Hoy, en 14 años de revolución, hemos tenido que hacer grandes sacrificios con los pocos cuadros políticos que sobrevivieron a cuarenta años de persecución y asesinatos, con los pocos cuadros técnicos que pudieron formarse, no siempre con claridad política, y paralelamente tratar de construir un partido que capte, organice, forme y movilice mientras se realiza un proceso de democratización que permita que el pueblo pueda contar con las capacidades técnicas para construir una patria digna, justa e igualitaria.
Para impulsar este proceso de formación de cuadros técnicos y políticos que nos permita alcanzar los objetivos, hemos concebido la Escuela de Formación Política “Willian Lara”, que proporcionará herramientas a los líderes de nuestra juventud en teoría de la organización política, para fortalecer la estructura del partido; en filosofía política, para fortalecer los conceptos en el debate sobre esta área; en economía política para contribuir al salto cualitativo de nuestra economía, de la rentista a una productiva; y en historia política, para no repetir nunca más las traiciones del pasado.
La mayoría de los jóvenes venezolanos soñamos con un país potencia, justo e igualitario y queremos materializar esos sueños. El querer es indispensable para hacer realidad ese sueño, pero no es suficiente. El “querer” debemos hermanarlo con el “poder”, la capacidad de hacer. Si logramos que nuestra juventud tenga la formación técnica y política que le confiera la capacidad de hacer, es decir, que se le otorgue un genuino poder, sustentado en el conocimiento, al cual se le sume este querer inmenso por nuestra tierra, estoy seguro de que esta generación, la generación bicentenaria, hará patria.
T/ Héctor Rodríguez Castro
@hectorodriguez
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