Stelling considera que la oposición está en un despeñadero afectivo, que pasada la coyuntura del 7O, el liderazgo de Capriles desapareció y que el diálogo sólo es posible en problemas nos son comunes.
Stelling considera que la oposición está en un despeñadero afectivo, que pasada la coyuntura del 7O, el liderazgo de Capriles desapareció y que el diálogo sólo es posible en problemas nos son comunes.
Stelling considera que la oposición está en un despeñadero afectivo, que pasada la coyuntura del 7O, el liderazgo de Capriles desapareció y que el diálogo sólo es posible en problemas nos son comunes.
Entrevistada en el programa "José Vicente Hoy" difundido este domingo, la socióloga y analista de medios Maryclen Stelling aseguró que la oposición después de estar "engolosinada" con un "triunfo", aún no se recupera de la derrota del pasado 7 de octubre, está "atónita" y es víctima de una "desesperanza aprendida", que genera desánimo, estrés e incluso desesperación y podría provocar gran abstención en las venideras elecciones regionales del 16 de diciembre.
"Ellos (la oposición) no se han recuperado de los resultados, es lo que en psicología llaman desesperanza aprendida, en el sentido que se piensa: 'nada de lo que yo haga me permite salir de (Hugo) Chávez; agarré la vía del paro, intento de magnicidio, golpe de Estado (...); ahora agarro la vía electoral y tampoco puedo salir de Chávez. Eso desespera más y los conduce al abismo o a tirar la toalla, y que no se sientan motivados a votar en las elecciones de diciembre", explicó.
"Esa desesperanza aprendida es motivada por los líderes que ahora hablan de fraude (…), están en un despeñadero afectivo. Capriles demostró que era un líder coyuntural para el 7-O y una vez pasada la coyuntura desaparece su liderazgo".
Consideró que el electorado opositor podrá optar por pensar que no tiene sentido participar en un nuevo proceso electoral y abstenerse en las elecciones. "La oposición estaba engolosinada con el triunfo, esos seis millones y tantos que votaron por Capriles, o mejor dicho que votaron contra Chávez pensaron que había un triunfo seguro, la dirigencia lo sabía, pero se quedaron callados", dijo.
"El votante compró el paquete de la descalificación de Chávez y a su vez el triunfo absoluto, aunque la dirigencia sabía que no iban a ganar, así lo señalaban todas las encuestadoras (…), esto ha originado un estrés producto del trauma post electoral. Lo pudimos ven en las redes sociales". "Ellos han ido aumentando su voto como oposición a Chávez lo que le daba una creencia real de posibilidades de ganar".
"Ahí tenemos a las hordas, los pedigüeños, los desdentados, los limpiabotas, los lavacarros. Dieron una demostración de verdadera madurez política y de respeto al vencido, esa solidaridad venezolana de darle la mano al vencido y respetar el dolor ajeno (…), también afloró un humor muy fino que no cayó en la descalificación y la ofensa", dijo la integrante del Observatorio Venezolano de Medios.
Agregó que "en este momento la reconciliación no es posible, porque la reconciliación incorpora el perdón de las culpas, un acto de contrición, y no estamos preparados para esto, porque la confrontación electoral fue muy fuerte y está reciente. El presidente Chávez fue muy frontal (...) Las posibilidades de diálogo existen pero están limitadas, porque la oposición pensó que podía negociar la construcción del nuevo socialismo y eso no es negociable".
En su opinión, "el diálogo sólo es posible sobre problemas que nos son comunes como la inseguridad y no debe ser entre políticos sino entre expertos". "Éste el momento con la amplitud que ofrece el Presidente para que dialoguemos sobre los problemas que nos aquejan a todos, aunque ese diálogo también estará condicionado por las próximas elecciones".
A su juicio, la oposición se organizó en torno a una candidatura que reunió fundamentalmente sentimientos negativos de rechazo, odio, miedo, resentimiento y venganza.
