La ley vigente, que data de la administración de George W. Bush, expirará en 12 días y consiste en recortar los impuestos a los más ostentosos millonarios gringos.
Que republicanos y demócratas no se pongan de acuerdo en cuanto a un plan que intente avizorar un panorama menos dramático sobre el déficit fiscal de Estados Unidos hace más concreta la posibilidad de que la recesión en este país se convierta en una realidad muy cercana.El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, informó que ni siquiera se llevará a votación en este recinto este “Plan B”, dado que políticamente es inviable por la falta de consenso. Boehner expresó al respecto que "la Cámara no votó hoy las medidas impositivas, debido a que no había suficiente apoyo entre sus miembros para aprobarla", refiriéndose a las divisiones internas de su propio partido.
Igualmente, aunque se llevara a “la señal de costumbre” y fuese aprobada, el presidente estadounidense, Barack Obama, vetaría esta ley en el Senado, donde los demócratas tienen mayoría.
La ley vigente, que data de la administración de George W. Bush, expirará en 12 días. Consiste en recortar los impuestos a los más ostentosos millonarios gringos. Boehner proponía, para aliviar el sombrío panorama actual, un alza impositiva para la franja de contribuyentes cuyos ingresos superen el millón de dólares. Sin embargo, en el propio seno más conservador del partido de los halcones, esta iniciativa ha tenido un rechazo sustancial.
Para evitar un fortísimo plan de ajuste, basado en recortes automáticos y alzas de impuestos, demócratas y republicanos deberán afinar aún más las negociaciones para lograr un acuerdo y así evitar dar un paso más hacia el abismo fiscal en este país, que se acerca a una recesión económica. La especulativa, emocional y volátil bolsa estadounidense sufrió una caída del 3,2%, apenas se conoció el fracaso de las negociaciones. Las bolsas de Europa y Asia también se vieron afectadas con cierres negativos.
Los demócratas intentan bajar mucho más el umbral para aumentar los impuestos, hasta llevarlo por lo menos a 400.000 dólares anuales de ingreso per cápita. Propuesta que los republicanos rechazan categóricamente.
Del lado demócrata, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, expresó que la propuesta de Boehner para aprobar el proyecto en la Cámara de Representantes es un acto inútil, ya que en estos momentos el país no puede "darse ese lujo". Agregó que "la primera prioridad del presidente es asegurar que no suban los impuestos del 98% de los estadounidenses y del 97% de los pequeños empresarios en unos pocos días".
Según Carney, el presidente Obama "trabajará con el Congreso para lograr esto y esperamos que se alcance una solución bipartidaria rápidamente, que proteja a la clase media y a nuestra economía".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios