El diario ya comenzó a mentir, Aguilera indicó que “se creará un consejo editorial que represente todas las tendencias, para que todo el mundo tenga voz”.
El prófugo de la justicia venezolana, Nelson Mezerhane, acusado de descapitalizar y llevar a la quiebra el Banco Federal en nuestro país -dilapidando los fondos de sus ahorristas- y señalado además como uno de los autores intelectuales del asesinato del fiscal Danilo Anderson, ha comprado uno de los más emblemáticos y conservadores diarios del estado del sur de la Florida, en los Estados Unidos.
El Diario de Las Américas, que fuera propiedad del nicaragüense Horacio Aguirre Baca, fue cedido a Mezerhane, quien se ha convertido en su accionista mayoritario. Miguel Enrique Otero y el diario El Nacional, serán accionistas minoritarios y encargados de gestionar el diario.
Este medio impreso comenzó su tiraje en 1953, por iniciativa de la comunidad puertorriqueña de ese entonces y la población turista afecta a la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba. Actualmente tiene una circulación diaria de aproximadamente 39.500 ejemplares.
Nelson Mezerhane, que no es novel en esto de inyectarle dinero a medios de comunicación, ha tenido en Venezuela dos antecedentes como dueño de periódicos. El primero fue El Diario de Caracas, siendo accionista minoritario y fundador de este rotativo en 1979; luego fue dueño de El Globo, periódico que fue asumido como "herramienta negociadora" del banquero evasor de la justicia en sus relaciones con los Gobiernos de turno de la IV República.
Hasta ahora, Mezerhane y Miguel Enrique Otero se han negado a dar declaraciones al respecto, pero el nuevo director del rotativo, Manuel Aguilera, declaró a la agencia The Associated Press (AP) que “la idea fundamental es el relanzamiento integral del Diario Las Américas (…) queremos convertirlo en el diario de referencia del sur de la Florida”, manifestó.
El diario ya comenzó a mentir, ya que Aguilera indicó que “se creará un consejo editorial que represente todas las tendencias, para que todo el mundo tenga voz”. Las poco creíbles afirmaciones se matizaron un poco y con algo de sinceridad sobre la postura tradicional de derecha de este diario cuando agregó que “desde luego no dejaremos de llamar a las cosas por su nombre: no rehuiremos de llamar dictadura a lo que hay en Cuba, ni de denunciar la falta de libertades en Venezuela”, señaló.
Así, la oposición venezolana y la gusanera cubana mantendrán otra herramienta comunicacional en territorio mayamero, y junto con su competidor El Nuevo Herald se seguirán complementando para continuar con la andanada de ataques mediáticos contra los proyectos emancipatorios en América Latina.
El Diario de Las Américas, que fuera propiedad del nicaragüense Horacio Aguirre Baca, fue cedido a Mezerhane, quien se ha convertido en su accionista mayoritario. Miguel Enrique Otero y el diario El Nacional, serán accionistas minoritarios y encargados de gestionar el diario.
Este medio impreso comenzó su tiraje en 1953, por iniciativa de la comunidad puertorriqueña de ese entonces y la población turista afecta a la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba. Actualmente tiene una circulación diaria de aproximadamente 39.500 ejemplares.
Nelson Mezerhane, que no es novel en esto de inyectarle dinero a medios de comunicación, ha tenido en Venezuela dos antecedentes como dueño de periódicos. El primero fue El Diario de Caracas, siendo accionista minoritario y fundador de este rotativo en 1979; luego fue dueño de El Globo, periódico que fue asumido como "herramienta negociadora" del banquero evasor de la justicia en sus relaciones con los Gobiernos de turno de la IV República.
Hasta ahora, Mezerhane y Miguel Enrique Otero se han negado a dar declaraciones al respecto, pero el nuevo director del rotativo, Manuel Aguilera, declaró a la agencia The Associated Press (AP) que “la idea fundamental es el relanzamiento integral del Diario Las Américas (…) queremos convertirlo en el diario de referencia del sur de la Florida”, manifestó.
El diario ya comenzó a mentir, ya que Aguilera indicó que “se creará un consejo editorial que represente todas las tendencias, para que todo el mundo tenga voz”. Las poco creíbles afirmaciones se matizaron un poco y con algo de sinceridad sobre la postura tradicional de derecha de este diario cuando agregó que “desde luego no dejaremos de llamar a las cosas por su nombre: no rehuiremos de llamar dictadura a lo que hay en Cuba, ni de denunciar la falta de libertades en Venezuela”, señaló.
Así, la oposición venezolana y la gusanera cubana mantendrán otra herramienta comunicacional en territorio mayamero, y junto con su competidor El Nuevo Herald se seguirán complementando para continuar con la andanada de ataques mediáticos contra los proyectos emancipatorios en América Latina.
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