¿Muerto el perro, se acabó la rabia? Los delirios neocoloniales norteamericanos tienen como presupuesto la alternancia entre demócratas y republicanos. A no hacerse ilusiones.
Los republicanos deberán sumar a la derrota de Mitt Romney la pérdida en el Congreso de dos bancas fieles a su política bélico-imperialista y difamatoria contra Cuba y Venezuela. Los candidatos Cornelius McGillicuddy alias “Connie Mack IV” y David Rivera fueron derrotados por sus pares demócratas en los comicios legislativos ¿Muerto el perro, se acabó la rabia? Los delirios neocoloniales norteamericanos tienen como presupuesto la alternancia entre demócratas y republicanos. A no hacerse ilusiones.
Ileana Ros-Lehtinen es la representante republicana que, desde el Congreso, lleva la voz cantante en los ataques contra países progresistas de América Latina. Connie Mack IV y David Rivera estaban llamados a ser sus aliados estratégicos en dicha tarea. Sus respectivas derrotas con Bill Nelson y Joe García se lo impideron.
¿Quiénes son estos personajes? Un breve recorrido por su historia.
Connie Mack IV es hijo del ex Senador Connie Mack III, autor de la Ley Torricelli que profundizó el bloqueo inhumano contra Cuba y sus 11 millones de habitantes. Entró a la Cámara de Representantes en 2005 y fue relegido por un margen microscópico en 2010.
Designado como Presidente de la subcomisión para el hemisferio occidental de la Cámara Baja, solicitó la inclusión de Venezuela en la “lista negra” de “patrocinadores del terrorismo”. El propósito era provocar sanciones y castigos económicos a un país que se negaba a someterse al dominio imperial.
En 2011, en una reunión de la ultraderecha norteamericana, sugirió expresamente atentar contra la vida del presidente venezolano Hugo Chavéz.
Además, se opuso a la existencia de la multiestatal informativa TeleSur por considerarla una “amenaza” para Estados Unidos. Durante 2011 apadrinó una “iniciativa” similar a “Radio Martí” pero versión venezolana: una estrategia comunicacional que propalaba la “falta de libertad de expresión” en Venezuela.
Por su parte, el cubano-americano David Rivera, fue nombrado por dos años consecutivos “el miembro más corrupto del Congreso”. En su haber cuentan 52 cargos criminales incluyendo lavado de dinero, vinculación con el crimen organizado y hurto mayor.
Junto a los senadores Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz Balart, fue el difamador por excelencia de la Revolución Bolivariana. Ros-Lehtinen, quién debe su primera elección al Congreso a una campaña de apoyo al difunto terrorista Orlando Bosch, preside el Fondo de defensa del terrorista Luis Posada Carriles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios