas de líderes del mundo el presidente Hugo Chávez manifestó sus ideales de justicia libertad. Luchó por un mundo pluripolar y la construcción de relaciones de hermandad. Ayudó a los más pobres



























García Márquez: “El enigma de los dos Chávez”




Carlos Andrés Pérez descendió al atardecer del avión que lo llevó de Davos, Suiza, y se sorprendió de ver en la plataforma al general Fernando Ochoa Antich, su ministro de Defensa. “¿Qué pasa?”, le preguntó intrigado. El ministro lo tranquilizó, con razones tan confiables, que el Presidente no fue al Palacio de Miraflores sino a la residencia presidencial de La Casona. Empezaba a dormirse cuando el mismo ministro de Defensa lo despertó por teléfono para informarle de un levantamientio militar en Maracay. Había entrado apenas en Miraflores cuando estallaron las primeras cargas de artillería.

Era el 4 de febrero de 1992. El coronel Hugo Chávez Frías, con su culto sacramental de las fechas históricas, comandaba el asalto desde su puesto de mando improvisado en el Museo Histórico de La Planicie. El Presidente comprendió entonces que su único recurso estaba en el apoyo popular, y se fue a los estudios de Venevisión para hablarle al país. Doce horas después el golpe militar estaba fracasado. Chávez se rindió, con la condición de que también a él le permitieran dirigirse al pueblo por la televisión. El joven coronel criollo, con la boina de paracaidista y su admirable facilidad de palabra, asumió la responsabilidad del movimiento. Pero su alocución fue un triunfo político. Cumplió dos años de cárcel hasta que fue amnistiado por el presidente Rafael Caldera. Sin embargo, muchos partidarios como no pocos enemigos han creído que el discurso de la derrota fue el primero de la campaña electoral que lo llevó a la presidencia de la República menos de nueve años después.

El presidente Hugo Chávez Frías me contaba esta historia en el avión de la Fuerza Aérea Venezolana que nos llevaba de La Habana a Caracas, hace dos semanas, a menos de quince días de su posesión como presidente constitucional de Venezuela por elección popular. Nos habíamos conocido tres días antes en La Habana, durante su reunión con los presidentes Castro y Pastrana, y lo primero que me impresionó fue el poder de su cuerpo de cemento armado. Tenía la cordialidad inmediata, y la gracia criolla de un venezolano puro. Ambos tratamos de vernos otra vez, pero no nos fue posible por culpa de ambos, así que nos fuimos juntos a Caracas para conversar de su vida y milagros en el avión.

Fue una buena experiencia de reportero en reposo. A medida que me contaba su vida iba yo descubriendo una personalidad que no correspondía para nada con la imagen de déspota que teníamos formada a través de los medios. Era otro Chávez. ¿Cuál de los dos era el real?

El argumento duro en su contra durante la campaña había sido su pasado reciente de conspirador y golpista. Pero la historia de Venezuela ha digerido a más de cuatro. Empezando por Rómulo Betancourt, recordado con razón o sin ella como el padre de la democracia venezolana, que derribó a Isaías Medina Angarita, un antiguo militar demócrata que trataba de purgar a su país de los treintiséis años de Juan Vicente Gómez. A su sucesor, el novelista Rómulo Gallegos, lo derribó el general Marcos Pérez Jiménez, que se quedaría casi once años con todo el poder. Éste, a su vez, fue derribado por toda una generación de jóvenes demócratas que inauguró el período más largo de presidentes elegidos.

El golpe de febrero parece ser lo único que le ha salido mal al coronel Hugo Chávez Frías. Sin embargo, él lo ha visto por el lado positivo como un revés providencial. Es su manera de entender la buena suerte, o la inteligencia, o la intuición, o la astucia, o cualquiera cosa que sea el soplo mágico que ha regido sus actos desde que vino al mundo en Sabaneta, estado Barinas, el 28 de julio de 1954, bajo el signo del poder: Leo. Chávez, católico convencido, atribuye sus hados benéficos al escapulario de más de cien años que lleva desde niño, heredado de un bisabuelo materno, el coronel Pedro Pérez Delgado, que es uno de sus héroes tutelares.

