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jueves, 14 de marzo de 2013

OS PRESENTO LOS IDEALES DEL NUEVO PAPA




Buenos Aires, 4 de junio de 2007 (Télam).- El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, afirmó que "las mujeres son naturalmente ineptas para ejercer cargos políticos", refiriéndose a la candidatura presidencial de la Senadora Cristina Fernández de Kirchner.

"El orden natural y los hechos nos enseñan que el hombre es el ser político por excelencia; las Escrituras nos demuestran que la mujer siempre es el apoyo del hombre pensador y hacedor, pero nada más que eso".

En sus polémicas declaraciones, el arzobispo de Buenos Aires agregó que "hay que tener memoria; tuvimos una mujer como Presidente de la Nación y todos sabemos qué pasó", refiriéndose a la ex presidente Estela María Martínez de Perón.

Las organizaciones de derechos humanos y movimientos feministas no hicieron esperar su respuesta.
 

viernes, 22 de febrero de 2013

Santo Padre anuncia la salida al mercado mundial de su primer perfume


MentiPress - Vie, 22/02/2013 - 00:20. 

El olor de un niño aterrado es una de las esencias que se reconocen inmediatamente, más sin embargo, es algo imposible de describir. Y eso es exactamente lo que el único Papa carismático de la historia intenta hacer, lanzar su primera fragancia para niños enclaustrados.
Esta agua perfumada, libre de alcohol, llamada Black Rose, es unisex con notas exóticas de rosas negras (la rosa es la flor del amor), aspartame y plumas transgénicas. La idea es mejorar, no enmascarar, el olor natural de un niño cuando tiene muchísimo miedo.
El diseño original, del frasco del perfume, es una divina réplica de una de las más elocuentes imágenes que nos tenía acostumbrados a todos y todas, éste gran embajador de Dios solo entre los hombres.
Benedicto XVI describe su hermosa inspiración espiritual como:
“Los moretones en la piel del niño, el sonido de su respiración asustada, el abuso en su cuerpo, el primer grito de horror”.
Su Santidad dice que su producto imita el olor a terror de la piel del niño y está diseñado a encapsular y refugiar a todo niño y niña dentro de su propio subconsciente. Pero, necesitamos en realidad, hacer que un niño horrorizado huela aún más a un niño horrorizado?
El Santo Padre es el primer personaje religioso, que fabrica una fragancia especial para niños abusados. De acuerdo con su Eminencia el Papa, el crée que su fragancia:
“Ayudará a cualquier párroco acogedor a relacionarse mucho mejor íntimamente con cualquier niño que él, en el nombre de la Iglesia, quiera escoger y más tarde también, recoger”.

Santo Padre anuncia la salida al mercado mundial de su primer perfume

lunes, 18 de febrero de 2013

Capri manifiesta interés en lanzarse al cargo de Papa en El Vaticano



Ante el anuncio del Papa Benedicto XVI de su próxima renuncia, el gobernador de Miranda, Enrique Capriles Radonsky ha manifestado su interés en optar por ese alto cargo: "esas elecciones presidenciales sí las gano".
A tales efectos, giró instrucciones a Ramón Aveledo, a quien la Conferencia Episcopal Venezolana promoverá como Cardenal para que haga las colectas necesarias.
Leopoldo López seria el nuevo camarlengo de su administración, cargo que López aceptó inmediatamente, aunque preguntó "¿qué es un camarlengo?".
Se comenta que seleccionaría el nombre de Capri VII-O en
honor a la fecha en que "casi" le gana a Chávez, el 7 de Octubre.
Reportó: Henry
Capri manifiesta interés en lanzarse al cargo de Papa en El Vaticano

Revelan que renuncia del Papa Benedicto XVI se debe a que montará una guardería infantil


El misterio de la causa de la renuncia de Benedicto XVI al papado se está disipando al revelarse los planes del Sumo Pontífice de dedicarse a cuidar niños en una guardería que promete albergar a cientos de menores.
Esta versión trascendió a partir de una operación de compra de un apartado edificio en las afueras de Roma, donde funcionaba un albergue medieval para la formación de monaguillos. La operación de compra se realizó a favor de una empresa llamada Ratzinger & Associates, supuestamente propiedad del actual Papa.
El albergue medieval ha sido mandado a acondicionar con áreas de juego llenas de espejos en las paredes y el techo, pada dar la sensación de amplitud y de repetición infinita de bellas imágenes infantiles.
Con esta acción, el Paba Joseph Ratzinger quiere recuperar algo del carisma que nunca tuvo como Papa, así como ganarse el corazón de cientos de niños y niñas que serán hospedados con mucho amor.
Revelan que renuncia del Papa Benedicto XVI se debe a que montará una guardería infantil

Hay un camino: Baltazar Porras lanza su candidatura a Papa y propone a Capri como su monaguillo


Lagunita Express - Vie, 15/02/2013 - 06:52. 

Una astuta maniobra ha lanzado el ecuánime y honesto monseñor Baltazar Porras ante la avalancha de candidatos incapacitados de ejercer la digna magistratura del Vaticano, lanzándose como candidato al papado y proponiendo como su monaguillo al ilustre ex-candidato presidencial buenmozo, de cuna de oro y elegante Capriles Radonsky.
Capriles entusiasmado ha aceptado eufórico la propuesta del hábil Porras, ya que viendo las pocas probabilidades que tendría de derrotar a Nicolás Maduro en unas eventuales elecciones y ante el inminente peligro de que el dictador esté vivo y regrese a Venezuela, ha declarado que acepta. Como está confinado por la vida política a un triste papel de segundón, admite que "agarrando aunque sea fallo, pero yo aquí no me quedo a aguantarle el chalequeo a los chavistas " enfatizó con la mirada perdida en las playas de Miranda en su moto de agua y sus bermudas anaranjados.
La propuesta de Porras luce segura, tanto que al realizar las encuestas de Hinterlaces en el Vaticano, la dupla aparece en un envidiable último lugar, lo que sin duda amenaza a los aspirantes de otras latitudes con dejarles como la guayabera.
Mientras me como las uñas apostando a que esta vez si gane mi Caprilito bello, guapo, modelo de portadas, con su moto de agua, su relojote y su trensita de colores amarrada en la muñeca...reportó mas loca que Maricori en sesión de saltos de talanquera...
Lagunita Express
Hay un camino: Baltazar Porras lanza su candidatura a Papa y propone a Capri como su monaguillo

jueves, 14 de febrero de 2013

Benedicto XVI: “renuncio por el bien de la Iglesia”


El Papa Benedicto XVI afirmó, durante su primera aparición pública tras el inesperado anuncio de su renuncia, que deja de ser Papa “por el bien de la Iglesia”.

1El Papa Benedicto XVI, quien abandonará su cargo de jefe de la Iglesia Católica el próximo 28 de febrero, debido a su avanzada edad y a la falta de fuerzas, reapareció este miércoles y se manifestó de esta forma al comienzo de la habitual audiencia pública de los miércoles.
“Queridos hermanos y hermanas, como saben, he decidido renunciar al ministerio que el Señor me confió el 19 de abril 2005. Lo he hecho en plena libertad para el bien de la Iglesia, después de haber orado largamente y tras examinar mi conciencia delante de Dios”, dijo Joseph Ratzinger, de 85 años, ante unos diez mil fieles que abarrotan el Aula Pablo VI del Vaticano.
En ese marco, el Papa agregó que es “consciente de la importancia del hecho, pero también consciente de no ser capaz de llevar a cabo el ministerio petrino con la fuerza física y el espíritu que lo requiera”.
“Me apoya y me ilumina la certeza de que la Iglesia es de Cristo, el cual nunca le hará faltar su guía y su cuidado. Gracias a todos por el amor y la oración con que me habéis acompañado. Continúen orando por el Papa y por la Iglesia”, concluyó.
Los miles de presentes le respondieron con una gran ovación, aún mayor que la que le dedicaron a su llegada al Aula Pablo VI para la tradicional audiencia de los miércoles.
El Pontífice entró en sala a las 10.44 horas local (06.44 en Argentina), mientras los fieles en pie, aplaudieron, le expresaron frases de cariño y ondearon banderas de diferentes países.
Benedicto XVI entró solo, acompañado a varios metros de distancia de su secretario personal y prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein.
Sonriendo, el obispo de Roma respondió con las manos a los afectos de los presentes, mientras sonaba música religiosa.
Inmediatamente después leyó el breve texto y comenzó la audiencia, cuya catequesis dedica a la Cuaresma, que comienza hoy.

Aseguran que el Papa decidió renunciar tras conocer el informe “Vatileaks”

















Ciudad del Vaticano, 13 feb (EFE).- Benedicto XVI decidió renunciar al papado el pasado 17 de diciembre, tras recibir un nuevo informe sobre el escándalo “Vatileaks” de la fuga de documentos oficiales del Vaticano, que desvelaba una “fuerte resistencia” en la Curia romana a las medidas de transparencia que había pedido.
Así lo asegura la revista italiana “Panorama” en un artículo que publica en su edición de mañana, del que los medios locales publicaron hoy un extracto.
Según la reconstrucción del semanario del grupo Mondadori, propiedad de la familia Berlusconi, el 17 de diciembre de 2012 Benedicto XVI recibió a los tres cardenales que nombró para investigar la fuga de sus documentos personales y del Vaticano que acabaron publicados en el libro escándalo “Sua Santita”, del italiano Gianluigi Luzzi, y llevaron a la detención y condena del mayordomo de papa, Paolo Gabriele .
Los miembros de esa comisión son los cardenales Julián Herranz, español, de 82 años; Salvatore De Giorgi, italiano, de 82 años, y Jozef Tomko, eslovaco, de 88 años, que interrogaron a una treintena de personas del Vaticano.
Los tres le presentaron un amplio volumen lleno de documentación, entrevistas e interrogatorios, que desvelaban -siempre según el semanario- una “extendida resistencia en la Curia al cambio y muchos obstáculos a las acciones pedidas por el papa para promover la transparencia”.
Según el semanario, el papa quedó “muy impresionado” con los informes y sólo tuvo fuerzas para contárselo a su hermano, Georg.
“Admitió, tal vez por primera vez, haber descubierto una cara de la Curia vaticana que jamás había imaginado. Antes de Navidad comenzó a pensar seriamente en su dimisión”, señala “Panorama”, en el extracto publicado por los medios italianos.
Benedicto XVI, de casi 86 años, aseguró hoy a los fieles que ha renunciado al Pontificado “en plena libertad por el bien de la Iglesia” y tras constatar que “le faltan las fuerzas necesarias para ejercer con el vigor necesario el ministerio petrino” (el papado).
También hoy, en su última misa multitudinaria destacó la importancia del testimonio de fe y vida cristiana de cada uno de los seguidores de Cristo para mostrar la verdadera cara de la Iglesia.
El anciano pontífice añadió que, sin embargo, muchas veces ese rostro “aparece desfigurado”.
“Pienso en particular en los atentados contra la unidad de la Iglesia y en las divisiones en el cuerpo eclesial”, añadió el papa, quien agregó que hay que vivir la Cuaresma de una manera intensa, superando “individualismos y rivalidades”.
El Vaticano mantiene que el papa ha renunciado sólo porque se ha dado cuenta de que le faltan las fuerzas para llevar adelante su labor.
Según el director del diario vaticano “L’Osservatore Romano”, Gian María Vían, Benedicto XVI había tomado la decisión de renunciar al papado hace ya mucho tiempo, tras el viaje a México y Cuba en marzo del pasado año, debido a su avanzada edad. EFE
Foto: Archivo

Benedicto XVI renuncia al cargo con el único fin de darle el ejemplo al dictador Chávez


Escuálidos Agency - Mar, 12/02/2013 - 07:28. 

