también se promulgó la ley sobre el presupuesto del Pentágono para el 2013, que ahora cuenta con recursos para endurecer las sanciones económicas a Irán y mantener la guerra en Afganistán.
La noche del miércoles 2 de enero fue promulgada por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, mientras se encontraba de vacaciones en Hawai, la Ley sobre el compromiso presupuestario que permite no caer, a corto plazo, en el anunciado “abismo fiscal”, que amenaza con una debacle de la economía imperial.La ley contempla el aumento de los impuestos a los hogares con ingresos superiores a los 450.000 dólares por año, y retrasa por un lapso de dos meses el asunto de los recortes presupuestarios, según una nota reseñada por AFP.
La información publicada afirma que un alto representante de la Casa Blanca, no identificado, anunció que el texto de la ley fue recibido la tarde del miércoles: "Se entregó una copia al presidente para que la releyera. Enseguida promulgó el texto mediante la técnica del bolígrafo automático' ('autopen') a la que ya recurrió en otras ocasiones”.
La ley aprobada con 257 votos a favor y 167 en contra en la Cámara de Representantes, en los mismos términos que ya lo había hecho el Senado 24 horas antes, evitó, a última hora, caer en el "abismo fiscal", aunque sea un paño caliente, porque sólo retrasa en dos meses los recortes presupuestarios automáticos, situación que permite prever nuevos enfrentamientos entre los demócratas, al frente del Gobierno, y los republicanos, que cuentan con la mayoría en la Cámara de Representantes.
La aprobación del instrumento legal permite, al menos por el momento, no aplicar medidas de incremento de los impuestos a casi todos los contribuyentes ni importantes recortes en los gastos del Gobierno, principalmente en materia de defensa.
Paradójicamente este jueves también se promulgó la ley sobre el presupuesto del Pentágono para el 2013, que establece un aumento de 633.000 millones de dólares, que serán utilizados para cubrir los gastos habituales del Ejército. Además, se han endurecido las sanciones económicas a Irán, se mantiene la guerra en Afganistán y se han incrementado las medidas de seguridad de las representaciones diplomáticas de los Estados Unidos a lo largo y ancho del mundo.
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