Sus padres sobrevivían a duras penas con sueldos de maestros primarios, y él tuvo que ayudarlos desde los nueve años vendiendo dulces y frutas en una carretilla. A veces iba en burro a visitar a su abuela materna en Los Rastrojos, un pueblo vecino que les parecía una ciudad porque tenía una plantita eléctrica con dos horas de luz a prima noche, y una partera que lo recibió a él y a sus cuatro hermanos. Su madre quería que fuera cura, pero sólo llegó a monaguillo y tocaba las campanas con tanta gracia que todo el mundo lo reconocía por su repique. “Ese que toca es Hugo”, decían. Entre los libros de su madre encontró una enciclopedia providencial, cuyo primer capítulo lo sedujo de inmediato: Cómo triunfar en la vida.

Era en realidad un recetario de opciones, y él las intentó casi todas. Como pintor asombrado ante las láminas de Miguel Angel y David, se ganó el primer premio a los doce años en una exposición regional. Como músico se hizo indispensable en cumpleaños y serenatas con su maestría del cuatro y su buena voz. Como beisbolista llegó a ser un catcher de primera. La opción militar no estaba en la lista, ni a él se le habría ocurrido por su cuenta, hasta que le contaron que el mejor modo de llegar a las grandes ligas era ingresar en la academia militar de Barinas. Debió ser otro milagro del escapulario, porque aquel día empezaba el plan Andrés Bello, que permitía a los bachilleres de las escuelas militares ascender hasta el más alto nivel académico.

Estudiaba ciencias políticas, historia y marxismo al leninismo. Se apasionó por el estudio de la vida y la obra de Bolívar, su Leo mayor, cuyas proclamas aprendió de memoria. Pero su primer conflicto consciente con la política real fue la muerte de Allende en septiembre de 1973. Chávez no entendía. ¿Y por qué si los chilenos eligieron a Allende, ahora los militares chilenos van a darle un golpe? Poco después, el capitán de su compañía le asignó la tarea de vigilar a un hijo de José Vicente Rangel, a quien se creía comunista. “Fíjate las vueltas que da la vida”, me dice Chávez con una explosión de risa. “Ahora su papá es mi canciller”. Más irónico aún es que cuando se graduó recibió el sable de manos del presidente que veinte años después trataría de tumbar: Carlos Andrés Pérez.

“Además”, le dije, “usted estuvo a punto de matarlo”. “De ninguna manera”, protestó Chávez. “La idea era instalar una asamblea constituyente y volver a los cuarteles”. Desde el primer momento me había dado cuenta de que era un narrador natural. Un producto íntegro de la cultura popular venezolana, que es creativa y alborazada. Tiene un gran sentido del manejo del tiempo y una memoria con algo de sobrenatural, que le permite recitar de memoria poemas de Neruda o Whitman, y páginas enteras de Rómulo Gallegos.

Desde muy joven, por casualidad, descubrió que su bisabuelo no era un asesino de siete leguas, como decía su madre, sino un guerrero legendario de los tiempos de Juan Vicente Gómez. Fue tal el entusiasmo de Chávez, que decidió escribir un libro para purificar su memoria. Escudriñó archivos históricos y bibliotecas militares, y recorrió la región de pueblo en pueblo con un morral de historiador para reconstruir los itinerarios del bisabuelo por los testimonios de sus sobrevivientes. Desde entonces lo incorporó al altar de sus héroes y empezó a llevar el escapulario protector que había sido suyo.

