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domingo, 17 de marzo de 2013

Acusan al Papa Francisco por robo de bebés durante dictadura



(Foto: Archivo)

La fiscalía y las Abuelas de Plaza de Mayo reclamaron ante el tribunal que juzga el plan sistemático por el robo de bebés nacidos en cautiverio que sea citado a declarar el cardenal primado de la Argentina Jorge Bergoglio, quien hoy volvió a ser mencionado en un juicio por crímenes de lesa humanidad.

El jefe de la Iglesia católica argentina fue mencionado en relación con el caso del nacimiento y apropiación de la nieta de una de las fundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo, Alicia “Licha” de la Cuadra.

A viva voz la hija de Licha, quien falleció en 2008 a los 93 años, le reclamó al Tribunal Oral Federal 6, que juzga entre otros a los ex dictadores Jorge Videla y Reynaldo Bignone por la apropiación de las criaturas hijas de desaparecidos, que lo cite a declarar a Bergoglio como testigo.
“Es la tercera vez que lo pido ante un tribunal: lo vamos a citar para que declare o no lo vamos a citar para que declare?”, exigió Estela de la Cuadra, hermana de Elena de la Cuadra, actualmente desaparecida, madre de “Ana”, la criatura que nació en cautiverio el 16 de junio de 1977 en la comisaría 5ta de La Plata.

Ante la pregunta de la testigo, la presidenta del tribunal, la jueza María del Carmen Roqueta, le respondió que “en estos momentos no podemos resolver nada” pero al término de la audiencia las querellas, entre ellas de Abuelas, y el fiscal Martín Nicklinson, pidieron que Bergoglio sea citado a declarar en la causa.

La criatura también es hija de Carlos Baratti, un obrero de YPF, cuyo cuerpo apareció en un balneario de la costa atlántica, luego de haber sido arrojado al mar en los llamados “vuelos de la muerte”, identificado hace dos años por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
La mujer recordó que en la causa por lo crímenes cometidos en la ESMA el Tribunal Oral 5 que juzga entre otros a Alfredo Astiz, se constituyó en el Episcopado para tomar declaración testimonial a Bergoglio, diligencia durante la cual habría asegurado que se había enterado “hace más o menos diez años que había desaparecidos”, ante una pregunta que le formuló la abogada querelllante Myriam Bregman.

“Eso es burlarse de las cosas que esos hombres y mujeres (por las madres, abuelas y abuelos que buscaron a sus hijos y nietos) hicieron”, reprochó la mujer quien admitió que Bergoglio “no sabe dónde están” pero sí puede aportar “qué fue lo que pasó y los mecanismos” que se implementaron durante la dictadura.
Al respecto increpó al tribunal y a la fiscalía acerca de si tenían intención de preguntarle al máximo dignatario de la Iglesia Católica argentina “qué pasó con Ana de la cuadra” y si “no amerita que Bergoglio conteste a esta pregunta ante un tribunal que está juzgando un plan sistemático por el robo de bebés.

“De (Jorge) Videla para abajo hay responsabilidades pero también las hubo para los costados”, enfatizó.

También se mostró convencida de que durante su declaración en la audiencia quedó demostrado que la Iglesia estaba al tanto de lo que ocurría con los bebés desaparecidos, y mencionó una carta al Episcopado de 1979 que su titular, el por entonces arzobispo de Cordoba Raúl Francisco Primatesta le respondió a las Abuelas, diciendo que era muy poco lo que podían hacer al respecto.
Además, sostuvo que Bergoglio no podía argumentar desconocimiento ya que era público “cómo se divulgó la desesperación de estas personas por la desaparición de sus hijos”.

“Eso es absolutamente inmoral”, enfatizó la testigo quien a la vez es querellante en la causa, y que aportó abundante documentación respecto del derrotero que siguieron las Abuelas de Plaza de Mayo desde 1977, reclamando por la aparición de los nietos desaparecidos desde 1976.

Entre esos reclamos mencionó además los pedidos individuales que efectuaron sus padres antes de fundarse la entidad, y entre ellos mencionó las entrevistas con Bergoglio cuando éste era Provincial de la Compañía de Jesús de la orden de los Jesuitas.

Ese sentido, explicó que como su familia era una de las fundadoras de la ciudad de Balcarce, donó tierras a la Iglesia y que tras el secuestro de su hermana embarazada, sus padres buscaron ayuda en distintos estamentos, reclamando además por otro hermano desaparecido Roberto José


César Hernández

viernes, 22 de febrero de 2013

Revelan cuerpos de 90 niños, “guardados” durante años por la Policía británica (listo)



Policia Británica
La Policía británica ha retenido durante varios años partes de los cuerpos de casi 90 niños sin autorización de sus padres, así lo reveló una investigación reciente.
Otra auditoría, realizada el año pasado, encontró que cerca de 500 partes de cuerpos humanos habían sido retenidas sin la autorización de los familiares, y algunos de ellas databan de los años 60.Esta vez una nueva investigación, realizada por la BBC, ha descubierto que un gran número de esos restos pertenecían a niños.En declaraciones a ese medio Hannah Cheevers, cuyo hijo había muerto hace 13 años en un hospital de Southampton (sur de Reino Unido) por un defecto cardíaco, declaró que dos agentes se presentaron en su casa para notificarle que se había “guardado” el cerebro de su hijo Rhys.“Luego de su funeral intentamos seguir con nuestras vidas y 13 años más tarde la Policía del condado de Dorset llama a nuestra puerta para informarnos que el cerebro de mi hijo se ha retenido en el hospital”, relató Cheevers entre lágrimas.“Estaba sorprendida y no sabía realmente cómo reaccionar. Asumimos que (Rhys) había sido sepultado intacto. No teníamos ni idea de que habían guardado su cerebro”, agregó.
Por su parte, la Policía indicó que el cerebro de Rhys se había mantenido intacto pero no explicó por qué motivo se había retenido.
La señora Cheevers indicó que luego de tratar el tema con su esposo decidieron donar el cerebro de su hijo a un centro de investigaciones médicas, debido a que no estaban preparados para exhumar el cadáver de Rhys y revivir un segundo funeral.
(Con información de Russia Today)

domingo, 21 de octubre de 2012

"¡No me la quiten! ¡No quiero dejar a mi hija con estos verdugos!"


