(Nicolás Ramón Contreras Hernández)
El diario El Tiempo, junto a RCN- de quien no trataré en este escrito- se desnuda hoy 18 de noviembre del año 2012, en toda su intolerancia fascista, sin ahorrar en estulticia, como todos los medios de la SIP, en un nuevo internacionalismo que a falta de un Plan Cóndor, por los cambios políticos al Sur del Río Bravo, ahora le toca hacer la tarea dentro de la galaxia hitleriana y macartista de este sindicato de dueños de medios, en esta edición en donde sobresalen por su hipocresía, los textos de Salud Hernández Mora, con un artículo demonizador contra Tanja Niejmayer; otro artículo de María Isabel Rueda, ejemplo de malabarismo retórico para santificar a Uribe y su entorno ante los nuevos escándalos como el de Klein, endulzado con ditirambos por la periodista en cuestión, en los introitos de su texto; y la corresponsal de El Tiempo en Venezuela, Valentina Lares Martínez.
A continuación, punto por punto, me voy a referir a esta trilogía de textos en especial, que retratan el fundamentalismo guerrerista del diario bogotano, cuando se trata de guardar los tres huevitos de Uribe/Santos, aspecto en el cual no se detiene en mientes ni en fronteras geográficas o ideológicas, tratando de acomodar la opinión pública a unos diálogos que ellos entienden de rendición, desde su versión de guerras de cuarta generación y operaciones psicológicas, que mantienen intacto hasta a protagonistas de la operación Amazonas en lo mediático, en este caso Salud Hernández Mora; a su socia ideológica y escudera periodística del Uribismo María Isabel Rueda, la multipremiada columnista, también famosa por su participación en la trama de difamación contra el almirante Arango Bassi. Y cierro con el internacionalismo para ricos, que desde la SIP se ejerce contra Venezuela y todos los países independentistas al sur del Río Bravo, en especial sí son de la zona Alba o se trata de Argentina.
LA VERDADERA SALUD HERNÁNDEZ MORA.
Quien lea a Salud Hernández Mora en su texto de hoy 18 de noviembre titulado, "La Verdadera Tanja", en pose de inquisidora de la moral y las buenas costumbres, creerá como muchos que desconocen su pasado más antiguo y su pasado más reciente, que se corresponden con el de una persona intachable, como ha fungido en Colombia en los albores del Uribismo, cuando descrestó a los colombianos con una cacería de políticos corruptos, rifados como fusibles en los círculos altos del poder, para mejorar la imagen del sistema; y del proyecto paramilitar, al cual este dechado de hipocresía periodística, trató con cierto éxito de lavar la cara, presentándolo como la versión Rambo que en defensa propia, masacraba a los malos de una película nacional, que aún envenena de racismo y un odio enconado la opinión nacional, proyectados en toda su purulencia en los comentarios de quienes acompañan sus notas en El Tiempo.
En Salud Hernández Mora, quien además comparte con su colega Marta Colomina, un pasado orgánico ligado al proyecto fascista y genocida del franquismo, amén de la siembra de odio, coloniaje y manipulación contra los países que las acogieron, se observa la constante de un oscuro pasado, entre cuyos méritos no falta la tarea de asesora al servicio de malhechores de muchas calañas y mañas, dentro de las cuales se inició con una labor eficiente de relacionista pública de célebres estafadores de moda como el banquero Mario Conde, niño mimado del franquismo y del PP durante muchos años; y precursor de Bernard Madoff y de todo el esquema de tahúres legalizados de la economía especulativa, que mediante acciones basura, como las del sector inmobiliario, hoy tienen al reino de España en la miseria.
Muy seguramente Tanja Nijmayer, sea culpable de la mayoría de los delitos que en un lenguaje macartizador, la acusa quien fue la asesora ideológica carnal de Carlos Castaño, a quien le prologó el texto Mi Confesión – versión criolla 100% del Mein Kampf o Mi Lucha de Adolfo Hitler- con quien tiene en común nuestro ejecutor criollo, grandes coincidencias - también con Pachito Franco el ídolo de la juventud lejana de la Hernández Mora.
Muy seguramente Tanja la holandesa no sea una monjita de la caridad, pero ni Salud Hernández, ni la Operación Amazonas, ni los falsos positivos y la empresa criminal que se ensañó más en la población civil que en su objetivo la guerrilla, tienen el capital moral para poner el grito en el cielo; por el contrario, tal promocionado programa de seguridad, devino en oportunidades de negocios macabros gracias al sistema de recompensas, combustible de la comisión de crímenes de estado y hasta de montajes judiciales tan espantosos como los padecidos por Sigifredo López, o el campesino engañado por los oficiales que escenificaron autoatentados - "todo por la plata"- durante el Uribe II; o los agentes del DAS que asesinaron a personas inocentes como el profesor Alfredo Correa de Andreís.
