Las últimas encuestas realizadas en el ámbito educativo señalan alarmantes resultados en cuanto a errores de ortografía, sintaxis y comprensión lectora. Estos datos son manifestaciones visibles de una evidente crisis que afecta la integración de la lectura y la escritura en el mundo juvenil.
´Un grupo de profesores de Harvard acaba de escribir que los chicos más creativos no son los más expuestos a la pantalla de la computadora´ afirma Jain Etcheverry en su artículo ´Volver a pensar´ de la Nación.
Es incalculable el potencial creativo del hombre y lo fácil que se estimula a través del pensamiento.
Desarrollar nuestra capacidad de pensar y reflexionar sobre nosotros mismos y el medio que nos rodea es un objetivo que no debe dejar de lado la escuela.
Lamentablemente un alto porcentaje de padres y aun de docentes piensan que la computación es lo esencial en la formación de sus hijos, sin comprender que muchas veces el uso de la máquina es una actividad meramente operativa en la que no siempre se compromete el razonamiento.
El volver a pensar está estrechamente relacionado con el regreso a la lectura, fuente inagotable que permite el desarrollo de distintas habilidades. Gracias a su ejercicio diario, el alumno incrementa su capacidad imaginativa, enriquece su vocabulario y mejora su ortografía y dicción.
El hombre es el ser más perfecto que hay sobre la tierra. Su pensamiento lo hace diferente y superior al resto de las criaturas porque, justamente, es ese pensamiento el que le otorga la posibilidad de elegir lo que cree mejor para su existencia. En su ensayo El Defensor, Pedro Salinas nos dice ´El hombre se posee en la medida en que posee su lengua.´
El lenguaje es el instrumento más eficaz que tiene el ser humano para comunicarse. Gracia a sus actividades lingüísticas, se relaciona socialmente, se informa, accede a valores culturales y, por consiguiente, se enriquece.
La lectura resulta ser la fuente de enriquecimiento personal más importante que nutre el espíritu y el intelecto humano. Es, pues, una misión específica de la escuela lograr, en el alumno, el hábito de la lectura, ya que ésta se convertirá luego en un método de educación permanente.
Las últimas encuestas realizadas en el ámbito educativo señalan alarmantes resultados en cuanto a errores de ortografía, sintaxis y comprensión lectora. Estos datos son manifestaciones visibles de una evidente crisis que afecta la integración de la lectura y la escritura en el mundo juvenil.
Si bien las causas principales se centran en el área educativa, el desinterés, la falta de motivación y las dificultades de aprendizaje guardan una estrecha relación con el deterioro socio-ecónomico, la alteración de los valores y los avances de la tecnología.
Es de público conocimiento que la gran transformación educativa de este fin de siglo tiene como punto de apoyo a la Informática. Las computadoras han sido recibidas con entusiasmo en las aulas. Sin duda que los jóvenes son seducidos más fácilmente por ellas que por una novela clásica o un lápiz y una hoja de papel.
Pero es fundamental, en estos momentos, preguntarnos qué lugar ocupan las computadoras en el proceso enseñanza-aprendizaje. ¿Pueden llegar a sustituir el rol del docente?
Algunos directivos sostienen que, a través de ellas, los alumnos, en el área de Lengua, aprenden a escribir más cantidad de palabras, en menos tiempo, y con un mínimo de error. Sin embargo, con este método, dejan de lado dos aspectos fundamentales del campo lingüístico: a) La destreza motriz para aprender a escribir con soltura y claridad. b) El manejo correcto y fluido de la expresión oral que, seguramente, el alumno no va a conseguir nunca sentado frente a una pantalla.
La imperiosa necesidad del conocimiento informático para alcanzar una inserción laboral más rápida es otro de los argumentos presentados para impulsar la informatización en las escuelas. En relación con esto, una revista estadounidense, Oppenheimer, cita a Joseph Wizenbaum, profesor emérito en Informática del Massachusetts Institute Technology, quien afirma que ´los estudiantes que quieren acceder a esa prestigiosa Universidad podrán aprender, en un verano, la informática que necesiten para ingresar.´ Oppenheimer advierte, además, ´contra el peligro de que la inmersión de los escolares en el mundo de las computadoras estorbe el desarrollo de las aptitudes fundamentales: lectura, reflexión creatividad.´
La lengua debe ser tomada, en las escuelas, como una materia básica que, sistemática y gradualmente, va formando al alumno. La Computación tiene que ser considerada como una asignatura instrumental que facilite la comunicación y el trabajo, sólo debe actuar como un medio para alcanzar el objetivo deseado.
Es un compromiso de todos nosotros, los educadores, fomentar, en el alumno, el gusto por la lectura y encontrar nuevos caminos que estimulen, en los jóvenes, el contacto con los textos. Textos que están en los libros, diarios, revistas, afiches, folletos, gráficas, etc. También debemos enseñarles a abordar las diferentes tramas, comprender sus mensajes, recibir sus instrucciones, y alcanzar el goce estético cuando se trate de una obra literaria.
La lectura es una actividad eminentemente intelectual. Leer y aprender son conceptos indisociables. Es imprescindible que se lea comprendiendo porque, a través de la lectura comprensiva, el educando incrementa sus conocimientos, enriquece su mundo interior y afianza el dominio de su lengua.
Finalmente, y a modo de corolario, cabe destacar que, tanto ayer como hoy y siempre, la formación de libres pensadores, a través del dominio de su lengua, debe ser prioridad máxima.
Por: www.educar.org
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