Por: Henry J. Vásquez Salaya | Martes, 19/02/2013 10:56 AM |
Dos y treinta de la mañana, alguien toca mi puerta, me levanto exaltado, ¡es Dios!, me trae el mejor regalo, me trae un aliento de Esperanza hecho vida, hecho canción, hecho sonrisa de niño; me trae un amigo, un amigo que es fiel, justo, sincero, familiar, que está en las malas y en las buena. Un gran hombre que es amigo del sonar de las olas, del verdor de la sabana, del cuatro, de la bandola, del arpa, del tambor, amigo del trinar de aves, de la espuma del rio, del sol de la mañana, del café recién colado, de las manos amasando arepas, del aromático mastranto, del galopar de un corcel indomable.
Es el hombre de las vicisitudes, el que lucha contra las sombras, el que edifica sobre bases solidas, el que tiende la mano al pobre, al rico, al niño, al anciano, al campesino, al pescador. Es el hombre que lanza las redes para pescar y compartir con el hermano, es él quien siembra el suelo fértil de Independencia, de lucha, de libertad, de sueños, siendo sus sueños los sueños del Pueblo, son sus sueños el beso de la madre, la bendición de la abuela, la coronación sagrada de la felicidad; solo él amolda lo que todos creían imposible de dar forma, solo él abraza el ocaso y lo detiene para que el sol siga alumbrando el camino de la Patria, solo él apaga la llama al traidor, al inmoral, al apátrida, al inhumano, al canalla.
Nuestras oraciones llegaron a las manos de Dios, nuestros cantos de esperanza volaron con alas de nubes, nuestro amor se desbordó a cantaros inundando de cariño el mar por donde navega el velero de nuestra emancipación, de nuestros símbolos, abrazados al corazón inmortal de nuestro Padre Libertador, de la espada que nos abre caminos, de las batallas que nos libran del letargo, del espíritu guerrero que hay en cada uno de los que creemos en una Revolución, en un Ideal, en una Lucha, en una Verdad, en el Amor, en la Libertad, en la Soberanía de los Pueblos, en la Lucha del Hombre por el Hombre, en la Independencia.
Ese hombre que se hizo arcoíris, que se hizo lluvia mañanera y nos baño de amor, para volver a su Patria a seguir batallando, abrazado a nuestras banderas de lucha, a nuestro fusil de oraciones; ese hombre, ese soldado, ese maestro, ese soñador, ese visionario, ese justo, ese luchador, ese Padre, ese hermano, ese hijo, ese hombre, es el amigo del Pueblo, es nuestro Padre, es nuestro hermano, lo digo con Orgullo: “ese Hombre es mi Amigo”, “MI AMIGO HUGO”.
Dios te bendiga Comandante y te llene de mucha vida, la batalla apenas comienza, que suene la Diana, que redoblen los tambores, hasta la Victoria Siempre. Vivirás y Vencerás.
Capitán de Altura de la Marina Mercante Nacional
Licenciado en Ciencias y Artes Náuticas
Piloto Oficial Río Orinoco, Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA)
Twitter: @henryjavier16
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