Uno de aquellos días atravesó la frontera sin darse cuenta por el puente de Arauca, y el capitán colombiano que le registró el morral encontró motivos materiales para acusarlo de espía: llevaba una cámara fotográfica, una grabadora, papeles secretos, fotos de la región, un mapa militar con gráficos y dos pistolas de reglamento. Los documentos de identidad, como corresponde a un espía, podían ser falsos. La discusión se prolongó por varias horas en una oficina donde el único cuadro era un retrato de Bolívar a caballo. “Yo estaba ya casi rendido, -me dijo Chávez-, pues mientras más le explicaba menos me entendía”. Hasta que se le ocurrió la frase salvadora: “Mire mi capitán lo que es la vida: hace apenas un siglo éramos un mismo ejército, y ése que nos está mirando desde el cuadro era el jefe de nosotros dos. ¿Cómo puedo ser un espía?”. El capitán, conmovido, empezó a hablar maravillas de la Gran Colombia, y los dos terminaron esa noche bebiendo cerveza de ambos países en una cantina de Arauca. A la mañana siguiente, con un dolor de cabeza compartido, el capitán le devolvió a Chávez sus enseres de historiador y lo despidió con un abrazo en la mitad del puente internacional.

“De esa época me vino la idea concreta de que algo andaba mal en Venezuela”, dice Chávez. Lo habían designado en Oriente como comandante de un pelotón de trece soldados y un equipo de comunicaciones para liquidar los últimos reductos guerrilleros. Una noche de grandes lluvias le pidió refugio en el campamento un coronel de inteligencia con una patrulla de soldados y unos supuestos guerrilleros acabados de capturar, verdosos y en los puros huesos. Como a las diez de la noche, cuando Chávez empezaba a dormirse, oyó en el cuarto contiguo unos gritos desgarradores. “Era que los soldados estaban golpeando a los presos con bates de béisbol envueltos en trapos para que no les quedaran marcas”, contó Chávez. Indignado, le exigió al coronel que le entregara los presos o se fuera de allí, pues no podía aceptar que torturara a nadie en su comando. “Al día siguiente me amenazaron con un juicio militar por desobediencia, -contó Chávez- pero sólo me mantuvieron por un tiempo en observación”.

Pocos días después tuvo otra experiencia que rebasó las anteriores. Estaba comprando carne para su tropa cuando un helicóptero militar aterrizó en el patio del cuartel con un cargamento de soldados mal heridos en una emboscada guerrillera. Chávez cargó en brazos a un soldado que tenía varios balazos en el cuerpo. “No me deje morir, mi teniente”… le dijo aterrorizado. Apenas alcanzó a meterlo dentro de un carro. Otros siete murieron. Esa noche, desvelado en la hamaca, Chávez se preguntaba: “¿Para qué estoy yo aquí? Por un lado campesinos vestidos de militares torturaban a campesinos guerrilleros, y por el otro lado campesinos guerrilleros mataban a campesinos vestidos de verde. A estas alturas, cuando la guerra había terminado, ya no tenía sentido disparar un tiro contra nadie”. Y concluyó en el avión que nos llevaba a Caracas: “Ahí caí en mi primer conflicto existencial”.

Al día siguiente despertó convencido de que su destino era fundar un movimiento. Y lo hizo a los veintitrés años, con un nombre evidente: Ejército bolivariano del pueblo de Venezuela. Sus miembros fundadores: cinco soldados y él, con su grado de subteniente. “¿Con qué finalidad?” le pregunté. Muy sencillo, dijo él: “con la finalidad de prepararnos por si pasa algo”. Un año después, ya como oficial paracaidista en un batallón blindado de Maracay, empezó a conspirar en grande. Pero me aclaró que usaba la palabra conspiración sólo en su sentido figurado de convocar voluntades para una tarea común.

Esa era la situación el 17 de diciembre de 1982 cuando ocurrió un episodio inesperado que Chávez considera decisivo en su vida. Era ya capitán en el segundo regimiento de paracaidistas, y ayudante de oficial de inteligencia. Cuando menos lo esperaba, el comandante del regimiento, Ángel Manrique, lo comisionó para pronunciar un discurso ante mil doscientos hombres entre oficiales y tropa.