Con el único propósito de darle el ejemplo al dictador venezolano, el noble y desprendido Pontífice Benedicto XVI ha renunciado al cargo de Papa que es una especie de "chivo que mas mea" en la no menos ejemplar Iglesia Católica.
Nos declaró el emocionado Papa: "io aspeto que questo ejemplo que io estoy dando al questo bambino dictatore Hugo Chávez, para que de una vez renuncie y que la gente decentci de la questa Venezuela pueta vivire sin la porca miseria y aspeto pronti ir a comere mararroni con coro coro invitato por la Conferenty Episcopale di Venezuela..."
Una gran pérdida para el catolicismo mundial que espera que el próximo Papa no sea un comunista arrastrado que se rinda a los poderes del dictador venezolano y que por el contrario, mantenga las políticas del Vaticano, que rezan literalmente "Practica justo lo contrario de lo que predicas" por el bien y la paz mundial.
Desde El Batimóbil del papa en el Vaticano, reportó mas triste que pajarito en grama artificial.
Escuálidos Agency.
Benedicto XVI renuncia al cargo con el único fin de darle el ejemplo al dictador Chávez

viernes, 30 de noviembre de 2012

lunes, 19 de noviembre de 2012

COMENZÓ CUMBRE IBEROAMERICA EN ESPAÑA SIN 7 PRESIDENTES Y CON SUPERHUELGA EN LA CALLE


Un total de siete jefes de Estado no han asistido a la Cumbre: los de Argentina, Cuba, Nicaragua, Guatemala, Paraguay, Uruguay y Venezuela.

España, epicentro de la Superhuelga' que se extendió por toda Europa el pasado 14 de noviembre, es a partir de 16 DE NOVIEMBRE la sede de la XXII Cumbre Iberoamericana, específicamente en la ciudad andaluza de Cádiz.

Las ausencias y las protestas han marcado el inicio de esta Cumbre. Un total de siete jefes de Estado no han asistido a la misma: los de Argentina, Cuba, Nicaragua, Guatemala, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Sin embargo, el Gobierno de España dice estar satisfecho con las asistencias en este evento, ya que contando con las representaciones de cancilleres y representantes se ha superado la convocatoria en relación a cumbres precedentes.

En este contexto, la ciudad anfitriona de Cádiz fue el escenario de otra Cumbre, pero esta vez algo más amplia, la de 600 trabajadores de los astilleros que bloquearon el principal puente de acceso a la ciudad para reclamar mejoras laborales.

El interés de este evento es muy importante para los europeos, no sólo para la región ibérica, dado que América Latina se ha librado en gran medida de la profunda crisis en la que se encuentra la zona euro. Por ello, vuelve a ser la tierra de las oportunidades para el capitalismo europeo que no sabe en qué palo ahorcarse. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, lo ha señalado en sus propios términos al declarar a EFE que España puede ser el "eje vertebrador" de las inversiones de los países europeos en América Latina.

Una muestra de la importancia que reviste esta reunión para el viejo continente es la inusitada e interesada presencia de la alta representante de la UE para la política exterior, Catherine Ashton, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.

La Cumbre Iberoamericana y sus tres ironías

La historia y sus acontecimientos ofrecen nuevas ironías en esta Cumbre que tiene por lema "Una relación renovada", dado que el ámbito central desde el que se abordarán los temas a discutir será el papel que debiera y pudiera jugar América Latina en la ansiada y desesperada necesidad de los europeos por recuperar sus economías capitalistas en sus respectivos países en crisis.

La primera ironía es que ese punto central de esta Cumbre en pleno siglo XXI, donde América Latina jugó un papel esencial en la transformación de Europa, fue el mismo objetivo aspiracional de hace 500 años, cuando se intentaron sostener las potencias monárquicas de España, Inglaterra y Francia, así como los centros de poder comercial y financiero de genoveses y holandeses. Así, América Latina fue usufructuada con el interés de renovación económica y potenciación de liderazgos en Europa.

La segunda ironía estaría relacionada a que precisamente estos países europeos son los que impulsaron e impusieron, con la tutoría del imperio estadounidense, el proyecto neoliberal que ha sumido en la miseria a cientos de millones de seres humanos en nuestra región latinoamericana. Ahora quieren impulsar la cooperación cuando la mayor parte de nuestra región ha desandado otros caminos. En este contexto, las recetas de cura que se están llevando a cabo en Europa están asociadas al ajuste estructural de sus economías y seguramente requerirán de mayores 'seguridades jurídicas' para seguir con el ciclo de explotación de materias primas en nuestra región, lo que les permitiría reactivar el ciclo de acumulación para salir de sus crisis.

La tercera ironía es que esas recetas neoliberales, impulsadas desde Europa y EEUU, contrastan ampliamente con los cambios de perspectiva en varios países latinoamericanos, que proponen e impulsan, con fehacientes resultados materiales, culturales y políticos, proyectos alternativos para encaminarse en la construcción de modelos propios e independientes de las directrices de los centros capitalistas. 

Por ello, el desafío se centra en no dejarse meter gato por liebre, ni dejarse vender ni engañar ante las promesas de una falsa cooperación entre regiones que lo único que traerían es la reproducción novedosa de las mismas relaciones de opresión en las que hemos estado sometidos los latinoamericanos. Que los muertos entierren sus propios muertos o que comience la revolución en el gastado continente, sólo en este contexto la cooperación sincera sí será posible.

jueves, 11 de octubre de 2012

Concilio Vaticano II. Años 1962-1965

XXI concilio ecuménico. Fue convocado por el Papa Juan XXIII en 1962 y clausurado por el Papa Paulo VI en 1965. Orientaciones ante la situación actual de la Iglesia
 
El gran acontecimiento de nuestra Era Moderna en el ámbito de la Iglesia fue el Concilio Vaticano Segundo, convocado por el Papa Juan XXIII y seguido y clausurado por el Papa Pablo VI.

Se pretendió que fuera una especie de "agiornamento", es decir, una puesta al día de la Iglesia, renovando en sí misma los elementos que necesitaren de ello y revisando el fondo y la forma de todas sus actividades.

Proporcionó una apertura dialogante con el mundo moderno, incluso con nuevo lenguaje conciliatorio frente a problemáticas actuales y antiguas.

Ha sido el concilio más representativo de todos. Constó de cuatro etapas, con una media de asistencia de unos dos mil Padres Conciliares procedentes de todas las partes del mundo y de una gran diversidad de lenguas y razas.

Papa Juan XXIII: La reforma interior. Paulo VI: de la vida eclesiástica y la búsqueda de un camino nuevo para tratar de conciliar a los cristianos separados de la unidad católica de la Iglesia. Fue convocado por el Papa Juan XXIII en 1962 y clausurado por el Papa Paulo VI en 1965. Se propuso actualizar la vida de la Iglesia sin definir ningún dogma. Trató de la Iglesia, la Revelación, la Liturgia, la libertad religiosa, etc. Recordó el Concilio la llamada universal a la santidad.

El Concilio Vaticano II es el hecho más decisivo de la historia de la Iglesia en el siglo XX.

El Concilio se convocó con el fin principal de:

- Promover el desarrollo de la fe católica.
- Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.
- Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo.

Tras un largo trabajo concluyó en 16 documentos, cuyo conjunto constituye una toma de conciencia de la situación actual de la Iglesia y define las orientaciones que se imponen.

Las características del Concilio Vaticano II, son Renovación y Tradición.


LOS 16 DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO II



Cuatro Constituciones

Constitución: es un documento que posee un valor teológico o doctrinal permanente.


  • "Sacrosanctum Concilium". La Sagrada Liturgia
  • . 4 de diciembre de 1963

    Oración litúrgica y sacramentos piden la participación activa de todos.

    La renovación litúrgica se remonta hasta Pío X. Toma su base y prolonga la Encíclica de Pío XII "Mediador Dei" (1947) sobre la liturgia. Afirma que en la liturgia, Jesucristo mismo obra como sacerdote, unido a todos los bautizados. El fin esencial de la reforma litúrgica es obtener la participación activa de todos, la cual es "la fuente primera e indispensable donde los fieles deben obtener un espíritu verdaderamente cristiano". La liturgia tiene una parte inmutable, la que es institución divina y otras partes sujetas a cambios que pueden variar en el curso del tiempo, incluso deben, si se han vuelto inadaptadas. (art. 21). El misterio Pascual es el corazón de la liturgia. La Constitución insiste sobre el lugar primordial que debe dársele a la Palabra de Dios. La Constitución revisó la liturgia de todos los Sacramentos.


  • "Lumen Gentium". La Iglesia, "Luz de las naciones"
  • . 21 de noviembre de 1964

      La Iglesia es el pueblo de Dios, en el cual todos los cristianos son responsables y solidarios. María es madre en la Iglesia.

      Nació de un deseo de la Iglesia misma para renovarse en su misión de salvación. En la constitución el Pueblo de Dios está presente en primer lugar; no interviniendo la jerarquía más que en segundo lugar y al servicio del primero. Todos misioneros, todos responsables.

      La autoridad: un servicio.

      El obispo: pastor querido por Cristo.

      La colegialidad de los obispos: solidaridad y responsabilidad universales.

      La Iglesia: comunión, institución, misión.


    • "Dei Verbum". La Revelación Divina
    • . 18 de noviembre de 1965

      Los impulsos escriturísticos cobraron impulso decisivo con León XIII, Pío X, Benedicto XV y más tarde Pío XII. Se paso de un excesivo apegamiento a la palabra material del texto a una penetración más profunda de los hechos y dichos de Dios como portadores de un mensaje de salvación para los hombres. Se propuso una interpretación desde un ángulo contextual y no meramente textual de la palabra escrita.


