miércoles, 10 de octubre de 2012

CRISTOLOGIA



El primer sacrificio de Cristo en la Epoca Lemúrica


Si queremos comprender el Sacrificio, hay que considerar la Forma de esta Unión; para ello hay que partir de la pregunta: ¿Quién es la Entidad Jesús?. Aquí tenemos que ver con dos Seres diferentes; por una parte con el Arcángel Jesús, (que Pertenece a aquellos Arcángeles que realizan una evolución descendente, es decir, que han descendido de un grado superior a uno inferior; y por otra parte tenemos que ver con el alma hermana de Adán).

Cuando tuvo lugar el Pecado Original, no cayó en éste la totalidad del ser humano. Una parte de este quedó exenta de las consecuencias del Pecado Original. Esta parte es caracterizada como el alma hermana de Adán, (Alma Genérica de la Humanidad, considerada como Jerarquía espiritual). Ella es, según la define Rudolf Steiner, una entidad etérica, concretamente el Espíritu de Vida (Budhi) Genérico de la Humanidad. El Budhi del cuerpo vital de Adán.

Con esta Alma Hermana de Adán se Unió el Arcángel Jesús, formando Unidad con Ella. Tras esta Unión se entregó a la Entidad de Cristo, formando un Receptáculo que fue Colmado por Cristo. Por medio de la Unión de las Tres Entidades tuvo Cristo la Posibilidad de Obrar en el seno, tanto del Tercer Coro Jerárquico (Archai, Arcángeles y Ángeles), como de la futura Jerarquía Humana. Pues si el Alma Hermana de Adán (o Ánima Cándida), no hubiera sido una Parte de Jesús de Nazaret durante el Tiempo del Sacrificio, éste solo hubiera sido Efectivo para el Tercer Coro de Jerarquías.

Pero de lo que se trataba era de que tuviera sus Efectos también sobre la humanidad. Por ello tuvo que ser acogida una Impronta humana en la Entidad de Jesús, la cual se dejó Compenetrar por Cristo, de esta forma pudo alcanzar Su Entidad hasta la humanidad. El Ánima Cándida Portaba en Sí y Representaba, la naturaleza humana no caída (en el Pecado Original), permaneciendo, al mismo tiempo, en una constante Unión Kármica Espiritual con la humanidad. (Podemos así denominar ADÁN al Ser Humano Genérico, del que una Parte queda habitando en el mundo espiritual y la Otra desciende a la vida material).

En el remoto pasado evolutivo, durante la existencia del Antiguo Saturno (Primer Estado Planetario de nuestra Evolución Cósmica), aconteció la ofrenda de los Espíritus de Voluntad (Tronos) a los Querubines. Esta Voluntad de los Tronos fluía, entregada a los “pies” de los Querubines , llegó a ser en parte tomada y en parte rechazada. Una parte de la Sustancia del Mundo fluyó hacia abajo, hacia el mundo material, la otra, fué acogida por los Querubines.

El que parte de la Voluntad fuese rechazada, con lo que el Sacrificio no fue completamente acogido, constituye la causa primordial a partir de la cual surge un mundo, la Sustancia del Mundo. Mientras que la parte acogida por los Querubines constituye el Tesoro Cósmico de las Posibilidades de Salvación, del Obrar de la Gracia en relación con el mundo en descenso, (en progresiva densificación material). LA VOLUNTAD DE LOS TRONOS ACOGIDA POR LOS QUERUBINES ERA LA SUSTANCIA NO CAÍDA DEL MUNDO (no descendida, no afectada por el Pecado Original).

Esta es la Imagen Primordial en el Cosmos respecto a la posibilidad de ausencia de caída en el Pecado Original. En cada estadio evolutivo, en cada Jerarquía, existe la posibilidad de permanecer sin culpa en una determinada altura espiritual, para, en un momento de crisis cósmica poder descender ofreciendo la Ayuda Necesaria al servicio de la Salvación. Así se encuentra en el mundo, kármicamente realizada desde el Principio de los Tiempos, la posibilidad de ofrecer ayuda, de llevar un efecto liberador al mundo; desde una esfera de la Existencia situada más allá del condicionamiento kármico.

Lo mismo vale también para la jerarquía humana. También durante la evolución de la Tierra, y en el marco de las consecuencias del pecado original, fue preservada una parte del ser del hombre en el mundo espiritual, con el fín de que sirviera posteriormente a la Obra de Salvación. Desde entonces el Ánima Cándida tiene el cometido de dejar fluir la Fuerza de Cristo en la región de la existencia humana. Por todo esto hemos de representarnos a aquella Entidad que Realizó el Sacrificio en el tiempo lemúrico como un Receptáculo formado por la entidad del Arcángel, siendolLlenado en la parte superior por la Entidad de Cristo, creando la Unión con la humanidad a través del Alma Hermana de Adán (Ánima Cándida).