A la una de la tarde, reunido ya el batallón en el patio de fútbol, el maestro de ceremonias lo anunció. “¿Y el discurso?”, le preguntó el comandante del regimiento al verlo subir a la tribuna sin papel. “Yo no tengo discurso escrito”, le dijo Chávez. Y empezó a improvisar. Fue un discurso breve, inspirado en Bolívar y Martí, pero con una cosecha personal sobre la situación de presión e injusticia de América Latina transcurridos doscientos años de su independencia. Los oficiales, los suyos y los que no lo eran, lo oyeron impasibles. Entre ellos los capitanes Felipe Acosta Carle y Jesús Urdaneta Hernández, simpatizantes de su movimiento. El comandante de la guarnición, muy disgustado, lo recibió con un reproche para ser oído por todos:

“Chávez, usted parece un político”. “Entendido”, le replicó Chávez.

Felipe Acosta, que medía dos metros y no habían logrado someterlo diez contendores, se paró de frente al comandante, y le dijo: “Usted está equivocado, mi comandante. Chávez no es ningún político. Es un capitán de los de ahora, y cuando ustedes oyen lo que él dijo en su discurso se mean en los pantalones”.

Entonces el coronel Manrique puso firmes a la tropa, y dijo: “Quiero que sepan que lo dicho por el capitán Chávez estaba autorizado por mí. Yo le di la orden de que dijera ese discurso, y todo lo que dijo, aunque no lo trajo escrito, me lo había contado ayer”. Hizo una pausa efectista, y concluyó con una orden terminante: “¡Que eso no salga de aquí!”.

Al final del acto, Chávez se fue a trotar con los capitanes Felipe Acosta y Jesús Urdaneta hacia el Samán del Guere, a diez kilómetros de distancia, y allí repitieron el juramento solemne de Simón Bolívar en el monte Aventino. “Al final, claro, le hice un cambio”, me dijo Chávez. En lugar de “cuando hayamos roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”, dijeron: “Hasta que no rompamos las cadenas que nos oprimen y oprimen al pueblo por voluntad de los poderosos”.

Desde entonces, todos los oficiales que se incorporaban al movimiento secreto tenían que hacer ese juramento. La última vez fue durante la campaña electoral ante cien mil personas. Durante años hicieron congresos clandestinos cada vez más numerosos, con representantes militares de todo el país. “Durante dos días hacíamos reuniones en lugares escondidos, estudiando la situación del país, haciendo análisis, contactos con grupos civiles, amigos. “En diez años -me dijo Chávez- llegamos a hacer cinco congresos sin ser descubiertos”.

A estas alturas del diálogo, el Presidente rió con malicia, y reveló con una sonrisa de malicia: “Bueno, siempre hemos dicho que los primeros éramos tres. Pero ya podemos decir que en realidad había un cuarto hombre, cuya identidad ocultamos siempre para protegerlo, pues no fue descubierto el 4 de febrero y quedó activo en el Ejército y alcanzó el grado de coronel. Pero estamos en 1999 y ya podemos revelar que ese cuarto hombre está aquí con nosotros en este avión”. Señaló con el índice al cuarto hombre en un sillón apartado, y dijo: “¡El coronel Badull!”.

De acuerdo con la idea que el comandante Chávez tiene de su vida, el acontecimiento culminante fue El Caracazo, la sublevación popular que devastó a Caracas. Solía repetir: “Napoleón dijo que una batalla se decide en un segundo de inspiración del estratega”. A partir de ese pensamiento, Chávez desarrolló tres conceptos: uno, la hora histórica. El otro, el minuto estratégico. Y por fin, el segundo táctico. “Estábamos inquietos porque no queríamos irnos del Ejército”, decía Chávez. “Habíamos formado un movimiento, pero no teníamos claro para qué”. Sin embargo, el drama tremendo fue que lo que iba a ocurrir ocurrió y no estaban preparados. “Es decir -concluyó Chávez- que nos sorprendió el minuto estratégico”.