    • "Gaudium et spes". La Iglesia en el mundo actual. "Schema XIII"
    • . 7 de diciembre de 1965

      La comunidad cristiana se reconoce solidaria del genero humano y de su historia. Quiere salvar al hombre en su totalidad.

      En esta Constitución la Iglesia ha querido hoy considerar al mundo en todas sus expresiones: cósmicas, humanas, históricas. Afirma que la Iglesia es solidaria, íntimamente solidaria con el genero humano. Constata que ante los formidables cambios que sacuden a este mundo, muchos hombres se interrogan. Afirma que se debe reconocer la "igualdad" fundamental de los hombres. Explica lo que la Iglesia puede hacer para ayudar a los hombres.

      Aborda 5 problemas que cree urgente:

      1. la familia.
      2. la cultura.
      3. la vida económico - social.
      4. la vida política.
      5. vida internacional.



      Nueve decretos

      Decreto: es una decisión o un conjunto de decisiones que tienen un alcance práctico normativo o disciplinar.


    • "Inter Mirifica"


    • Sobre los Medios de Comunicación Social. 4 de diciembre de 1963

      Prensa, cine, radio, TV, deben contribuir a la justicia y a la verdad.


    • "Unitatis Redintegratio"


    • Decreto sobre el Ecumenismo. 21 de noviembre de 1964

      Promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos.

      Las primeras iniciativas nacieron de los protestantes. El impulso decisivo por parte católica vino de Juan XXIII, que en 1961 creó el Secretariado para la Unidad de los Cristianos. Frutos del movimiento ecuménico son: la revalorización católica de la lectura de la Escritura, la revisión de la Institución demasiado autoritaria y uniforme y el uso de obras escritas por teólogos protestantes.


    • "Orientalium Ecclesiarum"


    • Sobre las Iglesias Orientales Católicas. 21 de noviembre de 1964

      La variedad en la Iglesia no daña su unidad, sino que manifiesta su riqueza espiritual.


    • "Presbyterorum Ordinis"


    • Sobre el ministerio y la vida sacerdotal. 7 de diciembre de 1965

      Los sacerdotes, cooperadores de los obispos, son servidores de Cristo y de sus hermanos para la palabra de Dios, el don de los sacramentos y la constitución de la Iglesia.


    • "Ad Gentes"


    • Sobre la acción misionera de la Iglesia. 7 de diciembre de 1965

      La Iglesia debe insertarse en todos los grupos humanos respetando sus condiciones sociales y culturales.


    • "Apostolicam Actuositatem"


    • Decreto sobre el apostolado de los laicos. 18 de noviembre de 1965

      Los laicos tienen, por su unión con Cristo, deber y derecho de ser apóstoles.

      La vocación cristiana es por su misma naturaleza, vocación también para el apostolado. El deber y el derecho del seglar al apostolado deriva de su misma unión con Cristo Cabeza. Insertos por el bautismo en el Cuerpo Místico de Cristo, robustecidas por la confirmación en la fortaleza del Espíritu Santo, es el mismo Señor el que los destina al apostolado. Las circunstancias actuales piden un apostolado seglar mucho más intenso y más amplio.


    • "Christus Dominus"


    • Sobre el oficio pastoral de los Obispos en la Iglesia. 28 de octubre de 1965

      Los obispos participan en el cuidado de todas las Iglesias.


    • "Optatam Totius"


    • Sobre la Formación Sacerdotal. 28 de octubre de 1965

      A toda la comunidad cristiana incumbe el deber de suscitar vocaciones.


    • "Perfectae Caritatis"


    • Sobre la Adecuada Renovación de la Vida Religiosa. 28 de octubre de 1965


      Retorno a las fuentes evangélicas y participación en la vida de la Iglesia son las condiciones de vitalidad de las órdenes religiosas.



      Tres declaraciones

      Declaración: es la expresión de una etapa en la investigación y la aclaración.


    • Declaración «Dignitatis humanae»


    • Sobre la Libertad Religiosa. 7 de diciembre de 1965


    • Declaración «Gravissimum educationis»


    • Sobre la educación cristiana. 28 de octubre de 1965


    • Declaración «Nostra aetate»


    • Sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. 28 de octubre de 1965

    Concilio Vaticano I. Años 1869-1870

    XX concilio ecuménico. Papa Pío IX. Sobre la fe y la Iglesia
     
    Se celebró en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, por lo que se denominó Concilio Vaticano I. Papa Pío IX. Contra el racionalismo y el galicanismo, es una tendencia que concedía al Papa, la parte más importante de las decisiones en materia de fe, pero sostenían que estas se hacían infalibles sólo si las aceptaba la Iglesia, es decir, el Concilio. Tuvo que definir solemnemente la infalibilidad Pontificia como dogma de fe, cuando habla "Ex Cathedra". Esto es cuando en calidad de pastor y maestro de todos los cristianos, y haciendo uso de su suprema autoridad apostólica define una doctrina sobre la fe y las costumbres.

    Esto sucede cuando:

      a) enseña una cosa referente al dogma o moral cristianos;
      b) que se dirige a la Iglesia Universal;
      c) que habla en su calidad de Maestro supremo de la cristiandad
    Si falta una de estas condiciones, el Papa no es infalible.

    El concilio enseña que únicamente a Pedro se prometio y confirió de modo directo el primado de jurisdicción sobre toda la Iglesia y su autoridad no deriva precisamente de la Iglesia. El Concilio añade "La Iglesia Romana posee por derecho divino, la primacía de potestad ordinaria sobre todas las demás iglesias. La jurisdicción del pontífice es verdaderamente episcopal e inmediata. La Iglesia es, pues, monarquía de derecho divino, y el Papa recibe plena potestad directamente de Dios." El Papa Pío IX definió también el dogma de la Inmaculada Concepción (1854)

    Definiciones sobre Dios creador, sobre la Revelación divina, sobre la Fe en relación con la razón, sobre la Iglesia y sobre el Primado e infalibilidad del Romano Pontífice.

    En el siglo pasado la Iglesia tuvo que afrontar gravísimos males de diferente índole, problemas: políticos, territoriales, ateísmo pujante y el incremento de las sociedades secretas que actuaban con un sectarismo agresivo. Y, dentro, la Iglesia tuvo que mediar buscando elementos de concordia para atraer las dos tendencias opuestas, la liberal y la conservadora.

    Pío IX a pesar de estar reducido y confinado en el Vaticano, desplegó una gran actividad apostólica en su largo pontificado. Se definieron los dogmas de la Inmaculada Concepción y el de la Infalibilidad del Romano Pontífice.

    Se convocó al vigésimo Concilio Ecuménico en el Vaticano. Se establecieron, una vez más, los principios básicos sobre la Fe; sobre Dios creador del universo y de todo lo que él contiene; sobre la Revelación divina, ya fuere la escrita (Biblia), ya la oral (Tradición); sobre la Iglesia y su magisterio, como también puntualizar y aclarar las relaciones entre la fe y la razón, que de un siglo a esa parte habían adquirido una gran preponderancia.

    El tema más controvertido fue sobre la infalibilidad del Romano Pontífice.


    Relación de los documentos de Vaticano I clasificados por tipo y fecha:


    1ª sesión: Apertura del Concilio 8/12/1869

    2ª sesión: Profesión de fe 6/1/1870

    3ª sesión: 24/4/1870
  • CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA "FILIUS DEI". Sobre la fe católica


  • 4ª sesión: 18/7/1870
  • CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA "PASTOR AETERNUS". Sobre la Iglesia de Cristo




  • Magisterio del C.E Vaticano I


  • De la doble potestad en la tierra


  • [De la Encíclica Etsi multa luctuosa, de 21 de noviembre de 1873]

    ... La fe, sin embargo, enseña y la razón humana demuestra que existe un doble orden de cosas, y, a par de ellas, que deben distinguirse dos potestades sobre la tierra: la una natural que mira por la tranquilidad de la sociedad humana y por los asuntos seculares, y la otra, cuyo origen está por encima de la naturaleza, y que preside a la ciudad de Dios, es decir, a la Iglesia de Cristo, instituída divinamente para la paz de las almas y su salud eterna. Ahora bien, estos oficios (de esta doble potestad, están sapientísimamente ordenados, a fin, de dar a Dios lo que es de Dios, y al César, y por Dios, lo que es del César [Mt. 22, 21]; "el cual justamente es grande, porque es menor que el cielo; pues él mismo es también de Aquel de quien es el cielo y toda criatura. A la verdad, de este mandamiento divino no se desvió jamás la Iglesia, que siempre y en todas partes se esfuerza en inculcar en el alma de sus fieles la obediencia que inviolablemente deben guardar para con los príncipes supremos y sus derechos en cuanto a las cosas seculares, y enseña con el Apóstol que los príncipes no son de temer para el bien obrar, sino para el mal obrar, mandando a sus fieles que estén sujetos no sólo por motivo de la ira, puesto que el príncipe lleva la espada para vengar su ira contra el que obra mal, sino también por motivo de conciencia, pues en su oficio es ministro de Dios [Rom. 13, 3 ss]. Mas este temor a los príncipes, ella misma lo limitó a las malas obras, excluyéndolo totalmente de la observancia de la divina ley, como quien recuerda lo que el bienaventurado Pedro enseñó a los fieles: Que ninguno de vosotros tenga que sufrir como homicida o como ladrón o como maldiciente o codiciador de lo ajeno; pero si sufre como cristiano, no se avergüence por ello, sino glorifique a Dios en este nombre [1 Petr. 4, 15 s].


  • De la libertad de la Iglesia


  • [De la Encíclica Quod nunquam, a los obispos de Prusia, de 5 de febrero de 1875]

    ... Nos proponemos cumplir los deberes de nuestro cargo al denunciar por estas Letras con pública protesta a todos los que el asunto atañe y al orbe católico entero, que esas leyes son nulas, por oponerse totalmente a la constitución divina de la Iglesia. Porque no son los poderosos de este mundo los que Dios puso al frente de los obispos en aquello que toca al santo ministerio, sino el bienaventurado Pedro, a quien encomendó apacentar no sólo los corderos, sino también las ovejas [cf. Ioh. 21, 16-17]; y por tanto por ninguna potestad secular, por elevada que sea, pueden ser privados de su oficio episcopal aquellos a quienes el Espíritu Santo puso por obispos para regir la Iglesia de Dios [Act. 20, 28] .. Pero sepan los que os son hostiles que al negaros vosotros a dar al César lo que es de Dios, no habéis de inferir injuria alguna a la autoridad regia y en nada la habéis de negar, pues está escrito que es menester obedecer a Dios antes que a los hombres [Act. 5, 29]; y juntamente sepan que cada uno de vosotros está dispuesto a dar al César tributo y obediencia, no por motivo de ira, sino por conciencia [Rom. 13, 5 s] en aquellas cosas que están sometidas al imperio y potestad civil.