"Oí gritos desgarradores: '¡No me la quiten! ¡Me la quiero llevar al otro mundo!'. Otra exclamaba: '¡No quiero dejar a mi hija con estos verdugos. Matadla conmigo!'. (...) Se había entablado una lucha feroz: los guardias que intentaban arrancar a viva fuerza las criaturas del pecho y brazos de sus madres y las pobres madres que defendían sus tesoros a brazo partido. Jamás pensé que hubiese tenido que presenciar escena semejante en un país civilizado". Esto lo escribió el fraile Gumersindo de Estella en sus memorias. Como capellán de la prisión de Torrero (Zaragoza) presenció en sus múltiples formas, el encarnizamiento de los vencedores con los vencidos, sus mujeres y sus hijos. El robo de niños es quizá la fórmula más atroz y menos conocida de la represión franquista. "Durante más de 60 años no ha sido objeto de la más mínima investigación", denunció esta semana el juez Baltasar Garzón en el auto en el que se inhibe de la causa abierta contra Franco.
De lo que pasaba después con aquellos niños da cuenta otro capellán con inquietudes bien distintas en una carta que escribió desde la Casa Cuna de Sevilla a los futuros padres de una de aquellas criaturas: "Mis queridos amigos: la madre de la niña se presentó en la Diputación (...) al ver esto y prever que les podían hacer pasar a ustedes un mal rato, decidí no hablar ni tocar el asunto en la Diputación hasta que no estuviera alejada la idea de esta mujer y cuando ustedes fueran ni se acordaran que tal mujer había ido a reclamar nada".
El régimen robó niños a las madres presas, los repatrió sin permiso de sus padres ni de los países a los que la República los había evacuado durante la guerra y desde 1941, permitió por ley que les cambiaran los apellidos, impidiendo para siempre que su familia los encontrara. No se sabe cuántos fueron. Muchos de esos niños habrán muerto ancianos sin saber cuál era su verdadero nombre. Estas son algunas historias de las madres que no olvidaron, los que tuvieron la suerte de reencontrarse y los que siguen buscando.
ANTONIA RADAS
"Me llamaba Pasionaria"
Tuvieron sólo un año y medio para conocerse, "para hacernos preguntas", aclara Antonia. "Yo tenía 54 años cuando conocí a mi madre. Ella, 87". Carmen y Antonia se encontraron gracias a un programa de televisión, Quién sabe dónde. "La reconocí enseguida. ¡Era idéntica a mí, pero con 30 años más! Mi madre me gustó mucho. Era auténtica, tenía un poco de genio, igual que tengo yo". El año y medio que vivió Carmen desde aquel encuentro se esfumó en presentar a hermanos y nietos, en llorar por el tiempo perdido y en aclarar una mentira.
"Yo siempre pensé que mi madre me había abandonado. Fue lo que me dijeron mis padres adoptivos. Y cuando en mi primera comunión se presentó un chico diciendo que era mi hermano y que me fuera con él porque mi madre me estaba esperando, yo le grité '¡es mentira!'. Pero era verdad".
-Déjanos a la niña, que nosotros te la cuidaremos-, le dijeron a su madre.
- ¡Antes de eso, yo la ahogo!
"Mi madre me contó que había oído que robaban a los niños en la cárcel, por eso reaccionó así. Pero viendo que tarde o temprano me iban a apartar de ella, decidió darme a otra presa que ya salía en libertad para que cuidara de mí los seis meses que le quedaban a ella de condena. Pero la amiga me vendió o me regaló a mi familia adoptiva. Por no querer perderme, al final casi me pierde para siempre", recuerda Antonia, que a los 54 años descubrió que se llamaba Pasionaria. "A ella la habían hecho presa para coger a mi padre, que estaba en el monte. Él se entregó y lo fusilaron y a mi madre no la soltaron. Me puso Pasionaria para fastidiar a los que habían matado a mi padre. Pero en cuanto mis padres adoptivos me bautizaron, me lo cambiaron por Antonia".
ANTONIO PRADA GIRÓN
Aún busca a su hermano
Aunque nunca supo si seguía vivo o con qué nombre había muerto, Emilia Girón nunca olvidó a su segundo hijo. Quería llamarle Jesús y se lo quitaron en el hospital de Salamanca, adonde la habían desterrado por ser hermana de uno de los guerrilleros más famosos de España, Manuel Girón, El león del Bierzo.
Antes de dar a luz a Jesús, Emilia había sido torturada decenas de veces para que confesara el paradero de su hermano. "Iban a buscarla a casa casi cada día. Una hora después de parirme a mí fueron a por ella y se la llevaron todavía sangrando al puesto de la Guardia Civil para que identificara a un guerrillero que habían matado, para ver si era mi tío. La molieron a palos", explica Antonio Prada Girón, otro de sus hijos, que ha oído muchas veces aquel relato.
"Yo sé que lo parí. Se lo llevaron para bautizarlo, pero no me lo devolvieron. No lo volví a ver más. Supongo que un matrimonio que no tuviera hijos se lo quedó, pero a mí no me pidieron permiso", relató Emilia Girón ante la cámara de Montserrat Armengou, autora del documental Los niños perdidos del franquismo. Ahora es su hijo Antonio quien le sigue buscando. "Mi madre murió el año pasado, a los 96 años, con la pena de no haberle encontrado. No dejó de pensar en él ni un solo día. Porque mi madre lo parió, y de eso no pudo olvidarse", explica Antonio. "Le tenía siempre en el pensamiento. Nos repitió muchas veces que teníamos otro hermano y que se lo habían robado. Le quería tanto como a nosotros cinco".
MARÍA JOSÉ HUELGA
Cinco pruebas de ADN
Antes de morir, a los 84 años, Marina Álvarez Gutiérrez se hizo cinco pruebas de ADN con cinco mujeres que vivían en Francia, Bélgica, La Rioja, Murcia y Zamora para averiguar si alguna de ellas era su hermana María Luisa. No tuvo suerte. "La primera se la hizo muy ilusionada porque estaba convencida de que iba a ser su hermana. No se imaginaba que hubiera más casos como el suyo, y que habían robado a tantos niños", explica su hija María José Huelga. Marina no tuvo suerte. Ninguna de aquellas cinco mujeres era la niña que recordaba haber llevado de la mano hasta el carguero inglés en el que fueron evacuados a Burdeos.
Intentando poner a sus seis hijos a salvo, su padre pidió para ellos un pasaporte de guerra. "Le dijeron que no les iba a pasar nada, y mira lo que pasó. Mi madre tenía entonces tres años y medio y mi tía, poco más de un año. Iban a Burdeos pero al final los separaron a todos. María Luisa, la más pequeña, nunca volvió".
Mientras el miedo a Franco le impidió preguntar por ella a la Guardia Civil, Marina acudió con frecuencia a un echador de cartas para sabercómo estaba su hermana. "Le decían que estaba viva y mi madre se quedaba contenta. Siempre estaba pensando en ella, imaginando cómo sería ahora su hermana. A veces decía: 'Siento que no está muerta. A lo mejor es monja...'. Toda la vida tuvo la angustia de haberla perdido", recuerda María José. "Por eso ahora, si consigo encontrar a mi tía, por una parte va a ser una alegría, pero por otra va a ser una pena tremenda, porque mi madre se ha muerto sin verla. Aún así me encantaría encontrarla y decirle que no la abandonaron. Poder contarle lo que pasó y quién es. Nadie se merece menos que eso. Pero es tan difícil... si nosotras encontramos cinco mujeres con casos parecidos y ninguna era mi tía, ¿cuántos niños habrán podido robar los franquistas?".
MARÍA CALVO
Cuatro nombres distintos
María ha tenido, en 76 años, cuatro nombres distintos: fue María del Carmen Calvo García al nacer. María Expósita en Francia. María Pérez Gómez de vuelta a España. Y para que pudiera casarse, le pusieron María López García, los apellidos de sus padres adoptivos.
El suyo, el que le habían puesto sus padres, lo descubrió hace muy poco. "Te llamas Carmen Calvo García", le tuvo que decir Florencia, su hermana, que también la encontró gracias a Paco Lobatón, casi 70 años después de que un bombardeo alemán las separara en Francia cuando María aún era muy pequeña para recordar aquella imagen.
"Mi madre no sabía cómo se llamaba. Tuvo que ir a la televisión para saber quién era. Y a un forense para que le dijera mirándole la dentadura cuántos años tenía. ¿Puede haber algo más penoso?", se pregunta su hija Encarnación, que pide hablar en nombre de su madre para que ella no sufra recordando la vida que perdió.
Como tantos otros niños, María y Florencia llegaron a Francia huyendo de una guerra y tropezaron con otra. Fueron a parar a distintas familias en Francia. Hasta que Franco reclamó la repatriación de los 34.037 niños que el Gobierno rojo había expatriado durante la guerra obedeciendo "a consignas emanadas del Kremlin con objeto de obtener valiosos instrumentos para sus planes ulteriores", según un informe de Falange sobre las repatriaciones, de noviembre de 1949. Las hermanas fueron separadas y tuvieron vidas muy distintas.
"Mi madre recuerda perfectamente el día en que su madre adoptiva la recogió en el colegio al que la habían llevado en Madrid. Pusieron a todas las niñas en el patio y mi abuela dijo: 'Esa es la que quiero'. Le dijo 'soy tu madre' y se la llevaron a Jumilla (Murcia)", explica Encarnación. "Florencia tuvo una vida muy distinta. La pobre sufrió mucho...".
Entró en un asilo a los 10 años y no salió de él hasta los 18. "Me quedé hasta ciega de tanto llorar. Recién llegada de Francia, me oriné más de una vez en la cama y las monjas me ponían las sábanas por la cabeza. Me hacían pasar por el comedor de los niños con la sábana mojada para que me diera más vergüenza...", relata Florencia en el documentalLos niños perdidos del franquismo justo antes de ahogarse en su propia voz. Falleció hace años, poco tiempo después de que el ADN confirmara que la mujer a la que había encontrado en Quién sabe dónde era su hermana.
María nunca se había atrevido a preguntar a sus padres adoptivos si era verdad lo que le habían dicho otras niñas: "Tú no eres tú". Cuando se estaba muriendo, su madre adoptiva le confesó que había "un secreto", pero le dijo que se lo llevaría a la tumba. Y así fue. Con la ayuda de su hija, María comenzó a buscar su identidad. Hasta que vio a su hermana en Quién sabe dónde. "No te conozco pero yo te quiero mucho", le dijo ella. Florencia nunca se había creído lo que le habían dicho en el asilo: "María está muerta. La tiraron por la ventanilla del tren".

