A juicio de Germán Campos, el 7-O podría marcar un punto de inflexión y permitir que ciertos sectores opositores se acerquen a la construcción del modelo alternativo de sociedad.
Entrevistado en el programa “José Vicente Hoy” trasmitido este domingo, el director de la encuestadora Consultores 30.11, Germán Campos, aseguró que “no es correcto trasladar mecánicamente los resultados del 7 de octubre al 16 de diciembre”. A su juicio, por tratarse de unas elecciones regionales, es necesario abandonar los análisis globales o en bloque.
Explicó que en las venideras elecciones estará en juego el modelo de país, igual que lo estuvo el 7-O, pero, como es lógico, en esta contienda también serán determinantes las gestiones y liderazgos regionales. “Los ciudadanos valorarán la gestión de los gobernadores (del chavismo y oposición) y eso será una variable que influya a la hora de votar”.
No obstante, dijo Campos, la nueva batalla electoral se dará en el mismo contexto de las presidenciales: el nacimiento de una nueva hegemonía y la asociación que hace la gente del socialismo con inclusión, solidaridad, justicia social, eficiencia, participación, cooperación, organización e igualdad de oportunidades.
Para el vocero de 30.11, “quizá el 7 de octubre marque un punto de inflexión o de deshielo, que permita que sectores adversos a Chávez comiencen a acercarse o aproximarse a la construcción del modelo alternativo de sociedad, sobre todo porque en ambos bandos hay matices y segmentaciones”.
Añadió que “evidentemente en la gran mayoría de los estados el resultado del 7 de octubre significará un arranque muy positivo para los candidatos del Psuv y sus aliados, por el espíritu de victoria”. Si además se da el deshielo y ciertos sectores de la oposición regionales comienzan a acercarse, el mapa podría colocarse muy rojo-rojito, que la gran mayoría de las gobernaciones las termine ganando el Partido Socialista Unido de Venezuela”.
Dijo estar seguro que “en los estados llaneros no habrá sorpresas, los ganadores serán los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela”.
Respecto a la abstención, dijo que ésta “será algo mayor a la del 7 de octubre, pero menor a las últimas elecciones regionales de 2008, sobre todo en zonas más disputadas”. Podría rondar los 2 millones y medio de electores, pronosticó y dijo que este factor también debe evaluarse no en términos gruesos o macro, sino según la realidad de cada entidad.
“Por ejemplo, en Miranda hay sectores que no ven con buenos ojos la candidatura opositora y es probable que se desmovilicen. Esa abstención perjudicará al propio candidato de la oposición. En Zulia, en cambio, la abstención podría perjudicar a Arias Cárdenas. En Táchira la situación podría ser similar a la de Miranda”.
Coincidió con otros analistas y encuestadores en que el 16-D “habrá 4 ó 5 grandes escenarios de batalla: Zulia, Carabobo, Lara, Miranda, Táchira”.
“Los intentos de la derecha por reducir la construcción de un modelo alternativo ha fracasado”.
Campos recordó que el presidente Hugo Chávez fue clave en la repolitización y recomposición de la institucionalidad y la visión de país más positiva que hoy caracterizan a Venezuela, producto del surgimiento de una nueva hegemonía. Se acabó esa disociación que existía entre la realización personal y el destino del país”.
"Chávez mantiene la propuesta de una recomposición de la sociedad venezolana, en el año 1999 se abren las compuertas a ese proceso de repolitización y comenzó a insinuarse la recomposición de la institucionalidad y la recomposición de una visión de país distinto a aquello que fue clave en los años 80 y 90".
Sin embargo, “hay una parte del país que no ha entendido que ocurre la construcción de una nueva identidad política y cultural, la recomposición de los valores, que le cuesta mucho ver más allá de su pequeño entorno, que menosprecia y minimiza el desarrollo de la conciencia de los venezolanos (…) Eso lo recoge el resultado electoral del pasado 7 de octubre”.
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