Por todas esas cositas, como su decidida participación en la operación Amazonas, en donde jugó el papel de mover opinión para perseguir a los blancos políticos del DAS, todo eso y muchas otras cosas, desautorizan éticamente a Salud Hernandez la súbdita del rey de España, hasta para ejercer periodismo a esta señora venida a más en Colombia, gracias al complejo de inferioridad de las élites con todo lo que venga de Europa, así sean periodistas con prontuario moral, que no escatiman en reatos éticos, para justifica hasta el hedor a tráfico de influencias, en los negocios con información privilegiada y hasta legislación express, que hicieron multimillonarios a Tom y Jerry, los hijos de Álvaro Uribe, según denuncias del senador Jorge Robledo y el periodista Daniel Coronell, caso en el cual María Isabel Rueda, también prestó su pluma para mostrar tamaña podredumbre como “trabajo legítimo”.
CON VENEZUELA VUELVE LA BURRA AL TRIGO
Con un inusitado interés por defender la democracia en Venezuela, pero protegiendo y promoviendo en su momento en Colombia, los equivalentes a las leyes habilitantes del vecino país durante los gobiernos de Santos y Uribe como “leyes de emergencias”, la corresponsal de El Tiempo en Caracas Valentina Lares Martínez, basada en las elucubraciones sobre lo que podría pasar en Venezuela a propósito de la constituyente que busca fortalecer las leyes sobre el poder popular, trata de sembrar un manto de dudas sobre el proyecto de comunas y el concepto de poder popular; y fiel al formato de buscar especialistas de una sola tendencia, se apoya en un analista al servicio de la recién derrotada MUD como John Magdaleno, encargado esta vez de negar las bases constitucionales de comunas y poder popular, en la carta magna de Venezuela.
En Colombia se dice cuando algo se vuelve tan repetitivo, como conducta encubridora de mentiras o de difamación, “vuelve la burra al trigo”, y no lo digo porque se trate de una periodista, ni tampoco por ella en sí, sino por ese tufo de encargo que deja sentir El Tiempo cuando lleva a cabo este tipo de opiniones y periodismo “express” a que nos tienen acostumbrados las empresas comerciantes de noticias adscritas a la SIP, con la operación avispa como instrumento para la formación de opinión. El cuentecito para afianzar la dictadura cantada con tiple y trompeta, es que en la constitución bolivariana no aparecen por ningún lado los conceptos de “comuna”, ni “poder popular”. Aquí bulle la evidente dosis de la mala intensión desinformativa de siempre, en la tarea de rellenar las medias verdades con mentiras completas. Para ello me sustento en varias razones:
Primero. porque en la constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los artículos 5, 62 y 79, están repletos de alusiones a la soberanía popular, lo no transferible de la soberanía fuera del pueblo, más la facultad del pueblo para organizarse y garantizarse una democracia protagónica que incluye la gestión, la autogestión mediante empresas comunitarias, juntas de vecinos –entre otros- mediante iniciativas legislativas constitucionales y constituyentes, los cuales no sólo delimitan el enfoque de sus ministerios que son “del poder popular”. Segundo, porque para aprobar leyes de este tipo, se debe consultar a una Asamblea Nacional que debe tener mayoría calificada: nada del “votico” de Teodolindo y Yidis Medina, que facilitaron la primera reelección que a varios ha mandado a la cárcel; y sí todavía no han ido todos los que están, es porque la procuraduría se halla en manos de un representante del ministerio público tan uribista, que se inventó el cohecho de una sola vía.
Muchos colombianos se preguntarán ante este inusitado interés de proteger la democracia venezolana: ¿Por qué El Tiempo no se ha puesto a hacer lo mismo en nuestro país con las famosas privatizaciones de los servicios públicos, ni en el caso de las EPS, que no aparecen en la Constitución por ninguna parte con el exceso de literalidad que se le exige a Venezuela? ¿Por qué El Tiempo y el grueso de grandes medios en poder de transnacionales y banqueros, no se la montaron nunca a los pupitrazos en el congreso, que han mantenido la sobre tasa a la gasolina, el cuatro por mil y las cobros legalizados excesivos en favor de los banqueros? ¿Por qué a pesar del fracaso del capitalismo y del neoliberalismo que tiene a USA y la zona Euro convulsionada con la quiebra y con muchas protestas sociales, se escandalizan porque Venezuela busca implementar un modelo económico socialista? ¿Acaso los tres huevitos uribistas son un dogma de fe administrativo que Venezuela tiene que adoptar ya no a punta de votos como dice la democracia, sino a punta de un ejercicio periodístico convertido en propaganda macartista? ¿Por qué tanta alharaca de gallinas cluecas, con las comunas en Venezuela que en Colombia, existen pero no han servido para nada?
LA DEUDA DE MARÍA ISABEL RUEDA Y SUS COLEGAS.
En su artículo "La Deuda", María Isabel Rueda hace uno de esos malabarismos que ya envidiarían los grandes Wallenda de Alemania, en su labor de trapecistas y caminantes entre rascacielos arriesgando la vida, cuando pretende juzgar periodísticamente a Yair Klein, el mercenario y maestro de los genocidas que lideraban a los paramilitares que asolaron el Magdalena Medio, logrando la hazaña de traer como en un chiste macabro, ya no la “seguridad democrática”, sino la inseguridad, el crimen y el poder del narcoterror a todos los rincones de Colombia, donde muchos alcaldes y gobernadores como dijera el grupo de rock Alternativo Belandia y la Tirgra, se tomaron tan en serio eso de “lleva un paraco en tu corazón”, entorno en el que hay que señalar, a una parte del periodismo al servicio de la guerra, que tanto daño le hizo a Colombia.
Queda en deuda ciertamente María Isabel Rueda con el periodismo ponderado y ético, las veces que defendió las zonas francas de Tom y Jerry; por su papel activo y saña en casos como el del almirante Arango Bassi, celo que no ha desplegado en contra de los autores de los falsos positivos; y contra el señalado por el dedo de Yahir Klein, caso en el cual, adquiere ella una deuda con la profesión que ejerce y los premios otorgados, cuando le adjudica a Álvaro Uribe la captura de los espías alemanes Mauss, que negociaron secuestros con el ELN y luego fueron designados por el círculo de poder de Helmut Kohl y Schmidbauer, como negociadores de paz en Maguncia. Todo ese ejercicio periodístico, trocado y trucado en relaciones públicas, engendró el espíritu de la operación Amazonas y la pugnacidad divisionista extrema, que hasta la misma ultra extrema derecha del partido de la U padece, se dividido con saña entre los trinos de Uribe y las réplicas de Santos.
Pero de todas maneras, es mucho más decente María Isabel Rueda que Salud Hernández Mora, una periodista para quien ahora con las vueltas que da la vida, y un rey de pacotilla pidiéndole cacao en la cumbre iberoamericana a los presidentes de la zona Alba y de Mercosur, vale decirle: ¿Por qué no te callas? ¿En qué legitimidad moral te afincas para dispararle a un proceso de paz, que sí se rigiera por tus gustos genocidas heredados del franquismo que añoras, tal vez continúe con el mismo baño de sangre? ¿Tal vez por eso, proteges a los “contratistas” gringos cautivos por las Farc con un barniz de pobres angelitos? ¿Sabes cuántas colombianos y colombianas han violado y asesinado en una traba, estos mercenarios y criminales con derecho a la impunidad, gracias a cláusulas de "inmunidad diplomática, que protege a cualquier marine o mercenario? Pregúntale a Pirry, para que te cuente.
La verdad es que en los procesos de paz, la negociación no debe tener vedas, con el cuento de falsos moralismos y defensa de los derechos humanos, porque sí así fuera cierto, apague y vámonos. Allí están las víctimas de ambos bandos, en espera de unas conversaciones sinceras que les permitan una reparación, porque víctima es víctima y asesinato es asesinato, para ello el color político no debe constituir fronteras de permisividad.
A todas éstas: ¿Sí en Colombia estuviéramos tan bien y tan acertados, por qué seis millones y más de colombianos viven en Venezuela disfrutando de las medicinas preferentes y a bajo costo que la salud privatizada en Colombia les niega? ¿Por qué no dejamos a los venezolanos decidir en paz el sistema de poder popular conquistado en las urnas? ¿Por qué el periodismo colombiano protege tanto a la MUD, ocultando sus divisiones internas o maquillándolas con el silencio cómplice? ¿Acaso Santos y su kombo para Colombia, no dicen que el sistema económico del país jamás estará en discusión y que si lo quieren cambiar sus contradictores violentos deben venir a hacer política y ganar elecciones?...Como dice Diomedes Díaz: ¡Se las dejo ahí!
Nicolás Ramón Contreras Hernández.
CC.92.226.628 de Tolú- Sucre. Ciudadano Afroabiayalense Independentista de la Región Caribe en la República de Colombia. RED INDEPENDENTISTA DEL CARIBE. Observatorio Independiente de Medios.
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