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martes, 29 de enero de 2013

Practicarlo



Tarea de la semana:

Toma en tus manos un traste, plato, vaso, de cristal, tíralo al suelo y rompelo, ahora regresalo a su forma original, o por lo menos reparalo.

La idea es que hagas esto para hacer consciencia de que la integridad de las personas es como este vaso, plato, utensilio etc, una ves que la rompes jamas quedará igual, así como las personas los animales también sienten y las plantas también, su integridad física y psicológica puede ser dañada y no tener reparación.

Es una manera de sensibilizarse, podemos romper esta integridad no solo con golpes y maltratos, también con palabras y actitudes.

Hacer esta tarea realmente y no solo pensarla es parte de un proceso para aprender esta verdad.

sábado, 17 de noviembre de 2012

como conseguir una casa minimalista


Siguiendo con el post de una casa minimalista, vamos a ver ahora los pasos que podemos seguir para alcanzar este objetivo:

1. Lo primero que hay que hacer, es empezar por una habitación. Hacer toda la casa a la vez puede ser frustrante. Puedes empezar con la que más tiempo pases a lo largo del día. Hasta que no te sientas a gusto con los cambios, no pases a otra. De esta manera haz toda la casa.

2. Empieza con el mobiliario. Es el elemento más influyente. Intenta eliminar todo lo que puedas, simplificando de esta manera el cuarto, sin que afecte a la utilidad de la habitación. Deja solamente lo esencial. Si no es indispensable, elimínalo.

3. Limpia las superficies lisas. No hace falta que todas las superficies de tus muebles tengan algo encima. Eliminalo todo y guardalo en armarios o cajones. Cuanto menos cosas dejes, más importancia tomarán.

4. Limpia el suelo. No ha de haber nada en el suelo, a parte de los muebles. Lo mismo que en el punto anterior. Para algo están los armarios.

5. Limpia las paredes. No hace falta atiborrar las paredes de elementos de decoración. Elige uno simple.

6. Elimina de los armarios y cajones lo que ya no necesites. Esto ayudará a poder guardar lo que estás quitando del resto de la casa y además no tardarás tanto tiempo en encontrar las cosas.

7. Utiliza decoración simple. Los cuadros, las cortinas, los elementos de decoración, no han de ser complejos ni barrocos. Intenta que sean simples.

8. Dale una vuelta de tuerca. Cuando acabes de arreglar una habitación, déjala unos días así y sientela. Luego, revisa que puedes quitar o reordenar.

En resumen: Elimina lo innecesario, guarda todo en su sitio (armarios, cajones, etc) y lo que no te sirva, tíralo o véndelo.

Y el último paso y más importante... ¡sientate y distruta de tu nueva casa!

Visto en ZenHabits

tira lo viejo y céntrate en lo nuevo



Ya sea para empezar algún proyecto nuevo o para simplificar nuestra vida, necesitamos deshacernos de cosas viejas. No podemos ir acumulandoy guardando siempre todo lo que caiga en nuestras manos o consigamos.

La última vez, siguiendo los consejos para conseguir una casa minimalista decidí deshacerme de unos cuantos libros. A lo largo del tiempo, llegué a acumular más de 100 libros. Pero hoy en día, el espacio no es que abunde, y además quería tener una casa arreglada. Por eso, decidí donar la mitad de los libros que tenía a la biblioteca de mi barrio. De esta manera conseguí:

  • Que alguien más disfrute de algo que ya no utilizaba, como en este caso mi comunidad más cercana (mi barrio).
  • Tener la casa más ordenada, lo que siempre me ayuda a mantener un poco de paz mental.
  • Sentirme bien, ya que regalar cosas gratifica bastante.
  • Ya no necesito una casa más grande... ;)

Dejar cosas atrás nunca es fácil, ya que tenemos predilección por tener y acumular cosas. Me gusta leer y me gusta almacenar libros, pero a veces viene bien deshacerte de cosas que ya no utilizas para que las aproveche otro y centrarte en lo que te venga nuevo. De esta manera podemos centrar nuestros limitados recursos en lo nuevo y no gastarlos manteniendo lo viejo.

Y recordad que en vez de tirar lo que ya no quieres, lo puedes donar o intercambiar lo que ya no desees con gente de vuestro alrededor.


cajas para tener la casa ordenada



Ya hablé en otro post de Cómo tener la casa ordenada. Arreglando mi casa el otro día, puse en práctica una cosa que leí una vez (no recuerdo donde, la verdad).

