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lunes, 4 de febrero de 2013

MUD: "nuestro golpe del 11 de abril fue mejor que el del 4 de febrero, al menos gobernamos por casi 48 horas"


Ante la celebración chavista del 4 de febrero, la Mesa de la Ultra Derecha convocó una rueda de prensa en la que expresaron que "por donde lo vean, el golpe que dimos nosotros fue más exitoso que el del 4 de febrero, nosotros sí llegamos al poder y gobernamos unas horas".
La MUD expresó que su gran líder, Pedro Carmona, sí escuchó al pueblo. "El presidente Carmona sí escuchó nuestros ruegos y disolvió la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, los Gobernadores y todo lo que oliera a chavismo, él sí escuchó al pueblo", explicó el vocero Ramón Aveledo.
La MUD explica que el 4 de febrero la operación para hacerse son el poder fue fallida. "Chávez no pudo tomar el poder, se entregó y dijo por ahora, ay si, ay si, gran cosota", dijo Aveledo y todos los presentes hicieron la mueca que se hace cuando se dice "gran cosota".
La MUD anunció que el 11 de abril harán una gran celebración y gigantesca concentración en el apartamento de Ramón Aveledo, para que todos sepan de verdad lo que es dar un golpe como debe ser.
MUD: "nuestro golpe del 11 de abril fue mejor que el del 4 de febrero, al menos gobernamos por casi 48 horas"

Arias Cárdenas: Liderazgo y honestidad de Chávez fue fundamental para la rebelión



Comandante Francisco Arias Cárdenas

COMANDANTE FRANCISCO ARIAS CÁRDENAS


Maracaibo, febrero 4 - El liderazgo y honestidad del presidente Hugo Chávez desde antes de que se formara el movimiento cívico militar del 4 de febrero fue fundamental para que se gestara la rebelión, reconoció el gobernador Francisco Arias Cárdenas.


En declaraciones retransmitidas por Aventura TV, el mandatario regional recordó cuáles fueron las bases para que se formara el movimiento. Reconoció que hubo condiciones, entre las que están la compartimentación y el secreto, que fueron fundamentales.



Relató que las inquietudes de Chávez, el liderazgo en la Fuerza Armada, y su honestidad fue lo que dio origen el acercamiento entre los militares en distintos puntos del país. “No nos conocíamos unos con otros”, recordó.



Arias señala en la entrevista que antes, y en lo que había transcurrido del año 1992, toa decisión era sellada por la clandestinidad, característica del movimiento. “Tenía líneas fundamentales como el secreto. Chávez no discutía con cualquiera, yo tampoco”.



Vigencia a través de los años



Aunque los hechos de la rebelión se registraron hace ya 21 años, Arias rescata las consecuencias y la vigencia que ello tiene en la actualidad y en el futuro. Manifestó que se han establecidos los principios del bolivarianismo, que a su vez impacta a todo el país y a Latinoamérica.



En ese sentido, destaca que ahora hay defensa del interés nacional, y la integración latinoamericana se solidifica cada vez más, lo que se evidencia en la creación de organismos como la Celac, Petrocaribe y Unasur. “Hay toda una integración en función de la defensa de nuestros propios intereses”.



Además destaca que ahora se vive en una nueva democracia, con la participación del poder popular, y se ha reorientado la inversión hacia los sectores populares.

Ministro Calzadilla: El 4F marcó el inicio histórico del siglo XXI venezolano


Ministro Calzadilla deja abierto el temario razonado, en la José Félix Ribas

MINISTRO CALZADILLA DEJA ABIERTO EL TEMARIO RAZONADO, EN LA JOSÉ FÉLIX RIBAS

Credito: Prensa CDC

4 de febrero de 2013.- El ministro de Cultura, Pedro Calzadilla, destacó en su programa La Bodega Cultural, transmitido este lunes por Alba Ciudad 96.3 FM, que el 4 de febrero de 1992 significó el inicio histórico del siglo XXI venezolano.

"Los historiadores podemos decir que nuestro siglo XXI comenzó el 4 de febrero de 1992 y se dibujó lo que luego se desarrollaría como la Revolución Bolivariana. Es una fecha muy significativa que encaminó el proyecto político revolucionario y cambió la historia venezolana", sostuvo.

Añadió que la insurrección, liderada por el comandante Hugo Chávez, evidenció la crisis política del país, gobernado en aquel momento por Carlos Andrés Pérez, reflejada en el desmoronamiento de la economía, en la falta de garantía de los derechos humanos y en la dependencia estadounidense.

"La realidad plena de nuestra patria tiene, sin duda, su sello en el 4 de febrero. Desde entonces, el pueblo venezolano se reúne para conmemorar el triunfo de un movimiento político que se sentó el 5 de febrero y que desde el recordado 'Por ahora' se calzó en el corazón de todos los venezolanos, y fue la fundación del movimiento revolucionario", destacó el titular de Cultura.

El ministro aprovechó la oportunidad para exhortar a la población a hacer uso de la etiqueta #chavezporahorayparasiempre en la red social Twitter para expresar su solidaridad a Chávez y a la Revolución Bolivariana.

