"Por ahora no hay que hacerse ilusiones de cambios positivos en sus relaciones con nuestros países, sobre todo por las presiones de fuerzas muy conservadoras y su dependencia del Partido Republicano".
EE.UU, América Latina y China
Por: Eleazar Díaz Rangel
Dos hechos importantes en el área internacional ocurrieron esta semana: la reelección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos, y la reunión del XVIII Congreso del Partido Comunista Chino (PCC), ambos de alguna manera relacionados con América Latina. ¿Se reforzarán los vínculos existentes?
Esta pregunta se planteó con motivo de la reelección a partir de la votación de los latinoamericanos y otras minorías, que parece haber sido decisiva para su triunfo. Fue la ocasión para que varios gobiernos de la región le pidieran mirar hacia el Sur. No obstante ello, algunos analistas consultados creen que no habrá mayores cambios respecto a América Latina, lo que podría interpretarse como si Washington seguirá valorando sus nexos con la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, que cada vez más se acerca a esas políticas, Colombia, Panamá y México), y que respecto al resto de la región conservará la visión y políticas de estos años. Por ejemplo, se ha denunciado que destinó un paquete de dólares en las próximas elecciones en Ecuador, y que debe estar cerca de las recientes movilizaciones opositoras contra la presidenta Fernández.
Habrá que esperar, como dijo el presidente Chávez, pues antes debe resolver problemas bélicos internacionales donde está directamente involucrado, y atender la crítica situación de la economía de ese país; y añadiríamos, corresponder a las exigencias de la inmigración latina. Como ven, por ahora no hay que hacerse ilusiones de cambios positivos en sus relaciones con nuestros países, sobre todo por las presiones de fuerzas muy conservadoras y su dependencia del Partido Republicano para la toma de algunas importantes decisiones que dependen del Senado.
¿Qué efectos podría tener esa política en los países de América Latina? "Solos" como quedarían, pueden contribuir a reforzar los procesos de integración y unidad, impulsar la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, que se reúne en enero en Chile; a Unasur, la Alba y otras instancias integracionistas.
Congreso chino
Por la creciente importancia de las relaciones de China con la mayoría de los países de la región, debe suponerse que el Congreso dará continuidad a esa área de su política exterior.
Este Congreso llama la atención porque precisamente, el presidente saliente Hu Jintao, en su discurso de apertura, hizo unos planteamientos que más parecían de quien está en campaña, pues demandó mayor democratización, más atención a los problemas de las población, y lucha contra la corrupción; si ésta sigue extendiéndose, dijo, “puede derrumbar al partido y al Estado”. Si sabemos que el PCC está en el poder desde 1949, que tiene 80 millones de miembros y que controlaba todo –hasta la llegada de las transnacionales– con “un socialismo de mercado a la china”, según Martine Bulard, jefe de Redacción de Le Monde Diplomatique, es de suponer que tales niveles de corrupción no crecen al margen de la estructura partidista y de gobierno.
Uno se pregunta cómo es que quien fue Presidente de China durante ocho años no pudo enfrentar y comenzar a resolver esas situaciones. ¿Acaso hubo tendencias internas que lo bloquearan? Como el secreto es norma del PCC, no es nada fácil encontrar respuestas.
En cuanto a las líneas de su desarrollo, que ha convertido a China en una potencia mundial y ya es la segunda economía del mundo, se supone que continuarán sin mayores cambios, y que mejorarán sus relaciones con América Latina, la política ausentista de Estados Unidos las ayudará a crecer.
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