jueves, 11 de octubre de 2012

Niños Robados Por Sor María



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  Éste es el mapa que ha elaborado Añadir  En septiembre de 2010, en la organización había afectados de todas las provincias que aparecen tachadas. Con el paso de los meses se han ido sumando nuevas localizaciones.

     Sus relatos descubren tramas de película: intercambios de niños por dinero a plena luz del día, bebés que salían del paritorio tras haber sido dados por muertos, matronas que falsificaban documentos... «Había parturientas sanas a las que les quitaban al niño asegurándoles que había muerto», afirma Francisco Tena. «Había religiosas implicadas. Se creían con potestad moral para quitarles los bebés a madres sin recursos y dárselos a familias convencionales. Figuran en los casos porque trabajaban como enfermeras en los hospitales», afirma Enrique Vila. Para obtener una prueba de ADN con validez jurídica debe hacerla en centros homologados, donde un técnico o un abogado certifican la muestra. Enrique Vila trabaja con la Universidad del País Vasco. El coste es de 400 euros y en 15 días se obtienen los resultados.  

Familias ficticias; vidas robadas

     Según el abogado Enrique Vila, entre 200.000 y 300.000 personas podrían vivir bajo esta sombra. Casos que hunden sus raíces en los últimos coletazos del franquismo y ven la luz ahora, cuando sus protagonistas están descubriendo que su familia no es la que creían. Sus relatos descubren tramas de película: intercambios de niños por dinero a plena luz del día, bebés que salían del paritorio tras haber sido dados por muertos, matronas que falsificaban actas de alumbramiento...[Así funcionaban las tramas] 

       Juan Luis Moreno supo que le habían comprado por 150.000 pesetas cuando su padre se lo confesó en su lecho de muerte [LEA SU HISTORIA]; a María Luisa Torres le quitaron a su hija por ser madre soltera [LEA SU HISTORIA]; María Labarga descubrió que su partida de nacimiento estaba falsificada y la que creía su madre, no lo es [LEA SU HISTORIA], Paloma Mosset busca a su hija, dada por muerta al nacer [LEA SU HISTORIA]... 

        Son muchas las personas que, tras años de sospechas, han decidido investigar su caso. Cerca de 300 se han ido sumando a ANADIR[Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Ilegales] con la intención de que les escuchen en los tribunales, algo complicado hasta la fecha —septiembre de 2010— , ya que las demandas que han interpuesto ante diversos juzgados provinciales han sido desestimadas —en enero de 2011 sólo se estaban estudiando casos en Cádiz, Algeciras, Málaga y Huelva—. «Nos dicen que son delitos que han prescrito porque rondan ya los 40 años. Pero la desaparición de personas no prescribe hasta que éstas aparecen y, además, este tipo de causas son permanentes», afirma Vila, abogado al servicio de Anadir que presentó ante la Fiscalía General del Estado una denuncia colectiva con 260 casos el 27 de enero de 2011. [El fiscal Conde Pumpido descartó una investigación estatal, pero les aseguró que coordinará las investigaciones provinciales, que en seguida comenzaron a ejecutarse]. 


      Vila lleva 10 años investigando este tipo de casos. Comenzó representando a adoptados en busca de sus orígenes y así descubrió que muchos figuran como hijos naturales en su partida de nacimiento, a pesar de que sus propias familias les han contado que no lo son. ¿Quién falsificó sus papeles? ¿Qué irregularidades se esconden detrás? Asegura que entre un 10 y un 15% de sus representados se encuentra en esa situación. Según sus cálculos, en España habría unos 2.000.000 de adoptados nacionales, por lo que, si extrapolamos esa variable, entre 200.000 y 300.00 casos serían ilegales. Tras comprobar que sus álbumes familiares reflejaban una realidad falsa, las víctimas de estas tramas rompen su silencio y reclaman justicia.