El 4 de febrero de 1992 un grupo de militares, encabezados por Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos y Jesús Urdaneta, se rebeló contra el gobierno de Pérez por rechazar sus políticas neoliberales, impuestas por el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, el intento no llegó a feliz término.

En aquel momento, el ahora presidente Chávez declaró ante las cámaras de televisión: "Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital (...) Vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor".

 

4 de Febrero 1992: Fractura del Bipartidismo Representativo

Por:  




La lucha del Pueblo Bolivariano no ha cesado, son tiempos de reflexión y debate. La derrota política y caída del régimen dictatorial de Marcos Pérez Jiménez marco un ciclo de posibilidades pre-revolucionarias que fueron traicionadas por el pacto de New York y el Pacto de Punto Fijo.  AD y COPEI imponen una forma de gobierno de "democracia representativa" que descansaba tras bastidores en la llamada "alternabilidad democrática" y contaba con el aval de EEUU.  Se implanta un régimen de "democracia" para los ricos y sus partidos y dictadura para los pobres y sus organizaciones.  
21 años del 4 de Febrero de 1992 han transcurrido, siendo 1998 el año de la fractura del modelo "democrático" burgués y su forma de gobierno representativo.  Al presidente Chávez le fue dado el poder para dirigir un proceso de cambios profundos; a su vez él delegó por vía Refrendaría en el pueblo la aprobación de la Constitución Bolivariana de 1999.  Estructura que daría piso al nuevo gobierno anclado en principios como la democracia protagónica y participativa.  Para dar cumplimiento a los desafíos que el fluir histórico nos reclama, debemos avanzar en la búsqueda colectiva de la emancipación como pueblo en lucha permanente contra el capitalismo, la alienación de la conciencia y la cultura de dominación burguesa.
Una corriente histórica que se levanta con bríos más allá de nuestro continente contra el  capitalismo global, las multinacionales económicas y financieras, el guerrerismo del imperialismo y sus aliados  y ondea con fuerzas las banderas del humanismo, la solidaridad, el socialismo.
Debemos mirar la realidad cara a cara. No hemos derrotado al enemigo histórico de nuestro pueblo, la derecha se resiste, el gobierno y la clase gobernante no terminan de probarse. Esa es la verdad, digámoslo sin miedo, después de todo, el Pueblo Bolivariano ha rescatado en varias oportunidades a la revolución. Frescos en la memoria colectiva viven los recuerdos del 13 de Abril 2002, la retoma de las plantas petroleras, el 07 de Octubre, el 16 de Diciembre 2012 y el 10 de Enero 2013 así lo demuestran.  Solo el pueblo salva al pueblo. La voluntad política de cambio de este pueblo, marca la direccionalidad del proceso bolivariano. ¡NO VOLVERÁN!  A 21 Años del 4F, el viejo Estado y forma de Gobierno Burocrático no termina de Morir.  Una Nueva Institucionalidad Revolucionaria debe nacer y nos toca parirla en las luchas como pueblo.
Debemos reconocer que aún tenemos un Estado cuarto republicano. Moribundo como la constitución sobre la que juró Chávez, pero todavía la estructura y su tejido de operados políticos y económicos capitalistas donde se soporta permanece.  Los mecanismos burocráticos generan la inercia que frena el avance de lo que trata de constituirse.  Hay que provocar la ruptura definitiva del modelo.  No basta cambiar nombres de instituciones.
No se ha cambiado esencialmente su funcionamiento, composición, su razón de existir, no han cedido la administración y control de gestión a los trabajadores: condición indispensable de la transición revolucionaria para el ejercicio del poder por parte del pueblo trabajador. El llamado poder popular no termina de expresarse, de adquirir cuerpo propio, está secuestrado por la burocracia.  Los consejos comunales y las comunas ordenadas por el mismo Comandante no se constituyen, el Presidente ha reconocido que su sueño de las Comunas está completamente estancado.  Hay una ley, un ministerio, pero los avances en la realidad son muy pocos, casi inexistentes.  Los procesos de empoderamiento y constitución deben generarse al calor de las luchas, de la propia experiencia de la gente.   Las formas orgánicas del movimiento popular no se decretan, además la idea dominante de la apropiación y acumulación de la renta han prevalecido al mercantilizar y someter al clientelismo las relaciones con los denominados proyectos comunitarios.
Otra de las determinantes claves del proceso bolivariano es la relación con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Esta clave histórica cívico-militar ha estado presente en toda nuestra historia.  Irrumpió el 4F.  Continuamos avanzando en la  concepción del Pueblo en Armas, una nueva doctrina para la defensa que sintetiza la resolución del pueblo dispuesto a tomar las armas de ser necesario para la defensa del proceso bolivariano.
Pendiente está: agrupar a la mayoría de los trabajadores y organizaciones existentes del movimiento sindical revolucionario. Sus dirigentes tienen pendiente su legitimación por parte de sus bases y probarse al calor de las luchas, no solo las de carácter reivindicativo sino principalmente las políticas y estratégicas de transformación revolucionaria para demoler el viejo modelo productivo capitalista.  Una orientación que tenemos que darnos como clase y que requiere de una Asamblea Constituyente del Pueblo Trabajador que permita madurar en el debate su papel como sujeto esencial del proceso revolucionario.
Avanzar en el debate y construcción de una democracia socialista radical, salir de esa dinámica recurrente que nos atrapa entre lo electoral representativo y esa maquinaria traga conciencias de la nomenclatura del PSUV.  Por eso el primer gran debate estratégico es: cómo construir esa Nueva Institucionalidad Revolucionaria. Y eso solo puede hacerse apelando a las Claves Constituyentes del Proceso Bolivariano, es decir, con la activación inmediata de una verdadera participación del pueblo trabajador movilizado, en los debates, en la toma de decisiones administrando y controlando las instituciones en el ejercicio pleno de la democracia directa, participativa y protagónica.
Construir el Liderazgo Colectivo. Garantía del Golpe de Timón
Desde el 4 de febrero de 1992 Chávez es el principal protagonista de la política venezolana junto al Pueblo Bolivariano.  Un liderazgo que se fue construyendo en un proceso de identidad extrema con los sectores más oprimidos de un pueblo que había estallado de indignación y odio contra el neoliberalismo durante El Caracazo.  Un pueblo siempre insurrecto.   La actuación del arañero de Sabaneta creo una relación íntima, un punto de contacto único, sin mediación, directo, con el Pueblo Bolivariano. Se fue construyendo una enorme confianza en su palabra y su persona, un liderazgo además de político, espiritual, sentimental con un pueblo que se identifica con su color, con su condición, con su discurso. Un pueblo que elige un socialismo bolivariano, difuso, antiimperialista y en el que sobrevive un estado capitalista que empuja hacia atrás las conquistas populares del proceso y que por eso mismo provoca conflictos, contradicciones y choques. En el último período, su enfermedad, desde que apareció, consolidó al extremo esa relación, agigantando el sentimiento de familiaridad, de cariño, de amor, hacia el líder.
Estamos frente al desafío de la construcción de un nuevo liderazgo, que debe ser colectivo. Ese nuevo liderazgo tiene que ser esencialmente político y se encuentra, en algunos cuadros que hacen parte actualmente del equipo de gobierno en distintos niveles de responsabilidad. Pero sobre todo se encuentra en las decenas de miles de hombres y mujeres anónimos que en cada momento difícil salieron, salen y saldrán a poner el cuerpo para marcar direccionalidad para la acción revolucionaria de nuestro pueblo.
Ese pueblo bolivariano siempre en lucha permanente que organizó el rescate el 13 de Abril, los que comandaron sobre el terreno la recuperación de la industria petrolera, los que luchan día a día para que los avances de la revolución no retrocedan o se estanquen por la arbitraria acción de la burocracia. Son los que no esperan privilegios de un Estado corrupto y corruptor. Son los que cada vez que el propio liderazgo de Chávez estuvo en peligro empujaron acciones que cambiaron la situación y lo recuperaron. Hay que repetirlo una y mil veces. NO HAY PUEBLO VENCIDO.
Con el pueblo, con todos, con sus sonrisas, con sus sueños libertarios hay que trabajar y construir ese nuevo liderazgo colectivo; SI TODOS SOMOS CHÁVEZ, TODOS DECIDIMOS: hay que revolucionar las formas de organización popular, de los trabajadores y sobre todo las de acción y dirección política. Se puede crear al calor de los debate un instrumento político que colectiva y democráticamente se erija en momento constituyente permanente.
Por Ahora... El tiempo nos designa una enorme responsabilidad histórica. Tenemos que: “Hacer irreversible la Revolución Continental”.
A 21 años del 4F a profundizar la revolución,
¡Somos un solo pueblo. No Volverán!
La Crisis del Capitalismo es Global
¡Impulsemos El Socialismo Internacional!

RAMONET: EL 4-F SE DIO EN UNA VENEZUELA CON EL 80% DE PERSONAS EN LA POBREZA



Vine dos meses después de la rebelión y también escribí varios trabajos. En ninguno de ellos, por cierto, califiqué lo ocurrido como un golpe de Estado porque entendí que no lo fue.

¿Cómo percibió usted las noticias sobre el 4 de febrero de 1992?
Yo conocía ya al país, venía desde principios de los 80, sabía lo que estaba pasando. Cuando ocurrió la rebelión del 4 de febrero, no me extrañó para nada porque yo había venido después de los acontecimientos de 1989 y había escrito un reportaje. Entendía perfectamente que aquello era consecuencia de la gran crisis que se venía gestando. Algo tenía que ocurrir en un país que había recibido ingresos equivalentes a tres planes Marshall en 20 años y tenía una estructura socioeconómica de tanta desigualdad: 80% de personas en la pobreza y una minoría dándose lujos babilónicos. Vine dos meses después de la rebelión y también escribí varios trabajos. En ninguno de ellos, por cierto, califiqué lo ocurrido como un golpe de Estado porque entendí que no lo fue. Recorrí varios barrios de Caracas y pude comprobar que Hugo Chávez era, de la noche a la mañana, la persona más popular de Venezuela. En esa visita me entrevisté con el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, con el ministro de la Defensa, con varios generales, y salí convencido de que ni habían entendido ni lo que había ocurrido en 1989 ni tampoco lo que les acababa de pasar. Era evidente que estábamos en una República que había llegado al final de un ciclo.

