Aunque el presidente de facto presentó estos argumentos, ni el Mercosur y la Unasur impulsaron acciones de injerencia contra el país, sino que se basaron en sus estatutos para tomar las decisiones correspondientes
El presidente de facto de Paraguay, Federico Franco, atacó este jueves a los países miembros del Mercado Común del Sur (Mercosur) y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), durante su discurso pronunciado en la 67 Asamblea General de Naciones Unidas que se lleva a cabo en Nueva York, Estados Unidos.
El mandatario, que asumió luego del golpe parlamentario que destituyó a Fernando Lugo en junio pasado, acusó a los bloques regionales de intentar “erigirse como tutores” de su país, reseñó la agencia Efe.
Mercosur y Unasur suspendieron a Paraguay tras el irregular juicio político contra el presidente Lugo, porque argumentaron que en la nación suramericana se había violado la institucionalidad y el derecho a la defensa del mandatario derrocado.
Franco argumentó que Paraguay “se encuentra en una difícil situación internacional creada por sus vecinos” y señaló que los organismos regionales dejaron de lado “el principio de no intervención consagrado en nuestra carta de las Naciones Unidas”.
Aunque el presidente de facto presentó estos argumentos, ni el Mercosur y la Unasur impulsaron acciones de injerencia contra el país, sino que se basaron en sus estatutos para tomar las decisiones correspondientes.
Pese al golpe parlamentario contra Lugo, Franco expresó que en Paraguay “seguiremos construyendo nuestra democracia de acuerdo con la voluntad del pueblo”.
El mandatario paraguayo también remarcó que su gobierno tiene el “importante compromiso” de “garantizar que las elecciones” de abril de 2013 para “sean pacíficas, transparentes y ejemplares”.
El Ejecutivo paraguayo “se enorgullece de una sociedad que no tiene ni un preso político, garantiza la más plena libertad pública”, señaló Franco.
En la actualidad, los conflictos sociales en Paraguay se han recrudecido, principalmente por las protestas de los empleados públicos, que denunciaron despidos políticos de las instituciones estatales, y de los movimiento campesinos, que en reiteradas ocasiones fueron desalojados de forma violenta durante tomas de tierras.
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