“Desde que el presidente Santos decidió sacarse la llave de la paz del bolsillo, ahora pasó al bolsillo de Chávez”, afirma un análisis sobre el rol del Mandatario venezolano en el proceso de paz.
La revista colombiana “Semana” afirma, en un análisis sobre el proceso de paz que vive el país vecino, que “desde que el presidente (Juan Manuel) Santos decidió sacarse la llave de la paz del bolsillo, ahora pasó al bolsillo” del Mandatario venezolano Hugo Chávez, ya que su rol ha sido clave para llevar al diálogo a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
“Los colombianos tendrían no poco que agradecerle” a Chávez, aunque “Semana” afirme que el Mandatario venezolano es “impopular” en ese país, debido a que “las FARC no sólo lo oyen”, sino que le otorgan una “autoridad moral muy grande”.
La Revolución Bolivariana, de principios antiimperialistas y antimonopólicos, según “Semana”, es un “modelo” para las FARC. Incluso afirman que “es un hecho que las FARC usan buena parte de los 2.219 kilómetros de frontera para escapar de la ofensiva militar del lado colombiano”, aunque “no se ha probado” que el presidente Chávez “o su Gobierno tengan responsabilidad directa”.
El informe señala que supuestamente “las rutas de logística y de tráfico de cocaína” son “cada vez más prósperas y consolidadas”, minimizando todos los esfuerzos del Gobierno venezolano en su lucha contra el tráfico de drogas y los movimientos de irregulares dentro del país.
“A través de informes de inteligencia y de reportajes periodísticos que recogen testimonios en ambos lados de la frontera, se ha probado que elementos de la Guardia Nacional y de los militares venezolanos tienen relaciones con las FARC, y varios de sus más notables comandantes cuentan con refugios en Venezuela”, dice ligeramente “Semana”. Pero no publica pruebas ni nombres de implicados.
“Álvaro Uribe decidió que la mejor manera de pelear con las FARC era pelearse con Chávez. Paradójicamente, por las mismas razones, Juan Manuel Santos decidió que uno de sus primeros actos de gobierno sería hacer las paces con el Mandatario vecino”, lo que diferencia las estrategias de ambos Jefes de Estado colombianos.
“Pese a las protestas del uribismo”, la estrategia ha funcionado. “Gracias en buena parte al papel tras bambalinas de Hugo Chávez, las FARC están sentadas a una mesa con delegados del Gobierno colombiano en La Habana”, afirma “Semana”, que no es poca cosa.
“Chávez tiene la llave de la paz”, según el ex ministro uribista Óscar Zuluaga. En la misma línea, la ex senadora Piedad Córdoba comenta que los acercamientos se hicieron a través de Chávez. El español Vicenç Fisas incluso afirma que “hubo una reunión de ocho horas entre Timochenko y Chávez, decisiva para la fase exploratoria del proceso con el Gobierno”.
El Mandatario venezolano es “quizá el único con capacidad de ejercer sobre las FARC no sólo orientación y consejo, sino presión”. Y en relación a ello, “Semana” trae a colación que Venezuela ha detenido y entregado a Colombia numerosos narcotraficantes e irregulares, según la revista se envía “a las FARC el mensaje de que las cosas no son tan fáciles como antes”.
“Semana” cita un informe del International Crisis Group, que afirma que “Chávez tiene la influencia política para empujar a las FARC a moverse hacia el abandono de la lucha armada”.
“Dar oxígeno es también contar con la posibilidad de quitarlo, en función de los intereses cambiantes de la República Bolivariana, que no son necesariamente los mismos que los de las FARC”, se compara así el escenario de Colombia y Venezuela con la experiencia “de la diáspora irlandesa en Estados Unidos, cuya financiación fue muy importante para el IRA”.
“Semana” acusa a Chávez de haber financiado a las FARC, y comenta que una supuesta “amenaza de cortarla fue un factor clave en la negociación final”.
“Si al Presidente venezolano no le conviene la negociación, difícilmente habrá acuerdo; pero si, como parece, está interesado en ella, a las FARC les costaría mucho más resistirse”, lo que otorga un rol de liderazgo mayor al que en realidad tiene el presidente Chávez dentro de la misma, ya que busca responsabilizarlo de lo bueno o lo malo que pueda traer el proceso de paz.
“Hay síntomas de que, en los últimos tiempos, la presencia en Venezuela del único movimiento armado de izquierda del hemisferio, que recurre a métodos terroristas que afectan a la población civil, se ha ido convirtiendo en una ‘papa caliente’ para el proyecto político chavista.”
La revista “Semana” pretende dejar de lado que la participación venezolana parte de un deseo continental de paz, por el que Chávez siempre se ha ofrecido para negociar con grupos irregulares.
“A largo plazo puede ser más útil una insurgencia desmovilizada, convertida en aliado político del proyecto bolivariano, que una guerrilla cada vez más aislada y desprestigiada en lo político y degradada en lo militar”, comenta la revista, aun cuando los guerrilleros estarían impedidos legalmente de hacer vida política en su país.
“Las FARC oyen y respetan a Chávez. Primero, porque cuentan en el vecino país con amparo de hecho o de derecho. Segundo, porque el Presidente es el único con capacidad de ejercer algún tipo de influencia sobre ellas. Y tercero, porque no necesariamente está en el interés de Venezuela que la guerrilla colombiana se mantenga en el monte.”
“Puede ser también una apuesta política y estratégica a largo plazo: contar con que la guerrilla legalizada se inscriba en el proyecto bolivariano, que no esconde sus ambiciones de hegemonía regional”, dice tendenciosamente el análisis, cuando lo que se busca es la tranquilidad de los pueblos venezolano y colombiano.
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