  • De la explicación de la transustanciación


  • [Del Decreto del Santo Oficio de 7 de julio de 1875]

    A la duda: "Si puede tolerarse la explicación de la transustanciación en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía que se comprende en las proposiciones siguientes:

      1. Como la razón formal de la hipóstasis es ser por sí o sea subsistir por sí, así la razón formal de la sustancia es ser en sí y no ser actualmente sustentada en otro como primer sujeto; porque deben distinguirse bien estas dos cosas: ser por sí (que es la razón formal de la hipóstasis) y ser en sí (que es la razón formal de la sustancia).

      2. Por eso, así como la naturaleza humana en Cristo no es hipóstasis, porque no subsiste por sí, sino que es asumida por la hipóstasis divina superior; así, una sustancia finita, por ejemplo la sustancia del pan, deja de ser sustancia por el solo hecho y sin otra mutación de sí, de que se sustenta en otro sobrenaturalmente, de modo que ya no está en sí, sino en otro como en sujeto primero.

      3. De ahí que la transustanciación o conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo puede explicarse de la siguiente manera: El cuerpo de Cristo al hacerse sustancialmente presente en la Eucaristía, sustenta la naturaleza del pan, que deja de ser sustancia por el mero hecho, y sin otra mutación de sí, de que ya no está en sí, sino en otro sustentante; y por tanto, permanece, efectivamente, la naturaleza de pan, pero en ella cesa la razón formal de sustancia; y, consiguientemente, no son dos sustancias, sino una sola, a saber, la del cuerpo de Cristo.

      4. Así, pues, en la Eucaristía permanecen la materia y forma de los elementos del pan; pero existiendo ya en otro sobrenaturalmente, no tienen razón de sustancia, sino que tienen razón de accidente sobrenatural, no como si afectaran al cuerpo de Cristo a la manera de los accidentes naturales, sino sólo en cuanto son sustentados por el cuerpo de Cristo del modo que se ha dicho".

    Se respondió: "Que la doctrina de la transustanciación, tal como aquí se expone, no puede ser tolerada".


  • Del placet regio


  • [De la Alocución Luctuosis exagitati, de 12 de marzo de 1877]

    ... Nos recientemente nos vimos forzados a declarar que puede tolerarse que las actas de la institución canónica de los mismos obispos sean presentadas a la potestad laica, [lo cual declaramos] con el fin de remediar, en cuanto de Nos dependa, funestísimas circunstancias, en que ya no se trataba de la posesión de bienes temporales, sino que se ponían en evidente peligro las conciencias de los fieles, su paz y el cuidado y salvación de las almas, que es para Nos la suprema ley. Pero en eso que hicimos para evitar gravísimos peligros, queremos que pública y reiteradamente se reconozca que Nos absolutamente reprobamos y detestamos aquella injusta ley que se llama placet regio, declarando abiertamente que por ella se hiere la autoridad divina de la Iglesia y se viola su libertad [v. 1829].

    Concilio de Trento. Años 1545-1563

    XIX concilio ecumenico. Papa Paulo III. Julio III. Pío IV. Contra los errores del protestantismo y por la disciplina eclesiástica
     
    Papa Paulo III. Julio III. Pío IV. Contra los errores del protestantismo y por la disciplina eclesiástica. Fue transferido durante dos años a Bolonia. En veintidós reuniones logró oponer una verdadera y sabia reforma de la Iglesia a los excesos y a los innumerables errores de la reforma protestante.

    El Concilio de Trento señala un cambio en la historia del mundo cristiano, pues muestra el dogma católico no sólo en su esplendor de verdad revelada, sino con su valor de vida sobrenatural. Comenzó en 1547 siendo papa Pablo III, y terminó en el año 1563, después de varias interrupciones. Conviene distinguir en el tres partes: el concilio de Paulo III, de 1545 a 1547; el concilio de Julio III, de 1549 a 1551; y, finalmente, el concilio de Pío IV, de 1561 a 1563. La obra doctrinal del Concilio de Trento fortificó la disciplina eclesiástica frente al protestantismo; renovó la disciplina eclesiástica y estrechó los lazos entre el Papa y los miembros de la Iglesia.

    El concilio de Trento, el más largo de todos, dieciocho años, fue suspendido en varias ocasiones y se reanudó hasta su conclusión en l563.

    La causa principal fue la revolución protestante de Martín Lutero, que socavó profundamente los cimientos de la fe cristiana.

    El concilio hizo una revisión general de toda la doctrina, ya fuere sobre la Biblia, sobre cada uno de los Sacramentos, como la legítima autoridad que le asiste a la Iglesia y la misión que debe cumplir en el mundo.

    La Iglesia, como madre y maestra de la fe, tuvo que aclarar conceptos dudosos, afianzar verdades, promulgar nuevas leyes y anunciar sanciones disciplinarias a los infractores.

    Defensa de la Sagrada Escritura. Doctrina sobre el pecado original, la santificación y la gracia, sobre los Sacramentos, especialmente sobre la Eucaristía y la Misa, sobre el culto de las imágenes y las indulgencias.- Condenación de los errores de Lutero.


    SACROSANTO, ECUMÉNICO Y GENERAL
    CONCILIO DE TRENTO


    Esta es la fe del bienaventurado san Pedro, y de los Apóstoles;
    esta es la fe de los Padres; esta es la fe de los Católicos



  • INICIO DEL CONCILIO DE TRENTO


  • PROLOGO


  • BULA CONVOCATORIA


  • ABERTURA DEL CONCILIO DE TRENTO


  • DECRETO SOBRE EL ARREGLO DE VIDA, Y OTRAS COSAS QUE DEBEN OBSERVARSE EN EL CONCILIO


  • EL SÍMBOLO DE LA FE


  • LAS SAGRADAS ESCRITURAS

    • DECRETO SOBRE LAS ESCRITURAS CANÓNICAS
      DECRETO SOBRE LA EDICIÓN Y USO DE LA SAGRADA ESCRITURA
  • EL PECADO ORIGINAL

  • LA JUSTIFICACIÓN

  • LOS SACRAMENTOS
  • TRANSFERENCIA DEL CONCILIO DE PAULO III A JULIO III


  • EL SACRAMENTO DE LA EUCARÍSTIA
    • DECRETO SOBRE EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
      CÁNONES DEL SACROSANTO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
      DECRETO SOBRE LA REFORMA

  • LOS SACRAMENTOS DE LA PENITENCIA Y DE LA EXTREMAUNCIÓN

  • TRANSFERENCIA DEL CONCILIO DE JULIO III A PÍO IV


  • LA COMUNIÓN SACRAMENTAL
    • DOCTRINA DE LA COMUNIÓN EN AMBAS ESPECIES, Y DE LA DE LOS PÁRVULOS.
      CÁNONES DE LA COMUNIÓN EN AMBAS ESPECIES, Y DE LA DE LOS PÁRVULOS.
      DECRETO SOBRE LA REFORMA

  • EL SACRIFICIO EUCARÍSTICO
    • DOCTRINA SOBRE EL SACRIFICIO DE LA MISA
      CÁNONES DEL SACRIFICIO DE LA MISA
      DECRETO SOBRE LO QUE SE HA DE OBSERVAR,
      Y EVITAR EN LA CELEBRACIÓN DE LA MISA
      DECRETO SOBRE LA REFORMA 
      DECRETO SOBRE LA PRETENSIÓN DE QUE SE CONCEDA EL CÁLIZ

  • EL SACRAMENTO DEL ORDEN

  • EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

    • DOCTRINA SOBRE EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
      CÁNONES DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
      DECRETO DE REFORMA SOBRE EL MATRIMONIO
  • OBISPOS Y CARDENALES


  • EL PURGATORIO


  • LA INVOCACIÓN, VENERACIÓN Y RELIQUIAS DE LOS SANTOS, Y DE LAS SAGRADAS IMÁGENES


  • LOS RELIGIOSOS Y LAS MONJAS


  • DECRETO SOBRE LA REFORMA


  • LAS INDULGENCIAS, LA MORTIFICACIÓN

    • EL ÍNDICE Y LOS EMBAJADORES
  • LA ELECCIÓN DE MANJARES, DE LOS AYUNOS Y DÍAS DE FIESTA


  • ÍNDICE DE LOS LIBROS, DEL CATECISMO, BREVIARIO Y MISAL

    • LUGAR DE LOS EMBAJADORES
  • FINALIZACIÓN DEL CONCILIO DE TRENTO

    • Que los decretos del Concilio se deben recibir y observar
      Que los decretos del Concilio hechos en tiempo de los Pontífices Paulo III y Julio III se reciten en esta Sesión
  • Del fin del Concilio, y de que se pida al Papa su confirmación
  • Quinto Concilio de Letrán. Años 1512-1517

    XVIII concilio ecuménico. Papa Julio II. Acerca de la reforma de la Iglesia
     
    Papa Julio II. Contra el concilio León X de Pisa y por la reforma de la Iglesia. Tenía como misión la reforma del clero y de los fieles pero tuvo que dejar lo más importante de esta tarea al Concilio siguiente.

    Buscó fórmulas conciliatorias para tratar las relaciones entre los príncipes cristianos sin recurrir a la guerra.

    Trató de reformar costumbres disciplinarias en las que se habían introducido abusos escandalosos.

    Dictó normas para las instituciones religiosas y condenó unas herejías contrarias a la inmortalidad del alma.

    Definiciones sobre el alma humana, la cual no es única para todos, sino propia para cada hombre, forma del cuerpo e inmortal.


    Magisterio del C.E V de Letrán

  • Del alma humana

  • (contra los neoaristotélicos)

    [De la Bula Apostolici regiminis (SESION VII)
    19 de diciembre de 1513]

    Como quiera, pues, que en nuestros días con dolor lo confesamos el sembrador de cizaña, aquel antiguo enemigo del género humano, se haya atrevido a sembrar y fomentar por encima del campo del Señor algunos perniciosísimos errores, que fueron siempre desaprobados por los fieles, señaladamente acerca de la naturaleza del alma racional, a saber: que sea mortal o única en todos los hombres, y algunos, filosofando temerariamente, afirmen que ello es verdad por lo menos según la filosofía; deseosos de poner los oportunos remedios contra semejante peste, con aprobación de este sagrado Concilio, condenamos y reprobamos a todos los que afirman que el alma intelectiva es mortal o única en todos los hombres, y a los que estas cosas pongan en duda, pues ella no sólo es verdaderamente por sí y esencialmente la forma del cuerpo humano como se contiene en el canon del Papa Clemente V, de feliz recordación, predecesor nuestro, promulgado en el Concilio (general) de Vienne [n. 481], sino también inmortal y además es multiplicable, se halla multiplicada y tiene que multiplicarse individualmente, conforme a la muchedumbre de los cuerpos en que se infunde... Y como quiera que lo verdadero en modo alguno puede estar en contradicción con lo verdadero, definimos como absolutamente falsa toda aserción contraria a la verdad de la fe iluminada [n. 17517]; y con todo rigor prohibimos que sea lícito dogmatizar en otro sentido; y decretamos que todos los que se adhieren a los asertos de tal error, ya que se dedican a sembrar por todas partes las más reprobadas herejías, como detestables y abominables herejes o infieles que tratan de arruinar la fe, deben ser evitados y castigados.


