Este martes, desde la sede de Naciones Unidas en Nueva York, 188 países, más de 97% de los miembros del organismo multilateral, aprobaron una resolución que exige al gobierno de Estados Unidos levantar el bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene ilegalmente contra el pueblo cubano desde hace medio siglo.
Solamente Estados Unidos, Israel y Palau se opusieron a la petición emitida anualmente por la ONU desde que, en 1992, Washington decretara una ley para regir la medida unilateral contra la isla caribeña.
Durante dos décadas, tanto la Casa Blanca como sus aliados en Tel Aviv han ratificado su negativa a la resolución. La novedad en esta oportunidad es Palau, isla ubicada en el Pacífico que se abstuvo de votar en 2011.
Las Islas Marshall y Micronesia se abstuvieron de votar el documento en el que se exige el cumplimiento de los principios de soberanía de los pueblos, la no intervención, la no injerencia, así como garantías para las libertades de comercio y navegación.
Estados Unidos defendió la acción que viola la Carta de la ONU y presentó las sanciones contra La Habana como "una de las herramientas para asegurar los derechos humanos y la libertad" de los cubanos. Aseguró que la principal preocupación del presidente norteamericano Barack Obama es "darle poder a Cuba para determinar su propio futuro".
Minutos antes, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, recordó que en 2008 Obama prometió "un nuevo comienzo" con la isla, sin embargo, "la realidad de los últimos cuatro años ha sido un persistente recrudecimiento" de las políticas hostiles.
Citó una declaración de 1960, emitida por el entonces subsecretario de EEUU, Lester Manoly, en la que se trazó el objetivo del bloqueo unilateral contra el pueblo caribeño: "Provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria. Debilitar la vida económica, negándole a Cuba dinero y suministros, con el fin de reducir los salarios nominales y reales. Y provocar hambre, desesperanza y el derrocamiento del gobierno".
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) instó a Washington a "hacer los ajustes necesarios" y a "armonizar" su legislación internacional con la Carta de Naciones Unidas.
El Mercado Común del Sur (Mercosur) describió el bloqueo como un paradigma "de políticas obsoletas que no tiene lugar en la actualidad".
"Los perjuicios son enormes y afectan sectores cruciales de la economía, así como la salud pública, la agricultura", agregó el Movimiento de Países No Alineados (Mnoal).
La Comunidad Africana calificó de imposible que ese continente "y muchas áreas del mundo permanezcan en silencio mientras Cuba ha estado sufriendo".
El embajador permanente alterno de Venezuela ante la ONU, Julio Escalona, describió el bloqueo como una "expresión de barbarie política en pleno siglo XXI".
"El bloqueo retrotrae las relaciones internacionales al predominio de la ley del más fuerte ", afirmó el diplomático venezolano, tras destacar que "el pueblo cubano ha superado estoica y heroicamente esta injusta práctica".
Escalona celebró que, a pesar de los efectos del bloqueo, La Habana "continúa llevando adelante una política de solidaridad, inclusive más allá de sus fronteras".
"Voceros imperialistas sostienen que Cuba representa una amenaza para la región, una mentira del tamaño del cielo. Para Venezuela, América Latina, el Caribe y el mundo, Cuba ha sido por el contrario, un factor de apoyo y esperanza por la cooperación solidaria que practica en materia de salud, medicina, educación y deportes", aseveró.
(Fuente: AVN)
Solamente Estados Unidos, Israel y Palau se opusieron a la petición emitida anualmente por la ONU desde que, en 1992, Washington decretara una ley para regir la medida unilateral contra la isla caribeña.
Durante dos décadas, tanto la Casa Blanca como sus aliados en Tel Aviv han ratificado su negativa a la resolución. La novedad en esta oportunidad es Palau, isla ubicada en el Pacífico que se abstuvo de votar en 2011.
Las Islas Marshall y Micronesia se abstuvieron de votar el documento en el que se exige el cumplimiento de los principios de soberanía de los pueblos, la no intervención, la no injerencia, así como garantías para las libertades de comercio y navegación.
Estados Unidos defendió la acción que viola la Carta de la ONU y presentó las sanciones contra La Habana como "una de las herramientas para asegurar los derechos humanos y la libertad" de los cubanos. Aseguró que la principal preocupación del presidente norteamericano Barack Obama es "darle poder a Cuba para determinar su propio futuro".
Minutos antes, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, recordó que en 2008 Obama prometió "un nuevo comienzo" con la isla, sin embargo, "la realidad de los últimos cuatro años ha sido un persistente recrudecimiento" de las políticas hostiles.
Citó una declaración de 1960, emitida por el entonces subsecretario de EEUU, Lester Manoly, en la que se trazó el objetivo del bloqueo unilateral contra el pueblo caribeño: "Provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria. Debilitar la vida económica, negándole a Cuba dinero y suministros, con el fin de reducir los salarios nominales y reales. Y provocar hambre, desesperanza y el derrocamiento del gobierno".
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) instó a Washington a "hacer los ajustes necesarios" y a "armonizar" su legislación internacional con la Carta de Naciones Unidas.
El Mercado Común del Sur (Mercosur) describió el bloqueo como un paradigma "de políticas obsoletas que no tiene lugar en la actualidad".
"Los perjuicios son enormes y afectan sectores cruciales de la economía, así como la salud pública, la agricultura", agregó el Movimiento de Países No Alineados (Mnoal).
La Comunidad Africana calificó de imposible que ese continente "y muchas áreas del mundo permanezcan en silencio mientras Cuba ha estado sufriendo".
El embajador permanente alterno de Venezuela ante la ONU, Julio Escalona, describió el bloqueo como una "expresión de barbarie política en pleno siglo XXI".
"El bloqueo retrotrae las relaciones internacionales al predominio de la ley del más fuerte ", afirmó el diplomático venezolano, tras destacar que "el pueblo cubano ha superado estoica y heroicamente esta injusta práctica".
Escalona celebró que, a pesar de los efectos del bloqueo, La Habana "continúa llevando adelante una política de solidaridad, inclusive más allá de sus fronteras".
"Voceros imperialistas sostienen que Cuba representa una amenaza para la región, una mentira del tamaño del cielo. Para Venezuela, América Latina, el Caribe y el mundo, Cuba ha sido por el contrario, un factor de apoyo y esperanza por la cooperación solidaria que practica en materia de salud, medicina, educación y deportes", aseveró.
(Fuente: AVN)
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