miércoles, 31 de octubre de 2012

La Ola sigue rindiendo homenaje a Alí. ¡Descarga más canciones! Alí Primera: La Canción como rebelión popular


Autor: Larissa Costas Manaure
Si el hombre está en el paisaje, es un poco más que el pájaro
Hablar de Alí Primera en Venezuela es nombrar a un valor irrenunciable de nuestro pueblo; es cadena vital en nuestro ADN cultural, político e ideológico. Alí Primera venció la hostilidad capitalista y vinculó la cultura al drama de la pobreza, a la tragedia de la desnacionalización y la reorientó a su objetivo principal: la formación ética ciudadana, fundamentalmente participativa y genuinamente democrática; es decir, a la construcción del socialismo.
Alí era un militante revolucionario que convirtió a la canción en una herramienta de lucha política. Conciencia y diafragma fueron acoplando una estética de la canción, que surgía de la reflexión sobre las virtudes comunicacionales del arte y la urgencia de la militancia para conformar lo que denominó un “ejército de salvación del arte” comprometido con el proletariado.
El espíritu poético de Alí se fue construyendo desde la esperanza del pueblo, al tiempo que los oyentes entendían al cantor como un espacio de libertad popular. El acercamiento a su canción (que más que suya es nuestra) no puede verse como una pleitesía insulsa, una palabra de liturgia para ser repetida inconscientemente, “ni mucho menos un santo para prenderle una vela”.
La canción no era un acto de protesta, no era una pataleta o un arrebato malcriado: era una propuesta transformadora, una denuncia urgente ante la aberración capitalista y su letal impacto sobre la especie humana, por eso la canción era vital y empezó a llamarse necesaria.
Humanidad, humanidad
Con el sol a medio cielo
y teniendo el cuerpo preso
sentí cabalgar el canto
profundo en el sentimiento
En diciembre de 1966, durante la Presidencia de Raúl Leoni y con la represión social como política del Estado, se ordenó un allanamiento a la Universidad Central de Venezuela. Los pobladores de la UCV fueron confinados, casi por completo, en los sótanos de la Digepol. Setecientos estudiantes y un grupo de monjas que eran centinelas del dormitorio de mujeres compartieron celdas.
Alí, estudiante de química, no escapó de la tortura. Entre gritos de dolor, compuso su primera canción militante: Humanidad. Descubrió algo que lo cambiaría de por vida, según sus palabras:
“…La música cuando se pone a cabalgar en ella versos donde el protagonista es el hombre hecho combate, cuando el amor que se nombra ya no es tan solo el individual, el intimo, sino el amor solidario por todos los seres humanos cuando el verso además de divertir proporciona elementos reflexivos y concientizadores, cuando la canción cumple estas características, repito se convierte en un arma popular. Arma popular que defiende al pueblo contra la transculturización que niega su identidad y su memoria libertaria, canción que ayuda a sostener la esperanza en una patria más digna y solidaria, en una patria más bolivariana.”
Al salir de la cárcel, Alí se vio obligado a partir al exilio. En Europa grabó su primer LP que fue distribuido clandestinamente en Venezuela.
Y el canto de ustedes que es mi propio canto
A finales de los 60, se gestaba en Venezuela el único referente cultural venezolano que ha participado como movimiento de alcance social: la Nueva Canción Venezolana.
“Paradojal, como casi todo lo popular, de fondo, dicho canto contuvo el signo de alegría que encierra el amor por la vida, esa “alegría (que), bendita sea, carece de iglesia como de escuela” y que abre su sentido en dos direcciones: 1) la que da cuenta del mundo deseable (y así lo construye) y, 2) la que da cuenta del mundo que aborrece (y así lo destruye).” (Fragmento de El perfume de una época de Gloria Martín)
En éste período, se conformó el grupo Los Guaraguaos, intérpretes del tema Techos de Cartón. Gracias a esa grabación, la canción de Alí Primera se conoció en Venezuela y se convirtió en un referente ineludible dentro del repertorio de la canción política de Latinoamérica.
Los creadores de la canción vital, la militante, la necesaria, estaban todos inmersos en compromisos políticos con el proletariado, cuyas composiciones diferían mucho de la impuesta por la industria capitalista y/o las elites dominantes. Los oyentes de esta canción eran los pobres, aquellos que reconociéndose en la poesía se vincularon con ella, primero por lo emotivo y después por lo ideológico.
Yo soy quien levanta el sol
 Yo soy quien acuesta el sol
Yo lo soporto en el lomo
Pa que uste viva mejor
Ud me perdona don
Y su alta sociedad
Yo me voy con los muchachos, carajo
A hacer la revolución
Sobre la canción de este movimiento cultural venezolano, Gloria Martin escribió: ‘…fue capaz de comunicarse con códigos abiertos, en lenguaje cuya búsqueda poética no inhibió lo panfletario, el habla callejera o la ‘grosería’ y el chiste junto a la metáfora. Entre sus valores / eje aparecen la solidaridad, el bienestar colectivo, la familiaridad / camaradería y cuanto de ella se desprende; de ahí sus héroes y antihéroes, su estética como ética de clase (lo bello es bueno para los desposeídos…) y/o los modos igualitarios de organización social y política que se proponen.’
Era una guerra con táctica y estrategia, en la que ningún elemento era confiado al azar. La canción que Alí construyó proyectaba objetivos claves que definían la temática de las composiciones y el carácter de las convocatorias a recitales y actos en todo el país.
La propuesta cultural era el epicentro de un tejido de redes sociales de acción política. Nacieron entonces los Comités por la Unidad del Pueblo (CUP) eran núcleos organizadores de fuerzas populares avanzadas, progresistas, sensibles, de diversas índoles, capaces de, partiendo de los hechos reivindicativos de masas, transformarlos y en su acción, trascender a la generación de una conciencia de clase.
El germen de los CUP tenía su expresión en la canción, con temas que promovieran el debate de la atmósfera política nacional y elementos que promovieran su reflexión y proyección.
La canción se fraguaba en el calor de la solidaridad y la construcción del colectivo, hacer de lado los individualismos y fomentar la confianza en el poder colectivo, el poder popular, en lo local, regional y nacional, pero también se proyectaba al ámbito internacional con el apoyo a los países que sufrían agresiones del imperialismo.
La canción movilizó, conscientemente, el imaginario bolivariano. Lo que el agua es al cuerpo, lo fue el pensamiento y legado de Bolívar para la canción. Era una invitación a concluir tareas históricas como la defensa de la soberanía, la independencia y la construcción de un bloque latinoamericano que enfrentara al imperialismo. De allí que podemos afirmar sin temor a equivocaciones que Alí fue pionero del ALBA.
Patria Grande/Ola Bolivariana
@OlaBolivariana

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