viernes, 9 de noviembre de 2012

(+RESPUESTA) A LOS PUERTORRIQUEÑOS SE LES PREGUNTÓ SI QUERÍAN SEGUIR SIENDO COLONIA


Cancel Miranda: “Dicen que hasta pueden vendernos o canjearnos a cualquier país del mundo sin permiso nuestro, como si se tratara de una propiedad”.


"Si aceptamos que estamos colonizados e invadidos, destruir al enemigo es salvar la Patria" 

Filiberto Ojeda Ríos (1933-2005)
Luchador independentista boricua 
Asesinado por el FBI en 2005

El martes pasado, los boricuas se manifestaron en un plebiscito no vinculante y con una erosionada legitimidad, que, sin embargo, arrojó resultados complejos en sus implicancias. En esta jornada también se eligió el nuevo “Gobernador” de esa nación en condición actual de Estado Libre Asociado de EEUU.

En estas elecciones, Alejandro García Padilla, del Partido Popular Democrático (PDD), salió elegido con un 48% de los votos, en una cerrada victoria con el candidato del Partido Nuevo Progresista y actual gobernador, Luis Fortuño, que obtuvo el 47%.

El plebiscito en cuestión planteaba dos preguntas. La primera señalaba: "¿Está de acuerdo con mantener la condición política territorial actual?". A esta pregunta, contestó que “No” el 53,62% de los que decidieron participar en él.

A los que respondieron con este “No”, se proponía una segunda pregunta: “Conteste cuál de las siguientes opciones no territoriales usted prefiere: Estadidad, Independencia, Estado Libre Asociado Soberano”. El 63, 32% de los puertorriqueños que votaron que “No” en la inicial pregunta se manifestaron a favor de cambiar de estatus para convertirse en el estado 51 de los Estados Unidos; mientras que el 32,71% votó a favor del Estado Libre Asociado Soberano, y el 5,2% defendió la independencia de su país.

Hubo un 50% aproximadamente de abstención, es decir, sólo 1,2 puertorriqueños acudieron al llamado al voto, en una clara situación colonial.

El partido de Fortuño abanderaba el sueño colonial de ser el estado 51. El PDD de García Padilla abogaba por quedarse en la situación actual, aunque con reclamos de mayor autonomía. 

Los hermanos y hermanas boricuas son (o Washington intenta hacerles creer) ciudadanos y ciudadanas estadounidenses desde 1917, sin embargo, no pueden votar en las elecciones presidenciales en su condición de puertorriqueños si viven en su isla. Una especie de arquitectura colonial que niega y rebaja las raíces, costumbres y el sentir del pueblo boricua por su tierra. Por ello, el boricua que viva en su isla no puede votar, sólo los que residan en el “sagrado” territorio continental estadounidense.

Tampoco el pueblo de Puerto Rico tiene derecho a tener una representación en un Congreso que aprueba leyes que le afectan como país. Por ello, para varias voces independentistas, esta presencia implicaría legitimar una condición de coloniaje.

Si se toman en cuenta los votos en blanco, el porcentaje que defendía la estadidad obtuvo el 46%; el del Estado Libre Asociado Soberano alcanzó el 24.5%, y el de la independencia logró el 4%. El porcentaje de votos con la segunda pregunta en blanco representó el 26.31% de los votos, de acuerdo a los resultados preliminares ofrecidos por la Comisión Estatal de Elecciones (CEE). En este sentido, este 46% de la estadidad es muy similar a cifras referentes a anteriores consultas (46.3% en 1993, 46.5% en 1998). 

Con estos resultados, Washington buscará seguramente proyectar legitimidad sobre la situación actual de Puerto Rico en los medios de comunicación de masas, en lo institucional y en el plano discursivo. Ya que este país se halla en una difícil situación económica: el desempleo alcanza el 14% y el ingreso per cápita es más bajo que el del estado más pobre de EEUU, el afro y olvidado Mississippi.

El líder nacionalista puertorriqueño, Rafael Cancel Miranda, manifestó: “Es un engaño más a mi pueblo, un entretenimiento. Los yanquis saben que no tienen que pedir permiso para irse (de Puerto Rico), ellos no pidieron permiso para invadirnos el 25 de julio de 1898 (…). Ese plebiscito no va a resolver absolutamente nada”. Contundentes declaraciones de quien estuvo 27 años preso en cárceles estadounidenses por su lucha incansable para liberar a su pueblo.

Recalcó, en una entrevista concedida a Telesur, que el derecho de los pueblos no se somete a votación y el derecho que tienen los boricuas a ser libres “se respeta, no es cuestión de números. Así que esto es una entretención más”. Y agregó que quien manda en ese territorio es el Gobierno estadounidense “en todas las facetas de nuestra vida”.

“Dicen que hasta pueden vendernos o canjearnos a cualquier país del mundo sin permiso nuestro, como si se tratara de una propiedad. Ellos todavía viven bajo la doctrina de Monroe ‘América para los Americanos’, americanos queriendo decir ellos y que nosotros les pertenecemos”, sostuvo.

Cancel también afirmó que en Puerto Rico hay una estructura de manipulación hacia el pueblo, cuyo objetivo es el síndrome de la dependencia. “Puerto Rico es un país secuestrado por el poder norteamericano”, sentenció Cancel.

Los hilos de este plebiscito, el cual ha tenido otras ediciones, se mueven en clave imperial, pues ni siquiera se han tomado en cuenta las demandas por reformas dentro del ámbito colonial del Estado Libre Asociado.

El Gobierno estadounidense asume a Puerto Rico como ontológicamente ausente del derecho de todos los pueblos de ser independientes y soberanos. Los gringos hablan de ”libertad” e “igualdad”, pero rehúsan otorgarle la independencia a un pueblo con una diferenciada nacionalidad histórica, social, geográfica y cultural. No por casualidad se refieren a “the people of Puerto Rico” y no “the People of U.S.A”. 

En el contexto geopolítico, el halcón de Washington seguramente tendrá razones para endurecer sus garras en la isla borincana, ya que el giro emancipatorio hacia la izquierda que asumió el mapa latinoamericano actualmente con proyectos concretos de unión e integración hace que los yanquis descarten la posibilidad de abrir la ventana de la jaula y dejar en vuelo libre a la isla hacia su autodeterminación. 

El articulista de Rebelión, Salvador Tió, manifestó el desafío que les toca a los boricuas que sueñan con la independencia de su país, al expresar que “sólo con un frente amplio de independentistas y autonomistas lograremos mayoría; pero sólo con un fortalecimiento cuantitativo y cualitativo del independentismo organizado y unido seremos capaces de derrotar las pretensiones hegemónicas de los Estados Unidos en Puerto Rico y la región. Un movimiento independentista unido detrás de un proyecto real para construir otro país es el vehículo esencial para lograr nuestra libertad”. 

Hace 12 años, luego de décadas de honrosa lucha, la Marina de Guerra de los EEUU se retiró de las bases de Ceiba y Vieques. También se desmanteló la de “Roosevelt Roads”, que, hasta ese momento, era base principal del imperio en toda el Caribe. Otras conquistas despejarán el sendero. Los procesos seguirán transitando, sin detenerse; el camino se seguirá andando para los que incansablemente siguen sumando dignidades por el proyecto de una verdadera y definitiva independencia. Esta independencia no se negocia. La soberanía y la descolonización no se plebiscitan.

"No somos pequeños, es que estamos de rodillas"

Pedro Albizu Campos (1891-1965).
Luchador independentista boricua.
Asesinado por los EEUU al ser usado en la prisión como experimento en radiaciones humanas.

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