El caso de corrupción institucional es el más grave en los últimos años en España. La estrategia de “salida” a la crisis económica que planea la Unión Europea y los grupos mediáticos.
El día de ayer estalló el escándalo en el Palacio de La Moncloa. Es que los principales diarios de Madrid, El País y El Mundo, dieron a conocer un documento interno del Partido Popular (PP) conocido como “Los papeles de Bárcenas” en el que se evidencian cobros de sobresueldos por parte de Rajoy y otros altos mandos del partido.
El 18 de enero Rajoy exigió que la Auditoría General revisara los balances del partido y afirmó que “no le temblaría la mano” ante las irregularidades que podrían hallarse. Pero la ola fue demasiado grande y lo tapó a él y a los más altos funcionarios de Gobierno, incluyendo a José María Aznar –ex presidente de España-, Rodrigo Rato –ex titular del FMI-, Franciso Álvarez-Cascos, Javier Arenas, Ángel Acebes y Dolores de Cospedal, entre otros. Rajoy registra cobros en negro desde el año 1997 hasta el 2008, con cifras de 25.200 euros anuales.
A Bárcenas le encontraron cuentas en bancos de Suiza y Nueva York que llegan a los 26 millones de euros. Otro dato interesantes es que este hombre fue tesorero del partido entre los años 1990 y 2009 y es el principal implicado en el caso Gürtel. Este caso, de importante trascendencia, vinculaba a empresas de construcción y seguridad en el financiamiento del PP. Ahora, esta hipótesis se confirma con el recibimiento de cobros a mandatarios en calidad de “donaciones al partido”.
¿Una fisura en la clase dirigente española?
El nuevo escándalo de corrupción en el seno del partido gobernante de España llega en un momento de profundo desgaste político. Es que el país atraviesa una de las recesiones económicas más fuertes de su historia, con niveles de desempleo y pobreza en aumento. Recordemos que esta crisis comenzó con el agravamiento fiscal generado por la alianza entre bancos y empresas constructoras. España registró en las últimas décadas un boom inmobiliario que conllevó a la quiebra de entidades financieras y a una profunda crisis económica y social. En este contexto, el Gobierno encabezado por Rajoy optó por recetas neoliberales de salvataje a bancos y grandes empresas, financiados mediante subas de impuestos, ajustes salariales y eliminación de subsidios. De estas políticas, los bancos y las empresas privadas fueron los beneficiados, o mejor dicho, los protegidos de las políticas gubernamentales.
Desde el Pacto de La Moncloa en España existe un bipartidismo entre el PP y el Partido Socialista de España (PSOE), con un mecanismo de alternancia en el poder de dos fuerzas, pero que aplican las mismas recetas económicas y brindan pleitesía a la Unión Europea y las entidades de financiamiento internacional.
Es por eso que no llama la atención la fuerte operación de prensa de periódicos europeos que comienzan a hablar del desgaste del PP, la baja de popularidad y hasta asoman la necesidad de un recambio en el Gobierno español. Die Spiegel (Alemania) titula “Sobres con efectivo: los cargos de corrupción ponen a Madrid a la defensiva”, mientras que The Financial Times (Gran Bretaña) brega que “la confianza en la élite política en España está llegando a su punto más bajo de todos los tiempos”.
Estos titulares se suceden en un escenario en el cual España alcanza la agudeza de su crisis, llegando a situaciones similares a la de Grecia. Esto implica una amenaza a la “estabilidad” de la Unión Europea, quien avizora una nueva estrategia reflejada en los grandes medios. El País, principal formador de opinión en España y vinculado a los grandes grupos mediáticos internacionales, tampoco se priva de hablar de “el peor hecho del período democrático”. En su edición del día publicó peticiones de parlamentarios de izquierda que están exigiendo la conformación de una comisión investigadora y la dimisión de Rajoy.
El PSOE, partido que también está involucrado en casos de corrupción, todavía se encuentra evaluando el acompañamiento de esta petición.
El 18 de enero Rajoy exigió que la Auditoría General revisara los balances del partido y afirmó que “no le temblaría la mano” ante las irregularidades que podrían hallarse. Pero la ola fue demasiado grande y lo tapó a él y a los más altos funcionarios de Gobierno, incluyendo a José María Aznar –ex presidente de España-, Rodrigo Rato –ex titular del FMI-, Franciso Álvarez-Cascos, Javier Arenas, Ángel Acebes y Dolores de Cospedal, entre otros. Rajoy registra cobros en negro desde el año 1997 hasta el 2008, con cifras de 25.200 euros anuales.
A Bárcenas le encontraron cuentas en bancos de Suiza y Nueva York que llegan a los 26 millones de euros. Otro dato interesantes es que este hombre fue tesorero del partido entre los años 1990 y 2009 y es el principal implicado en el caso Gürtel. Este caso, de importante trascendencia, vinculaba a empresas de construcción y seguridad en el financiamiento del PP. Ahora, esta hipótesis se confirma con el recibimiento de cobros a mandatarios en calidad de “donaciones al partido”.
¿Una fisura en la clase dirigente española?
El nuevo escándalo de corrupción en el seno del partido gobernante de España llega en un momento de profundo desgaste político. Es que el país atraviesa una de las recesiones económicas más fuertes de su historia, con niveles de desempleo y pobreza en aumento. Recordemos que esta crisis comenzó con el agravamiento fiscal generado por la alianza entre bancos y empresas constructoras. España registró en las últimas décadas un boom inmobiliario que conllevó a la quiebra de entidades financieras y a una profunda crisis económica y social. En este contexto, el Gobierno encabezado por Rajoy optó por recetas neoliberales de salvataje a bancos y grandes empresas, financiados mediante subas de impuestos, ajustes salariales y eliminación de subsidios. De estas políticas, los bancos y las empresas privadas fueron los beneficiados, o mejor dicho, los protegidos de las políticas gubernamentales.
Desde el Pacto de La Moncloa en España existe un bipartidismo entre el PP y el Partido Socialista de España (PSOE), con un mecanismo de alternancia en el poder de dos fuerzas, pero que aplican las mismas recetas económicas y brindan pleitesía a la Unión Europea y las entidades de financiamiento internacional.
Es por eso que no llama la atención la fuerte operación de prensa de periódicos europeos que comienzan a hablar del desgaste del PP, la baja de popularidad y hasta asoman la necesidad de un recambio en el Gobierno español. Die Spiegel (Alemania) titula “Sobres con efectivo: los cargos de corrupción ponen a Madrid a la defensiva”, mientras que The Financial Times (Gran Bretaña) brega que “la confianza en la élite política en España está llegando a su punto más bajo de todos los tiempos”.
Estos titulares se suceden en un escenario en el cual España alcanza la agudeza de su crisis, llegando a situaciones similares a la de Grecia. Esto implica una amenaza a la “estabilidad” de la Unión Europea, quien avizora una nueva estrategia reflejada en los grandes medios. El País, principal formador de opinión en España y vinculado a los grandes grupos mediáticos internacionales, tampoco se priva de hablar de “el peor hecho del período democrático”. En su edición del día publicó peticiones de parlamentarios de izquierda que están exigiendo la conformación de una comisión investigadora y la dimisión de Rajoy.
El PSOE, partido que también está involucrado en casos de corrupción, todavía se encuentra evaluando el acompañamiento de esta petición.
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