"Distribuyen las culpas "equitativamente" entre una dirigencia incapaz y una militancia manganzona e inconsciente, pero no toman para sí ni siquiera un tantico así de responsabilidad. ¡Qué fácil!".
La derrota de los medios rabiososPor: Clodovaldo Hernández
Los medios antichavistas rabiosos de difusión masiva deberían reconocer como suyas las derrotas de la MUD. ¿O es que acaso no lo son?
Estos medios (y en este concepto deben incluirse dueños, directivos, jefes y caporales de las redacciones, articulistas, analistas, caricaturistas, figuras-ancla y hasta muchos periodistas rasos) trabajan desde una posición muy cómoda. Durante las campañas se restean con las estrategias de la Mesa de la Unidad e, incluso, muchas veces le dictan pautas a ese artefacto político. Luego, cuando se producen resultados catastróficos, actúan como si nunca hubiesen roto un plato. Distribuyen las culpas "equitativamente" entre una dirigencia incapaz y una militancia manganzona e inconsciente, pero no toman para sí ni siquiera un tantico así de responsabilidad. ¡Qué fácil!
Leemos esos medios en tiempos previos a las elecciones y sabemos de que son la infantería de un ejército. Van en vanguardia construyendo trincheras de opinión, glorificando nulidades engreídas, creando expectativas electorales absurdas, ridiculizando cualquier interpretación no entubada, legitimando crueldades. Pero cuando el rival los aplasta, nunca vemos un titular que diga: "Perdimos" o "Nos dieron una revolcada", así, en primera persona del plural, como correspondería dignamente a quien ha sido parte beligerante en una guerra. Nada de eso, los componentes de la muy bien artillada maquinaria mediática contrarrevolucionaria se repliegan a su dudosa condición de prensa independiente y si han visto a los tontos de la MUD, no se acuerdan.
Un ejemplo: cierto miembro grado 33 de la Alianza de Articulistas Antichavistas (la venerable Triple A) critica a la Mesa por prometer triunfos a sabiendas de que eran muy difíciles de obtener. Y un lector podría preguntar: ¿quién carrizo ayudó a esos dirigentes a crear tales ilusiones? ¿No son opinadores como él corresponsables de que la militancia opositora -que les tiene fe- sufra tan duros desengaños?
El analista también cuestiona a quienes se niegan a asimilar el hecho de que la mayoría desposeída ama al presidente Chávez. Pero, resulta ser que él mismo lleva años tratando de convencer a su público cautivo de lo contrario. Es significativo que haya cambiado de opinión, pero lo mínimo que debería hacer es poner una nota a pie de página, algo así como: "Ah, por cierto, yo también me he pasado 14 años diciendo ese tipo de cosas, pero estaba equivocado, dispénsenme por las molestias que les he causado".
En descargo de los medios rabiosos, es natural que cada oveja vaya con su pareja, y a una oposición que nunca carga con sus responsabilidades le cuadra perfecto un aparato mediático que tampoco asume sus barrancos. Tal para cual.
(clodoher@yahoo.com)
(El Universal)
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