lunes, 19 de noviembre de 2012

COMENZÓ CUMBRE IBEROAMERICA EN ESPAÑA SIN 7 PRESIDENTES Y CON SUPERHUELGA EN LA CALLE


Un total de siete jefes de Estado no han asistido a la Cumbre: los de Argentina, Cuba, Nicaragua, Guatemala, Paraguay, Uruguay y Venezuela.

España, epicentro de la Superhuelga' que se extendió por toda Europa el pasado 14 de noviembre, es a partir de 16 DE NOVIEMBRE la sede de la XXII Cumbre Iberoamericana, específicamente en la ciudad andaluza de Cádiz.

Las ausencias y las protestas han marcado el inicio de esta Cumbre. Un total de siete jefes de Estado no han asistido a la misma: los de Argentina, Cuba, Nicaragua, Guatemala, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Sin embargo, el Gobierno de España dice estar satisfecho con las asistencias en este evento, ya que contando con las representaciones de cancilleres y representantes se ha superado la convocatoria en relación a cumbres precedentes.

En este contexto, la ciudad anfitriona de Cádiz fue el escenario de otra Cumbre, pero esta vez algo más amplia, la de 600 trabajadores de los astilleros que bloquearon el principal puente de acceso a la ciudad para reclamar mejoras laborales.

El interés de este evento es muy importante para los europeos, no sólo para la región ibérica, dado que América Latina se ha librado en gran medida de la profunda crisis en la que se encuentra la zona euro. Por ello, vuelve a ser la tierra de las oportunidades para el capitalismo europeo que no sabe en qué palo ahorcarse. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, lo ha señalado en sus propios términos al declarar a EFE que España puede ser el "eje vertebrador" de las inversiones de los países europeos en América Latina.

Una muestra de la importancia que reviste esta reunión para el viejo continente es la inusitada e interesada presencia de la alta representante de la UE para la política exterior, Catherine Ashton, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.

La Cumbre Iberoamericana y sus tres ironías

La historia y sus acontecimientos ofrecen nuevas ironías en esta Cumbre que tiene por lema "Una relación renovada", dado que el ámbito central desde el que se abordarán los temas a discutir será el papel que debiera y pudiera jugar América Latina en la ansiada y desesperada necesidad de los europeos por recuperar sus economías capitalistas en sus respectivos países en crisis.

La primera ironía es que ese punto central de esta Cumbre en pleno siglo XXI, donde América Latina jugó un papel esencial en la transformación de Europa, fue el mismo objetivo aspiracional de hace 500 años, cuando se intentaron sostener las potencias monárquicas de España, Inglaterra y Francia, así como los centros de poder comercial y financiero de genoveses y holandeses. Así, América Latina fue usufructuada con el interés de renovación económica y potenciación de liderazgos en Europa.

La segunda ironía estaría relacionada a que precisamente estos países europeos son los que impulsaron e impusieron, con la tutoría del imperio estadounidense, el proyecto neoliberal que ha sumido en la miseria a cientos de millones de seres humanos en nuestra región latinoamericana. Ahora quieren impulsar la cooperación cuando la mayor parte de nuestra región ha desandado otros caminos. En este contexto, las recetas de cura que se están llevando a cabo en Europa están asociadas al ajuste estructural de sus economías y seguramente requerirán de mayores 'seguridades jurídicas' para seguir con el ciclo de explotación de materias primas en nuestra región, lo que les permitiría reactivar el ciclo de acumulación para salir de sus crisis.

La tercera ironía es que esas recetas neoliberales, impulsadas desde Europa y EEUU, contrastan ampliamente con los cambios de perspectiva en varios países latinoamericanos, que proponen e impulsan, con fehacientes resultados materiales, culturales y políticos, proyectos alternativos para encaminarse en la construcción de modelos propios e independientes de las directrices de los centros capitalistas. 

Por ello, el desafío se centra en no dejarse meter gato por liebre, ni dejarse vender ni engañar ante las promesas de una falsa cooperación entre regiones que lo único que traerían es la reproducción novedosa de las mismas relaciones de opresión en las que hemos estado sometidos los latinoamericanos. Que los muertos entierren sus propios muertos o que comience la revolución en el gastado continente, sólo en este contexto la cooperación sincera sí será posible.

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