Romney felicitó a Obama por teléfono. “Estas elecciones se acabaron, pero nuestros principios perduran”, declaró el ex candidato republicano ante sus seguidores.
El candidato republicano Mitt Romney aceptó su derrota en las elecciones de Estados Unidos. Dijo que los estadounidenses ahora debían cerrar filas en torno del Mandatario. “Éste es un tiempo de grandes desafíos para Estados Unidos, y rezo para que el presidente tenga éxito al guiar a nuestra nación.”
Romney dijo: “No podemos permitirnos más bipartidismo. Los demócratas y los republicanos con responsabilidad de gobierno deben colaborar a todos los niveles y poner a las personas por delante”.
Después apuntó: “Estas elecciones se acabaron, pero nuestros principios perduran”.
El conservador de Detroit, había dicho que Obama era incapaz de enderezar la economía tambaleante del país. Visiblemente contrariado, el conservador aceptó la derrota. Quizá creyó que conquistaría a los votantes con su trayectoria como inversionista; no pensó que todo el mundo odia a los banqueros debido a la crisis económica.
Hace 200 años en una colonia
“Hoy, más de 200 años después de que una antigua colonia se ganara el derecho a decidir su propio destino, la tarea de perfeccionar nuestra unión sigue adelante.” Así, comenzó Barack Obama, su discurso de reelección, reaccionando sobre un tema tabú para los gobernantes de ese país.
Usar la expresión “antigua colonia”, sin duda, busca reivindicar a los millones de excluidos de EEUU, quienes, según Obama, “han reafirmado el espíritu que ha triunfado sobre la guerra y la depresión, el espíritu que ha levantado a este país desde la desesperación más profunda hasta las mayores esperanzas”.
“La familia americana” asciende o cae “como una misma nación y un mismo pueblo”. Una vez más, se adjudica la nacionalidad americana sólo a los estadounidenses, como si fuese el único país del continente. Además busca corresponsabilizar al pueblo de lo bueno y lo malo de su gobierno.
“El pueblo estadounidense nos ha recordado que, aunque nuestro camino ha sido duro, aunque nuestro recorrido ha sido largo, nos hemos levantado, hemos recuperado nuestro rumbo, y sabemos, desde el fondo de nuestros corazones, que, para los Estados Unidos de América, lo mejor está por llegar”, una optimista declaración en tiempos de crisis y gran necesidad.
“Acabo de hablar con el gobernador Romney y lo felicité por una campaña muy disputada”, declaró Obama. “En las próximas semanas, aspiro a reunirme con el gobernador Romney con el fin de hablar de lo que podemos hacer juntos para impulsar el país hacia adelante”, manifestó presentándose conciliador con los republicanos.
Democracia caótica
“En un país de 300 millones, la democracia puede ser ruidosa, caótica, complicada. Tenemos opiniones distintas. Cada uno tiene sus propias convicciones. Y cuando atravesamos tiempos difíciles, cuando tomamos grandes decisiones como país, es inevitable que se agiten las pasiones y surjan controversias”, opinó Obama.
En una democracia meramente representativa e indirecta, Obama dijo que “el papel del ciudadano en nuestra democracia no acaba con el voto. Estados Unidos no se ha movido nunca en función de lo que otros pueden hacer por nosotros. Estados Unidos consiste en saber qué podemos hacer todos juntos, mediante una labor tan frustrante y difícil, pero necesaria, como es el autogobierno”.
“No podemos olvidar jamás que en estos instantes, mientras hablamos aquí, en países lejanos hay personas que están arriesgando sus vidas para tener la posibilidad de discutir sobre las cuestiones importantes, para tener la oportunidad de emitir su voto como hemos hecho hoy aquí.” Así, intentó aleccionar al mundo, dirigirlo hacia la visión que EEUU ha impuesto a balazos en Medio Oriente.
“Queremos que nuestros hijos vivan en un país que no esté acosado por la deuda, que no esté debilitado por las desigualdades, que no esté amenazado por la capacidad destructiva de un planeta que se calienta.” De este modo, aceptando algunas de las más graves debilidades de su gobierno.
“Reducir el déficit. Reformar nuestro código tributario. Arreglar nuestro sistema de inmigración. Liberarnos del petróleo extranjero.” Obama incluso presumió: “Nuestras universidades y nuestra cultura son la envidia del mundo entero”.
Una vez más, Obama se muestra defensivo al señalar: “Queremos transmitir un país seguro, respetado y admirado en todo el mundo, una nación defendida por el ejército más poderoso de la tierra y las mejores tropas que ha conocido el mundo. Pero también un país que avance con confianza más allá de esta época de guerra, para construir una paz basada en la promesa de libertad y dignidad para todos los seres humanos”. Ojalá la parte de la paz se cumpla pronto.
“Creemos en un Estados Unidos generoso, un Estados Unidos compasivo, un Estados Unidos tolerante, abierto a los sueños de una hija de inmigrantes que estudia en nuestras escuelas y jura fidelidad a nuestra bandera.” De esta manera, intentó agradecer el voto latino, que le dio un empujón irreversible a Obama, frente a Romney.
“El progreso, como ocurre desde hace más de dos siglos, es irregular. No siempre es una línea recta. No siempre es un camino llano.” Obama dijo que “esperanzas y sueños comunes no bastan” para salir de la paralización, aceptando la indefensión económica en la que se encuentra su país.
Hizo referencia a dueños de negocios que “prefieren recortar sus ganancias antes que despedir a sus vecinos, y a los trabajadores que prefieren trabajar menos horas antes que ver que un amigo pierde su empleo”, buscando empatía y disposición al sacrificio.
“Nuestra economía está recuperándose. Está llegando a su fin una década de guerra. La larga campaña ha terminado. Y, tanto si me han dado su voto como si no, los he escuchado, he aprendido cosas de ustedes y han hecho que sea mejor presidente.” Sí, tal como dijo el presidente Hugo Chávez en Venezuela al ser reelecto, Obama lo repitió. Quiere ser mejor presidente.
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