La regeneración de la raza según Vallejo Nájera

El régimen no intentó buscar a los padres de los niños que habían sido evacuados, o directamente se los robó a sus madres en las cárceles, en el intento de "recatolizarlos a la fuerza", explica el historiador Julián Casanova, autor de La Iglesia de Franco. "La Iglesia fue la principal responsable del robo de estos niños, quería purificar a aquellas criaturas, de familias rojas y descarriadas. Por eso estaban mucho más interesadas en las niñas que en los niños. Y a ese intento de purificación obedece también el aceite de ricino que les hacían beber a las mujeres cuando las torturaban", añade.
Para construir aquel sistema cruel que borraba la identidad de los niños, el régimen se empeñó en conseguir que odiaran a sus padres, los rojos. Hizo falta un psiquiatra, el comandante Antonio Vallejo Nájera, y una teoría disparatada sobre la Eugenesia de la hispanidad y la regeneración de la raza.
En un intento de cuajar aquellas teorías con su fe católica, Vallejo Nájera ideó una suerte de "eugenesia positiva" con el fin de "multiplicar a los selectos y dejar que perezcan los débiles", entendiendo como débiles a losrojos, y como recuperables, a sus hijos, a los hijos robados del franquismo.
FE DE ERRORES
Los autores del documental Los niños perdidos del franquismo y del libro del mismo título mencionado en el reportaje ¡No me la quiten! ¡No quiero dejar a mi hija con estos verdugos! son Montserrat Armengou, Ricard Vinyes y Ricard Belis. En el reportaje del pasado domingo sólo se citaba a Montserrat Armengou.

Fuente http://elpais.com/diario/2008/11/23/espana/1227394813_850215.html

jueves, 11 de octubre de 2012

Niños Robados Por Sor María



foto 
  Éste es el mapa que ha elaborado Añadir  En septiembre de 2010, en la organización había afectados de todas las provincias que aparecen tachadas. Con el paso de los meses se han ido sumando nuevas localizaciones.

     Sus relatos descubren tramas de película: intercambios de niños por dinero a plena luz del día, bebés que salían del paritorio tras haber sido dados por muertos, matronas que falsificaban documentos... «Había parturientas sanas a las que les quitaban al niño asegurándoles que había muerto», afirma Francisco Tena. «Había religiosas implicadas. Se creían con potestad moral para quitarles los bebés a madres sin recursos y dárselos a familias convencionales. Figuran en los casos porque trabajaban como enfermeras en los hospitales», afirma Enrique Vila. Para obtener una prueba de ADN con validez jurídica debe hacerla en centros homologados, donde un técnico o un abogado certifican la muestra. Enrique Vila trabaja con la Universidad del País Vasco. El coste es de 400 euros y en 15 días se obtienen los resultados.  

Familias ficticias; vidas robadas

     Según el abogado Enrique Vila, entre 200.000 y 300.000 personas podrían vivir bajo esta sombra. Casos que hunden sus raíces en los últimos coletazos del franquismo y ven la luz ahora, cuando sus protagonistas están descubriendo que su familia no es la que creían. Sus relatos descubren tramas de película: intercambios de niños por dinero a plena luz del día, bebés que salían del paritorio tras haber sido dados por muertos, matronas que falsificaban actas de alumbramiento...[Así funcionaban las tramas] 

       Juan Luis Moreno supo que le habían comprado por 150.000 pesetas cuando su padre se lo confesó en su lecho de muerte [LEA SU HISTORIA]; a María Luisa Torres le quitaron a su hija por ser madre soltera [LEA SU HISTORIA]; María Labarga descubrió que su partida de nacimiento estaba falsificada y la que creía su madre, no lo es [LEA SU HISTORIA], Paloma Mosset busca a su hija, dada por muerta al nacer [LEA SU HISTORIA]... 

