En su espacio “El Espejo” en Últimas Noticias, el periodista José Vicente Rangel se refiere a los ataques de la oposición al poder electoral, para intentar debilitar la democracia venezolana.
En su espacio “El Espejo” en Últimas Noticias, el periodista José Vicente Rangel recuerda que “en la histórica batalla de Stalingrado, los francotiradores rusos se convirtieron en la pesadilla del alto mando alemán. La estupenda película Enemigo al acecho relata la experiencia de uno que logró sembrar, en el escenario de los acontecimientos, la desmoralización en la oficialidad nazi”.
Rangel relaciona el filme con “lo que juzgo se estaría gestando en la política nacional con motivo de los resultados del 7 de octubre, decepcionantes para los dirigentes de la oposición, y las versiones que circulan sobre el evento comicial -del que estamos a menos de un mes- del próximo 16 de diciembre”.
Señala que “el comportamiento contradictorio de los dirigentes de oposición más destacados sobre lo que sucedió en las presidenciales y sus reacciones, luego de la aceptación sin objeciones del candidato derrotado por el veredicto popular, es algo que coloca la situación en terreno incierto. No es cualquier cosa que en una democracia aquellos que dirigen la oposición, que obtuvieron 45% de los sufragios, cuestionen ese resultado ampliamente favorable al contendor (12 puntos de ventaja para Chávez)”.
Además comenta que “cuando se plantea, por ejemplo, que hubo fraude; que hubo trampa; que el ventajismo oficial fue brutal; que el sistema electoral no es confiable; que el CNE es un apéndice del Ejecutivo, un instrumento del chavismo; y cuando se afirma paladinamente que el sistema electoral es perverso', hay que ahondar acerca de lo que está detrás de semejante actitud”.
Para el ex vicepresidente, aquí “es cuando tiene sentido lo del francotirador. Muchos comienzan a pensar que ese lenguaje antidemocrático, cuestionador del 7 de octubre -y del propio sistema electoral- oculta aviesas intenciones. Algo siniestro estaría detrás de él. ¿Francotiradores emboscados -no muy profesionales, más bien chimbones- afinan puntería contra un blanco específico? Tienen, ¡ojo!, en la mira al sistema electoral globalmente y, por ende, al régimen democrático”.
Rangel considera que “en el fondo se trata de dispararle a lo que sectores de la oposición -no toda- consideran la fortaleza de Chávez: realizar una revolución avanzando por la senda del cambio social, económico, institucional, mediante el sufragio. Experiencia única en el mundo, que fracasó en otros países y momentos históricos, pero que en Venezuela ha servido para viabilizar el proceso, para consolidarlo y dejar sin argumentos a los adversarios de cualquier pelaje. Por eso, el enemigo está al acecho. Buscando cada día, con creciente desesperación y letal propósito, ese blanco obsesivo. ¿En qué momento?”.
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