A parte de que mi trabajo está relacionado con tecnología, también me gusta ésta. Lo que significa que tengo cargadores, cables, y demás accesorios auxiliares por cada aparatito. También tengo bastante material de papelería (siempre estoy estudiando algo).

En mi casa no tengo cajoneras, por lo que lo tenía casi todo agrupado en la estantería. A la vez que me libraba de la mitad de mis libros y los donaba a la biblioteca de mi barrio, hice sitio y metí en cajas todo lo que tenía suelto, una cajas para los accesorios electrónicos y otra para la papelería.

De esta manera, queda todo mucho más ordenado, fácil de limpiar y es más agradable a la vista.

¿Y tú, utilizas cajas u otros trucos para mantener el orden en tu casa?

Elimina Las Distracciones


Normalmente, las distracciones son bienvenidas en nuestra vida. Podemos evadirnos del estress diario y despejar un poco la mente. El problema viene cuando se convierten en un obstáculo para conseguir nuestros propósitos, ya sean laborales o personales. Y hay veces que llegan al extremo de tal manera que nos es prácticamente imposible concentrarse en cualquier tarea y acabamos saltando de un lado a otro.

Esto hace que no nos lleguemos a quitar de la mente las tareas que tenemos pendientes, lo que, como siempre, nos genera estrés.

A continuación dejo unos cuantos consejos para intentar reducir las distracciones a las que nos vemos sometidos la gente que nos pasamos la mayor parte del día delante del ordenador:
  • Reduce drásticamente tu acceso a redes sociales (twitter, facbook, myspace, foros, etc.). Elige un par solo.
  • Reduce tus amigos de la red. ¿En serio que puedes atender a 100 amigos en el facebook?
  • Limita el tiempo para leer el correo electrónico, acceder a tu red social favorita o leer feeds. Lo mejor es en las horas menos productivas del día (después de comer, después de una tarea larga en la que has requerido concentración, etc.) ¡Nunca al principio del día ni al final!
  • Utiliza poco el correo electrónico y llama más. No hay nada mejor que el contacto humano
  • Si puedes, apaga internet para trabajar. Sino, utiliza alguna herramienta para bloquear los sítios que más te distraigan y apaga todas las notificaciones (email, mensajería instantánea, etc).
  • Separa consumir de crear. Para crear hay que consumir. Pero en el momento de crear, no consumas, ya que solo te distraerá.
  • Elimina los iconos de tu escritorio de aplicaciones que te puedan distraer. InstalaLaunchy Launchbar para seguir teniendo acceso rápido.
  • Limpia tu mesa. Intenta dejar solo lo que estés haciendo en esos momentos. El resto, quítatelo de la vista. El verlo no hará más que distraerte.
  • Aíslate del ruido exterior. Usa tapones de cera o música para aislarte. Elige bien la música. Los discos de relajación o música clásica apenas distraen.
  • Cuando descanses, intenta hacerlo con gente de carne y hueso. Aléjate del ordenador.
  • ¡Haz sólo una tarea!
  • Limita tus horas de trabajo. Se estricto con los horarios de inicio y de fin. Y mientras estés trabajando, hazlo duro!

Desconectarse


Es dificil desconectar de todo en la sociedad en que nos ha tocado vivir. El móvil e internet no nos lo permiten. En esta sociedad del aquí y ahora, nos hace ir a una velocidad, a la cual quizás no estamos acostumbrados. Al principio nos causa cierta sensación de placer a corto plazo. Pero es como la comida basura: los efectos se van acumulando en el cuerpo y nuestra salud se acaba viendo perjudicada.

Últimamente están saliendo bastantes estudios sobre las dificultades que estamos teniendo para mantener nuestra concentración focalizada en la misma cosa durante un periodo medio de plazo. Que levante la mano quien suela leer cualquier artículo de principio a fin. Puede que sea uno de los efectos de esta realidad que nos rodea.

Una vez estás dentro, es dificil salir, cuando para tu trabajo necesitas estar delante de un ordenador (procastinar se vuelve al final una costumbre). Pero aquí podemos ver unas sencillas ideas a seguir para intentar tener una vida un poco más relajada:
  • Desconecta. El cable de red. O el router. O el cable modem. Abre el programa que utilices para trabajar, y empieza. Mantente así todo lo que puedas.
  • Ten un tiempo de desconexión al día. Igual que en punto anterior, hazlo todos los días. Siempre hay trabajo que se puede hacer sin tener conexión. Lo mejor es elegir unas horas en la que te encuentres más centrado (en mi caso, las primeras horas de la mañana). Fuerzate a estar ese tiempo desconectado. Verás como más adelante se hace más llevadero, y verás lo que cunde.
  • Trabaja en algún lugar sin conexión. Un café, una biblioteca de barrio, el parque... El que más te guste, ya sea por compañía o tranquilidad. ¡Importante que no tenga wifi!
  • Sal fuera. Apaga el ordenador y el movil. Sal afuera a pasear, correr o ir en bici. Si es al campo mejor. Es una buena manera de recargar las baterías mentales.
  • Alterna los momentos de conexión con los de desconexión. Cuando desconectes, reconecta de nuevo por un tiempo. Siempre es mejor que sea más tiempo el de desconexión que al revés. Si en el tiempo en el que estás desconectado se te ocurre algo, apúntalo y ya lo verás después.
  • Desconecta del trabajo. Esta es muy importante. No debemos pensar en el trabajo cuando no estemos trabajando. Sino, nos quemaremos a marchas forzadas. Marcar una hito para ello. En cuanto salgais por la puerta, olvidaos. Si trabajais en casa, lo mejor es tener un horario fijado de trabajo, para poder distinguir entre el ocio y el trabajo.

Siguiendo estos hábitos, una vez se nos haya pasado el "mono" de estar siempre disponibles, veremos como nuestra vida empieza a entrar en un ciclo de calma, en el cual nos será más facil concentrarnos en las tareas que hayamos de realizar, ya sean de trabajo o de ocio.

Más adelante, veremos detalladamente los beneficios que esto nos traerá.

menos es más (II)

Ya hablamos en el anterior post que muchas veces, menos es más. Comentamos que habían varios métodos para reducir la carga de trabajo del día a día, para poder centrarnos en hacer menos, pero mejor.


¿Y para qué todo esto? Pues para:

  • Estar más tranquilo, con más calma y paz interior. Si haces menos, tendrás que planificar menos y pensar menos en otras, por lo que podrás dedicar más tiempo a lo que estes haciendo y vivirás más tranquilo. Podrás hacer solo una cosa a la vez, sin estar cambiando continuamente de tarea ni pensando en lo que tienes que hacer a continuación.
  • Conseguiras mejores resultados. Aumentando el tiempo que dedicamos a la misma tarea con más concentración, podremos alcanzar mejores resultados, los cuales tendrásn más posibilidades de tener más alcance. De la antigua manera, todo lo que hacíamos, lo hacíamos rápido y sin prestar la necesaria antención. No puede haber buena calidad en resultados obtenidos de esa manera.
  • Estaremos más orgullosos de lo que hacemos. Haciendo un buen trabajo, es imposible no sentirse orgulloso. Y cuando uno está orgulloso de un trabajo bien hecho, se siente bien y feliz.
  • Más tiempo para estar con la familia y seres queridos. Este es de los mejores y más importantes. Al fin y al cabo, uno de los pilares de la felicidad es pasar tiempo con los seres queridos.
  • Más tiempo para hacer cosas en las que desconectemos o disfrutemos, como puede ser leer, hacer ejercicio, salir a la montaña o con lo que uno se sienta bien.

Igual os merece la pena, ¿no?

Menos es Más


Estamos inmersos en una corriente de hacer más en menos tiempo. Casi todo lo que leemos sobre productividad tiene ese objetivo. Como ser más productivos. ¿Pero es esa la dirección que queremos seguir? ¿Por qué ser más productivos? ¿De verdad tenemos que hacer tantas cosas?


Imaginemos por unos momentos que, en vez de hacer más, hacemos menos. Pero lo que hacemos, lo hacemos mejor. Más tranquilos. Con más cariño. ¿Nos saldrían las cosas mejor? ¿Las disfrutaríamos más? No creo que necesites que te de la respuesta.