        Son muchas las personas que, tras años de sospechas, han decidido investigar su caso. Cerca de 300 se han ido sumando a ANADIR[Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Ilegales] con la intención de que les escuchen en los tribunales, algo complicado hasta la fecha —septiembre de 2010— , ya que las demandas que han interpuesto ante diversos juzgados provinciales han sido desestimadas —en enero de 2011 sólo se estaban estudiando casos en Cádiz, Algeciras, Málaga y Huelva—. «Nos dicen que son delitos que han prescrito porque rondan ya los 40 años. Pero la desaparición de personas no prescribe hasta que éstas aparecen y, además, este tipo de causas son permanentes», afirma Vila, abogado al servicio de Anadir que presentó ante la Fiscalía General del Estado una denuncia colectiva con 260 casos el 27 de enero de 2011. [El fiscal Conde Pumpido descartó una investigación estatal, pero les aseguró que coordinará las investigaciones provinciales, que en seguida comenzaron a ejecutarse]. 


      Vila lleva 10 años investigando este tipo de casos. Comenzó representando a adoptados en busca de sus orígenes y así descubrió que muchos figuran como hijos naturales en su partida de nacimiento, a pesar de que sus propias familias les han contado que no lo son. ¿Quién falsificó sus papeles? ¿Qué irregularidades se esconden detrás? Asegura que entre un 10 y un 15% de sus representados se encuentra en esa situación. Según sus cálculos, en España habría unos 2.000.000 de adoptados nacionales, por lo que, si extrapolamos esa variable, entre 200.000 y 300.00 casos serían ilegales. Tras comprobar que sus álbumes familiares reflejaban una realidad falsa, las víctimas de estas tramas rompen su silencio y reclaman justicia.

Redes de religiosos, médicos y funcionarios 

    ««Mis padres me confesaron que me habían comprado»; «Pagaron por mí más que por un piso»; «Un religioso les dio a elegir entre niño o niña», «Tuvieron que aportar a cambio una madre gestante»... Estos testimonios no pertenecen al guión de una ficción. Son historias reales de personas que, de adultos, han descubierto que su vida es una mentira. Recién nacidos, en el hospital, cambiaron de manos previo pago de sus padres adoptivos. ¿Quién fue su madre real? ¿Quién se enriqueció con su venta? Miles de preguntas se agolpan sin respuesta en sus cabezas.

     La historia de los niños 'apropiados' —así prefieren ellos que se les llame— hunde sus raíces en el Franquismo. Aunque en los primeros años estuvo cargada de ideología —robaban a los hijos de presas políticas y mujeres republicanas para dárselos a familias conservadoras—, pronto se convirtieron en tramas puramente económicas que extendieron sus tentáculos más allá de la dictadura. Lo atestigua Francisco Tena, sociólogo y experto en la materia que lleva años rastreando el origen de algunas de estas personas. «Los casos más numerosos se dieron entre 1963 y 1970, aunque yo manejo casos de 1943 a 1995. En 50 años, ¡imagínate todos los afectados que pudo haber!», exclama. El abogado Enrique Vila representa a 'apropiados' de hasta los años 90. 

       Estudiando los casos, descubren un 'modus operandi' recurrente. «Matrimonios que no podían tener hijos, normalmente mayores, se ponían en contacto mediante conocidos con personas que les podían 'facilitar' uno. En un primer encuentro les decían a qué ciudad tendrían que ir a buscarlo y el dinero que debían pagar por él [FUE EL CASO DE JUAN LUIS Y ANTONIO] y en la fecha señalada,se desplazaban hasta la ciudad pactada y se hacía el intercambio, normalmente en casas o parques. Después, les mandaban a una matrona o auxiliar de enfermería de su propia ciudad, que falsificaba, también previo pago, el certificado de alumbramiento y con él acudían al registro civil donde inscribían al bebé como propio. Todos se llevaban dinero», describe Vila.

       El eje de la trama se urdía entre las paredes de los hospitales, donde se vivían situaciones dispares. Había madres que querían dar al niño en adopción, mujeres jóvenes o madres solterasque, presionadas por sus familias y la moral de la época, decidían no seguir adelante con su maternidad [ES EL CASO DE MIGUEL MORRO, QUE POSEE UNA CARTA DE RENUNCIA DE SU MADRE], prostitutas que no podían tener al bebé... Pero también casos más trágicos. «Había parturientas sanas y con partos normales a las que, tras dar a luz, les quitaban al niño diciéndoles que había muerto. Muchas nunca llegaban a ver el cuerpo del bebé, ni el certificado de defunción, ni nada de nada», cuenta Francisco Tena. Ese niño salía de la clínica con destino a otro hogar y en la mayoría de los casos, como en el de Antonio Barroso o María Labarga, se modificaban los historiales médicos y las actas de nacimiento para borrar cualquier rastro de lo ocurrido. Entre otros delitos, Vila considera que se podrían haber cometido suposición de parto y trafico de niños, falsedad en documento público, coacciones y engaño a las madres biológicas. [El reencuentroreciente de una madre con la hija a la que dieron por muerta en 1971 ha confirmado estos temores].

     «Casi siempre había religiosos implicados. Se creían con potestad moral para quitarles los bebés a madres sin recursos y dárselos a familias convencionales. Pero figuran en los casos porque trabajaban como enfermeras en los hospitales en esos años, no porque fuera una trama de la Iglesia como institución», explica el abogado. La magnitud del escándalo llegó a alcanzar grandes proporciones. «Hubo muchas familias despojadas de sus hijos. Las madres no tenían normalmente recursos culturales ni económicos. Eran solteras, jóvenes indefensas que se resignaban cuando les decían que el niño había muerto. Algunas siguen hoy en tratamiento psicológico», añade Francisco Tena, quien matiza que «la mayoría de los adoptantes lo hicieron de buena fe» y no se les puede acusar de delito porque, aunque pagaban por los niños, «les decían que era para gastos médicos, papeleo, etc». «La responsabilidad la tienen los intermediarios y hubo mucha gente que se enriqueció con esto. Debería intervenir la Fiscalía y habría que estudiar su conexión con delitos de lesa humanidad. Es de una magnitud tremenda », sentencia. 

Hospitales en el punto de mira

       El propio Tena llevó a cabo una investigación sobre la Maternidad de O'Donnell en su libro 'Niños invisibles en el cuarto oscuro', en el que indaga sobre una extraña epidemia de otitis que provocó, según los registros del hospital, numerosas muertes de bebés en 1964, cuando no era habitual que falleciesen por esa causa. Esta clínica se sometió después a una profunda remodelación.