La armonización de los sentidos

El efecto de este primer Sacrificio, es que por una parte el sistema de los sentidos fue armonizado, y por otra en que el hombre físico recibió la postura erguida. Al contemplar los sentidos humanos observamos que lo característico en ellos, en el presente, es que son desinteresados, que carecen de egoísmo. El ojo, por ejemplo, no se contempla a sí mismo, sino que se entrega en forma desinteresada al mundo exterior. Únicamente por esta razón podemos percibir aspectos del mundo exterior. Lo mismo ocurre con los otros sentidos, ellos se entregan desinteresadamente olvidándose a sí mismos.

Al mismo tiempo los sentidos humanos en la actualidad “están muertos”; son en nuestro organismo, aquello que más se aproxima a lo mecánico. Existió sin embargo un tiempo, anterior al pecado original, en que los sentidos eran vivientes. Al percibir un color, por ejemplo, la totalidad del hombre reaccionaba a esta percepción; se ensanchaba con la percepción del azul y se encogía con la del rojo, es decir, respiraba los colores a través de los sentidos. Los sentidos poseían una íntima relación con los objetos de la percepción, cada sentido poseía una relación intuitiva con el mundo exterior.

Si uno quisiera expresarse literalmente, se podría afirmar, que por medio de los sentidos el hombre podía comer el mundo, tal como ahora lo hace con el alimento físico. Pero existía un gran peligro, después de la Incisión luciférica en la evolución terrenal; existía el peligro de caer más profundamente que en la superficie terrestre, sino aún más profundamente, en el interior de la Tierra; con lo cual hubiese sido accesible, de inmediato, a la actividad de Arihman, entrando como karma de Lucifer, y frente al cual no hubiese podido defenderse. Arihman se habría apoderado de toda la humanidad, si sus sentidos hubiesen permanecido tan intuitivos, y por medio del hombre, de toda la Naturaleza terrenal.

En el momento en que el ser humano hubiera percibido la vida terrestre con sus sentidos, desde esta percepción hubiese venido Arihman sobre él, siendo devorado, es decir, incorporado en su ser espiritual, sin posible defensa ni discernimiento humanos. Los sentidos debieron ser “cubiertos” por los Dioses creadores, de la intuición de Arihman para salvar la evolución progresiva del hombre, en la lejana etapa lemúrica.

Es conocido que antiguamente existía una clarividencia atávica; esta fue disminuyendo progresivamente. Esta disminución tuvo lugar a través de grados bién concretos. Primeramente el hombre experimentaba intuiciones atávicas, que surgían a través del cuerpo físico. De igual forma experimentaba inspiraciones atávicas por medio del cuerpo etérico. El peligro consistía en que esto sucedía en un tiempo en que el hombre no podía presentar ninguna oposición; es decir, en un tiempo en el que la armonización de los sentidos aún no había tenido lugar. Así pues la intuición atávica fué la primera facultad que debió ser “apagada”.

El erguirse del hombre

El otro Acontecimiento sucedido con la evolución humana fue la adquisición de la postura erguida. El ser humano se irguió con la cabeza hacia arriba, ¿qué significa esto?...Al completarse el primer Sacrificio aconteció un Hecho mágico-moral: que Jesús se entregó a Cristo. La entidad Arcangélica de Jesús, Unido al Ánima Cándida se entregó a Cristo. Esta capacidad de entrega se derramó sobre toda la humanidad y a través de ella los sentidos humanos llegaron a carecer de egoísmo, a ser desprendidos; pudiéndose entregar a la percepción del mundo exterior de la misma forma en que Jesús se había entregado a Cristo.

Por otra parte se entregó la entidad de Cristo al Padre. Fue la primera obra en el transcurso de la Evolución de la Tierra ejecutada según el Pensamiento: ...”!HAGASE LA VOLUNTAD DEL PADRE¡”...(La Voluntad del Padre Suceda...). Este es el Pensamiento que Subyace a este Primer Sacrificio. La entidad de Cristo entró en Relación con el Espíritu del Padre. Lo otro fue la entrega de Jesús a Cristo –que se reflejó en la carencia de egoísmo de los sentidos; mientras que la Entrega de Cristo al Padre se reflejó EN EL ERGUIRSE DEL HOMBRE EN LA VERTICAL; así como el obelisco se encuentra erguido, así se yergue el hombre, teniendo arriba la cabeza como espejo de la entrega de Cristo al Padre.

Al mismo tiempo en la sustancia volitiva que conformaba la base del cuerpo físico, fue implantada la OBEDIENCIA: fundamento de la posterior formación del cerebro.

