jueves, 14 de marzo de 2013

Una estafa para derrocar a Hugo Cháve


Tal parece que el partido Primero Justicia (PJ) no ha sido el único que nació de un hecho delincuencial y financiado con dinero proveniente de “donaciones” no declaradas.

En España un político venezolano aplicó el mismo modus operandi utilizado por dirigentes como Juan Carlos Caldera, Richard Mardo, Julio Borges y Gustavo Marcano, sobre quienes recae el señalamiento de haber recibido fondos de manera ilícita.

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo español confirmó la condena de cuatro años de prisión y una multa de 6000 euros impuesta al político venezolano Carmelo Romano, fundador del Movimiento Liberal Pueblo Unido (MPLU), por estafar a un empresario con la excusa de necesitar dinero para financiar a su partido y para resolver un pleito judicial de una empresa que tenía pendiente en Italia.

En el año 2006, Romano se enfrentó a Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de Venezuela. Obtuvo siete millones de votos menos que su contrincante. De nada habían servido los más de 550 000 euros que le entregó para financiar su partido un vendedor de electrodomésticos que había conocido dos años antes en su casa de Rocafort y que había quedado “deslumbrado” por el político venezolano.

El origen de la relación

Más que amistad, entre José y Carmelo había auténtica dependencia. Carmelo Romano, empresario de Venezuela afincado en Rocafort y Torrent, dependía del dinero de José para mantener un buen nivel de vida y sostener un partido político que él mismo había fundado para derrocar a Hugo César Chávez en las elecciones presidenciales de 2006.

Mientras que José F. F., empresario catalán, era incapaz de hacer o decidir algo sin el consentimiento de Carmelo ya que había desarrollado un trastorno de personalidad que le llevó a entregar a su amigo más de 550 000 euros para financiar el Movimiento Liberal Pueblo Unido (MLPU).

El Tribunal Supremo ratificó una sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia en la que condenó a Carmelo Romano por un delito continuado de estafa.

Una estafa que comenzó a gestarse en septiembre de 2004 cuando el político le compró al propietario de varias tiendas de electrodomésticos en Barcelona varios aparatos de sonido de alta fidelidad valorados en 10 398 euros.

Los empleados de José F. F. se desplazaron desde la ciudad condal hasta el chalé de Romano en Rocafort para instalar el equipo, pero no los pagó.

Cuando el vendedor llamó por teléfono a Romano para exigir el cobro, empezaron también a tratar “cuestiones personales, quedando el señor F. favorablemente impresionado con lo que del señor Romano pudo conocer.

Eso provocó que poco después el señor F. se desplazara hasta Torrent para contactar con el señor Romano (al parecer, había cambiado de vivienda). El encuentro fue tan satisfactorio para ambos que el señor F. pasó allí la noche”.

Así lo recoge la sentencia del Supremo, que explica también como el estafador le contó a su víctima que había fundado un partido en Venezuela con el que quería enfrentarse a Chávez.

También que era dueño de una empresa de exportación en Alemania “que estaba pasando una mala racha” y que tenía un pleito judicial en Italia que, si ganaba, recibiría cien millones de euros.

Romano convenció a su amigo de que necesitaba dinero para pagar a los abogados italianos y los gastos de constitución de su partido.

Y así, entre diciembre de 2004 y el verano de 2005, el vendedor de electrodomésticos catalán le entregó al político venezolano un total de 553 000 euros, además de 38 425 en electrodomésticos.

En el verano de 2005, José F. F. viajó a Caracas para entregar al abogado del MPLU otros 20 000 euros. Según la sentencia, al regresar de aquel viaje el empresario “presentaba un estado agudo ansioso, con trastorno dependiente de la personalidad, que precisó de tratamiento psicoterápico para la recuperación de la autoestima y la independencia”.

Estaba “deslumbrado por Carmelo Romano”, subraya el tribunal que “aprovechando la dependencia que sufría el señor F. respecto de él, le indujo a que efectuara las transferencias de dinero (…), haciéndole creer que sólo si le ayudaba podría recuperar el dinero del pleito en Italia y devolverle lo que le debía (…) aunque no tenía intención de devolver nada de lo que el señor F. le iba entregando”.

Un político “respetado por gobernantes” y amigo de los banqueros

Nacido en Barcelona (Venezuela) hace 58 años, Carmelo Romano Pérez se define a sí mismo en su página web como “el único político de la historia venezolana que sin ocupar cargos en la administración pública, ha dado de su patrimonio personal grandes donaciones para su pueblo”.

En esta web el empresario presume de “contactos” con instituciones empresariales y bancarias como las italianas Parmalat, Banco Nazionale de Lavoro, Banco Crédito “y muchas otras”.

Afirma que gracias a sus amigos “logró recabar 24 millones de dólares americanos en medicinas, camillas, alimentos y sillas de ruedas” para los afectados de la tragedia del estado costero de Vargas.

Como empresario, asegura ser “accionista de compañías exportadoras y cadenas hoteleras” y presume de ser “conocido y respetado por gobernantes de países europeos, de Norte América y representantes de organismos internacionales y financieros”.

(Por VDV/Fuente: Periódico digital de Levante-EMV)

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