       Sin embargo, el abogado Enrique Vila señala que se trataba de tramas de personas más que de centros hospitalarios. «En casi todas las ciudades había algún centro en el que se producían más casos, pero yo creo que eran redes ajenas a los hospitales. El problema para los afectados llega cuando recurren a estos centros en busca de sus historiales o los de sus madres para indagar en sus orígenes. «Hay muchas personas a las que el hospital niega el acceso a sus informes, les dicen que han desaparecido», denuncia Francisco Tena. A Juan Luis y Antonio les respondieron que no figuran como nacidos en los centros ni sus madres como ingresadas. David Rodríguez yMaría Labarga ni siquiera saben dónde buscar sus expedientes. Como ellos, cientos de afectados tratan estos días de esclarecer sus vidas. Un objetivo para el que internet se ha puesto a su servicio mediante foros y direcciones como buscapersonas.org o quiensabedonde.es a los que casi cada día se suman nuevos nombres en busca de sus familiares perdidos.

       El propio Tena llevó a cabo una investigación sobre la Maternidad de O'Donnell en su libro 'Niños invisibles en el cuarto oscuro', en el que indaga sobre una extraña epidemia de otitis que provocó, según los registros del hospital, numerosas muertes de bebés en 1964, cuando no era habitual que falleciesen por esa causa. Esta clínica se sometió después a una profunda remodelación.

         Sin embargo, el abogado Enrique Vila señala que se trataba de tramas de personas más que de centros hospitalarios. «En casi todas las ciudades había algún centro en el que se producían más casos, pero yo creo que eran redes ajenas a los hospitales. El problema para los afectados llega cuando recurren a estos centros en busca de sus historiales o los de sus madres para indagar en sus orígenes. «Hay muchas personas a las que el hospital niega el acceso a sus informes, les dicen que han desaparecido», denuncia Francisco Tena. A Juan Luis y Antonio les respondieron que no figuran como nacidos en los centros ni sus madres como ingresadas. David Rodríguez yMaría Labarga ni siquiera saben dónde buscar sus expedientes. Como ellos, cientos de afectados tratan estos días de esclarecer sus vidas. Un objetivo para el que internet se ha puesto a su servicio mediante foros y direcciones como buscapersonas.org o quiensabedonde.es a los que casi cada día se suman nuevos nombres en busca de sus familiares perdidos.

        Sin embargo, el abogado Enrique Vila señala que se trataba de tramas de personas más que de centros hospitalarios. «En casi todas las ciudades había algún centro en el que se producían más casos, pero yo creo que eran redes ajenas a los hospitales. El problema para los afectados llega cuando recurren a estos centros en busca de sus historiales o los de sus madres para indagar en sus orígenes. «Hay muchas personas a las que el hospital niega el acceso a sus informes, les dicen que han desaparecido», denuncia Francisco Tena. A Juan Luis y Antonio les respondieron que no figuran como nacidos en los centros ni sus madres como ingresadas. David Rodríguez yMaría Labarga ni siquiera saben dónde buscar sus expedientes. Como ellos, cientos de afectados tratan estos días de esclarecer sus vidas. Un objetivo para el que internet se ha puesto a su servicio mediante foros y direcciones como buscapersonas.org o quiensabedonde.es a los que casi cada día se suman nuevos nombres en busca de sus familiares perdidos.


¿Qué debe hacer si sospecha que es un 'niño robado'?

      Según los estudios del sociólogo Francisco Tena, la mayoría de las adopciones irregulares se produjeron en Madrid y Bilbao. Pero a Anadir se han asociado personas de todas las provincias, especialmente de Zaragoza, Málaga, Barcelona, Cádiz, Alicante, Valencia, Almería... [vea el mapa a la derecha de esta página] «Hay nombres de clínicas que se repiten con frecuencia en las historias. Donde más afectados tenemos es en Madrid, donde se repite mucho la Maternidad de O'Donnell; en Cádiz, en el Hospital Zacamola, y el Miguel Servet, en Zaragoza», cuentan desde la asociación. También Santa Isabel,en Valencia, y Santa Cristina o el ya desaparecido San Ramón en la capital.



      La publicación de las historias de este especial ha hecho despertar numerosas sospechas. Decenas de personas han contactado con elmundo.es [ENVÍE SU HISTORIA] para contar sus casos y pedir ayuda ante lo que consideran que pueden ser irregularidades. Mujeres a las que les dieron un bebé por muerto en el hospital, hombres a cuyos familiares les impusieron dar a un niño en adopción, hijos que creen no haber crecido en la familia correcta...

     Al leer las historias de Juan Luis Moreno, Antonio Barroso, Maria Luisa Torres, Miguel Morro,María Labarga, David Rodríguez o Paloma Mosset han sentido el miedo de que sus casos sean similares, pero no tienen pruebas que sustenten sus intuiciones. ¿Qué pueden hacer en estos casos? ¿Qué pasos deben seguir para aclarar sus historias? Los fundadores de ANADIR[Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Ilegales] y su abogado, Enrique Vila, han elaborado esta lista de indicaciones.

— En el caso de los hijos que sospechan que no han vivido con sus padres...

1º. Contactar con amigos, vecinos, familiares o compañeros de trabajo de sus supuestos padresque puedan contarles si sus madres estuvieron o no embarazadas o si hubo algo raro en sus familias en torno a la fecha de su nacimiento.

2º. Hacerse una prueba de ADN con la madre. Lo más barato —en torno a 200 euros— es acudir a una farmacia, donde se lleva directamente la muestra de saliva y la envían a un laboratorio para analizarla. Esta prueba no tiene validez jurídica, pero serviría para salir de dudas. Para obtener una prueba con validez habría que hacerla directamente en centros homologados, donde un técnico o un abogado certifican de quién es la muestra. Enrique Vila trabaja con la Universidad del País Vasco. El coste es de 400 euros y en 15 días se obtienen los resultados.

3º. Comprobar la partida de nacimiento y el acta de alumbramiento. Si figuran como hijos naturales, está claro que se manipularon y que habría varias personas implicadas.

4º. Acudir a la clínica en la que supuestamente nacieron y pedir su historial clínico, el del parto y el ingreso de su madre. No se los pueden negar, aunque en la mayoría de los casos les dirán que han desaparecido o que no guardan documentación antigua. «Muchas veces, la madre adoptiva ni siquiera ingresaba en el centro. Se sacaba al niño y se le daba en otro lugar, aunque a veces se hacía un ingreso en falso. Lo más probable es que la documentación no esté, que el niño fuese registrado en otro hospital o incluso en otra ciudad», explica Vila.

5º. Contactar con ANADIR, donde hay ya 110 asociados que cuentan con asesoramiento legal y jurídico, o con un abogado particular que estudie las acciones legales pertinentes.

— Si es la madre la que sospecha...

1º. Acudir al hospital en que ingresó para dar a luz y pedir su historial clínico, en el que deberían constar las condiciones del parto. Además, debe estar registrada la muerte del bebé.

