"La entrega por Chávez del libro de Galeano a Obama en Trinidad, fue una señal que sigue vigente. Premonitoria de una tarea común que conserva actualidad".
En su columna Piedra de Tranca publicada este martes, Marciano escribe que Obama y Chávez “son distintos pero se parecen. Tienen reflejos similares. Intuición parecida. Sentido de la oportunidad del mismo calibre. Ambos saben evaluar las circunstancias en que se mueven. Y ambos, también, cuentan con algo que los favorece: La subestimación de que han sido objeto por parte de los enemigos”.
“Ambos han sido tachados por factores poderosos de marginales. Por el origen social, por el color de la piel, porque son audaces y nada crea más rechazo en los grupos dominantes en una sociedad cuando de abajo demuestran audacia y coraje para luchar”.
“¿Qué los diferencia?”, se pregunta Marciano y contesta: “Primero el contexto en que se mueven uno y otro. Nada menos, una pelusa: Estados Unidos y Venezuela. América del Norte y Latinoamérica. Posiblemente Obama hubiera llegado al poder en un país latinoamericano, y posiblemente Chávez lo había logrado en Estados Unidos. ¿A qué costo? Parecido al que ha tenido que pagar en su propio país el hijo de Sabaneta. En fin, esto es pura especulación. Pero me divierto con sólo imaginar el destino de uno y otro en contextos diferentes”.
“Hasta ahora Chávez y Obama no han chocado ni frontal ni sesgadamente. Lo hacen otros que están cerca de ambos. Incluso el mandatario venezolano se ha cuidado de no meter a Obama en el mismo saco de los Bush”.
“Ha sido cauteloso, como él suele serlo cuando sabe que el duelo al borde del precipicio no le da ventajas. Incluso llegó a decir en plena campaña, tanto allá como acá, con esa capacidad de Chávez para dejar correr cosas simpáticas pero que son puro veneno, que él votaría por Obama ¿Simple retórica? ¿Joda?”.
“Al contrario, un dardo que llevó a los republicanos ultras y a su candidato derrotado, a que reaccionaras como proverbialmente lo hace la oposición venezolana: montaron, enseguida, una feroz propaganda destacando lo dicho por el Presidente venezolano, creyendo que la especulación mediática les daría dividendos”.
“Se parecen, pero son distintos. Y tiene que ser así. Pero sin duda que no es lo mimo elegir a Obama que a… Y el tiempo lo dirá, porque la coincidencia de que ambos hayan sido reelectos se parece mucho a un signo del destino. Signo que si se maneja con habilidad y prudencia, pudiera significar normalización de las relaciones entre las dos naciones. Nada más que eso. Relación civilizada. Que rechace las provocaciones y que haga que el hombre de la Casa Blanca entienda que Chávez no es enemigo de los norteamericanos, sino de los que explotan y utilizan para sus bastardas aventuras a los norteamericanos, que es algo muy diferente”.
“La entrega por Chávez del libro de Galeano a Obama en Trinidad, fue una señal que sigue vigente. Premonitoria de una tarea común que conserva actualidad”.
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