Entrando en el tema de la comunicación, usted vincula la crisis ética del periodismo con lo que llama “la agonía de los medios tradicionales”. ¿Son dos procesos paralelos o uno es causa el otro?
Debo decir que no creo que haya habido una edad de oro del periodismo, una época o un lugar en los que se haya hecho todo correctamente, algo ejemplar que luego se haya perdido. No, históricamente, el periodismo, al menos el periodismo dominante, la gran prensa, ha dependido del poder económico y ha tenido que defender sus intereses; y también del poder político o de la interferencia política. En pocos casos hemos tenido la oportunidad de ver un periodismo que se enfrente a esos dos poderes. La excepción han sido los momentos en que, como dicen los mexicanos, “la revolución aún no ha degenerado en gobierno”. ¿Qué ocurre ahora en el mundo? Bueno, por una parte, los periódicos de papel se están extinguiendo y, por otra parte, hay una sobreabundancia de información que hace muy difícil distinguir lo cierto de lo falso.

Lo que viene surgiendo como alternativa, las redes sociales, lo digital, tampoco ha demostrado ser confiable. ¿Hacia dónde vamos?
No es que vamos, sino que ya estamos en una etapa de total incertidumbre. Tenemos que aprender a evaluar la fiabilidad de la información en estos tiempos. Facebook tiene menos de 10 años y Twitter, menos de seis. Aún no hemos aprendido a “bien circular” esa información. Los blogs tienen un poco más, pero se están creando 100 mil cada día, 36 millones al año. Tanta oferta de información genera un gran ruido, aunque no es muy diferente a un quiosco donde hay muchos periódicos y revistas.

La industria cultural mundial y las grandes oligarquías mediáticas siempre han sabido absorber y domesticar los fenómenos contraculturales que surgen. ¿Eso va a pasar con las redes sociales?
Eso es lo que está pasado, pero no lo vemos. ¿Quién saca el mayor provecho del gran desarrollo de las redes sociales? Las empresas como Facebook, Google o Twitter, que cotizan en la bolsa. Claro, no son los actores tradicionales de la industria cultural, como Time-Warner, Sony, MGM o Disney, pero son nuevos actores.

Usted ha dicho que si José Martí viviera hoy sería bloguero. Los voceros de la derecha internacional denuncian que en Cuba se persigue a los blogueros. ¿Sería Martí un perseguido?
Ja, ja, no, claro que no, porque hay blogueros cubanos revolucionarios, como Iroel Sánchez (http://lapupilainsomne.wordpress.com/), que también es Sánchez, pero no tiene nada que ver con la otra (Yoani Sánchez, opositora), y hay un gran movimiento bloguero. La semana próxima habrá en La Habana un encuentro internacional de blogueros. El Congreso Mundial de Blogueros, que tiene sede en Brasil, es un movimiento progresista. Dije eso de Martí porque él fundó, cuando tenía 16 años, un periódico llamado El Diablo Cojuelo, a pesar de que unos días antes habían suprimido la libertad de imprenta en Cuba. Si un chico así creó un periódico, hoy en día hubiese sido bloguero para atacar al colonialismo y defender las ideas de emancipación, independencia y libertad.

Según la frase de los mexicanos, en Venezuela la Revolución ya degeneró en gobierno… ¿cómo ve usted el periodismo de los medios gubernamentales o públicos?
No, no, esa frase no vale para Venezuela porque acá la Revolución no ha terminado, ja, ja. El problema acá y en otros países que están en pleno proceso revolucionario es que esos medios están respondiendo a la permanente provocación de los medios privados. En consecuencia, no se puede hacer un juicio objetivo porque estamos en plena guerra mediática. Esa guerra no la han iniciado los medios revolucionarios o progresistas, sino los medios privados, de la reacción, golpistas. Por eso, los medios públicos no tienen aún algunas de las características que quisiéramos que tuviesen y que los propios periodistas progresistas quisieran tener, como una mayor distancia con respecto al Gobierno y un más agudo sentimiento crítico acerca de lo que ocurre. Pero en este momento la guerra no ha terminado, estamos en plena batalla. Cuando termine, los juzgaremos… Bueno, no cuando termine, cuando se haya ganado la guerra.