Redes de religiosos, médicos y funcionarios 

    ««Mis padres me confesaron que me habían comprado»; «Pagaron por mí más que por un piso»; «Un religioso les dio a elegir entre niño o niña», «Tuvieron que aportar a cambio una madre gestante»... Estos testimonios no pertenecen al guión de una ficción. Son historias reales de personas que, de adultos, han descubierto que su vida es una mentira. Recién nacidos, en el hospital, cambiaron de manos previo pago de sus padres adoptivos. ¿Quién fue su madre real? ¿Quién se enriqueció con su venta? Miles de preguntas se agolpan sin respuesta en sus cabezas.

     La historia de los niños 'apropiados' —así prefieren ellos que se les llame— hunde sus raíces en el Franquismo. Aunque en los primeros años estuvo cargada de ideología —robaban a los hijos de presas políticas y mujeres republicanas para dárselos a familias conservadoras—, pronto se convirtieron en tramas puramente económicas que extendieron sus tentáculos más allá de la dictadura. Lo atestigua Francisco Tena, sociólogo y experto en la materia que lleva años rastreando el origen de algunas de estas personas. «Los casos más numerosos se dieron entre 1963 y 1970, aunque yo manejo casos de 1943 a 1995. En 50 años, ¡imagínate todos los afectados que pudo haber!», exclama. El abogado Enrique Vila representa a 'apropiados' de hasta los años 90. 

       Estudiando los casos, descubren un 'modus operandi' recurrente. «Matrimonios que no podían tener hijos, normalmente mayores, se ponían en contacto mediante conocidos con personas que les podían 'facilitar' uno. En un primer encuentro les decían a qué ciudad tendrían que ir a buscarlo y el dinero que debían pagar por él [FUE EL CASO DE JUAN LUIS Y ANTONIO] y en la fecha señalada,se desplazaban hasta la ciudad pactada y se hacía el intercambio, normalmente en casas o parques. Después, les mandaban a una matrona o auxiliar de enfermería de su propia ciudad, que falsificaba, también previo pago, el certificado de alumbramiento y con él acudían al registro civil donde inscribían al bebé como propio. Todos se llevaban dinero», describe Vila.

       El eje de la trama se urdía entre las paredes de los hospitales, donde se vivían situaciones dispares. Había madres que querían dar al niño en adopción, mujeres jóvenes o madres solterasque, presionadas por sus familias y la moral de la época, decidían no seguir adelante con su maternidad [ES EL CASO DE MIGUEL MORRO, QUE POSEE UNA CARTA DE RENUNCIA DE SU MADRE], prostitutas que no podían tener al bebé... Pero también casos más trágicos. «Había parturientas sanas y con partos normales a las que, tras dar a luz, les quitaban al niño diciéndoles que había muerto. Muchas nunca llegaban a ver el cuerpo del bebé, ni el certificado de defunción, ni nada de nada», cuenta Francisco Tena. Ese niño salía de la clínica con destino a otro hogar y en la mayoría de los casos, como en el de Antonio Barroso o María Labarga, se modificaban los historiales médicos y las actas de nacimiento para borrar cualquier rastro de lo ocurrido. Entre otros delitos, Vila considera que se podrían haber cometido suposición de parto y trafico de niños, falsedad en documento público, coacciones y engaño a las madres biológicas. [El reencuentroreciente de una madre con la hija a la que dieron por muerta en 1971 ha confirmado estos temores].

     «Casi siempre había religiosos implicados. Se creían con potestad moral para quitarles los bebés a madres sin recursos y dárselos a familias convencionales. Pero figuran en los casos porque trabajaban como enfermeras en los hospitales en esos años, no porque fuera una trama de la Iglesia como institución», explica el abogado. La magnitud del escándalo llegó a alcanzar grandes proporciones. «Hubo muchas familias despojadas de sus hijos. Las madres no tenían normalmente recursos culturales ni económicos. Eran solteras, jóvenes indefensas que se resignaban cuando les decían que el niño había muerto. Algunas siguen hoy en tratamiento psicológico», añade Francisco Tena, quien matiza que «la mayoría de los adoptantes lo hicieron de buena fe» y no se les puede acusar de delito porque, aunque pagaban por los niños, «les decían que era para gastos médicos, papeleo, etc». «La responsabilidad la tienen los intermediarios y hubo mucha gente que se enriqueció con esto. Debería intervenir la Fiscalía y habría que estudiar su conexión con delitos de lesa humanidad. Es de una magnitud tremenda », sentencia. 

