Pablo Pérez, cual mafioso, poseía ciertos voceros y testaferros políticos para que permanentemente hicieran valer esos pagos desviados de los fondos públicos para sus fines personales.
La olla podrida de Pablo Pérez sigue salpicando su desastrosa gestión como gobernador del estado Zulia. Según fuentes confiables e información publicada en el portal Aporrea, el ex mandatario zuliano, ex adeco, y ex aspirante a la presidencia de la República, mantenía con sendos bozales de arepa a conocidos periodistas de la derecha opositora venezolana.
En la extensa lista de irregularidades, desde corrupción hasta ineficiencia in extremis que se le ha descubierto a la gestión para el olvido de Pablo Pérez, ningún sector de la gobernanza pública, como el de finanzas, infraestructura, educación, vialidad, salud, etc., se salvaron de caer en las prácticas cuartorepublicanas de este “modelo de país” que tenía la oposición en el Zulia.
Así, para tapar toda esta corruptela, Pablo Pérez tenía a operadores mediáticos que le facilitaban lavar permanentemente su imagen. Este trabajo tenía un costo para la gobernación de este estado de BsF 40.000 por operario, mensualmente. Sus beneficiarios eran los periodistas “Kiko” Bautista y Carla Angola. Cada uno recibía este escandaloso monto por mes, sin estar ninguno de los dos en la nómina de la gobernación.
Además de ello, Pablo Pérez, cual mafioso, poseía ciertos voceros y testaferros políticos para que permanentemente hicieran valer esos pagos desviados de los fondos públicos para sus fines personales. Uno de esos “mediadores” es el diputado Cesar Morillo.
Los conductores del programa Buenas Noches, transmitidos por Globovisión, tienen desde hace tiempo un gran patrocinador: Pablo Pérez, quien les pagaba una tajada a cada uno con el dinero de todos los zulianos y zulianas.
Este es un ejemplo más de la fetidez que envuelven los íntimos vínculos entre los sectores del periodismo tarifado y las oscuras redes del poder político de la derecha opositora.
En la extensa lista de irregularidades, desde corrupción hasta ineficiencia in extremis que se le ha descubierto a la gestión para el olvido de Pablo Pérez, ningún sector de la gobernanza pública, como el de finanzas, infraestructura, educación, vialidad, salud, etc., se salvaron de caer en las prácticas cuartorepublicanas de este “modelo de país” que tenía la oposición en el Zulia.
Así, para tapar toda esta corruptela, Pablo Pérez tenía a operadores mediáticos que le facilitaban lavar permanentemente su imagen. Este trabajo tenía un costo para la gobernación de este estado de BsF 40.000 por operario, mensualmente. Sus beneficiarios eran los periodistas “Kiko” Bautista y Carla Angola. Cada uno recibía este escandaloso monto por mes, sin estar ninguno de los dos en la nómina de la gobernación.
Además de ello, Pablo Pérez, cual mafioso, poseía ciertos voceros y testaferros políticos para que permanentemente hicieran valer esos pagos desviados de los fondos públicos para sus fines personales. Uno de esos “mediadores” es el diputado Cesar Morillo.
Los conductores del programa Buenas Noches, transmitidos por Globovisión, tienen desde hace tiempo un gran patrocinador: Pablo Pérez, quien les pagaba una tajada a cada uno con el dinero de todos los zulianos y zulianas.
Este es un ejemplo más de la fetidez que envuelven los íntimos vínculos entre los sectores del periodismo tarifado y las oscuras redes del poder político de la derecha opositora.
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