Como el toro a la muleta

Ignacio Ramonet (Galicia, 1943), director de la publicación mensual francesa Le Monde Diplomatique, es doctor en Semiología e Historia de la cultura, profesor de Teoría de la Comunicación de la Universidad Denis-Diderot, de París y autor de más de 20 libros sobre temas de comunicación, industria cultural y globalización. Además, ha sido y sigue siendo, fundamentalmente, un reportero en ejercicio. Con esas credenciales, juzga uno de los más recientes escándalos mundiales del periodismo: la publicación de la foto de un hombre en un quirófano, por parte del diario El País, de España, periódico que dijo a sus lectores que se trataba del presidente Hugo Chávez.

“Lo que ocurre es que un periódico como El País, que pretende dar información objetiva sobre el mundo entero, cuando se trata Venezuela pierde toda su sangre fría, ataca como un toro a la muleta y basta con presentarle una foto que pueda ser hostil al proceso bolivariano o cualquier dato que ellos piensen que puede perjudicar a la Revolución venezolana, para que se precipiten y la publiquen, perdiendo todo sentido de la precaución”, dice.

Ramonet comenta que los mismos directivos de la redacción del diario madrileño admitieron que no sabían en qué momento fue tomada la foto. Y ese, periodísticamente, era un dato clave. “El presidente Chávez ha sido operado varias veces. Supongamos que esa foto hubiese sido tomada en 2011, durante la primera operación ¿qué importancia tendría ahora mismo?”, reflexiona.

(CiudadCcs) 

¿SABÍA UD. CÓMO TITULARON LOS PERIÓDICOS EL 4-F DE 1992? (SE SORPRENDERÁ)




El 4 de Febrero de 1992 varios medios de comunicación publicaron una edición extra para dar a conocer lo acontecido este día, uno de los más históricos de la historia moderna de Venezuela.





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4-F: LO QUE QUERÍAS SABER DEL "POR AHORA" QUE CAMBIÓ A VENEZUELA



“Por ahora”, dos palabras que anunciaron el fin de un ciclo histórico en nuestro país y el inicio de una era que concibe la vida como esencia. Desde hace 14 años el “Por ahora” es un ¡Para siempre!

El 3 de febrero de 1992, el presidente de la República de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, en un episodio que simbolizaba lo que las cúpulas del poder político y económico venezolano impulsaban en Venezuela, llegaba proveniente nada más y nada menos que de un viaje realizado a los Estados Unidos y a Davos, Suiza, a fin de participar en el Foro Social Mundial, uno de los espacios predilectos para la imposición de las medidas neoliberales por parte de los países potencia hacia los países subyugados.

A su llegada al país, Pérez recibió información de su ministro de Defensa, Fernando Ochoa Antich, relacionada a “ciertos rumores sobre sospechosos movimientos de tropas”, pero terminó tranquilizando tanto al presidente sobre el control de la situación que el propio mandatario decidió no dirigirse a Miraflores sino a La Casona a descansar, luego de negociar, una vez más, la entrega de nuestro país.

La operación Zamora estaba ya activada y desenvolviéndose, nombre que tendría el levantamiento militar comandado por el teniente coronel, Hugo Chávez Frías. La operación se inició en la tarde del día 3 y estalló en la noche, con la participación de 2.357 jóvenes militares guiados por Chávez, quien se encontraba en el Cuartel Militar de La Planicie. Los participantes pertenecían a 10 batallones de las guarniciones militares de los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Capital.

Esta insurrección tuvo como protagonista social al pueblo venezolano, sujeto histórico que catapultó las condiciones materiales y simbólicas para que se gestara esta muestra de hidalguía liberadora, hermana de otras rebeliones cívico-militares como el Barcelonazo (junio, 1960), el Carupanazo (mayo, 1962), el Porteñazo (junio, 1962), el Guairazo (1963), y las resistencias estudiantiles, movimientos sociales y de trabajadoras y trabajadores, así como el pueblo en armas que se fue a las montañas a intentar revertir el orden represivo que se anquilosó en la institucionalidad liberal a partir del puntofijismo.

Pero otros protagonistas tienen nombre y apellido, las caras visibles de un movimiento insurreccional que, luego de fracasar en sus objetivos militares y ya con Chávez en prisión, lograron contar un respaldo popular que sobrepasaba el 60% de apoyo.

Estos protagonistas iniciaron en 1983 el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, fundado bajo el pensamiento de Bolívar (a 200 años de su natalicio), Simón Rodríguez y Zamora, siendo la semilla que germinaría el 4-F de 1992, confirmando así las reservas morales de nuestro ejército, con claro rostro de pueblo en armas y con las venas libertarias aún no subsumidas por los gravámenes del imperialismo y sus lacayos nacionales.



Nombres como el de los capitanes Ronald Blanco La Cruz, Antonio Rojas Suárez, Joaquín Suárez Monte, Carlos Aguilera, los mayores Carlos Díaz Reyes, Pedro Pérez López, el sargento Iván Freites, el teniente coronel Yoel Acosta Chirinos, encargado de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en la Carlota, Jesús Ortiz Contreras, quien comandaba el Batallón de Cazadores Genaro Vásquez, el teniente coronel Jesús Urdaneta Hernández, entre otros, fueron comandados por Hugo Chávez desde el Museo Histórico Militar en Caracas. El objetivo principal en la capital era la toma de Miraflores. En Maracaibo, Maracay y Valencia se lograron objetivos claros, y un significativo despliegue en Aragua del Batallón de Paracaidistas José Leonardo Chirino.