  • De los "Montes de piedad" y de la usura


  • [De la Bula Inter multiplices, de 28 de abril (SESION X), de 4 de mayo de 1515]

    Con aprobación del sagrado Concilio, declaramos y definimos que los (antedichos) Montes de piedad, instituídos en los estados, y aprobados y confirmados hasta el presente por la autoridad de la Sede Apostólica, en los que en razón de sus gastos e indemnidad, únicamente para los gastos de sus empleados y de las demás cosas que se refieren a su conservación, conforme se manifiesta, sólo en razón de su indemnidad, se cobra algún interés moderado, además del capital, sin ningún lucro por parte de los mismos Montes, no presentan apariencia alguna de mal ni ofrecen incentivo para pecar, ni deben en modo alguno ser desaprobados, antes bien ese préstamo es meritorio y debe ser alabado y aprobado y en modo alguno ser tenido por usurario... Todos los religiosos, empero, y personas eclesiásticas y seglares que en adelante fueren osados a predicar o disputar de palabra o por escrito contra el tenor de la presente declaración y decreto, queremos que incurran en la pena de excomunión latae sententiae, sin que obste privilegio alguno.


  • De la relación entre el Papa y los Concilios


  • [De la Bula Pastor aeternus (SESION XI), de 19 de diciembre de 1516]

    Ni debe tampoco movernos el hecho de que la sanción [pragmática] misma y lo en ella contenido fue promulgado en el Concilio de Basilea, como quiera que todo ello fue hecho, después de la traslación del mismo Concilio de Basilea, por obra del conciliábulo del mismo nombre y, por ende, ninguna fuerza pueden tener; pues consta también manifiestamente no sólo por el testimonio de la Sagrada Escritura, por los dichos de los santos Padres y hasta de otros Romanos Pontífices predecesores nuestros y por decretos de los sagrados cánones; sino también por propia confesión de los mismos Concilios, que aquel solo que a la sazón sea el Romano Pontífice, como tiene autoridad sobre todos los Concilios, posee pleno derecho y potestad de convocarlos, trasladarlos y disolverlos...


  • De las Indulgencias


  • [De la Bula Cum postquam al Legado Tomás de Vio Cayetano, de 9 de noviembre de 1518]

    Y para que en adelante nadie pueda alegar ignorancia de la doctrina de la Iglesia Romana acerca de estas indulgencias y su eficacia o excusarse con pretexto de tal ignorancia o con fingida declaración ayudarse, sino que puedan ser ellos convencidos como culpables de notoria mentira y con razón castigados, hemos determinado significarte por las presentes letras que la Iglesia Romana, a quien las demás están obligadas a seguir como a madre, enseña: Que el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, el llavero, y Vicario de Jesucristo en la tierra, por el poder de las llaves, a las que toca abrir el reino de los cielos, quitando en los fieles de Cristo los impedimentos a su entrada (es decir, la culpa y la pena debida a los pecados actuales: la culpa, mediante el sacramento de la penitencia, y la pena temporal, debida conforme a la divina justicia por los pecados actuales, mediante la indulgencia de la Iglesia), puede por causas razonables conceder a los mismos fieles de Cristo, que, por unirlos la caridad, son miembros de Cristo, ora se hallen en esta vida, ora en el purgatorio, indulgencias de la sobreabundancia de los méritos de Cristo y de los Santos; y que concediendo [el Romano Pontífice] indulgencia tanto por los vivos como por los difuntos con apostólica autoridad, ha acostumbrado dispensar el tesoro de los méritos de Cristo y de los Santos, conferir la indulgencia misma por modo de absolución, o transferirla por modo de sufragio. Y, por tanto, que todos, lo mismo vivos que difuntos, que verdaderamente hubieren ganado todas estas indulgencias, se vean libres de tanta pena temporal, debida conforme a la divina justicia por sus pecados actuales, cuanta equivale a la indulgencia concedida y ganada. Y decretamos por autoridad apostólica a tenor de estas mismas presentes letras, que así debe creerse y predicarse por todos bajo pena de excomunión latae sententiae.

    León X, el año 1519, envió esta bula a los suizos con una carta de 30 de abril de 1519 en que juzga así de la doctrina de la bula:

    La potestad del Romano Pontífice en la concesión de estas indulgencias, según la verdadera definición de la Iglesia Romana, que debe ser por todos creída y predicada... hemos decretado, como por las mismas Letras que mandamos se os consignen, plenamente procuraréis ver y guardar... Firmemente os adheriréis a la verdadera determinación de la Santa Romana Iglesia y de esta Santa Sede que no permite los errores.


  • Errores de Martín Lutero


  • [Condenados en la Bula Exsurge Domine, de 15 de junio de 1520]

    1. Es sentencia herética, pero muy al uso, que los sacramentos de la Nueva Ley, dan la gracia santificante a los que no ponen óbice.

    2. Decir que en el niño después del bautismo no permanece el pecado, es conculcar juntamente a Pablo y a Cristo.

    3. El incentivo del pecado [fomes peccati], aun cuando no exista pecado alguno actual, retarda al alma que sale del cuerpo la entrada en el cielo.

    4. La caridad imperfecta del moribundo lleva necesariamente consigo un gran temor, que por sí solo es capaz de atraer la pena del purgatorio e impide la entrada en el reino.

    5. Que las partes de la penitencia sean tres: contrición, confesión y satisfacción, no está fundado en la Sagrada Escritura ni en los antiguos santos doctores cristianos.

    6. La contrición que se adquiere por el examen, la consideración y detestación de los pecados, por la que une repasa sus años con amargura de su alma, ponderando la gravedad de sus pecados, su muchedumbre, su fealdad, la pérdida de la eterna bienaventuranza y adquisición de la eterna condenación; esta contrición hace al hombre hipócrita y hasta más pecador.

    7. Muy veraz es el proverbio y superior a la doctrina hasta ahora por todos enseñada sobre las contriciones: "La suma penitencia es no hacerlo en adelante; la mejor penitencia, la vida nueva" .

    8. En modo alguno presumas confesar los pecados veniales; pero ni siquiera todos los mortales, porque es imposible que los conozcas todos. De ahí que en la primitiva Iglesia sólo se confesaban los pecados mortales manifiestos (o públicos).

    9. Al querer confesarlo absolutamente todo, no hacemos otra cosa que no querer dejar nada a la misericordia de Dios para que nos lo perdone.

    10. A nadie le son perdonados los pecados, si, al perdonárselos el sacerdote, no cree que le son perdonados; muy al contrario, el pecado permanecería, si no lo creyera perdonado. Porque no basta la remisión del pecado y la donación de la gracia, sino que es también necesario creer que está perdonado.

    11. En modo alguno confíes ser absuelto a causa de tu contrición, sino a causa de la palabra de Cristo: Cuanto desatares, etc. [Mt. 16, 19]. Por ello, digo, ten confianza, si obtuvieres la absolución del sacerdote y cree fuertemente que estás absuelto, y estarás verdaderamente absuelto, sea lo que fuere de la contrición.

    12. Si, por imposible, el que se confiesa no estuviera contrito o el sacerdote no lo absolviera en serio, sino por juego; si cree, sin embargo, que está absuelto, está con toda verdad absuelto.

    13. En el sacramento de la penitencia y en la remisión de la culpa no hace más el Papa o el obispo que el infimo sacerdote; es más, donde no hay sacerdote, lo mismo hace cualquier cristiano, aunque fuere una mujer o un niño.

    14. Nadie debe responder al sacerdote si está contrito, ni el sacerdote debe preguntarlo.

    15. Grande es el error de aquellos que se acercan al sacramento de la Eucaristía confiados en que se han confesado, en que no tienen conciencia de pecado mortal alguno, en que han previamente hecho sus oraciones y actos preparatorios: todos ellos comen y beben su propio juicio. Mas si creen y confían que allí han de conseguir la gracia, esta sola fe los hace puros y dignos.

    16. Oportuno parece que la Iglesia estableciera en general Concilio que los laicos recibieran la Comunión bajo las dos especies; y los bohemios que comulgan bajo las dos especies, no son herejes, sino cismáticos.

    17. Los tesoros de la Iglesia, de donde el Papa da indulgencias, no son los méritos de Cristo y de los Santos.

    18. Las indulgencias son piadosos engaños de los fieles y abandonos de las buenas obras; y son del número de aquellas cosas que son lícitas, pero no del número de las que convienen.

    19. Las indulgencias no sirven, a aquellos que verdaderamente las ganan, para la remisión de la pena debida a la divina justicia por los pecados actuales.

    20. Se engañan los que creen que las indulgencias son saludables y útiles para provecho del espíritu.

    21. Las indulgencias sólo son necesarias para los crímenes públicos y propiamente sólo se conceden a los duros e impacientes.

    22. A seis géneros de hombres no son necesarias ni útiles las indulgencias, a saber: a los muertos o moribundos, a los enfermos, a los legítimamente impedidos, a los que no cometieron crímenes, a los que los cometieron, pero no. públicos, a los que obran cosas mejores.

    23. Las excomuniones son sólo penas externas y no privan al hombre de las comunes oraciones espirituales de la Iglesia.

    24. Hay que enseñar a los cristianos más a amar la excomunión que a temerla.

    25. El Romano Pontífice, sucesor de Pedro, no fue instituído por Cristo en el bienaventurado Pedro vicario del mismo Cristo sobre todas las Iglesias de todo el mundo.

    26. La palabra de Cristo a Pedro: Todo lo que desatares sobre la tierra etc. [Mt. 16], se extiende sólo a lo atado por el mismo Pedro.

    27. Es cierto que no está absolutamente en manos de la Iglesia o del Papa, establecer artículos de fe, mucho menos leyes de costumbres o de buenas obras.

