“Tuvimos relaciones con la CIA, sin duda, con el fin de que tomaran conciencia de nuestras capacidades y nuestras necesidades”, afirmó Bratton con una mirada tranquila durante la entrevista.
El intento de Golpe de Estado realizado en abril del 2002 tuvo el apoyo económico y político de los Estados Unidos. Este es un hecho que ha sido denunciado y demostrado en reiteradas oportunidades. Ayer el vicepresidente de la República, Nicolás Maduro, habló y acusó al sentenciado a 30 años de cárcel por los acontecimiento del 2002, Iván Simonovis, de pertenecer a “la CIA” y de ser “una ficha de Estados Unidos” en Venezuela.
Recordemos que Simonovis desempeñaba sus funciones como comisario y secretario de Seguridad Ciudadana de la Policía Metropolitana de Caracas bajo la gestión de Alfredo Peña, alcalde de Caracas entre el 2000 y el 2004. Ese hombre era el encargado, en colaboración directa con Peña, de llevar adelante el Plan Bratton, un intento de modernizar la Policía Metropolitana con la contratación de asesores policiales estadounidenses. El plan llevaba el apellido del conocido Comisionado de Seguridad de Nueva York, William Bratton, artífice de la política de “tolerancia cero” aplicada en la ciudad norteamericana.
Ayer Maduro fue claro y contundente al acusar a Simonovis de trabajar durante años para la CIA. Tan claro como fue William Bratton en una entrevista realizada recientemente en la que admite y afirma sus estrechas relaciones con los servicios de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.
“Tuvimos relaciones con la CIA, sin duda, con el fin de que tomaran conciencia de nuestras capacidades y nuestras necesidades”, afirmó Bratton con una mirada tranquila. “Al tratar con informaciones relacionadas con el terrorismo, la CIA tiene gran cantidad de información que es apropiada para su uso por las fuerzas policiales estadounidenses”, continuó diciendo el hombre ante la cara reprobatoria del entrevistador.
Decíamos que el apoyo político y económico de los Estados Unidos al intento de Golpe de Estado del año 2002 es un hecho que ya no puede ser puesto en duda. Un plan para “modernizar” la policía caraqueña que portaba el nombre y el asesoramiento de quién admitió abiertamente sus vínculos estrechos con la CIA viene a reconfirmar las certezas. También refuerza la necesidad de entender que los Golpes de Estado se preparan con anticipación y que es imprescindible detectar sus señales.
Recordemos que Simonovis desempeñaba sus funciones como comisario y secretario de Seguridad Ciudadana de la Policía Metropolitana de Caracas bajo la gestión de Alfredo Peña, alcalde de Caracas entre el 2000 y el 2004. Ese hombre era el encargado, en colaboración directa con Peña, de llevar adelante el Plan Bratton, un intento de modernizar la Policía Metropolitana con la contratación de asesores policiales estadounidenses. El plan llevaba el apellido del conocido Comisionado de Seguridad de Nueva York, William Bratton, artífice de la política de “tolerancia cero” aplicada en la ciudad norteamericana.
Ayer Maduro fue claro y contundente al acusar a Simonovis de trabajar durante años para la CIA. Tan claro como fue William Bratton en una entrevista realizada recientemente en la que admite y afirma sus estrechas relaciones con los servicios de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.
“Tuvimos relaciones con la CIA, sin duda, con el fin de que tomaran conciencia de nuestras capacidades y nuestras necesidades”, afirmó Bratton con una mirada tranquila. “Al tratar con informaciones relacionadas con el terrorismo, la CIA tiene gran cantidad de información que es apropiada para su uso por las fuerzas policiales estadounidenses”, continuó diciendo el hombre ante la cara reprobatoria del entrevistador.
Decíamos que el apoyo político y económico de los Estados Unidos al intento de Golpe de Estado del año 2002 es un hecho que ya no puede ser puesto en duda. Un plan para “modernizar” la policía caraqueña que portaba el nombre y el asesoramiento de quién admitió abiertamente sus vínculos estrechos con la CIA viene a reconfirmar las certezas. También refuerza la necesidad de entender que los Golpes de Estado se preparan con anticipación y que es imprescindible detectar sus señales.
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