"Para la jauría no basta con la información que se suministra de acuerdo con la evolución del paciente. Porque el reclamo es para escandalizar". Quieren acabar con Chávez, asegura Marciano.
En su columna "Piedra de Tranca" publicada este martes e intitulada "El morbo insaciable", Marciano escribe que quienes se desesperan por información sobre el estado de salud del presidente Hugo Chávez y aseguran que ésta no es suficiente "son morbosos"."La jauría mediática pide más de lo que se puede informar sobre un personaje que, además de ser el Presidente de la República y uno de los líderes más importantes del mundo, no sólo de Latinoamérica, tiene familia. Tiene una madre, tiene un padre, tiene hermanos, tiene hijos, tiene nietos. Además, tiene amigos. Tiene millones de seguidores en la región y en el mundo. Personas que lo aman. Que siguen su situación con respeto. Que no quieren verlo expuesto a macabras exhibiciones. En nombre de la información, que de verdad no les interesa; que lo que buscan al reclamarla es la orgía, el amarillismo, para presionar y crear angustia en la colectividad. Los derechos a la privacidad nada significan para la jauría de columnistas, comentaristas, politólogos, dirigentes políticos, todos alienados. Con la baba podrida en los labios y las manos tensas para redactar la crónica estridente".
"Para la jauría no basta con la información que se suministra de acuerdo con la evolución del paciente. Porque el reclamo es para escandalizar. Nunca, ni ante un parte suscrito por miles de médicos y especialistas, lo que se diga será suficiente. Siempre habrá un rincón oculto, pero no en el paciente, ni en sus familiares y amigos ni en aquellos que lo atienden directamente, que despertará sospechas. Porque lo que se pretende no es conocer el estado real, verdadero, auténtico del paciente, sino especular si en realidad está muerto o en coma inducido, como especulan en la letrina de la red social y de la internet mediatizada".
"Lo que importa es trabajar con la incertidumbre por delante y estimular la versión sobre el secretismo. Porque es la mejor forma de acabar con él. La mezcla de una "piadosa consideración" sobre el estado del paciente, los votos formulados de los dientes para afuera por su recuperación, y los reclamos por mayor información, hasta del pijama que viste, las veces que orina o no, que come o no, que duerme o no, y así por el estilo, son parte del entramado de una miserable y deshumanizada visión de los enemigos que danzan en torno a él ligando el deceso, que por no producirse como lo desean ardientemente, los saca de quicio, los exaspera, y los convierte en bestias", concluye el columnista.
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