"Huelga general" y "No. No. No. No tenemos miedo!!!", han gritado los manifestantes en toda España.
El 14-N ya se convirtió en un hito en Europa. Por un lado, los movimientos sociales y políticos, estudiantes, obreros y obreras, empleados y empleadas públicos, maestros y maestras, trabajadoras y trabajadores del sector salud, etc, han acudido masivamente al llamado para manifestarse en cada uno de sus países.
Por otro lado, esta masiva convocatoria continental es sólo posible por las causas que la originan, debido a que responde a uno de los mayores desfalcos que se han hecho en la historia del capitalismo europeo. Como siempre, según la lógica del sistema, la clase trabajadora termina pagando las consecuencias, pues ellos son quienes pagan, son los embargados, los atropellados, los humillados y hasta los suicidados del desespero. Por ello, no queda otra alternativa que usar uno de los recursos de los sectores más vulnerables: la huelga general.
En España, nunca antes un presidente de gobierno había vivido bajo su mandato dos huelgas generales de 24 horas. Y no podía ser a otro que Mariano Rajoy, el defensor de las buenas costumbres ultraconservadoras y el ajuste estructural. De hecho, ésta es la novena que se realiza en este país, desde que se instaló la democracia liberal-burguesa-monarquizada, luego de la muerte de Franco, aliado al Partido Popular (PP), actual partido de gobierno.
"Huelga general" y "No. No. No. No tenemos miedo!!!", han gritado los manifestantes en toda España. Alberto Rojas, un español dedicado al sector de la construcción y que lleva dos años sin poder trabajar, manifestó que "hacía falta otra huelga. No confío en que cambie mucho las cosas, pero al menos es una forma de protestar y de decirle al Gobierno que no somos tontos".
Aerolíneas españolas como Vueling, Air Europa e Iberia (la misma que desfalcó y quebró a Viasa y a Aerolíneas Argentinas) han tenido que cancelar 400 vuelos este día histórico.
Hasta ahora se ha informado que, en este país, 117 personas han sido detenidas y ha habido 34 heridos, de los cuales 16 son civiles que han sido atacados por la policía. Los principales sindicatos acuerdan un acatamiento del 83% en todos los sectores. La industria se ha sumado en mayor medida que los sectores comerciales, con una participación a pequeña y mediana escala.
En Portugal, éste ha sido el tercer paro general que se realiza este año. La Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) ha considerado un rotundo éxito la adhesión de todos lo sectores, donde se ha llegado a un 90% de seguimiento. El sector transporte fue el más comprometido con el llamado a huelga.
Por otra parte, en el mar del Norte, los irlandeses están distribuyendo bien sus esfuerzos para el paro general de ese país el próximo 24 de noviembre, momentos antes de que el Ejecutivo presente el presupuesto de 2013.
La golpeada Grecia ya tuvo recientemente un paro de 48 horas a nivel general. Sin embargo, las condiciones sociales están dadas para que se hayan sumado con contundencia al llamado de este miércoles. Sólo en la Plaza Sintagma de Atenas, se convocaron 5.000 personas a protestar, en medio del paro, contra las colosales medidas de austeridad en ese país.
En Italia, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL, por sus siglas en italiano) se sumó a la convocatoria con un paro de 4 horas, acompañado de manifestaciones donde los estudiantes han ido a la vanguardia, dado los recortes bestiales en educación. En Roma, Milan y Turin, han tenido lugar fuertes enfrentamientos entre las fuerzas represivas y los manifestantes.
Ante la solidaridad de las huelgas en diferentes regiones de Alemania y Francia, la canciller germana, Angela Merkel, declaró cínicamente que hay que respetar el "derecho legítimo a la huelga". Sin embargo, defendió la tenaz convicción de los gobernantes de “hacer lo debido”, a pesar de que ello conlleve aplicar “duras medidas y recortes”.
Nada resume mejor la justificación de la “Superhuelga” europea de este miércoles que las declaraciones a RT que realizó el analista Francisco González Tejera, al señalar que “son medidas que están precarizando a los trabajadores europeos y, sobre todo, tratando de perpetuar una nueva dictadura que privilegia a las grandes fortunas y a la banca, y hunde cada vez más a la clase trabajadora”.
Manifestó también que quienes pagan el robo son los sectores que más trabajan y menos perciben, ello aunado a “una reducción de los salarios, despidos masivos, aumento de impuestos y amnistía fiscal a la patronal, a las defraudadoras y a las empresas que están corrompiendo cada país y, sobre todo, a la delincuencia financiera”.
Sobre los gobernantes, González Tejera los calificó justamente como lo que han sido hasta ahora, “meros títeres que hacen lo que les mandan desde arriba. Les importa un bledo la clase trabajadora, les importan un bledo los ciudadanos”.
Concluyó con algunas cifras que señalan las consecuencias y las magnitudes de esta crisis en esta Europa admirada por tantos: “Se está desahuciando a personas de sus viviendas, hay más de 2 millones de familias que no están recibiendo ningún ingreso, casi 3 millones de niños bajo el umbral de la pobreza”.
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