Se refería, desde luego, a la asonada popular del 27 de febrero de 1989: El Caracazo. Uno de los más sorprendidos fue él mismo. Carlos Andrés Pérez acababa de asumir la presidencia con una votación caudalosa y era inconcebible que en veinte días sucediera algo tan grave. “Yo iba a la universidad a un postgrado, la noche del 27, y entro en el fuerte Tiuna en busca de un amigo que me echara un poco de gasolina para llegar a la casa”, me contó Chávez minutos antes de aterrizar en Caracas. “Entonces veo que están sacando las tropas, y le pregunto a un coronel: ¿Para dónde van todos esos soldados? Porque que sacaban los de Logística que no están entrenados para el combate, ni menos para el combate en localidades. Eran reclutas asustados por el mismo fusil que llevaban. Así que le pregunto al coronel: ¿Para dónde va ese pocotón de gente? Y el coronel me dice: A la calle, a la calle. La orden que dieron fue esa: hay que parar la vaina como sea, y aquí vamos. Dios mío, ¿pero qué orden les dieron? Bueno Chávez, me contesta el coronel: la orden es que hay que parar esta vaina como sea. Y yo le digo: Pero mi coronel, usted se imagina lo que puede pasar. Y él me dice: Bueno, Chávez, es una orden y ya no hay nada qué hacer. Que sea lo que Dios quiera”.

Chávez dice que también él iba con mucha fiebre por un ataque de rubéola, y cuando encendió su carro vio un soldadito que venía corriendo con el casco caído, el fusil guindando y la munición desparramada. “Y entonces me paro y lo llamo”, dijo Chávez. “Y él se monta, todo nervioso, sudado, un muchachito de 18 años. Y yo le pregunto: Ajá, ¿y para dónde vas tú corriendo así? No, dijo él, es que me dejó el pelotón, y allí va mi teniente en el camión. Lléveme, mi mayor, lléveme. Y yo alcanzo el camión y le pregunto al que los lleva: ¿Para dónde van? Y él me dice: Yo no sé nada. Quién va a saber, imagínese”. Chávez toma aire y casi grita ahogándose en la angustia de aquella noche terrible: “Tú sabes, a los soldados tú los mandas para la calle, asustados, con un fusil, y quinientos cartuchos, y se los gastan todos. Barrían las calles a bala, barrían los cerros, los barrios populares. ¡Fue un desastre! Así fue: miles, y entre ellos Felipe Acosta”. “Y el instinto me dice que lo mandaron a matar”, dice Chávez. “Fue el minuto que esperábamos para actuar”. Dicho y hecho: desde aquel momento empezó a fraguarse el golpe que fracasó tres años después.

El avión aterrizó en Caracas a las tres de la mañana. Vi por la ventanilla la ciénaga de luces de aquella ciudad inolvidable donde viví tres años cruciales de Venezuela que lo fueron también para mi vida. El presidente se despidió con su abrazo caribe y una invitación implícita: “Nos vemos aquí el 2 de febrero”. Mientras se alejaba entre sus escoltas de militares condecorados y amigos de la primera hora, me estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos. Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la oportunidad de salvar a su país. Y el otro, un ilusionista, que podía pasar a la historia como un déspota más.

(Tomado de Revista Temas)

"Misión Cumplida"


TU MISIÓN ERA DEJARNOS UNA PATRIA LIBRE..... MISIÓN CUMPLIDA..!....AHORA NOSOTROS A CONTINUAR TU LEGADO...TU HISTORIA..ERES INMORTAL PADRE...!

EVO: HEMOS PERDIDO UN LÍDER, PERO SIGUE SIENDO EL COMANDANTE DE LAS FUERZAS LIBERTARIAS DEL MUNDO



“Siento que nunca más va a nacer un hombre tan solidario y humano como él, por eso, nuestro mejor homenaje es unirnos para seguir los pasos y la ruta que nos dejó”, declaró Evo Morales a su llegada.