    28. Si el Papa con gran parte de la Iglesia sintiera de este o de otro modo, y aunque no errara; todavía no es pecado o herejía sentir lo contrario, particularmente en materia no necesaria para la salvación, hasta que por un Concilio universal fuere aprobado lo uno, y reprobado lo otro.

    29. Tenemos camino abierto para enervar la autoridad de los Concilios y contradecir libremente sus actas y juzgar sus decretos y confesar confiadamente lo que nos parezca verdad, ora haya sido aprobado, ora reprobado por cualquier concilio.

    30. Algunos artículos de Juan Hus, condenados en el Concilio de Constanza, son cristianísimos, veracísimos y evangélicos, y ni la Iglesia universal podría condenarlos.

    31. El justo peca en toda obra buena.

    32. Una obra buena, hecha de la mejor manera, es pecado venial.

    33. Que los herejes sean quemados es contra la voluntad del Espíritu.

    34. Batallar contra los turcos es contrariar la voluntad de Dios, que se sirve de ellos para visitar nuestra iniquidad.

    35. Nadie está cierto de no pecar siempre mortalmente por el ocultísimo vicio de la soberbia.

    36. El libre albedrío después del pecado es cosa de mero nombre; y mientras hace lo que está de su parte, peca mortalmente.

    37. El purgatorio no puede probarse por Escritura Sagrada que esté en el canon.

    38. Las almas en el purgatorio no están seguras de su salvación, por lo menos todas; y no está probado, ni por razón, ni por Escritura alguna, que se hallen fuera del estado de merecer o de aumentar la caridad.

    39. Las almas en el purgatorio pecan sin intermisión, mientras buscan el descanso y sienten horror de las penas.

    40. Las almas libradas del purgatorio por los sufragios de los vivientes, son menos bienaventuradas que si hubiesen satisfecho por sí mismas.

    41. Los prelados eclesiásticos y príncipes seculares no harían mal si destruyeran todos los sacos de la mendicidad.


    Censura del Sumo Pontífice: Condenamos, reprobamos y de todo punto rechazamos todos y cada uno de los antedichos artículos o errores, respectivamente, según se previene, como heréticos, escandalosos, falsos u ofensivos de los oídos piadosos o bien engañosos de las mentes sencillas, y opuestos a la verdad católica.

    Concilio de Ferrara - Florencia. Años 1438-1442

    XVII concilio ecuménico. Papa Eugenio IV. Unión con los griegos, armenios y jacobitas
     
    Papa Eugenio IV. Por la reconciliación de griegos y latinos.

    Se celebró en Roma los dos últimos años. Estudio la Reforma de la Iglesia y un nuevo intento de reconciliación con los griegos de Constantinopla. Estos entraron en efecto en el seno de la Iglesia con los armenios, los jacobitas, los mesopotamios, los caldeos y los maronitas.

    Este concilio fue en varias etapas y sedes diferentes lo que ocasionó situaciones tirantes. Fundamentalmente trató de la unión con Roma de diferentes Iglesias Orientales Autónomas y para unificar criterios.

    Declaraciones sobre la procesión del Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, la Eucaristía y los Novísimos (para los griegos);Decreto sobre los Sacramentos (para los armenios); - Sobre la Trinidad y la Encarnación (para los jacobitas).


    Magisterio del C.E. de Florencia


  • Decreto para los griegos


  • [De la Bula Laeteniur coeli, de 6 de julio de 1439]

    De la procesión del Espíritu Santo. En el nombre de la Santa Trinidad, del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, con aprobación de este Concilio universal de Florencia, definimos que por todos los cristianos sea creída y recibida esta verdad de fe y así todos profesen que el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo, v del Padre juntamente y el Hijo tiene su esencia y su ser subsistente, y de uno y otro procede eternamente como de un solo principio, y por única espiración; a par que declaramos que lo que los santos Doctores y Padres dicen que el Espíritu Santo procede del Padre por el Hijo, tiende a esta inteligencia, para significar por ello que también el Hijo es, según los griegos, causa y, según los latinos, principio de la subsistencia del Espíritu Santo, como también el Padre. Y puesto que todo lo que es del Padre, el Padre mismo se lo dio a su Hijo unigénito al engendrarle, fuera de ser Padre, el mismo precede el Hijo al Espíritu Santo, lo tiene el mismo Hijo eternamente también del mismo Padre, de quien es también eternamente engendrado. Definimos además que la adición de las palabras Filioque (=y del Hijo), fue lícita y razonablemente puesta en el Símbolo, en gracia de declarar la verdad y por necesidad entonces urgente.

    Asimismo que el cuerpo de Cristo se consagra verdaderamente en pan de trigo ázimo o fermentado y en uno u otro deben los sacerdotes consagrar el cuerpo del Señor, cada uno según la costumbre de su Iglesia, oriental u occidental.


    Sobre los novísimos. Asimismo, si los verdaderos penitentes salieren de este mundo antes de haber satisfecho con frutos dignos de penitencia por lo cometido y omitido, sus almas son purgadas con penas purificatorias después de la muerte, y para ser aliviadas de esas penas, les aprovechan los sufragios de los fieles vivos, tales como el sacrificio de la misa, oraciones y limosnas, y otros oficios de piedad, que los fieles acostumbran practicar por los otros fieles, según las instituciones de la Iglesia. Y que las almas de aquellos que después de recibir el bautismo, no incurrieron absolutamente en mancha alguna de pecado, y también aquellas que, después de contraer mancha de pecado, la han purgado, o mientras vivían en sus cuerpos o después que salieron de ellos, según arriba se ha dicho, son inmediatamente recibidas en el cielo y ven claramente a Dios mismo, trino y uno, tal como es, unos sin embargo con más perfección que otros, conforme a la diversidad de los merecimientos. Pero las almas de aquellos que mueren en pecado mortal actual o con solo el original, bajan inmediatamente al infierno, para ser castigadas, si bien con penas diferentes [v. 464].

    Asimismo definimos que la santa Sede Apostólica y el Romano Pontífice tienen el primado sobre todo el orbe y que el mismo Romano Pontífice es el sucesor del bienaventurado Pedro, príncipe de los Apóstoles, verdadero vicario de Cristo y cabeza de toda la Iglesia y padre y maestro de todos los cristianos, y que al mismo, en la persona del bienaventurado Pedro, le fue entregada por nuestro Señor Jesucristo plena potestad de apacentar, regir y gobernar a la Iglesia universal, como se contiene hasta en las actas de los Concilios ecuménicos y en los sagrados cánones.


  • Decreto para los armenios


  • [De la Bula Exultate Deo, de 22 de noviembre de 1439]

    Para la más fácil doctrina de los mismos armenios, tanto presentes como por venir, reducimos a esta brevísima fórmula la verdad sobre los sacramentos de la Iglesia. Siete son los sacramentos de la Nueva Ley, a saber, bautismo, confirmación, Eucaristía, penitencia, extremaunción, orden y matrimonio, que mucho difieren de los sacramentos de la Antigua Ley. Éstos, en efecto, no producían la gracia, sino que sólo figuraban la que había de darse por medio de la pasión de Cristo; pero los nuestros no sólo contienen la gracia, sino que la confieren a los que dignamente los reciben. De éstos, los cinco primeros están ordenados a la perfección espiritual de cada hombre en si mismo, y los dos últimos al régimen y multiplicación de toda la Iglesia. Por el bautismo, en efecto, se renace espiritualmente; por la confirmación aumentamos en gracia y somos fortalecidos en la fe; y, una vez nacidos y fortalecidos, somos alimentados por el manjar divino de la Eucaristía. Y si por el pecado contraemos una enfermedad del alma, por la penitencia somos espiritualmente sanados; y espiritualmente también y corporalmente, según conviene al alma, por medio de la extremaunción. Por el orden, empero, la Iglesia se gobierna y multiplica espiritualmente, y por el matrimonio se aumenta corporalmente. Todos estos sacramentos se realizan por tres elementos: de las cosas, como materia; de las palabras, como forma, y de la persona del ministro que confiere el sacramento con intención de hacer lo que hace la Iglesia. Si uno de ellos falta, no se realiza el sacramento. Entre estos sacramentos, hay tres: bautismo, confirmación y orden, que imprimen carácter en el alma, esto es, cierta señal indeleble que la distingue de las demás. De ahí que no se repiten en la misma persona. Mas los cuatro restantes no imprimen carácter y admiten la reiteración.

    El primer lugar entre los sacramentos lo ocupa el santo bautismo, que es la puerta de la vida espiritual, pues por él nos hacemos miembros de Cristo y del cuerpo de la Iglesia. Y habiendo por el primer hombre entrado la muerte en todos, si no renacemos por el agua y el Espíritu, como dice la Verdad, no podemos entrar en el reino de los cielos [cf. Ioh. 3, 5]. La materia de este sacramento es el agua verdadera y natural, y lo mismo da que sea caliente o fría. Y la forma es: Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. No negamos, sin embargo, que también se realiza verdadero bautismo por las palabras: Es bautizado este siervo de Cristo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; o: Es bautizado por mis manos fulano en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Porque, siendo la santa Trinidad la causa principal por la que tiene virtud el bautismo, y la instrumental el ministro que da externamente el sacramento, si se expresa el acto que se ejerce por el mismo ministro, con la invocación de la santa Trinidad, se realiza el sacramento. El ministro de este sacramento es el sacerdote, a quien de oficio compete bautizar. Pero, en caso de necesidad, no sólo puede bautizar el sacerdote o el diácono, sino también un laico y una mujer y hasta un pagano y hereje, con tal de que guarde la forma de la Iglesia y tenga intención de hacer lo que hace la Iglesia. El efecto de este sacramento es la remisión de toda culpa original y actual, y también de toda la pena que por la culpa misma se debe. Por eso no ha de imponerse a los bautizados satisfacción alguna por los pecados pasados, sino que, si mueren antes de cometer alguna culpa, llegan inmediatamente al reino de los cielos y a la visión de Dios.