2º. Acudir al cementerio al que supuestamente se llevó el cuerpo del niño y preguntar por los ingresos procedentes de su hospital en torno a los días del parto.

3º. Si en ninguno de estos sitios hay datos fiables, lo más probable es que algo se esconda detrás. En ese caso, contactar con ANADIR o con un abogado para estudiar el caso.



 por Raquel Quílez

miércoles, 10 de octubre de 2012

Familiares de niños robados piden investigar a los médicos implicados porque Sor María "no es la única responsable"




La Plataforma sobre la Causa de Niños Robados ha advertido este miércoles que "Sor María no es la única responsable" de las sustracciones de bebés y ha defendido la necesidad de que los jueces tomen declaración a los médicos implicados en posibles adopciones irregulares.
En declaraciones a Europa Press, la coordinadora de la plataforma, Mar Soriano, ha afirmado que la monja María Gómez Valbuena "no es la única responsable" de los robos, por lo que es conveniente investigar la responsabilidad de los funcionarios y los médicos que participaron en la tramitación de las adopciones.
"En el caso de las partidas de defunción, el primer responsable es el médico", ha advertido la coordinadora de la Plataforma de Afectados Clínicas de Toda España en la Causa Niños Robados.
Mar Soriano ha asistido acompañada de representantes de otras asociaciones de bebés robados a la reunión mantenida con el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.
"UNA BRECHA IMPORTANTE" PARA LA RESOLUCIÓN DE LOS CASOS
A su término, ha celebrado que la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid de ordenar reabrir un caso de niños robados supone "una brecha importante" que mantiene la esperanza de las familias sobre la no prescripción de los delitos de esta naturaleza.
La Audiencia Provincial de Madrid ordenó hace unos días al Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid reabrir la investigación de otro caso de niños robados que implica a la religiosa María Gómez Valbuena al estimar que los delitos de detención ilegal, suposición de parto y alteración de paternidad no están prescritos.
Ruiz-Gallardón ha anunciado este miércoles la creación de un Servicio de Información que se pondrá en marcha entre finales de diciembre e inicios de enero en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid para facilitar a los afectados el acceso a la documentación que está en manos de la Administración.
Además, el Instituto Nacional de Toxicología incorporará los perfiles genéticos a una única base de datos, mientras que validará gratuitamente las muestras que reciba por primera vez.

Una 'niña robada' pide que la Justicia le ayude a encontrar a su verdadera madre


Una afectada por la trama de bebés robados que reconoce ser una 'niña robada', María de la Paloma Pérez, ha pedido a la Justicia este martes en los juzgados de Plaza Castilla que le ayude a encontrar a su verdadera madre, a la que engañaron en el Hospital Materno Infantil de O'Donnell diciéndole que su hija nació muerta.


En declaraciones a los medios a las puertas de los juzgados donde se toma declaración a varios médicos que trabajaron en la clínica Santa Cristina, uno de los centros implicados en la trama de niños robados en hospitales madrileños, Pérez ha sostenido que Sor María, una de las supuestas responsables de las adopciones irregulares es sólo una "pieza" de la trama.
Así, ha afirmado que habría muchas personas involucradas en esta red que traficaba con niños ya que "una monja sola" no habría sido capaz de llevar a cabo estas operaciones y ha lamentado que todos los que están afectados por este caso se sienten solos ante la Justicia ya que son ellos quienes tienen que aportar todas las investigaciones y les cuesta mucho esfuerzo.
Las comparecencias se enmarcan en el procedimiento judicial que dirige el juez Adolfo Carretero contra 'Sor María' por el presunto robo de una niña en la Clínica Santa Cristina el 31 de marzo de 1982. Se trata de uno de los primeros casos de niños robados en los que madre, María Luisa Torres, e hija, Pilar Alcalde, se reencontraron casi 30 años después.
La pasada semana, personal médico de esta clínica apuntó en sus manifestaciones ante el magistrado que Sor María era la única responsable de las adopciones, un hecho clave para dirimir posibles responsabilidades penales.

Sor María.... Un nuevo escándalo católico...




Sor María Gómez Valbuena es una monja octogenaria de las Hermanas de la Caridad, es la primera persona denunciada por la Fiscalía de Madrid por el caso de los niños robados... es una muestra de la hipocresía de la Iglesia, que profesa no estar de acuerdo con el aborto y al mismo tiempo saca producción a las crías... más muestras de trafico humano que existe desde la inquisición...

Sor María Gómez Valbuena, (Valderrueda, León, 8 de abril de 1925) es una religiosa española de las Hermanas de la Caridad, que recientemente ha saltado en los medios de comunicación españoles, como una de las presuntas responsables del robo de niños, en las clínicas de maternidad madrileñas en la década de los años 1980. Aunque hace más de 15 años que aparece como acusada por el mismo delito, es la primera vez que un juez enjuicia a un religioso. 

Hasta el 14 de noviembre de 2011 se habían abierto 1072 diligencias informativas y 342 diligencias previas, al tiempo que se había llevado a cabo 14 exhumaciones: las asociaciones de afectados como Anadir, cifran entre 200.000 y 300.000 los niños robados en la segunda mitad del siglo XX en España.


Actualmente está imputada por los delitos de detención ilegal y falsedad en documento público en la causa de los niños robados, por el robo de Pilar Alcalde, en la Clínica Santa Cristina en la cual ejercía labores de asistente social, la cual fue entregada a su padre adoptivo Alejandro Alcalde, alegando que provenía de una madre sin recursos. A su madre María Luisa Torres en cambio, se le sustrajo el bebé, por no nacer en el seno de un matrimonio, sino en adulterio.


Se le ofreció el bebé a cambio únicamente de los gastos de hospital que ascendieron a 80.000 pesetas ya que pasó 60 días en la incubadora y la estancia de la madre soltera (lo cual nunca incurrió, con lo que se investiga el destino de dicho dinero). Se investiga además los papeles de adopción ya que hay indicios de falsificación. La firma de Sor María aparece en centenares de documentos de adopción, los cuales ha indicado la Fiscalía de Madrid que empezará a investigar según vayan apareciendo más denuncias firmes. La monja, en su primera citación en los juzgados nº 47, se negó a declarar y más tarde en un comunicado se ha declarado inocente.


A Sor María se la relaciona con el Doctor Eduardo Vela, relacionado con la trama de robos de niños que se investiga a nivel nacional, el cual en declaraciones a un periódico de ideología de ultra derecha español, ha defendido su inocencia y la de Sor María, alegando que no se pueden juzgar actos de dicha época con las leyes vigente hoy día.  Este juicio se sigue de cerca por la asociación S.O.S. Bebés Robados entre cuyos miembros se encuentra Martín de la Herrán.


