“Mientras el liderazgo visible de la oposición siga anclado en el pasado, acicateado por el interés de congraciarse con la ultraderecha, será difícil reivindicar el diálogo como expresión civilizada".
En su columna El Espejo, publicada este lunes e intitulada "De espaldas al país", el periodista José Vicente Rangel escribe que “es difícil entender a una oposición de espaldas al país”, que lanza ataques insólitos contra el Consejo Nacional Electoral (CNE), a pesar de que éste tiene 80% de apoyo según las encuestas; que arremete contra la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb); y que busca “acuñar la matriz de que Venezuela es una dictadura”.
“Semejante tónica afecta la posibilidad de realizar un diálogo creativo y democrático para tratar los grandes temas nacionales. Esa actitud se manifiesta permanentemente, y crea sospechas sobre el propósito que inspira. Distorsiona el objetivo de recomponer la relación gobierno-oposición, entre el chavismo y los sectores que la adversan. Crea una especie de campo minado que promueve enfrentamientos. En tales condiciones no puede haber diálogo ni debates serios. Sólo son factibles, como lo demuestran los acontecimientos, sucesivos fracasos y exacerbación de los ánimos”.
Luego Rangel enumera dos ejemplos de cómo la dirigencia opositora pretende convertir las iniciativas de diálogo del Gobierno en una trampa. “Con motivo de su relección, Chávez abordó el delicado tema de las personas presas en el país, sometidas a procesos judiciales, o las que están en el exterior con causas pendientes. El tema es complejo, hay que asumirlo sin politiquería. El Gobierno acaba de hacer honor a la oferta del Jefe de Estado al desbloquear el camino a posibles soluciones, pero ya surgen voces agoreras con el velado propósito de afectar la iniciativa”.
Otro ejemplo: “Sobre el proceso constituyente abierto por el Psuv: la propuesta no implica una nueva Constitución. La calificación que se le dio obedece a que en Venezuela la etapa que se inició en el año 99 se proyecta en el tiempo porque está basada en la concepción del poder constituyente y la participación popular (…) El material proveniente de la actual consulta, no excluyente, servirá para enriquecer el Plan que Chávez expondrá ante la AN el próximo 10 de enero, cuando tome posesión del cargo. ¿Algo más democrático en materia de diálogo, de debate, que este mecanismo? ¡Imposible!
Y culmina el columnista: “Mientras el liderazgo visible de la oposición siga anclado en el pasado, acicateado por el interés de congraciarse con la ultraderecha; sin renunciar a los mitos letales de abril de 2002, y apostando en cada episodio a la salida de Chávez de Miraflores, será difícil reivindicar el diálogo como expresión civilizada (…) Que los reductos que se aferran a posiciones antidemocráticas, irracionales, pierden espacio día tras día”.
A continuación, la columna completa:
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