Quizás haciendo menos cosas, pero haciendolas mejor, nuestra vida empieza a cambiar un poquito y podemos salir de esta vorágine de trabajo y consumo en la que andamos inmersos. Y quizás, si seguimos con este camino, nos demos cuenta que no hace falta que hagamos tantas cosas, sino que hagamos menos, pero mejor.

La idea no es no trabajar duro ni ser perezosos. La idea es hacer menos tareas, pero dedicarnos al 100% a ellas. Salir un poco de el modo "producción fábrica" en el que nos encontramos a diario para poder conseguir hacer las cosas mejor.

A continuación te dejo algunos hábitos que te ayudarán ha poder hacer menos:

  • Intenta reducir el número de responsabilidades que tengas.
  • Ten menos reuniones.
  • Aprende a decir no todo lo que puedas.
  • Corta con las distracciones y centrate en lo que hagas.
  • Haz solo una tarea a la vez.
  • Empieza con un borrador y ve puliendolo y ampliandolo.
  • Haz la tarea más importante primero.
  • Pon límite a tus horas de trabajo.
Recuerda que este tipo de cambios no son para mañana. Hay que ir haciendolos gradualmente, pero de manera constante.

Basado en ZenHabits.

Foto de Santo Rizzuto

10 hábitos para tener la casa ordenada



Una casa ordenada ayuda a mantener la mente tranquila y relajada.

El día a día de todo el mundo es bastante estresante. Y más cuando todos los componentes mayores de edad de la casa trabajan. En estos casos, el trabajo del hogar desciende al mínimo entre semana y los fines de semana hay que resolver el acumulado.

Normalmente, esto va generando durante la semana un pequeño estrés, ya que nos vamos dando cuenta de todo lo que hay que hacer y viendo que el fin de semana habrá que dedicarle más tiempo a limpiar que a disfrutar.

Imaginaos que durante toda la semana tuviésemos la casa arreglada, la ropa en su sitio, el fregadero vacío... en resumen, tener la casa ordenada y limpia permanentemente. Que tranquilidad, ¿eh? Con un poco de constancia y unos pocos minutos, esto es posible si seguimos los siguientes hábitos:

1. Nunca dejar vajilla en el fregadero. Si limpiamos siempre lo que ensuciamos nada más acabar, en pocos segundos tendremos el fregadero tal cual lo habíamos encontrado.

2. Dejar el baño ordenado al acabar. Cuando usemos el baño, limpiar en un momento el labavo, el váter o lo que hayamos utilizado rápido. Sólo nos llevará unos pocos minutos y podremos disfrutar de un cuarto de baño siempre limpio. 

3. Recoger las cosas por el camino. Si tienes niños o tus compañeros de piso son un poco relajados, el ir recogiendo las cosas que veas fuera de lugar mientras te las vas encontrando y guardándolas en su sítio ayudará enormemente a mantener la casa en orden. 

4. Nunca dejar la ropa a la vista. Todos solemos dejar alguna prenda de ropa a la vista cuando nos cambiamos, cuando la recogemos del tendedero, etc. Dejando la ropa en su sitio, ya sea en los armarios o con el resto de ropa sucia, ayudaremos a encontrar un espacio más límpio y ordenado.

5. Sacar la basura todos los días. Aunque no esté completamente llena. De esta manera, las probabilidades de que se llene a mitad de alguna rutina de la casa bajan bastante.

6. Ordenar la casa antes de salir. Imagínate llegar a casa cansado y que esté todo ordenado, la cama hecha, etc. Que gusto ¿eh?. Esto es posible si lo dejas así antes de salir.

7. Ordenar la casa antes de irse a dormir. De esta manera, nada más levantarte no tendrás que ir viendo el desorden de la casa, por lo crecerán tus niveles de estrés recién levantado.

8. No dejar que crezcan las pilas de papeles. Todos tenemos esa pila de papeles por revisar en algún lugar de la casa (la cocina, el salón, ...). Si todo papel que cae en nuestras manos lo ordenamos al momento (aunque sea en la papelera), acabará desapareciendo esa pila tan molesta.

9. Quitar los papeles del frigorífico. Hay papeles que se cuelgan en la nevera y que acaban perteneciendo al electrodoméstico. Acaba con ellos. Si tienes que apuntarte alguna tarea, utiliza la agenda.

10. Enseña a los niños a recoger las cosas. También vale para tu compañero de piso. No hay nada más estresante que encontrarse cosas tiradas por todos los lados.

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