En aquel tiempo, al devenir el hombre portador de una cabeza, fue incorporado algo en su entidad que supone en sí la obediencia frente al Destino del Mundo (el Karma del Mundo). Nunca hubiéramos llegado a pensar sin escuchar la vida objetiva de los pensamientos, mudos permaneceríamos frente al mundo espiritual. La disposición a escuchar la vida objetiva de los pensamientos fue Otorgada al erguirse el hombre y abrirse ante el mundo de las estrellas fijas (Bóveda del Zodíaco) para percibirlas interiormente.

La formación de la piel del hombre

Uno se puede imaginar el Sacrificio de Cristo en el Tiempo Lemúrico de la siguiente forma: la humanidad vivía anteriormente en la corriente lunar terrena de la horizontal. La dirección vertical sobrevino por medio de Cristo; en la parte superior del organismo se formó el círculo de la cabeza, como reflejo del estado de Antiguo Saturno, Esfera de las estrellas fijas de aquel tiempo.

Como es sabido, en los Misterios Egipcios la Cruz Ansata era el símbolo mas sagrado, estando presente en la consciencia egipcia como símbolo del Sacrificio de Cristo en el Tiempo Lemúrico, tiempo en el que tuvo lugar el erguirse del hombre y el surgimiento de la cabeza; tratándose asimismo de volver indefensos a los sentidos para que no fueran accesibles a un ataque de Arihman contra ellos.

Uno se puede representar este Hecho de una forma imaginativa-esquemática: la entidad humana era un “fuego interior”, lleno de avidez y deseos, proviniendo esta naturaleza de Lucifer. Sobre ellos fue vertida una capa refrigerante de aquel frío de Saturno, Penetrado en sí mismo por la ausencia de egoísmo. Respecto al mundo de los deseos el ser humano de entonces fue envuelto por el frescor del desprendimiento. Surgiendo de esta forma la piel humana.

Lo que conocemos hoy en día como piel es la consecuencia física de aquel Suceso, por el cual fueron armonizados los sentidos humanos. Estos sentidos constituían entonces unidad. Esta corriente que rodeaba al hombre era un fluyente desprendimiento, Irradiando desde la desprendida entrega de Jesús a Cristo. Y así puede afirmarse que cuando en el Génesis de Moisés se dice que los hombres, después del Pecado Original, se hicieron vestidos de piel, se refiere a que el ser humano de entonces tuvo, efectivamente el principio de la piel junto al principio de los sentidos.

“Sus ojos fueron abiertos” y al mismo tiempo fue cubierta su vida desiderativa por el Desprendimiento que manaba del primer Sacrificio de Cristo. Este desprendimiento se materializó deviniendo EL SENTIDO DEL TACTO DE LA PIEL, a partir del cual se formaron los otros sentidos que están dirigidos hacia la observación exterior del mundo terrenal.

Si esto no hubiese tenido lugar, si no hubieran sucedido ambos efectos del Sacrificio de Cristo, la humanidad habría sido “devorada” por Arihman. Hubiera ocurrido en relación con la humanidad algo parecido a lo que sucedió con Judas al recibir el bocado que Cristo le ofreció durante la Última Cena, del cual se dice en la Biblia: “el tomó el bocado y salió, era de noche...”. Lo mismo hubiera sucedido con el conjunto de la humanidad.

Es una realidad que Arihman obra, también hoy en día, desde fuera, adormeciendo así a los hombres, pero no obligando a su ser. Si los sentidos hubieran permanecido tal como eran en el tiempo lemúrico, entonces la emanación de Arihman fluiría inmediatamente en la organización físico-sensible humana y este quedaría completamente a su merced.

La suavización de las tres “maldiciones” del Padre

En relación con este Sacrificio de Cristo sucedió algo más, un proceso en la organización etérica humana, por el que éste devino un ser desprendido y erguido. Dirijamos la mirada a la Forma en la que aconteció el hecho de que el hombre devino en sus sentidos un ser desprendido, y en su cuerpo un ser erguido...

Anteriormente, en el Tiempo Lemúrico, en el momento del Pecado Original, tal y como puede leerse en el ciclo de Steiner sobre el Evangelio de Lucas, los éteres vital (elemento Tierra) y químico (sonoro o tonal, correspondiente al elemento Agua), fueron sacados de la región de arbitrariedad humana y de la región en la que se había extendido el Efecto luciférico (Incisión luciférica). Es decir que hubo un conjunto de consecuencias de la Caída en los planos subjetivo y objetivo.