Luchadores sociales y grupos estudiantiles universitarios, principalmente en Zulia, Carabobo y Caracas acompañaron la planificación y operación para el logro de los objetivos el propio 4 de febrero.

En este contexto, el entonces estudiante de la Universidad de Carabobo, David Silva, recordó cómo organizaron diversas actividades a finales del año 1991 para sembrar conciencia en la población y prepararla para lo que sería el inicio de una nueva etapa en la historia política de nuestro país.

Con un contexto internacional donde la “Guerra Fría” había llegado a su fin, con el desmoronamiento de la Unión Soviética y el derrumbe del Muro de Berlín, las lógicas establecidas por el capital se impusieron en la geografía planetaria con algunas honrosas excepciones: Cuba.

La aventura guerrerista de EE. UU. por acaparar el control estratégico de recursos clave para el funcionamiento de la maquina capitalista mundial se comenzaba a percibir con la concreción de una invasión a Irak de 500.000 soldados estadounidenses, a fin de supuestamente crear “una fuerza colectiva de la comunidad mundial expresada por las Naciones Unidas. Un movimiento histórico hacia un nuevo orden mundial (…) una nueva cooperación entre las naciones” (George Bush, O.N.U. 1º de octubre de 1991).

Los estados nacionales estaban de rodillas ante las directrices emanadas por el Gobierno de los EE. UU. y por las grandes multinacionales, auspiciadas en las recetas emanadas de multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Las propuestas emancipadoras estaban desdibujadas o sumamente fraccionadas para crear una plataforma que hiciera temblar a las fuerzas de la burguesía. La socialdemocracia estaba adherida al proyecto neoliberal y a la neutralizadora idea del “Fin de la Historia” proyectado por Francis Fukuyama. En este contexto, el Consenso de Washington fue la Constitución Nacional de los países latinoamericanos, gracias a la voluntad súbdita de los Gobiernos de la región.

En nuestro país el fundamentalismo de mercado se expresó en el “Gran Viraje” de 1989 bajo la tutoría del FMI y el Banco Mundial, donde los ministros de economía tenían más poder que el propio presidente, entre otras circunstancias porque estaban puestos por las multilaterales, las multinacionales y los Estados Unidos. Este “Gran Viraje” no era otra cosa que el Consenso de Washington que delineaba e imponía el neoliberalismo en Venezuela. Estas líneas componían, sólo en lo económico, los siguientes puntos:

Disciplina presupuestaria (los presupuestos públicos no pueden tener déficit).
El gasto social se elimina (ya que el gasto público debe concentrarse donde sea más rentable).
Reforma impositiva (ampliar las bases de los impuestos y reducir los más altos).
Liberalización de los tipos de interés.
Un tipo de cambio competitivo de la moneda.
Liberalización del comercio internacional (disminución de barreras aduaneras).
Eliminación de las barreras a las inversiones extranjeras directas.
Privatización (venta de las empresas públicas y de los monopolios estatales)
Flexibilización laboral.
Desregulación de los mercados.
Protección de todo tipo de propiedad privada, cualquiera que sea su actividad, productiva o improductiva.

En este contexto, el Caracazo de 1989 y la Insurgencia Militar del 4 de febrero de 1992 fueron los gritos de un pueblo que se sublevó ante la represión, las persecuciones, las desapariciones, el empobrecimiento de la mayoría del pueblo, la entrega de nuestros recursos naturales, la corrupción minada en todas las esferas de la vida social, la anulación del relato histórico que nos constituye como nación, la promoción de los valores antihumanos y en contra de la vida, las medidas neoliberales, el manejo del país de una clase cupular privilegiada y sin amor de patria.

Cuando Chávez estuvo ya detenido esa mañana del 4 de febrero, uno de los almirantes que lo retenían le exigió al teniente coronel, una vez se había aprobado su alocución frente al país, que escribiera previamente lo que iba a escribir. Chávez respondió categóricamente con un “no”. Y es que la historia sólo puede ser contada por los pueblos. Ese “no” también representó la negativa de una nación a la venta y empobrecimiento del país. Ese “no” significaría la latencia por seis años esperaría el triunfo electoral de ese Chávez hecho pueblo en 1998.

Por ello el “Por ahora” significaron las dos palabras que anunciaron el fin de un ciclo histórico en nuestro país y el inicio de una era que concibe la vida como esencia. El “Por ahora” ya lleva 14 años de haberse convertido en un ¡Para Siempre!




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SEPA QUIÉNES LE CAYERON ENCIMA A LOS MUCHACHOS DEL 4-F, PIDIENDO SU MUERTE




Antes de calificar de “sediciosos” a los militares alzados, habría que recordar que muchos de sus colegas habían dado “golpes de Estado” al aprobar privatizaciones, dice Aristóbulo Istúriz.