Hospitales en el punto de mira

       El propio Tena llevó a cabo una investigación sobre la Maternidad de O'Donnell en su libro 'Niños invisibles en el cuarto oscuro', en el que indaga sobre una extraña epidemia de otitis que provocó, según los registros del hospital, numerosas muertes de bebés en 1964, cuando no era habitual que falleciesen por esa causa. Esta clínica se sometió después a una profunda remodelación.

       Sin embargo, el abogado Enrique Vila señala que se trataba de tramas de personas más que de centros hospitalarios. «En casi todas las ciudades había algún centro en el que se producían más casos, pero yo creo que eran redes ajenas a los hospitales. El problema para los afectados llega cuando recurren a estos centros en busca de sus historiales o los de sus madres para indagar en sus orígenes. «Hay muchas personas a las que el hospital niega el acceso a sus informes, les dicen que han desaparecido», denuncia Francisco Tena. A Juan Luis y Antonio les respondieron que no figuran como nacidos en los centros ni sus madres como ingresadas. David Rodríguez yMaría Labarga ni siquiera saben dónde buscar sus expedientes. Como ellos, cientos de afectados tratan estos días de esclarecer sus vidas. Un objetivo para el que internet se ha puesto a su servicio mediante foros y direcciones como buscapersonas.org o quiensabedonde.es a los que casi cada día se suman nuevos nombres en busca de sus familiares perdidos.

       El propio Tena llevó a cabo una investigación sobre la Maternidad de O'Donnell en su libro 'Niños invisibles en el cuarto oscuro', en el que indaga sobre una extraña epidemia de otitis que provocó, según los registros del hospital, numerosas muertes de bebés en 1964, cuando no era habitual que falleciesen por esa causa. Esta clínica se sometió después a una profunda remodelación.

         Sin embargo, el abogado Enrique Vila señala que se trataba de tramas de personas más que de centros hospitalarios. «En casi todas las ciudades había algún centro en el que se producían más casos, pero yo creo que eran redes ajenas a los hospitales. El problema para los afectados llega cuando recurren a estos centros en busca de sus historiales o los de sus madres para indagar en sus orígenes. «Hay muchas personas a las que el hospital niega el acceso a sus informes, les dicen que han desaparecido», denuncia Francisco Tena. A Juan Luis y Antonio les respondieron que no figuran como nacidos en los centros ni sus madres como ingresadas. David Rodríguez yMaría Labarga ni siquiera saben dónde buscar sus expedientes. Como ellos, cientos de afectados tratan estos días de esclarecer sus vidas. Un objetivo para el que internet se ha puesto a su servicio mediante foros y direcciones como buscapersonas.org o quiensabedonde.es a los que casi cada día se suman nuevos nombres en busca de sus familiares perdidos.

        Sin embargo, el abogado Enrique Vila señala que se trataba de tramas de personas más que de centros hospitalarios. «En casi todas las ciudades había algún centro en el que se producían más casos, pero yo creo que eran redes ajenas a los hospitales. El problema para los afectados llega cuando recurren a estos centros en busca de sus historiales o los de sus madres para indagar en sus orígenes. «Hay muchas personas a las que el hospital niega el acceso a sus informes, les dicen que han desaparecido», denuncia Francisco Tena. A Juan Luis y Antonio les respondieron que no figuran como nacidos en los centros ni sus madres como ingresadas. David Rodríguez yMaría Labarga ni siquiera saben dónde buscar sus expedientes. Como ellos, cientos de afectados tratan estos días de esclarecer sus vidas. Un objetivo para el que internet se ha puesto a su servicio mediante foros y direcciones como buscapersonas.org o quiensabedonde.es a los que casi cada día se suman nuevos nombres en busca de sus familiares perdidos.


¿Qué debe hacer si sospecha que es un 'niño robado'?

