"En febrero de 2012, no entendieron que haber hecho unas primarias no le garantizaba a la oposición una victoria. En octubre de 2012, no entendieron por qué el pueblo prefirió a su líder, enfermo."
No volverán porque no entenderán
La expresión favorita de alguna gente es "no entiendo". Y no me refiero a misterios profundos como la Santísima Trinidad, sino a cuestiones muy terrenales, como la política. Algunos, por ejemplo, llevan 20 años sin entender lo que ha pasado. Y todo parece indicar que van a seguir así.
En 1992, no entendieron por qué el pueblo mostró tanta simpatía por unos golpistas, si lo que mandaba la norma democrática era condenarlos. En 1993, no entendieron por qué el doctor Caldera, surfeando en el tsunami de los rebeldes, conquistó un apoyo popular que casi siempre le había sido esquivo.
En 1998, no entendieron por qué el electorado se volcó mayoritariamente a favor del candidato del 4F, en vez de apoyar al último godo a caballo. En 1999, no entendieron por qué la mayoría respaldó la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, si los grandes juristas defensores del status quo habían advertido que estaba prohibido.
En abril de 2002, no entendieron por qué el gobierno de transición y unidad nacional en el que estaba implicada pura gente inteligente y estudiada, no duró ni 48 horas. A finales de 2002, no entendieron por qué una conspiración tan ingeniosa como la de la plaza Altamira, se convirtió en una versión mala (peor) de Aprieta y Gana. Tampoco entendieron por qué el pueblo resistió 60 días un paro que, según las mentes más brillantes de Pdvsa, noquearía a cualquier gobierno en una semana.
En 2004, no entendieron por qué el pueblo "con hambre y sin empleo", dijo "con Chávez me resteo" en el referendo revocatorio. En 2006, no entendieron cómo fue que el electorado reeligió al Arañero de Sabaneta, en lugar de preferir al brillante filósofo del Zulia. En 2007, no entendieron que el resultado del referendo constitucional no fue tanto una victoria opositora, sino un autogol revolucionario. En consecuencia, en 2009, no entendieron por qué el mismo pueblo que había rechazado la Reforma, aprobó la Enmienda Constitucional y abrió el camino a la reelección.
En febrero de 2012, no entendieron que haber hecho unas primarias no le garantizaba a la oposición una victoria. En octubre de 2012, no entendieron por qué el pueblo prefirió a su líder, enfermo y todo, en lugar de un flaquito sano y bendecido por la prensa.
Con una ristra así de cosas no entendidas, no es raro que no entiendan la angustia y la tristeza de la gran mayoría del pueblo, aquí y ahora. Y -podemos apostarlo- tampoco van a entender lo que les pasará en lo sucesivo (desde el domingo). Si no han entendido la claridad de un líder y de una idea, menos van a entender el enigma de un mito y una fuerza espiritual. La conocida consigna "no volverán", debería cambiarse por "no entenderán". Cuadra mejor.
clodoher@yahoo.com
(El Universal)
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