Cerca de la 1:00 de la madrugada del 4-F, un visiblemente nervioso presidente Carlos Andrés Pérez (CAP) declaraba a través de la señal de Venevisiónque un grupo de oficiales había “deshonrado” al Ejército. Aseguró que habían intentado asesinarlo.

Casi de inmediato, Eduardo Fernández, quien había sido el candidato de Copei en las elecciones de 1988, salió igualmente por Venevisión apoyando aCAP y calificando el alzamiento como un “acto primitivo de violencia”.

Los enfrentamientos se prolongaron entre las 11 de la noche del 3 de febrero hasta entrada la tarde de 4-F en los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y en Caracas, siendo la capital el punto donde la lucha fue más intensa.

Cerca de las 11 de la mañana se produjo el histórico “Por Ahora”, donde el comandante Hugo Chávez llamó a deponer las armas y cambió la historia del país.

El otro líder del alzamiento cívico-militar, el teniente coronel Francisco Arias Cárdenas, declaró desde el Zulia a un medio regional que las motivaciones eran el rechazo a las políticas neoliberales del gobierno de CAP y la corrupción generalizada, en especial dentro de las Fuerzas Armadas Nacionales (FFAA). “Nuestra acción trata de romper un juego cerrado y llamar a la participación democrática (…) no nos creemos mesiánicos ni salvadores, creemos que las fuerzas están en este pueblo”, dijo ese día.

Añadió: “Apenas pudiéramos establecernos en el control del poder íbamos a comenzar a llamar (…) a personas con cierta claridad de lo que ocurre en el país, que no tengan miedo a los cambios ni a la participación de las fuerzas populares”.

A la 1:04 pm el extinto Congreso dio inicio a una sesión extraordinaria para debatir los hechos. Los principales protagonistas fueron Aristóbulo Istúriz (diputado Causa R), Rafael Caldera (senador Copei) y David Morales Bello (senador AD).

Rafael Caldera mostró toda su experiencia al interpretar lo ocurrido y no desbocarse en apoyo a CAP. En 1993 fue electo presidente.

Igualmente, Aristóbulo Istúriz, diputado de La Causa R, dijo que antes de calificar de “sediciosos” a los militares alzados, habría que recordar que muchos de sus colegas habían dado “golpes de Estado” al aprobar privatizaciones. Como anécdota de aquel día, tras su derecho de palabra estrechó la mano de Caldera y le aseguró que de haber sido él el primero en hablar y hacer sus planteamientos “seguro que estaría preso ya”.

A dichas alocuciones siguió la del senador de AD, David Morales Bello, quien mostró toda la miopía de los políticos del puntofijismo. Su “¡mueran los golpistas” quedó para la historia contemporánea.
Carlos Andrés Pérez: “Tenían como objetivo el asesinato del Presidente”

Cerca de las 10:00 pm del 4-F Carlos Andrés Pérez llegó de Davos (Suiza) donde había participado en el Foro Económico Mundial. Venía de hablar sobre la necesidad que tenía Venezuela de abrirse a la inversión extranjera.

En el aeropuerto de Maiquetía lo aguardaba el ministro de la Defensa, Fernando Ochoa Antich, quien le informó sobre el alzamiento cívico-militar en su contra. De inmediato partieron a La Casona, donde dejó a la exPrimera Dama, Blanca Rodríguez de Pérez para partir primero a Miraflores y posteriormente a la televisora Venevisión, desde donde se dirigió al país:

“Quiero decirle al pueblo de Venezuela que todos los comandos de todas las guarniciones se mantuvieron fieles al pueblo venezolano, a su Constitución, a su juramento.

Un grupo de oficiales alzados contra la Constitución, deshonrando el uniforme de las Fuerzas Armadas, se atrevieron a asumir esa intentona golpista que tenía como objetivo el asesinato del presidente de la República.

Es bueno que el pueblo venezolano se entere del crimen que se pretendía y de las graves consecuencias que hubiera significado para Venezuela un hecho de esta naturaleza”, fueron parte de sus palabras. AJPC
David Morales Bello (senador de AD): “¡Mueran los golpistas!”


Poco después de que el comandante del alzamiento cívico-militar, el teniente coronel Hugo Chávez Frías, había asumido la responsabilidad por los hechos, el extinto Congreso realizó una sesión extraordinaria. Durante el debate, el senador por Acción Democrática, David Morales Bello, pronunció un lapidario discurso, el cual en retrospectiva terminó siendo el comienzo de la muerte de su partido. Estas fueron parte de sus palabras:

“Los golpistas no cuentan con aliento alguno, directa ni indirectamente, en los diputados y senadores que integran el Congreso. Y, por muy inteligente que se sea y por mucho que se pronuncien las palabras con un bisturí, lo cierto es que se camina en el filo de la navaja cuando, frente a una intentona de golpe como la que estamos condenando, se hacen consideraciones que de alguna manera alguien pudiera interpretar como que buscan darle algún tipo de razón a quienes procedieron en la forma que estamos condenando (…) No podíamos, sin incurrir en gravísimas contradicciones, plantear a destiempo hechos y circunstancias políticas que desdibujaran la intención cierta y condenatoria del Congreso. Se condena en una sola palabra: ¡mueran los golpistas!”. AJPC

Eduardo Fernández: “Condenamos categóricamente recurrir a la fuerza”

En la madrugada del 4 de febrero de 1992, casi inmediatamente después de que el expresidente Carlos Andrés Pérez se dirigiera a la nación, Eduardo Fernández, quien fuera su contrincante (Copei) en los comicios de 1988, salió en defensa del gobierno adeco a través de Venevisión.