A raíz de ésta y otras denuncias, el 12 de abril de 2012 se realizó una cumbre ministerial entre las asociaciones de afectados por el robo de niños con los ministros de Interior, Justicia y Sanidad además de con el actual Fiscal del Estado. Por estos casos ha recibido bastantes críticas la Conferencia Episcopal Española, ya que hasta la fecha no se ha pronunciado. Varios periódicos internacionales han realizado seguimientos de esta noticia y de este tema.

'Es imposible que Sor María sea la única responsable del robo de bebés'
La portavoz de la Plataforma de Afectados por la Causa de los Niños Robados, Mar Soriano, ha asegurado este miércoles que es imposible que una sola persona pueda ser la única responsable de los robos de niños, en referencia a sor María, la monja imputada por un caso que se investiga en Madrid.


Soriano ha hecho estas declaraciones a los periodistas antes de participar en una reunión que mantiene desde mediodía el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, con representantes de las distintas asociaciones de bebés robados para dar cuenta del cumplimiento de los acuerdos alcanzados el pasado mes de abril.


"Es imposible y no es creíble que una sola persona pueda ser la causante y la única responsable de los robos de bebés", ha señalado Soriano, al ser preguntada por la investigación del titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, sobre el supuesto robo de una niña en la Clínica Santa Cristina en 1982.El juez mantiene imputada a la religiosa María Gómez Valbuena, conocida como "sor María", por los delitos de detención ilegal y falsedad en documento público. Por su parte, Antonio Barroso, de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (ANADIR), ha dicho que habrá que ver qué decide el juez, pero ha indicado que "no solamente está sor María, sino que hay muchas monjas".


Entre los compromisos que el Gobierno adquirió en abril con las asociaciones de afectados, figuraba la creación de un censo de posibles casos de "niños robados" para conocer la "dimensión real" de este problema y contribuir al reencuentro de los familiares.


Otro de los acuerdos suponía la creación de un banco único de datos de ADN por parte del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, que incorporaría los perfiles genéticos que las familias ya se hayan hecho en laboratorios privados.



El juez Adolfo Carretero tomará mañana declaración a siete médicos que trabajaron en la clínica Santa Cristina, uno de los centros implicados en la trama de niños robados en hospitales madrileños, para despejar las dudas sobre la posible responsabilidad de la monja María Gómez Valbuena en las supuestas adopciones irregulares que se realizaban en este centro sanitario.Las comparecencias se enmarcan en el procedimiento judicial que dirige Carretero contra 'Sor María' por el presunto robo de una niña en la Clínica Santa Cristina el 31 de marzo de 1982. Se trata de uno de los primeros casos de niños robados en los que madre, María Luisa Torres, e hija, Pilar Alcalde, se reencontraron casi 30 años después.


La pasada semana, personal médico de esta clínica apuntó en sus manifestaciones ante el magistrado que Sor María era la única responsable de las adopciones, un hecho clave para dirimir posibles responsabilidades penales. El abogado de SOS Bebés Robados, Guillermo Peña, destacó que de las declaraciones se extraía que "la única que sabía cómo se hacían las adopciones era 'Sor María'". 


Según Peña, esto vendría a confirmar la tesis de la acusación particular, que engloba varios casos de madres afectadas del robo de sus hijos.Sor María por ahora está imputada sólo en este caso, si bien la Audiencia Provincial de Madrid ordenó la pasada semana reabrir otra causa. Por ello, es previsible que el magistrado llame a declarar a la monja en los próximos días para que ofrezca su relato.




Sor María tenía poder absoluto en las adopciones, dicen las doctoras


Cinco doctoras han confirmado este martes ante el juez que investiga el presunto robo de una niña en la Clínica Santa Cristina, de Madrid, en 1982 que la religiosa María Gómez Valbuena, conocida como "sor María", era la responsable de las adopciones casi en exclusiva y tenía un poder omnímodo. 


Las médicas han apuntado que en la clínica había una zona privada a la que se llevaba a las madres que presuntamente querían dar a sus hijos en adopción, según fuentes jurídicas. 


Las doctoras Ana Elisa López Delgado, María Rosa Acero de Pablo, María Teresa del Olmo Mombiedro, Carmen Sánchez Calvo y Olga Fadón Pérez han comparecido este martes como testigos ante el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero. 


Han expuesto que "Sor María" era la responsable de la administración de las adopciones casi en exclusiva y tenía libertad y potestad para entrar y salir en la zona de los nidos y de las incubadoras, sin que nadie pudiera enmendarle la plana. 


Tres de las cinco testigos han afirmado que la religiosa tenía una enorme autonomía dentro de la clínica, pero los directores y los jefes de departamento y de la administración debían saber lo que ocurría dentro de la cadena jerárquica de mando de una maternidad pública. 


El juez mantiene imputada a la religiosa por los delitos de detención ilegal y falsedad en documento público, tras la denuncia presentada por María Luisa Torres, que la acusa de haberle arrebatado a su hija recién nacida en la Clínica Santa Cristina en 1982. 


El abogado de la denunciante, Guillermo Peña, ha indicado que hay"muchísimas contradicciones" entre personas que han sido compañeras de servicio que le llevan a pensar que "el consentimiento de la madre no aparece por ningún sitio y que es más que probable que María Luisa Torres pudiera haber permanecido en la zona privada sin haber sido atendida por nadie". 


Durante el interrogatorio, el juez ha sido más incisivo con las neonatólogas que tenían la responsabilidad de saber de dónde venían los niños y a dónde iban, por la identificación que llevaban en la cuna. 


Después de prestar declaración ante el juez, Olga Fadón, que fue neonatóloga en la Clínica Santa Cristina durante treinta años, ha asegurado a los medios de comunicación que "nunca" notó nada "extraño", ni vio a ninguna madre llorar, ni vio a ningún matrimonio entrar sin hijos y salir con hijos. 


"Sor María" era "poderosa", ha resaltado Olga Fadón, antes de explicar que "lo que hacía ella estaba bien hecho", que "era la que atendía las adopciones única y exclusivamente" y que "lo de las adopciones siempre ha sido algo conflictivo". 


La neonatóloga ha reconocido que "era otra España totalmente distinta, y las madres sabían muy poco de sus derechos", pero ha comentado que no cree que ninguna madre haya sido "coaccionada" para dar a su hijo en adopción. 


Al ser preguntada por el supuesto robo de niños en la Clínica Santa Cristina, ha manifestado que no cree que fuera posible hacer eso porque "había muy buenos jefes y se funcionaba muy bien". 


Mientras tanto, a las puertas de los juzgados de la Plaza de Castilla, se ha vuelto a concentrar un grupo de mujeres y hombres de la Asociación Sos Bebés Robados Madrid con carteles y fotografías para pedir justicia.