      Según los estudios del sociólogo Francisco Tena, la mayoría de las adopciones irregulares se produjeron en Madrid y Bilbao. Pero a Anadir se han asociado personas de todas las provincias, especialmente de Zaragoza, Málaga, Barcelona, Cádiz, Alicante, Valencia, Almería... [vea el mapa a la derecha de esta página] «Hay nombres de clínicas que se repiten con frecuencia en las historias. Donde más afectados tenemos es en Madrid, donde se repite mucho la Maternidad de O'Donnell; en Cádiz, en el Hospital Zacamola, y el Miguel Servet, en Zaragoza», cuentan desde la asociación. También Santa Isabel,en Valencia, y Santa Cristina o el ya desaparecido San Ramón en la capital.



      La publicación de las historias de este especial ha hecho despertar numerosas sospechas. Decenas de personas han contactado con elmundo.es [ENVÍE SU HISTORIA] para contar sus casos y pedir ayuda ante lo que consideran que pueden ser irregularidades. Mujeres a las que les dieron un bebé por muerto en el hospital, hombres a cuyos familiares les impusieron dar a un niño en adopción, hijos que creen no haber crecido en la familia correcta...

     Al leer las historias de Juan Luis Moreno, Antonio Barroso, Maria Luisa Torres, Miguel Morro,María Labarga, David Rodríguez o Paloma Mosset han sentido el miedo de que sus casos sean similares, pero no tienen pruebas que sustenten sus intuiciones. ¿Qué pueden hacer en estos casos? ¿Qué pasos deben seguir para aclarar sus historias? Los fundadores de ANADIR[Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Ilegales] y su abogado, Enrique Vila, han elaborado esta lista de indicaciones.

— En el caso de los hijos que sospechan que no han vivido con sus padres...

1º. Contactar con amigos, vecinos, familiares o compañeros de trabajo de sus supuestos padresque puedan contarles si sus madres estuvieron o no embarazadas o si hubo algo raro en sus familias en torno a la fecha de su nacimiento.

2º. Hacerse una prueba de ADN con la madre. Lo más barato —en torno a 200 euros— es acudir a una farmacia, donde se lleva directamente la muestra de saliva y la envían a un laboratorio para analizarla. Esta prueba no tiene validez jurídica, pero serviría para salir de dudas. Para obtener una prueba con validez habría que hacerla directamente en centros homologados, donde un técnico o un abogado certifican de quién es la muestra. Enrique Vila trabaja con la Universidad del País Vasco. El coste es de 400 euros y en 15 días se obtienen los resultados.

3º. Comprobar la partida de nacimiento y el acta de alumbramiento. Si figuran como hijos naturales, está claro que se manipularon y que habría varias personas implicadas.

4º. Acudir a la clínica en la que supuestamente nacieron y pedir su historial clínico, el del parto y el ingreso de su madre. No se los pueden negar, aunque en la mayoría de los casos les dirán que han desaparecido o que no guardan documentación antigua. «Muchas veces, la madre adoptiva ni siquiera ingresaba en el centro. Se sacaba al niño y se le daba en otro lugar, aunque a veces se hacía un ingreso en falso. Lo más probable es que la documentación no esté, que el niño fuese registrado en otro hospital o incluso en otra ciudad», explica Vila.

5º. Contactar con ANADIR, donde hay ya 110 asociados que cuentan con asesoramiento legal y jurídico, o con un abogado particular que estudie las acciones legales pertinentes.

— Si es la madre la que sospecha...

1º. Acudir al hospital en que ingresó para dar a luz y pedir su historial clínico, en el que deberían constar las condiciones del parto. Además, debe estar registrada la muerte del bebé.

2º. Acudir al cementerio al que supuestamente se llevó el cuerpo del niño y preguntar por los ingresos procedentes de su hospital en torno a los días del parto.

3º. Si en ninguno de estos sitios hay datos fiables, lo más probable es que algo se esconda detrás. En ese caso, contactar con ANADIR o con un abogado para estudiar el caso.



 por Raquel Quílez

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