sábado, 2 de marzo de 2013

Continuidad y renovación en la Revolución Cubana



Continuidad y renovación en la Revolución Cubana
Continuidad y renovación en la Revolución Cubana
 Cortesía de ViVe Web/Cubadebate
Este 24 de febrero de 2013, la llamada generación histórica hizo trascendente la misma fecha, con un paso que Raúl Castro – Presidente reelecto con el 100 por ciento de los votos del nuevo parlamento cubano
Cuba,
Pocas veces una fecha significó tanto. Exactamente 118 años después del reinicio de la Guerra Necesaria, la que organizó y condujo desde el Partido Revolucionario cubano, José Martí, uniendo a los veteranos y a los pinos nuevos, tras el objetivo no conseguido entonces de hacer libre e independiente a la nación, este 24 de febrero de 2013, la llamada generación histórica hizo trascendente la misma fecha, con un paso que Raúl Castro – Presidente reelecto con el 100 por ciento de los votos del nuevo parlamento cubano- calificó como “definitorio en la configuración de la dirección futura del país mediante la transferencia paulatina y ordenada a las nuevas generaciones de los principales cargos”.
Fue en una jornada marcada por hechos simbólicos y trascendentes y cargada de emociones, la primera cuando a las 9 y 58 de la mañana el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, hizo su entrada en la sala plenaria del Palacio de Convenciones, junto a Raúl, su hermano de sangre y de luchas. Diputados e invitados reverenciaron a la historia al ovacionarlos de pie durante varios minutos.
Tras la tradicional instalación de la Asamblea y el juramento de los 606 diputados presentes de los 612 elegidos, la Comisión de Candidaturas presentó la propuesta de nuevo presidente y de ratificación de la vicepresidenta y la secretaria.
Por primera vez en la historia legislativa cubana, un negro, un hombre cuyo primer oficio fue cortador de caña, que se hizo profesional de la Economía entre demandantes tareas revolucionarias, preside el máximo órgano del Estado y a su lado, coinciden dos mujeres en los cargos que completan la presidencia.
El primer acto del flamante presidente de la Asamblea, tras agradecer la confianza y convocar a los diputados a acompañarlo en el desafío de impulsar el cumplimiento de los lineamientos que marcan al rumbo de la nación, fue darle la palabra al diputado Fidel Castro.
En su discurso, tan breve como profundo, Fidel habló de “la escuela política más eficiente que ha tenido nunca un país”, esa que abrió sus puertas hace más de 50 años y de la que todos “hemos sido alumnos”. Recorrió en segundos la intensa historia de la Revolución y del mundo en los últimos decenios, elogió la vocación internacionalista del pueblo que con apenas 7 millones de habitantes al triunfo de 1959, ha llevado a más 800 000 personas a cumplir abnegadas misiones en todo el mundo y terminó complacido de “rendir tributo al que sembró en los jóvenes las primeras semillas del deber.”
EL MOMENTO DEL CAMBIO
Raúl lo dijo con su estilo directo y franco: “llegó el momento del cambio”. Y lo ilustró de la mejor manera posible, al contar en un intercambio con los diputados que al analizarse la necesidad de abrir paso a las nuevas generaciones en la dirección del país, José Ramón Machado Ventura puso a disposición su cargo como primer vicepresidente y él mismo propuso a Díaz Canel para ocuparlo.
De amistad y compañerismo basado en principios, habló el General de Ejército, refiriéndose a Machado y a Abelardo Colomé Ibarra (Furry), quien también renunció a la vicepresidencia que ocupó hasta esta fecha. Y con admiración y respeto de camaradas habló al resumir méritos más y menos conocidos de ambos, desde los días de combate en la clandestinidad y en la Sierra, pasando por actos fundacionales, de hospitales y otras obras sociales uno, de organismos de defensa y de misiones especiales el otro.
Al final, en su discurso de cierre de la histórica sesión, Raúl sintetizaría esencias y lecciones refiriéndose a ambos: “La actitud de Machado Ventura y Colomé Ibarra –dijo- no es casual ni debe sorprender a nadie, es una demostración concreta de su genuina fibra revolucionaria, en la que no hay cabida a la vanidad y el interés personal, ni mucho menos el aferramiento a cargo alguno. Esa es la esencia de la generación fundadora de esta Revolución. Así actuó Fidel hace cinco años, dando un ejemplo enaltecedor. Así confiamos que también sean las nuevas generaciones”.
Más del 60 por ciento de la Asamblea está compuesto por las generaciones que nacieron después de 1959. Y no es un dato menor que un hombre que nacería un año después del triunfo de la Revolución sea el nuevo Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros. Pero no por mérito generacional se le ha elegido. Raúl fue claro al advertir que Díaz Canel “no es un advenedizo ni un improvisado” y citar su trayectoria de casi 30 años de servicio revolucionario desde la base.
Tampoco se debe al azar la confirmación de dos mujeres vicepresidentas y un líder obrero en ese cargo. La Revolución, que por siempre deberá seguir siendo “de los humildes, con los humildes y para los humildes” y que jamás permitirá que se soslaye al pueblo como fuente de soberanía, dio pasos trascendentes este domingo 24 de febrero, como sus padres fundadores hace 118 años, para seguir siendo ese hecho absolutamente radical, capaz de cambiar todo lo que deba ser cambiado…
Que también es preciso tomar en toda su trascendencia la decisión de Raúl de cerrar sus palabras con el concepto de Fidel sobre REVOLUCIÓN, una palabra que en sí misma es la historia nuestra. Seguramente por eso su invitación a todas las generaciones de patriotas y revolucionarios cubanos para que “esta magistral definición (nos) sirva para siempre de guía”.

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