Con ello fueron Protegidos, y en la medida en que tuvo lugar el elevarse del éter vital (Éter de Vida) a partir del interior humano, a partir de la región de la arbitrariedad humana, en la misma medida sucedió, al mismo tiempo, un fluir descendente del desprendimiento sobre la periferia del ser humano; la cual se hallaba penetrada por aquello que se podría denominar “éter de muerte”. LA MUERTE ENTRÓ ASÍ EN LA ORGANIZACIÓN HUMANA.

Las tres “maldiciones” del Padre descritas en la Biblia: es decir que el hombre morirá, sufrirá, trabajará y se esforzará...están condicionadas por el Hecho del Pecado Original, son una consecuencia de este. Pero la entrada de la muerte no sucedió repentinamente, sino en forma progresiva. Primero afectó a los sentidos, que al principio eran procesos vitales, tales como la alimentación y la respiración. La muerte entró primero en los sentidos humanos.

Al encarnarse el ser humano paulatinamente devino un ser erguido, tuvo que ser Conformado como portador de un cuerpo DE UN ESQUELETO, ESTE PORTABA EN SÍ LA CONCENTRACIÓN DE LA MUERTE. Primeramente entró la muerte en la piel, para después extenderse y tomar posesión del esqueleto humano.

Al principio del Tiempo Atlante, el hombre no poseía hueso alguno en su organismo. Mas tarde, durante el transcurso de largos períodos de tiempo fue deviniendo más mortal al formarse su sistema óseo, entrando la muerte progresivamente desde la periferia, desde la piel. Pero, por otro lado el ser humano recibió un “alivio”, a través de un Hecho de Gracia por parte de Cristo. Consistió en que al mismo tiempo que la muerte entraba en el hombre, entró también el desprendimiento.

En verdad, el destino, como algo determinante, fue puesto sobre el hombre, pero al mismo tiempo se Implantó la obediencia frente al mismo. El hombre devino mortal por la Voluntad del Padre, pero se le ayudó al implantar en la corriente volitiva del cuerpo físico, el desprendimiento y la obediencia. La agonía del cuerpo físico en la muerte sería insoportable si estas corrientes no existieran compenetrando también el organismo físico-sensible humano. Así la Fórmula...HÁGASE LA VOLUNTAD DEL PADRE, subyace en la formación de la cabeza y de la piel humanas en el Tiempo Lemúrico.

Este es el Contenido moral-espiritual del Primer Sacrificio de Cristo. Y al suceder el Segundo, al principio del Tiempo Atlante, tuvo lugar un exteriorizar de la vida anímica humana, elevándola, separándola previamente de los procesos vitales (respiración, calentamiento, alimentación...etc.). Lo anímico fue sacado fuera. ¿Qué significa esto?....: que el dolor y la enfermedad entraron en el hombre como consecuencia del Pecado Original. Al desprenderse lo anímico respecto de los procesos vitales, le fue concedida al hombre la posibilidad de elevarse sobre la mera enfermedad como tal, pues él podía desarrollar una vida anímica que no terminaba en los estados de enfermedad o de salud.

Así, el ser humano al comienzo del período atlante devino, por un lado en portador de la cruz, del llegar a estar enfermo. La enfermedad y el dolor surgieron en el alma, porque la vida anímica se elevó sobre los procesos vitales, y debido a ello las corrientes espirituales expresadas en estos se tuvieron que vivenciar como algo frente a lo cual no se podía hacer nada. El alma devino así portadora de la cruz. Pero también surgió algo que puede encontrarse fuera de la enfermedad. Fué otorgada una Ayuda para soportar el karma, la segunda “maldición” del Padre, fue así suavizada.

Y cuando el Tercer Sacrificio tuvo lugar, al desvanecerse la facultad atlante del recuerdo, surgió LA FACULTAD HUMANA DEL LENGUAJE DE LAS CONSONANTES. La palabra fue creada por medio del pensamiento, constituyendo un esfuerzo espiritualizado, que contenía al mismo tiempo la alegría de lo creativo; pues al final del Tiempo Atlante comenzó el esfuerzo, EL TRABAJO SOBRE LA TIERRA.

El hombre había perdido las fuerzas del dominio sobre la naturaleza con la pérdida del recuerdo. Tuvo que trabajar sobre la Tierra, tal y como aún lo hace. Aquí entró en vigor completamente, la tercera “maldición” del Padre, el trabajo. Esta fue suavizada por medio del Tercer Sacrificio de Cristo, que trajo como consecuencia la harmonización de las fuerzas anímicas del hombre, ofreciéndole la posibilidad de hacer resurgir el desvanecido recuerdo en la configuración creativa del lenguaje. Así surgió un trabajo y un esfuerzo que podían constituir un acto creativo libre.

Con todo esto, vemos que los tres Sacrificios de Cristo están unidos con los tres Preceptos Primordiales del Padre, y que los tres Sacrificios constituyeron en cada ocasión, una suavización del destino humano.

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