    El segundo sacramento es la confirmación, cuya materia es el crisma, compuesto de aceite que significa el brillo de la conciencia, y de bálsamo, que significa el buen olor de la buena fama, bendecido por el obispo. La forma es.: Te signo con el signo de la cruz y confirmo con el crisma de la salud, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. El ministro ordinario es el obispo. Y aunque el simple sacerdote puede administrar las demás unciones, ésta no debe conferirla más que el obispo, porque sólo de los Apóstoles cuyas veces hacen los obisposse lee que daban el Espíritu Santo por la imposición de las manos, como lo pone de manifiesto el pasaje de los Hechos de los Apóstoles: Como oyeran dicelos Apóstoles, que estaban en Jerusalén, que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan. Llegados que fueron, oraron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo, pues todavía no había venido sobre ninguno de ellos, sino que estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces imponían las manos sobre ellos y recibían el Espíritu Santo [Act. 8, 14 ss]. Ahora bien, en lugar de aquella imposición de las manos, se da en la Iglesia la confirmación. Sin embargo, se lee que alguna vez, por dispensa de la Sede Apostólica, con causa razonable y muy urgente, un simple sacerdote ha administrado este sacramento de la confirmación con crisma consagrado por el obispo. El efecto de este sacramento es que en él se da el Espíritu Santo para fortalecer, como les fue dado a los Apóstoles el día de Pentecostés, para que el cristiano confiese valerosamente el nombre de Cristo. Por eso, el confirmando es ungido en la frente, donde está el asiento de la vergüenza, para que no se avergüence de confesar el nombre de Cristo y señaladamente su cruz que es escándalo para los judíos y necedad para los gentiles [cf. 1 Cor. 1, 23], según el Apóstol; por eso es señalado con la señal de la cruz.

    El tercer sacramento es el de la Eucaristía, cuya materia es el pan de trigo y el vino de vid, al que antes de la consagración debe añadirse una cantidad muy módica de agua. Ahora bien, el agua se mezcla porque, según los testimonios de los Padres y Doctores de la Iglesia, aducidos antes en la disputación, se cree que el Señor mismo instituyó este sacramento en vino mezclado de agua; luego, porque así conviene para la representación de la pasión del Señor. Dice, en efecto, el bienaventurado Papa Alejandro, quinto sucesor del bienaventurado Pedro: "En las oblaciones de los misterios que se ofrecen al Señor dentro de la celebración de la Misa deben ofrecerse en sacrificio solamente pan y vino mezclado con agua. Porque no debe ofrecerse para el cáliz del Señor, ni vino solo ni agua sola, sino uno y otra mezclados, puesto que uno y otra, esto es, sangre y agua, se lee haber brotado del costado de Cristo". Ya también, porque conviene para significar el efecto de este sacramento, que es la unión del pueblo cristiano con Cristo. El agua, efectivamente, significa al pueblo, según el paso del Apocalipsis: Las aguas muchas... son los pueblos muchos [Apoc. 17, 15].

    Y el Papa Julio, segundo después del bienaventurado Silvestre, dice: "El cáliz de] Señor, según precepto de los cánones, ha de ofrecerse con mezcla de vino y agua, porque vemos que en el agua se entiende el pueblo y en el vino se manifiesta la sangre de Cristo. Luego cuándo en el cáliz se mezcla el agua y el vino, el pueblo se une con Cristo y la plebe de los creyentes se junta y estrecha con Aquel en quien cree". Como quiera, pues, que tanto la Santa Iglesia Romana, que fue enseñada por los beatísimos Apóstoles Pedro y Pablo, como las demás Iglesias de latinos y griegos en que brillaron todas las lumbreras de la santidad y la doctrina, así lo han observado desde el principio de la Iglesia naciente y todavía la guardan, muy inconveniente parece que cualquier región discrepe de esta universal y razonable observancia. Decretamos, pues, que también los mismos armenios se conformen con todo el orbe cristiano y que sus sacerdotes, en la oblación del cáliz, mezclen al vino, como se ha dicho, un poquito de agua. La forma de este sacramento son las palabras con que el Salvador consagró este sacramento, pues el sacerdote consagra este sacramento hablando en persona de Cristo. Porque en virtud de las mismas palabras, se convierten la sustancia del pan en el cuerpo y la sustancia del vino en la sangre de Cristo; de modo, sin embargo, que todo Cristo se contiene bajo la especie de pan y todo bajo la especie de vino. También bajo cualquier parte de la hostia consagrada y del vino consagrado, hecha la separación, está Cristo entero. El efecto que este sacramento obra en el alma del que dignamente lo recibe, es la unión del hombre con Cristo. Y como por la gracia se incorpora el hombre a Cristo y se une a sus miembros, es consiguiente que por este sacramento se aumente la gracia en los que dignamente lo reciben; y todo el efecto que la comida y bebida material obran en cuanto a la vida corporal, sustentando, aumentando, reparando y deleitando, este sacramento lo obra en cuanto a la vida espiritual: En él, como dice el Papa Urbano, recordamos agradecidos la memoria de nuestro Salvador, somos retraidos de lo malo, confortados en lo bueno, y aprovechamos en el crecimiento de las virtudes y de las gracias.

    El cuarto sacramento es la penitencia, cuya cuasi-materia son los actos del penitente, que se distinguen en tres partes. La primera es la contrición del corazón, a la que toca dolerse del pecado cometido con propósito de no pecar en adelante. La segunda es la confesión oral, a la que pertenece que el pecador confiese a su sacerdote íntegramente todos los pecados de que tuviere memoria. La tercera es la satisfacción por los pecados, según el arbitrio del sacerdote; satisfacción que se hace principalmente por medio de la oración, el ayuno y la limosna. La forma de este sacramento son las palabras de la absolución que profiere el sacerdote cuando dice: Yo te absuelvo, etc.; y el ministro de este sacramento es el sacerdote que tiene autoridad de absolver, ordinaria o por comisión de su superior. El efecto de este sacramento es la absolución de los pecados.

    El quinto sacramento es la extremaunción, cuya materia es el aceite de oliva, bendecido por el obispo. Este sacramento no debe darse más que al enfermo, de cuya muerte se teme, y ha de ser ungido en estos lugares: en los ojos, a causa de la vista; en las orejas, por el oído; en las narices, por el olfato; en la boca, por el gusto o la locución; en la manos, por el tacto; en los pies por el paso; en los riñones, por la delectación que allí reside. La forma de este sacramento es ésta: Por esta santa unción y por su piadosísima misericordia, el Señor te perdone cuanto por la vista, etc. Y de modo semejante en los demás miembros. El ministro de este sacramento es el sacerdote. El efecto es la salud del alma y, en cuanto convenga, también la del mismo cuerpo. De este sacramento dice el bienaventurado Santiago Apóstol: ¿Está enfermo alguien entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren sobre él, ungiéndole con óleo en el nombre del Señor; y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor le aliviará y, si estuviere en pecados, se le perdonarán [Iac. 5, 14].

    El sexto sacramento es el del orden, cuya materia es aquello por cuya entrega se confiere el orden: así el presbiterado se da por la entrega del cáliz con vino y de la patena con pan; el diaconado por la entrega del libro de los Evangelios; el subdiaconado por la entrega del cáliz vacío y de la patena vacía sobrepuesta, y semejantemente de las otras órdenes por la asignación de las cosas pertenecientes a su ministerio. La forma del sacerdocio es: "Recibe la potestad de ofrecer el sacrificio en la Iglesia, por los vivos y por los difuntos, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Y así de las formas de las otras órdenes, tal como se contiene ampliamente en el Pontifical romano. El ministro ordinario de este sacramento es el obispo. El efecto es el aumento de la gracia, para que sea ministro idóneo.

    El séptimo sacramento es el del matrimonio, que es signo de la unión de Cristo y la Iglesia, según el Apóstol que dice: Este sacramento es grande; pero entendido en Cristo y en la Iglesia [Eph. 5, 82]. La causa eficiente del matrimonio regularmente es el mutuo consentimiento expresado por palabras de presente. Ahora bien, triple bien se asigna al matrimonio. El primero es la prole que ha de recibirse y educarse para el culto de Dios. El segundo es la fidelidad que cada cónyuge ha de guardar al otro. El tercero es la indivisibilidad del matrimonio, porque significa la ir divisible unión de Cristo y la Iglesia. Y aunque por motivo de fornicación sea licito hacer separación del lecho; no lo es, sin embargo, contraer otro matrimonio, como quiera que el vinculo del matrimonio legítimamente contraído, es perpetuo.


  • Decreto para los jacobitas


  • [De la Bula Cantate Domino, de 4 de febrero de 1441, (fecha florentina) ó 1442 (actual)]

    La sacrosanta Iglesia Romana, fundada por la palabra del Señor y Salvador nuestro, firmemente cree, profesa y predica a un solo verdadero Dios omnipotente, inmutable y eterno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, uno en esencia y trino en personas: el Padre ingénito, el Hijo engendrado del Padre, el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo. Que el Padre no es el Hijo o el Espíritu Santo; el Hijo no es el Padre o el Espíritu Santo; el Espíritu Santo no es el Padre o el Hijo; sino que el Padre es solamente Padre, y el Hijo solamente Hijo, y el Espíritu Santo solamente Espíritu Santo. Solo el Padre engendró de su sustancia al Hijo, el Hijo solo del Padre solo fue engendrado, el Espíritu Santo solo procede juntamente del Padre y del Hijo. Estas tres personas son un solo Dios, y no tres dioses; porque las tres tienen una sola sustancia, una sola esencia, una sola naturaleza, una sola divinidad, una sola inmensidad, una eternidad, y todo es uno, donde no obsta la oposición de relación.

    Por razón de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo. Ninguno precede a otro en eternidad, o le excede en grandeza, o le sobrepuja en potestad. Eterno, en efecto, y sin comienzo es que el Hijo exista del Padre; y eterno y sin comienzo es que el Espíritu Santo proceda del Padre y del Hijo. El Padre, cuanto es o tiene, no lo tiene de otro, sino de si mismo; y es principio sin principio. El Hijo, cuanto es o tiene, lo tiene del Padre, y es principio de principio. El Espíritu Santo, cuanto es o tiene, lo tiene juntamente del Padre y del Hijo. Mas el Padre y el Hijo no son dos principios del Espíritu Santo, sino un solo principio: Como el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo no son tres principios de la creación, sino un solo principio.

    A cuantos, consiguientemente, sienten de modo diverso y contrario, los condena, reprueba y anatematiza, y proclama que son ajenos al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. De ahí condena a Sabelio, que confunde las personas y suprime totalmente la distinción real de las mismas. Condena a los arrianos, eunomianos y macedonianos, que dicen que sólo el Padre es Dios verdadero y ponen al Hijo y al Espíritu Santo en el orden de las criaturas. Condena también a cualesquiera otros que pongan grados o desigualdad en la Trinidad.

    Firmísimamente cree, profesa y predica que el solo Dios verdadero, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es el creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles; el cual, en el momento que quiso, creó por su bondad todas las criaturas, lo mismo las espirituales que las corporales; buenas, ciertamente, por haber sido hechas por el sumo bien, pero mudables, porque fueron hechas de la nada; y afirma que no hay naturaleza alguna del mal, porque toda naturaleza, en cuanto es naturaleza, es buena. Profesa que uno solo y mismo Dios es autor del Antiguo y Nuevo Testamento, es decir, de la ley, de los profetas y del Evangelio, porque por inspiración del mismo Espíritu Santo han hablado los Santos de uno y otro Testamento. Los libros que ella recibe y venera, se contienen en los siguientes títulos [Siguen los libros del Canon; cf. 784; EB 32].

    Además, anatematiza la insania de los maniqueos, que pusieron dos primeros principios, uno de lo visible, otro de lo invisible, y dijeron ser uno el Dios del Nuevo Testamento y otro el del Antiguo.

    Firmemente cree, profesa y predica que una persona de la Trinidad, verdadero Dios, Hijo de Dios, engendrado del Padre, consustancial y coeterno con el Padre, en la plenitud del tiempo que dispuso la alteza inescrutable del divino consejo, por la salvación del género humano, tomó del seno inmaculado de María Virgen la verdadera e integra naturaleza del hombre y se la unió consigo en unidad de persona con tan intima unidad, que cuanto allí hay de Dios, no está separado del hombre; y cuanto hay de hombre, no está dividido de la divinidad; y es un solo y mismo indiviso, permaneciendo una y otra naturaleza en sus propiedades, Dios y hombre, Hijo de Dios e Hijo del hombre, igual al Padre según la divinidad, menor que el Padre según la humanidad, inmortal y eterno por la naturaleza divina, pasible y temporal por la condición de la humanidad asumida.

    Firmemente cree, profesa y predica que el Hijo de Dios en la humanidad que asumió de la Virgen nació verdaderamente, sufrió verdaderamente, murió y fue sepultado verdaderamente, resucitó verdaderamente de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre y ha de venir al fin de los siglos para juzgar a los vivos y a los muertos.

    Anatematiza, empero, detesta y condena toda herejía que sienta lo contrario. Y en primer lugar, condena a Ebión, Cerinto, Marcián, Pablo de Samosata, Fotino, y cuantos de modo semejante blasfeman, quienes no pudiendo entender la unión personal de la humanidad con el Verbo, negaron que nuestro Señor Jesucristo sea verdadero Dios, confesándole por puro hombre que, por participación mayor de la gracia divina, que había recibido, por merecimiento de su vida más santa, se llamaría hombre divino. Anatematiza también a Maniqueo con sus secuaces, que con sus sueños de que el Hijo de Dios no había asumido cuerpo verdadero, sino fantástico, destruyeron completamente la verdad de la humanidad en Cristo; así como a Valentín, que afirma que el Hijo de Dios nada tomó de la Virgen Madre, sino que asumió un cuerpo celeste y pasó por el seno de la Virgen, como el agua fluye y corre por un acueducto. A Arrio también que, afirmando que el cuerpo tomado de la Virgen careció de alma, quiso que la divinidad ocupara el lugar del alma. También a Apolinar quien, entendiendo que, si se niega en Cristo el alma que informe al cuerpo, no hay en Él verdadera humanidad, puso sólo el alma sensitiva, pero la divinidad del Verbo hizo las veces de alma racional. Anatematiza también a Teodoro de Mopsuesta y a Nestorio, que afirman que la humanidad se unió al Hijo de Dios por gracia, y que por eso hay dos personas en Cristo, como confiesan haber dos naturalezas, por no ser capaces de entender que la unión de la humanidad con el Verbo fue hipostática, y por eso negaron que recibiera la subsistencia del Verbo. Porque, según esta blasfemia, el Verbo no se hizo carne, sino que el Verbo, por gracia, habitó en la carne; esto es, que el Hijo de Dios no se hizo hombre, sino que más bien el Hijo de Dios habitó en el hombre.

    Anatematiza también, execra y condena al archimandrita Eutiques, quien, entendiendo que, según la blasfemia de Nestorio, quedaba excluida la verdad de la encarnación, y que era menester, por ende, de tal modo estuviera unida la humanidad al Verbo de Dios que hubiera una sola y la misma persona de la divinidad y de la humanidad, y no pudiendo entender cómo se dé la unidad de persona subsistiendo la pluralidad de naturalezas; como puso una sola persona de la divinidad y de la humanidad en Cristo, así afirmó que no hay más que una sola naturaleza, queriendo que antes de la unión hubiera dualidad de naturalezas, pero en la asunción pasó a una sola naturaleza, concediendo con máxima blasfemia e impiedad o que la humanidad se convirtió en la divinidad o la divinidad en la humanidad. Anatematiza también, execra y condena a Macario de Antioquía, y a todos los que a su semejanza sienten, quien, si bien sintió con verdad acerca de la dualidad de naturalezas y unidad de personas; erró, sin embargo, enormemente acerca de las operaciones de Cristo, diciendo que en Cristo fue una sola la operación y voluntad de una y otra naturaleza. A todos éstos con sus herejías, los anatematiza la sacrosanta Iglesia Romana, afirmando que en Cristo hay dos voluntades y dos operaciones.

    Firmemente cree, profesa y enseña que nadie concebido de hombre y de mujer fue jamás librado del dominio del diablo sino por merecimiento del que es mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo Señor nuestro; quien, concebido sin pecado, nacido y muerto al borrar nuestros pecados, Él solo por su muerte derribó al enemigo del género humano y abrió la entrada del reino celeste, que el primer hombre por su propio pecado con toda su sucesión había perdido; y a quien de antemano todas las instituciones sagradas, sacrificios, sacramentos y ceremonias del Antiguo Testamento señalaron como al que un día había de venir.

    Firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos, como quiera que fueron instituídas en gracia de significar algo por venir, aunque en aquella edad eran convenientes para el culto divino, cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo, quien por ellas fue significado, v empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento. Y que mortalmente peca quienquiera ponga en las observancias legales su esperanza después de la pasión, y se someta a ellas, como necesarias a la salvación, como si la fe de Cristo no pudiera salvarnos sin ellas. No niega, sin embargo, que desde la pasión de Cristo hasta la promulgación del Evangelio, no pudiesen guardarse, a condición, sin embargo, de que no se creyesen en modo alguno necesarias para la salvación; pero después de promulgado el Evangelio, afirma que, sin pérdida de la salvación eterna, no pueden guardarse. Denuncia consiguientemente como ajenos a la fe de Cristo a todos los que, después de aquel tiempo, observan la circuncisión y el sábado y guardan las demás prescripciones legales y que en modo alguno pueden ser partícipes de la salvación eterna, a no ser que un día se arrepientan de esos errores. Manda, pues, absolutamente a todos los que se glorían del nombre cristiano que han de cesar de la circuncisión en cualquier tiempo, antes o después del bautismo, porque ora se ponga en ella la esperanza, ora no, no puede en absoluto observarse sin pérdida de la salvación eterna. En cuanto a los niños advierte que, por razón del peligro de muerte, que con frecuencia puede acontecerles, como quiera que no puede socorrérseles con otro remedio que con el bautismo, por el que son librados del dominio del diablo y adoptados por hijos de Dios, no ha de diferirse el sagrado bautismo por espacio de cuarenta o de ochenta días o por otro tiempo según la observancia de algunos, sino que ha de conferírseles tan pronto como pueda hacerse cómodamente; de modo, sin embargo, que si el peligro de muerte es inminente han de ser bautizados sin dilación alguna, aun por un laico o mujer, si falta sacerdote, en la forma de la Iglesia, según más ampliamente se contiene en el decreto para los armenios [v. 696].

    Firmemente cree, profesa y predica que toda criatura de Dios es buena y nada ha de rechazarse de cuanto se toma con la acción de gracias [1 Tim. 4, 4], porque según la palabra del Señor, no lo que entra en la boca mancha al hombre [Mt. 15, ll], y que aquella distinción de la Ley Mosaica entre manjares limpios e inmundos pertenece a un ceremonial que ha pasado y perdido su eficacia al surgir el Evangelio. Dice también que aquella prohibición de los Apóstoles, de abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre y de lo ahogado [Act. 15, 29], fue conveniente para aquel tiempo en que iba surgiendo la única Iglesia de entre judíos y gentiles que vivían antes con diversas ceremonias y costumbres, a fin de que junto con los judíos observaran también los gentiles algo en común y, a par que se daba ocasión para reunirse en un solo culto de Dios y en una sola fe, se quitara toda materia de disensión; porque a los judíos, por su antigua costumbre, la sangre y lo ahogado les parecían cosas abominables, y por la comida de lo inmolado podían pensar que los gentiles volverían a la idolatría. Mas cuando tanto se propagó la religión cristiana que ya no aparecía en ella ningún judío carnal, sino que todos, al pasar a la Iglesia, convenían en los mismos ritos y ceremonias del Evangelio, creyendo que todo es limpio para los limpios [Tit. 1, 15]; al cesar la causa de aquella prohibición apostólica, cesó también su efecto. Así, pues, proclama que no ha de condenarse especie alguna de alimento que la sociedad humana admita; ni ha de hacer nadie, varón o mujer, distinción alguna entre los animales, cualquiera que sea el género de muerte con que mueran, si bien para salud del cuerpo, para ejercicio de la virtud, por disciplina regular y eclesiástica, puedan y deban dejarse muchos que no están negados, porque, según el Apóstol, todo es licito, pero no todo es conveniente [1 Cor. 6, 12; 10, 22].

    Firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia Católica, no sólo paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse participe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el diablo y sus ángeles [Mt. 25, 41], a no ser que antes de su muerte se uniere con ella; y que es de tanto precio la unidad en el cuerpo de la Iglesia, que sólo a quienes en él permanecen les aprovechan para su salvación los sacramentos y producen premios eternos los ayunos, limosnas y demás oficios de piedad y ejercicios de la milicia cristiana. Y que nadie, por más limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la Iglesia Católica.

    [Siguen los Concilios ecuménicos recibidos por la Iglesia Romana y los Decretos para los griegos y armenios.]

    Mas como en el antes citado Decreto para los armenios no fue explicada la forma de las palabras de que la Iglesia Romana, fundada en la autoridad y doctrina de los Apóstoles, acostumbró a usar siempre en la consagración del cuerpo y de la sangre del Señor, hemos creído conveniente insertarla en el presente. En la consagración del cuerpo, usa de esta forma de palabras: Este es mi cuerpo; y en la de la sangre: Porque éste es el cáliz de mi sangre, del nuevo y eterno testamento, misterio de fe, que por vosotros y por muchos será derramada en remisión de los pecados. En cuanto al pan de trigo en que se consagra el sacramento, nada absolutamente importa que se haya cocido el mismo día o antes; porque mientras permanezca la sustancia del pan, en modo alguno ha de dudarse que, después de las citadas palabras de la consagración del cuerpo pronunciadas por el sacerdote con intención de consagrar, inmediatamente se transustancia en el verdadero cuerpo de Cristo.

    Los decretos para los sirios, caldeos y maronitas, nada nuevo contienen.