Calificó lo ocurrido como “el hecho golpista”. Aseguró que ningún efectivo militar debía quebrantar el juramento de lealtad a la extinta Constitución de 1961. Esto fue parte de lo que dijo:

“Condenamos enfática y categóricamente el hecho primitivo de recurrir a la fuerza en un país civilizado y moderno como Venezuela. Eso es una vergüenza nacional. La democracia es perfectible. Todos los problemas que tenemos debemos resolverlos con inteligencia, con diálogo civilizado, con votos, no con balas. Condenamos la violencia inequívocamente”. AJPC

Aristóbulo Istúriz: los atropellos a la Constitución también son golpes de Estado

En 1992 Aristóbulo Istúriz era un diputado poco conocido de La Causa R, pero después de su discurso en la sesión extraordinaria bicameral del Congreso realizada el 4-F, su carrera política se catapultó. Tanto así que en diciembre de ese año resultó electo alcalde de Caracas en las elecciones regionales, derrotando al candidato de AD Claudio Fermín.

Istúriz, al igual que Rafael Caldera, supo intuir que la dirigencia política, al analizar lo ocurrido ese día, no debía quedarse sólo en la superficie, sino profundizar en las motivaciones que tuvieron aquellos jóvenes oficiales para sublevarse contra la, hasta entonces, llamada democracia “modelo” de América Latina.

Durante su alocución recordó cómo en la Comisión de Mesa Parlamentaria que redactó el proyecto de acuerdo en rechazo al alzamiento cívico-militar, pidió incluir algún considerando relacionado con las causas que motivaron dichos hechos.

Así habló Istúriz aquel 4-F: “Me sentí como burlado cuando hice el planteamiento en la comisión; alrededor del proyecto de acuerdo señalaba que era necesario incluir algún considerando que tuviese que ver con las motivaciones, fuera de las aspiraciones de quienes participan. Y eso es para preocupar a los demócratas, eso no es para que los demócratas lo oculten, el que en Valencia los estudiantes estén marchando y caminando al lado de los golpistas, eso es para que los demócratas reflexionemos. Mientras la gente no crea en el Poder Judicial y aquí todo el mundo tiene sobre el Poder Judicial las mismas dudas, porque todos hablamos de la necesidad de reforma del Poder Judicial; de este propio Congreso, donde debemos velar por la Constitución y hemos visto muchas veces aprobando cosas que vulneran la propia Constitución. Hay muchas maneras de burlar la Constitución, algunos pueden burlarla con las armas, pero otros pueden hacerlo con los votos, cuando en una línea política ciega se atropellan los derechos constitucionales y eso es igualito a un golpe de Estado, idéntico. Y aquí a la Constitución le hemos dado muchos golpes de Estado, lo que pasa es que cuando es con armas preocupa más, cuando es por brazos levantados a ciegas, siguiendo la línea partidista o los compromisos con los distintos sectores económicos, evidentemente que también constituyen golpes de Estado, pero la gente los conoce menos”. AJPC

Caldera: “Es difícil decirle al pueblo que se inmole si la democracia no le da de comer”


Durante el debate realizado en el extinto Congreso el 4-F, el senador de Copei Rafael Caldera pronunció un discurso en el que demostró ser un viejo zorro político. Interpretó el momento político del país y comprendió que el pueblo se conectó con los militares alzados. Esto lo catapultó para ocupar la Presidencia de la República (1993-1998). No obstante, lo más destacable de su mandato fue la crisis bancaria y la caída de los precios del petróleo. Estos son extractos de su discurso el 4-F: “No estoy convencido de que el golpe, felizmente frustrado, hubiera tenido como propósito asesinar al Presidente. Yo creo que una afirmación de esa naturaleza no podría hacerse sino con plena prueba del propósito de los sublevados. Afirmar que el propósito de la sublevación fue asesinar al presidente de la República es muy grave. Debemos reconocerlo (…) es la verdad: no hemos sentido en la clase popular, en el conjunto de venezolanos no políticos y hasta en los militantes de partidos políticos, ese fervor, esa reacción entusiasta, inmediata, decidida, abnegada, dispuesta a todo frente a la amenaza contra el orden constitucional. Es difícil pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y por la democracia cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de comer y de impedir el alza exorbitante en los costos de subsistencia, cuando no ha sido capaz de poner un coto definitivo al morbo terrible de la corrupción que está consumiendo la institucionalidad”.
(Ciudad Ccs)