América Latina ha estado más atento a lo que sucede en nuestras países, con una visión endógena e inmensamente más autónoma, soberana y menos vinculada a las directrices intervencionistas”.
Los candidatos estadounidenses con opción de ser presidentes de este país, están recorriendo los estados donde mantienen posibilidad de llevarse los “votos delegados” en una carrera que cada uno ha emprendido para rasguñar las últimas voluntades del sufragio y así llegar a la Casa Blanca.
Y es que tenemos que recordar que la presidencia en los Estados Unidos se logra con un blindado formato de elección de segundo grado, vigente desde 1787, donde el ciudadano elige la opción de su preferencia, pudiendo enviar su voto hasta por servicio de correo postal y anticipadamente. Pero esa opción en el voto, no son los candidatos precisamente, en este caso Obama y Romney, sino los “delegados” o “electores” de cada estado que, a su vez terminan representando una opción favorable a los republicanos o demócratas, y que previamente han manifestado una preferencia por uno u otro candidato.
El candidato que obtenga la mayor cantidad de votos de los ciudadanos y ciudadanas se lleva la totalidad de los electores dispuestos para ese estado. Para llegar a ser presidente de Estados Unidos hacen falta 270 votos “delegados” de los 538 disponibles. De haber un empate, la cámara de representantes del Congreso decidirá quién se encargará de ocupar la Casa Blanca.
En realidad existen otros candidatos, pero el sistema bipartidista de este país impide que otras opciones puedan suponer una verdadera alternativa que rompa definitivamente con este “Pacto” (como el de Punto Fijo) entre dos monstruos del sistema político estadounidense, el Partido Republicano y el Demócrata. La historia anuncia que entre demócratas y republicanos se han pagado y dado el vuelto, bloqueando así otras opciones en las demandas por una transformación. El sistema, compuesto de esta forma, los protege.
Por ello, el bipartidismo necesita de este régimen de elección de segundo grado, ya que es más fácil controlar y cooptar a 538 delegados, representantes cada uno de facciones y grupos políticos en este estructura corporativista, que a más de 300 millones de personas.
“Mayoría de votos populares no te dan la presidencia gringa” o “voto delegado mata voto popular”, pudiera decirse como tristes refranes, ya que en 17 ocasiones en la historia de las elecciones presidenciales de ese país el ganador no obtuvo la mayoría de los votos ciudadanos pero sí la mayoría de los votos “delegados”.
El último caso fue la elección de 2000 cuando el tristemente recordado ranchero texano, George W. Bush, fue dudosamente declarado victorioso al adjudicársele los 29 votos del estado de Florida, para llegar a los 270 votos “delegados” necesarios.
Pero volviendo a estas elecciones, el voto latino representará, una vez más, un nicho muy influyente en esta contienda. Casi 13 millones de esta comunidad podrán votar en estas elecciones. A esta hora de hoy lunes, el 20 % de los latinos ha votado en este formato anticipado, donde el 73 % de ellos lo ha hecho por Obama. Cuestión que se explica por la agresiva y fascista postura republicana en relación a la condición de inmigrantes que tienen millones de seres humanos en ese país.
Pero para quienes se encuentran en nuestras tierras, la elección en este país pareciera tener un menor interés que en otros escenarios del pasado. Definitivamente América Latina ha estado más atento a lo que sucede en nuestras países, con una visión endógena e inmensamente más autónoma, soberana y menos vinculada a las directrices intervencionistas del país que nos ha considerado el “patio trasero”.
Eva Golinger lo ha expresado con sus palabras, al declarar en una entrevista publicada en la página Cubasí “realmente no creo que los resultados electorales en Estados Unidos vayan a impactar mucho a América Latina. Washington ha perdido influencia y relevancia en la región. América Latina no es una prioridad para el gobierno estadounidense. Tal vez Romney buscaría más oportunidades económicas en la región, pero no creo que sea algo de impacto”.
Por su parte, el investigador norteamericano, James Petras, ha comentado, en una entrevista publicada en la página contrainjerencia.com que “ninguno de los dos candidatos tiene una visión alternativa de lo que está pasando ahora (en América Latina), donde Washington está cada vez más marginado de los mercados existentes, no tiene formas de buscar mejorar su participación entre las finanzas de la región como con el Fondo Monetario; han perdido influencias por las reservas económicas que hay en América Latina en el acceso a los mercados comerciales, Estados Unidos no tiene golpistas actualmente en condiciones de tomar el poder, faltando accesos económicos, perdiendo influencia económica, sin una presencia entre los sectores militares actuales”, sostuvo.
El Washington Post y ABC News han asomado que estas elecciones estarán cabeza a cabeza, en una edición más de este sistema electoral de segundo grado y bipartidista. El empate se ubicaría, según este diario, entre el 46 % y el 48 % en ambas partes. Los hombres prefieren a Romney, el mormón republicano, mientras las mujeres a Obama, el afrodescendiente demócrata. También los rotativos indicaron que, a pesar del empate en términos de voto popular o quizá de la ventaja de este a favor de Romney; en esta oportunidad los colegios electorales pudieran favorecer a los demócratas, lo que le otorga una mayor posibilidad de triunfo a Obama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios