¿Los complementos de vitaminas y minerales son realmente efectivos? ¿Qué son las vitaminas, para qué sirven, es necesario tomar suplementos, que alimentos nos proporcionan vitaminas? Todas estas preguntas son mas comunes de lo que parece.
El término vitamina surgió en 1912 para designar a las sustancias accesorias de los alimentos, necesarias para la vida. Son compuestos esenciales para los procesos metabólicos de grasas, proteínas y especialmente de carbohidratos, donde es de vital importancia la tiamina (vitamina B1). Las vitaminas se pueden clasificar de acuerdo a su solubilidad, en vitaminas liposolubles e hidrosolubles.
Estas sustancias se encuentran en los alimentos (verduras, frutas, lácteos...) nos protegen de las enfermedades y nos hacen vernos mejor.
Todas las vitaminas son importantes para nuestras defensas y previenen muchas enfermedades. Una dieta equilibrada proporciona menor disposición a las infecciones. Los zumos naturales proporcionan antioxidantes que protegen contra la gripa, trastornos coronarios, cataratas o envejecimientos prematuros. Su poder antioxidante tiene una acción preventiva contra enfermedades como el cáncer de piel, el de las vías respiratorias altas y del estómago.
Una dieta variada que contenga lácteos, carne y pescado, cereales frutas y verduras garantiza el suministro necesario de vitaminas, y hará que nos sintamos plenamente vivas. Según ha publicado la World Cáncer Research Fund y el American Institute for Cáncer Research, una buena alimentación reduce en un 40% la aparición del cáncer.
De la A a la K
A Esencial para la buena visión y en general para el crecimiento, protege la piel y las mucosas. Se encuentra sobre todo en la yema de huevo, hígado, leche, mantequilla, verduras, albaricoque, naranja y limón.
B Tiene un papel importante en el funcionamiento del cerebro, sistema nervioso y muscular. Se localiza en la levadura de cerveza, germen de trigo y cereales integrales.
C Interviene de modo muy variado en la respiración crecimiento y respuesta a la infección y al estrés. Abunda en el kiwi, naranja, limón, frambuesa, zumo de pomelo, rábano, cebolla, espinacas.
D Es esencial para una buena estructura ósea. Esta presente en la leche los huevos, mantequilla, nata, pescados grasos, aceite de hígado de pescado. También la elaboran en la piel los rayos solares.
E Contribuye a proteger las células de lesiones y degeneración. Neutraliza los radicales libres y aumenta los glóbulos rojos. Se encuentra en el germen de trigo, aceite de girasol, almendras, margarina, frutos secos y verduras de hoja ancha de color verde oscuro.
K Esencial para la coagulación adecuada de la sangre. Abunda en las verduras de color verde, coliflor, pepinillo, pepinos, tomates y cereales integrales.
Cuando no tomamos una cantidad suficiente de vitaminas, en especial de la A, B 1 y C, podemos sentirnos mal e incluso perder el apetito, pero las vitaminas no aumentan el apetito de las personas y tampoco engordan porque no aportan calorías al organismo.
Todos necesitamos tomar las 13 vitaminas, pero las cantidades varían en función de la edad, sexo y de situaciones específicas como embarazo, lactancia o vejez, e incluso, en caso de enfermedad. También el estilo de vida como los hábitos de fumar o beber, hacen que las necesidades se vean incrementadas.
Por: www.mujerweb.com
Estas sustancias se encuentran en los alimentos (verduras, frutas, lácteos...) nos protegen de las enfermedades y nos hacen vernos mejor.
Todas las vitaminas son importantes para nuestras defensas y previenen muchas enfermedades. Una dieta equilibrada proporciona menor disposición a las infecciones. Los zumos naturales proporcionan antioxidantes que protegen contra la gripa, trastornos coronarios, cataratas o envejecimientos prematuros. Su poder antioxidante tiene una acción preventiva contra enfermedades como el cáncer de piel, el de las vías respiratorias altas y del estómago.
Una dieta variada que contenga lácteos, carne y pescado, cereales frutas y verduras garantiza el suministro necesario de vitaminas, y hará que nos sintamos plenamente vivas. Según ha publicado la World Cáncer Research Fund y el American Institute for Cáncer Research, una buena alimentación reduce en un 40% la aparición del cáncer.
De la A a la K
A Esencial para la buena visión y en general para el crecimiento, protege la piel y las mucosas. Se encuentra sobre todo en la yema de huevo, hígado, leche, mantequilla, verduras, albaricoque, naranja y limón.
B Tiene un papel importante en el funcionamiento del cerebro, sistema nervioso y muscular. Se localiza en la levadura de cerveza, germen de trigo y cereales integrales.
C Interviene de modo muy variado en la respiración crecimiento y respuesta a la infección y al estrés. Abunda en el kiwi, naranja, limón, frambuesa, zumo de pomelo, rábano, cebolla, espinacas.
D Es esencial para una buena estructura ósea. Esta presente en la leche los huevos, mantequilla, nata, pescados grasos, aceite de hígado de pescado. También la elaboran en la piel los rayos solares.
E Contribuye a proteger las células de lesiones y degeneración. Neutraliza los radicales libres y aumenta los glóbulos rojos. Se encuentra en el germen de trigo, aceite de girasol, almendras, margarina, frutos secos y verduras de hoja ancha de color verde oscuro.
K Esencial para la coagulación adecuada de la sangre. Abunda en las verduras de color verde, coliflor, pepinillo, pepinos, tomates y cereales integrales.
Cuando no tomamos una cantidad suficiente de vitaminas, en especial de la A, B 1 y C, podemos sentirnos mal e incluso perder el apetito, pero las vitaminas no aumentan el apetito de las personas y tampoco engordan porque no aportan calorías al organismo.
Todos necesitamos tomar las 13 vitaminas, pero las cantidades varían en función de la edad, sexo y de situaciones específicas como embarazo, lactancia o vejez, e incluso, en caso de enfermedad. También el estilo de vida como los hábitos de fumar o beber, hacen que las necesidades se vean incrementadas.
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