Caracas, 21 de octubre de 2012 - El periodista Leocenis García nos presenta su destacada columna “Leocenis Habla Claro”, la cual también podrás leer en la edición 107 del Semanario 6to Poder. A continuación el texto original.
No voy a caer, Henrique, en esa tentación, por lo demás legítima, de ufanarse de cosas a las cuales el tiempo dio la razón. No voy tampoco hacerle una autopsia al cadáver, porque el oficio de forense prefiero dejarlo a quienes fingen llorar el muerto pero lo jurungan para asegurarse de que esté bien muerto. Pero visto que llevo muchas cosas atragantadas, quería decirte varias cosas, ahora que, lejos de las emociones, vuelves a tu hábitat natural.
No es verdad que tú hayas quedado bien y que hay una victoria en una derrota, eso no se lo debes creer ni a ese coro de meneadores del ego que te acompañaron y vejaron a todos quienes no aplaudieron ciegamente un Comando que en vez de Venezuela había que llamarle Multilock, porque ahí no entraba ni la llave de la caja fuerte; ni creérselo a ese sifrinaje que aun cree que con pitos cacerolas y flautas podemos salir de la tragedia que significa el Presidente Chávez.
Nunca entendí por qué se le mintió al país al 07 de octubre; tú sabes, Henrique, que tuviste que salir sin actas, sin nada fuerte en las manos, con los resultados del CNE apresuradamente, porque sencillamente el aparataje de totalización falló. Esa es la verdad. Lo demás es cuento caza bobos, historias de burdel para los que no saben lo que se juega en la candela de las pasiones. ¿Que eso no garantiza que hubo fraude? sí, es verdad, pero digamos la verdad: ni teníamos todos los testigos ni las actas, entre otras cosas porque la gente de los partidos fueron tratadas, según el finísimo lenguaje de Borges, como lo que él creyó que eran, es decir, parásitos.
A eso le precedió la soberbia tuya, que un día, ante el escándalo del diputado Caldera, cuya crucifixión hasta hoy me parece inmerecida, intentaste darnos muestras de mano dura. Lo único que entendí fue que tu arbitrariedad era tal, que sin consultar con los jefes de la Mesa ni del Comando lanzaste a los leones a Caldera, que por cierto hoy se sacrifica para que tú te devuelvas donde dijiste no volver, por respeto a las primarias: Miranda. Por cierto, nunca entendí ese moralismo, visto que a Tobías Carrero en la gobernación de Miranda se le quitó la póliza de seguros para entregársela a la fuerza a unos delincuentes como los Castillo Bozo, dueños de Seguros Banvalor.
Todos creímos que el candidato de la Unidad respetaría el espíritu de las primarias. No fue así. No vimos un solo acto con los ex candidatos a las primarias, a excepción de Pablo Pérez, que entiendo fue por pragmatismo.
Lo que siguió a esto hoy nadie quiere recordarlo, durante siete meses de campaña electoral, cuñas diarias en todos los canales de televisión privados que hablaban de Capriles y no de la tarjeta que representaba el espíritu que lo había elegido: La unidad, bombardearon a los venezolanos con mensajes de apoyo a una candidatura que nos vendía a un hombre que no podía aparecer con nadie porque él, y solo él, era el elegido. Bueno, hasta a Borges lo trataron como si tuviera lepra.
No creo que algo semejante haya ocurrido en ninguna parte, en ninguna campana exitosa. Se humilló a los partidos, a los periodistas y medios críticos, se les hizo una campana atroz a los aliados naturales, se le escupió y, por el contario y en triste contraste, se trajo al malandraje mas obsceno del chavismo y se le vendió como el nuevo liderazgo, desde Semtei hasta Villegas. Todo eso, en definitiva, debilitó a la oposición y consolidó al gobierno.
Una de las cosas de las cuales más me arrepiento es no haber tenido el coraje para ir en contra de ese insensato camino y que en más de una ocasión me dejé llevar por esa locura colectiva. Haber escuchado a amigos que me pidieron, en aras de la Unidad de la oposición, que me guardara mis comentarios. Y no es que aquello no tuviera rasgos magníficos de heroísmos individuales y colectivos admirables, claro que los tuvo. La conducta de quienes marcharon por la Bolívar y llenaron mítines en todo el país, la paciencia de quienes estaban siendo afectados muy seriamente por la exclusión del Comando Venezuela, desde la viejita que tenía que guardarse sus banderas de AD y Copei hasta el veterano que era tratado como paria.
El hecho eminente, es que quienes se abrogaron la responsabilidad de la conducción estratégica de esa rebelión popular, que debió ser el 07 de octubre, Henrique, no estaban a la altura de ella. Uno de ellos fuiste tú, que ese día, con tu reconocimiento temprano, no actuaste como un dirigente político sino como aprendiz de orador. Y lo subyacente en todo ese lamentable episodio es que los hechos han demostrado cuán errados estaban. Hoy, la oposición fortalecida que entregamos con cinco millones 800 mil votos en las parlamentarias solo creció 600 mil votos. Y de resto podemos perder 20 gobernaciones en el mejor de los casos, y 23 en el peor. Es decir, hemos heredado la peor tragedia en años.
No voy a caer en la sandez de decir que lo que ha sucedido me ha dado la razón. En esta tragedia nadie tiene la exclusiva de la razón o de la culpa. Pero lo que sí hay que entender es que no se pueden repetir los mismos errores del pasado, y a los generales que pidieron las batallas de ayer no se les debería permitir estar al mando para las batallas que vienen.
Henrique, hiciste un esfuerzo, encomiable, pero los errores y el sectarismo los vamos a pagar muy caros. Te lo dice quien ha estado preso por este gobierno de delincuentes, dos años en Tocuyito y luego tres meses en la Disip. Eso por si se te ocurre sacarme de la oposición, que a este gobierno lo que le debo es candado y cárcel.
Extraído del Semanario 6to Poder
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