Este miércoles 6 de marzo, el presidente boliviano Evo Morales, amigo entrañable y compañero de lucha del Comandante Chávez, viajó a la República Bolivariana de Venezuela, para manifestar su solidaridad con el Pueblo venezolano. A su llegada el presidente Morales, quien se mostraba visiblemente conmocionado por la noticia, declaró para los medios nacionales. "Hemos perdido un líder, pero para mí Chávez sigue siendo el Comandante de las fuerzas libertarias del mundo, de los pueblos antiimperialistas y socialistas (…) el protector de los pobres", dijo Evo Morales desde el aeropuerto de Maiquetía, acompañado por el canciller Elías Jaua.

El mandatario boliviano expresó su profundo pesar y envió sus condolencias al Gobierno venezolano, al Pueblo, a la familia del presidente Chávez, a las Fuerzas Armadas y a los Movimientos Sociales que respaldan la Revolución y acompañan el dolor que hoy aqueja a todas las gentes revolucionarias del mundo. “Vengo a acompañar a Venezuela en estos momentos tan difíciles que estamos viviendo, no solo este país, sino el pueblo boliviano y por eso nuestra obligación de acompañarlos para darnos fuerzas y energías”, manifestó Morales. Enfatizó también la necesitad de permanecer unidos, “para darnos energía, para seguir estas grandes luchas y el gran trabajo que hizo nuestro amigo Chávez”.

El presidente de Bolivia equiparó el liderazgo del Comandante Chávez al del Libertador Simón Bolívar y aseguró que el legado dejado por Hugo Chávez “es de unidad por la dignidad, la igualdad y la libertad. Siento que nunca más va a nacer un hombre tan solidario y humano como él, por eso, nuestro mejor homenaje es unirnos para seguir los pasos y la ruta que nos dejó”.

Evo Morales es el tercer mandatario que llega a la tierra de Bolívar para despedir al Comandante Presidente Hugo Chávez, ya a primeras horas de la mañana arribaron al aeropuerto internacional de Maiquetía el presidente de Uruguay, José Mujica, y la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.

ASÍ ESTÁN LOS PRÓCERES A LA ESPERA DE CHÁVEZ Y SU PUEBLO (+FOTOS)



Desde los llamados Monolitos de Los Próceres hasta el Patio de las Academias, los cuerpos militares activaron un dispositivo especial.

El paseo Los Próceres y las adyacencias de la Academia Militar, en Fuerte Tiuna, Caracas, han sido organizadas para recibir a las multitudes que acompañarán en ese lugar al presidente de la República, Hugo Chávez, hasta este viernes.

Desde los llamados Monolitos de Los Próceres hasta el Patio de las Academias, los cuerpos militares activaron un dispositivo especial de manera de que quienes quieran acercarse a las exequias fluyan de forma organizada.

A un lado del Patio de las Academias fue dispuesta una carpa de auxilios médicos y Protección Civil para atender cualquier eventualidad.

La prensa nacional e internacional cubre el acontecimiento desde una tarima ubicada al lado de la Escuela de Oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana.

También fueron ubicados baños públicos a lo largo del sendero que desemboca en el Patio de las Academias.

(AVN)






LAS FOTOS DEL PUEBLO ACOMPAÑANDO A CHÁVEZ A LA ACADEMIA QUE HICIERON LLORAR AL MUNDO



El pueblo toma las calles una vez más para despedir y homenajear al Presidente de la República, Hugo Rafael Chávez Frías. "Hasta la victoria siempre, Comandante".

"Viva Chávez" era la consigna que coreaban cientos de personas congregadas en la avenida principal de San Martín, en Caracas, para despedir al presidente de la República, Hugo Chávez.

Las aceras y las islas se llenaron de pueblo y sus voces se unieron para cantar: "Chávez vive, la lucha sigue", "Honor y gloria a nuestro Comandante".

Los que estaban de primeros en el "callejón del honor" llegaron de madrugada. En sus caras se veían el trasnocho y la tristeza, aunque las lágrimas se secan con fuerza para despedir al Presidente, al líder.

(AVN)