viernes, 18 de enero de 2013

DOS MUERTOS MÁS POR TIROTEO EN UNIVERSIDAD GRINGA



Hace tan sólo un mes, un total de 26 personas murieron (20 de ellas niños y niñas), en una matanza ocurrida en una escuela primaria en Newtown, en el estado de Connecticut, al este de EE.UU.

Nuevamente un centro educativo estadounidense se viste de sangre y muerte, en un país donde las armas y las municiones se venden sin restricciones. Esta vez sucedió en una universidad; un total de dos personas muertas y una herida ha sido el saldo que dejó un tiroteo producido por un hombre con un arma semi-automática en las inmediaciones del estacionamiento de la Universidad Técnica de la comunidad de Hazard, en el estado de Kentucky, ubicado al centro-este de los EE.UU.

Los hechos acontecieron en las primeras horas de la noche de este martes, según ha manifestado la policía de ese estado en conferencia de prensa. Según declaraciones del portavoz del Servicio de Emergencias de Kentucky, Buddy Rogers, estos hechos han sido calificados como “incidente doméstico y ajeno al centro de estudios”, con la intención de que así se le reste importancia y cobertura mediática.

Lo que no es un incidente doméstico ni ajeno a este país es la cantidad escandalosa de muertos que han dejado las ya acostumbradas “masacres” en lugares públicos en EE.UU. (especialmente centros educativos). Estas masacres son facilitadas por el libre acceso a las armas de fuego que la industria armamentista pone a disposición de los ciudadanos y ciudadanas estadounidenses en armerías y tiendas; amparados por una anacrónica segunda enmienda aún vigente, que otorga potestad a cualquier persona para adquirir y portar armas de guerra para uso personal.

Hace tan sólo un mes, un total de 26 personas murieron (20 de ellas niños y niñas), en una matanza ocurrida en una escuela primaria en Newtown, en el estado de Connecticut, al este de EE.UU.
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