El juez del 'caso Sor María' interrogará mañana a siete médicos para que despejen las dudas sobre su responsabilidad





jueves, 27 de septiembre de 2012

Brazos baratos para el café



Hay quienes aseguran que el café resulta casi tan importante como el petróleo en el mercado internacional. A Principios de la década del cincuenta, América Latina abastecía las cuatro quintas partes del café que se consumía en el mundo; la competencia del café robusta, de África, de peor calidad pero de precio más bajo, ha reducido la participación latinoamericana en los años siguientes. No obstante, la sexta parte de las divisas que la región obtiene ene le exterior proviene, actualmente, del café. Las fluctuaciones de los precios afectan a quince países del sur de río Bravo.
Brasil es el mayor productor del mundo; del café obtiene cerca de la mitad de sus ingresos por exportaciones. El Salvador, Guatemala, Costa Rica y Haití dependen también en gran medida del café, que además provee las dos terceras partes de las divisas de Colombia. 
El café había traído consigo la inflación a Brasil; entre 1824 y 1854, el precio de un hombre se multiplicó por dos. Ni el algodón del norte ni el azúcar del nordeste, agotados ya los ciclos de la prosperidad, podían pagar aquellos caros esclavos. Brasil se desplazó hacia el sur. Además de la mano de obra esclava, el café utilizó los brazos de los inmigrantes europeos, que entregaban a los propietarios la mitad de sus cosechas, en un régimen de medianería que aún hoy predomina en el interior de Brasil. 
Los turistas que actualmente atraviesan los bosques de Tijuca para ir a nadar a las aguas de la barra ignoran que allí, en las montañas que rodean a Río de Janeiro, hubo grandes cafetales hace más de un siglo. Por los flancos de la sierra, las plantaciones  continuaron, rumbo al estado de San Pablo, su desenfrenada cacería del humus de nuevas tierras vírgenes. Ya agonizaba el siglo cuando los latifundios cafetaleros, convertidos en la nueva élite social de Brasil, afiliaron los lápices y sacaron cuentas: más baratos resultaban los salarios de subsistencia que la compra y manutención de los escasos esclavos. Se abolió la esclavitud en 1888, y quedaron así inauguradas formas combinadas de servidumbre feudal y trabajo asalariado que persisten en nuestros días. Legiones de braceros «libres» acompañarían, desde entonces, la peregrinación del café. El valle del río Paranaíba se convirtió en la zona más rica del país, pero fue rápidamente aniquilado por esta planta perecedera que, cultivada en un sistema destructivo, iba dejando a sus espaldas bosques arrasados, reservas naturales agotadas y decadencia general. La erosión arruinaba, sin piedad, las tierras antes intactas y, de saqueo en saqueo, iba bajando sus rendimientos, debilitando las plantas y haciéndolas vulnerables a las plagas. El latifundio cefetalero invadió la vasta meseta purpúrea del occidente de San Pablo; con métodos de explotación menos bestiales, la convirtió en un «mar de café» y continuó avanzando hacia el oeste. Llegó a las riberas del Paraná; de cara a las sabanas de Mato Grosso, se desvió hacia el sur para desplazarse, en estos últimos años, de nuevo hacia el oeste, ya por encima de las fronteras de Paraguay. 
En la actualidad, San Pablo es el estado más desarrollado de Brasil, porque contiene el centro industrial del país, pero en sus plantaciones de café abundan todavía los «moradores vasallos» que pagan con su trabajo y el de sus hijos el alquiler de la tierra. 
En los años prósperos que siguieron a la primera guerra mundial, la voracidad de los cafetaleros determinó la virtual abolición del sistema que permitía a los trabajadores de las plantaciones cultivar alimentos por cuenta propia. Solo pueden hacerlo, ahora, a cambio de una renta que pagan trabajando sin cobrar. Además, el latifundista cuenta con colonos contratistas a quienes permite realizar cultivos temporarios, pero a cambio de que inicien cafetales nuevos en su beneficio. Cuatro años después, cuando los granos amarillos colorean las matas, la tierra ha multiplicado su valor y entonces llega, para el colono, el turno de marcharse. 
En Guatemala las plantaciones de café pagan aún menos que las del algodón. En la vertiente del sur, los propietarios dicen retribuir con quince dólares mensuales el trabajo de los millares de indígenas que bajan cada año desde el altiplano hasta el sur, para vender sus brazos en las cosechas. Las fincas cuentan con policía privada; allí, como alguien me explicó, «un hombre es más barato que su tumba»;  y el aparato de represión se encarga de que lo siga siendo. En la región de Alta Verapaz la situación es aún peor. Allí no hay camiones ni carretas, porque los finqueros no los necesitan: sale más barato transportar el café a lomo de indio. 

Para la economía de El Salvador, pequeño país en manos de un puñado de familias oligárquicas, el café tiene una importancia fundamental: el monocultivo obliga a comprar en el exterior frijoles, única fuente de proteínas para la alimentación popular, maíz, hortalizas, y otros alimentos que tradicionalmente el país producía. La cuarta parte de los salvadoreños fallecen víctimas de la avitaminosis. En cuanto a Haití, tiene la tasa de mortalidad más alta de América Latina; más de la mitad de su población infantil padece anemia. El salario legal pertenece, en Haití, a los dominios de la ciencia ficción; en las plantaciones de café, el salario real oscila entre siete y quince centavos de dólar por día. 
En Colombia, territorio de vertientes, el café disfruta de la hegemonía. Según un informe publicado por la revista Times en 1962, los trabajadores solo reciben un cinco por ciento, a través de los salarios, del precio total que el café obtiene en su viaje desde la mata a los labios del consumidor norteamericano[1]
A diferencia de Brasil, el café de Colombia no se produce, en su mayor parte, en los latifundios, sino en minifundios que tienden a pulverizarse cada vez más. Entre 1955 y 1960, aparecieron cien mil plantaciones nuevas, en su mayoría con extensiones ínfimas, de menos de una hectárea. Pequeños y muy pequeños agricultores producen las tres cuartas partes del café que Colombia exporta; el 96 por ciento de las plantaciones son minifundios. Juan Valdés sonríe en los avisos, pero la atomización de la tierra abate el nivel de vida de los cultivadores, de ingresos cada vez menores, y facilita las maniobras de la Federación Nacional de Cafeteros, que representa los intereses de los grandes propietarios y que virtualmente monopoliza la comercialización del producto. Las parcelas de menos de una hectárea generan un ingreso de hambre: ciento treinta dólares, como promedio, por año.
                                                        Eduardo Galeano… extracto de “las venas abiertas de América latina” 


[1] Mario Arrubla, Estudio sobre el subdesarrollo colombiano, Medellín, 1969. El precio se descompone así: 40 por 100 para los intermediarios, exportadores e importadores; 10 por 100 para los impuestos de ambos gobiernos; 10 por 100 para los transportadores; 5 por 100 para la propaganda de la Oficina Panamericana del Café, en Washington: 30 por 100 para los dueños de las plantaciones, y 5 por 100 para los salarios obreros.