jueves, 27 de diciembre de 2012

¡Calma y cordura opositor!

Hoy leo con perplejidad que Antonio Ledezma y Henrique Capriles, entre otros, “se reunirán con Andrés Velásquez en el estado Bolívar para brindarle apoyo en sus intenciones de reclamar por los resultados electorales del pasado domingo”.

Con 172 mil 301 votos (46,43%), el Consejo Nacional Electoral (CNE) le adjudicó la gobernación del estado Bolívar a Francisco Rangel Gómez. Su más cercano contendor, Andrés Velásquez, obtuvo 162 mil 827 votos (43,88%), pero el aspirante de la MUD asegura que es el vencedor.


9 mil 474 votos fue la diferencia entre ambos candidatos. Fue una victoria cerrada, pero victoria al fin del candidato socialista.


¿Qué es lo que pretende la oposición? Reclamar a lo Jalisco la gobernación del estado Bolívar montando un show mediático. Si no están de acuerdo con los resultados, el CNE dispone de suficientes mecanismos para verificar la impugnación, pero ese proceso no evita la proclamación de Rangel como gobernador.

De alguna manera la oposición desea reinstalar la matriz del fraude electoral y a partir del estado Bolívar, recuperar espacios de opinión perdidos entre su misma gente para instalar en la opinión pública que no es tal la pulcritud y la transparencia del sistema electoral venezolano.

Ya lo hicieron luego del 7-O cuando perdieron las presidenciales. Sin presentar ningún tipo de pruebas acusaron al CNE de permitir “triquiñuelas” y “ventajismo”.

El mapa rojo desató la furia opositora y ahora, obnubilados, buscan rescatar victorias donde no las hay. Esta vez Velásquez ratificó su vocación de perdedor.

Si la oposición aceptó participar y se sometió a las normas y condiciones legales establecidas, tuvo la obligación de tener testigos y participar en la verificación de la auditoría en caliente que se realiza sobre un 54% de las mesas electorales. Si tuvo lugar alguna manipulación de las variables de delitos electorales que conducen a torcer la voluntad del electorado y modificar los resultados, debe por tanto Andrés Velázquez presentar las inconsistencias numéricas y los errores cometidos, las cuales deben sustanciarse por la autoridad electoral.

Ejemplo lo tuvimos en el caso del estado Amazonas, en el año 2000 cuando el actual gobernador Liborio Guarulla presentó pruebas suficientes y se repitieron los comicios en las mesas donde se reclamó obteniendo la victoria. El CNE verificó, reconoció y rectificó sin espavientos. No entendemos por qué en esta ocasión pueda ocurrir lo contrario.

En Bolívar, las fuerzas revolucionarias se presentaron divididas y era previsible que el resultado fuera cerrado, por tanto, era imprescindible afinar el mecanismo de defensa del voto.

La calma es una virtud. Y ese es el llamado que hoy hacemos. La oposición venezolana no avanza porque no cree en las instituciones, se comporta con malcriadez y no termina de entender a la mayoría de los venezolanos que apostaron por el socialismo como senda política para la realización de sus sueños.
Pretender tomar como una oportunidad para incitar a la rebelión lo que aconteció en las elecciones del estado Bolívar, no es más que la reimposición de la matriz del conflicto que siempre han buscado y no han conseguido.


Rosa Espinoza

fuente http://redaccion.difundelaverdad.org.ve

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